De Puerto Rico para el Mundo |
![]()
|
La última frontera, el espacio sideral, es conquistada
en parte por la labor de un destacado grupo de cerca de 200
puertorriqueños, principalmente ingenieros educados en la Isla, que
laboran en la Administración de Aeronáutica y el Espacio de Estados
Unidos (NASA).
Cifras suministradas por la entidad aeroespacial indican que 181
puertorriqueños la mayor cantidad de latinos, trabajan directamente en esa agencia de naturaleza
científica.
Se estima que cerca de 75% de esos 181 boricuas son ingenieros,
principalmente egresados de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
También hay otros, como el maestro Joseph Acabá, con raíces en Hatillo y
quien en diciembre será en el primer puertorriqueño astronauta en viajar
al espacio.
"Saber que estás como ingeniero, como persona, contribuyendo a unas
causas de tanto impacto a nivel local, nacional e internacional, para mí
es algo increíble".
Media docena de estos puertorriqueños son oficiales ejecutivos de
categoría senior, el puesto más alto que concede el gobierno federal, y
dirigen importantes centros de investigación de NASA.
El puertorriqueño Miguel Fernández, director interino de la división de
evaluación dentro de la oficina de diversidad e igualdad de oportunidad
de NASA, identificó a los boricuas más destacados en esta agencia
federal: Orlando Figueroa, ex director del programa de robots que
exploraron Marte; Pedro Rodríguez, jefe del laboratorio en el centro
espacial Marshall e hijo del cantante “Pellín” Rodríguez; Miguel
Rodríguez, quien dirige un grupo de 25 personas que trabaja en el diseño
de la nueva nave espacial; y Monserrate Román, jefa de microbiología de
laestación experimental internacional.
Además, destacan figuras como Olga González Sanabria, única hispana en
NASA en labores de ingeniería con puesto de oficial ejecutivo senior; y
Gilberto Colón, quien dirige el programa de ciencias terrestres del
centro de vuelo Goddard, explicó el norteamericano Daniel Kriegger,
administrador de programas en la agencia y quien se ha compenetrado
tanto con la comunidad boricua que hasta le atribuyen ser de Caguas.
La gran presencia de puertorriqueños altamente preparados en NASA es
parte de un fenómeno social conocido como fuga de cerebros. Esta fuga es
uno de los aspectos de la migración puertorriqueña, explicó el
antropólogo y ex director del Departamento de Ciencias Sociales del
Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, Jorge Duany.
Duany afirma que esta hecho ocurre hace par de décadas y se aprecia
también en otras profesiones, como los médicos, investigadores y
profesores.
El país no le ofrece a estos profesionales lo que esperan de su trabajo,
ya sea salarios o aspiraciones profesionales, como las oportunidades de
investigación que sí proporciona la NASA, agregó.
Según información suministrada por la UPR en Mayagüez, más de 200
maestros participan de un programa de verano de la agencia desde el
2001, además hay iniciativas similares para directores y con unos 50
estudiantes de pedagogía.
“Trabajar para la NASA es bastante increíble”, relató a El Nuevo Día
Gilberto Colón Ortiz, de 53 años y natural de Santurce, quien es el
director asociado del programa de ciencias terrestres del centro de
vuelo espacial Goddard, en Maryland.
“Llevamos 29 años allí. La experiencia ha sido bien buena por muchas
razones, el trabajo como tal, y además hemos desarrollado la comunidad
hispana, mayormente egresados del Colegio (como se le conoce a la
Universidad de Puerto Rico en Mayagüez)”.
Colón Ortiz, uno de esos pocos ejecutivos senior puertorriqueños, está
casado con Rosa E. Acevedo Rodríguez, de 52 años y natural de Carolina,
y también empleada de la NASA.
“Cada vez que sale un astronauta en un ‘shuttle’, como el resto del
mundo, para nosotros es... wow”, afirma Rosa E. Acevedo Rodríguez.
Esos primeros años juntos en Estados Unidos fueron difíciles. La cultura
era distinta, los estadounidenses no estaban acostumbrados al inglés con
acento de los boricuas y las costumbres.
Recordaron que les chocaba que Rosa no adoptara el apellido de su marido,
como se acostumbra allá.
Hoy día, en Goddard, la comunidad hispana ha crecido, pero la realidad
es que los puertorriqueños son la mayoría en el Goddard Hispanic Club.
Hasta hace unos años se reunían anualmente todos los boricuas, en una
actividad a la que viajaban puertorriqueños de diversas partes de
Estados Unidos, y las costumbres como las parrandas persisten por
iniciativa de los jóvenes. “Los viejos nos hemos rajado en eso”, dijo
Acevedo, quien destacó que la NASA en los pasados cinco años ha
comenzado a reclutar personal administrativo en Puerto Rico.
“El discrimen existe, no te voy a decir que no, hay que trabajar más.
Hay lo que llaman el ‘whiteman club’, pero la mayoría de los muchachos
que vienen para acá, como Alfonso (Eaton junto a Michael Johnson, los
primeros boricuas en llegar) trabajaron duro, y hemos demostrado que
damos el grado”, dijo Colón Ortiz.
De otra parte, los robots Opportunity y Spirit que caminaron por Marte
desde 2004 y aún envían información científica a la Tierra fueron
supervisados por Orlando Figueroa, un santurcino que dirige el
Departamento de Ingeniería de Goddard, con 1,300 personas a su cargo, de
las que 1,100 son ingenieros.
“Saber que estás como ingeniero, como persona, contribuyendo a unas
causas de tanto impacto a nivel local, nacional e internacional, para mí
es algo increíble”, comenta Figueroa.
“Estar trabajando con gente de tanto talento, experiencias que se
escriben en los libros y saber que fui parte de esas cosas es de sumo
orgullo”, expresó el veterano ingeniero.
Olga González Sanabria, natural de Patillas y quien actualmente
supervisa a cerca de 400 ingenieros en el centro de NASA en Ohio, dijo
sentirse orgullosa de su posición.
Y a pesar de que existen ciertos niveles de discrimen, ella ha ayudado a
abrir campo para otros hispanos.
“El trabajo (que más me enorgullece) es que hicimos las baterías de la
estación experimental y, en asuntos no técnicos, ser la única hispana en
un puesto ejecutivo en mis funciones (trabajo de ingeniería)”, destacó.
Miguel Angel Rodríguez, de 55 años, relató que tuvo la bendición de ser
uno de los cerca de 200 puertorriqueños que en 1975 la NASA y otras
entidades reclutaron de “El Colegio” para que trabajaran en Estados
Unidos.
Desde entonces ha trabajado en diversas funciones en NASA, incluyendo el
desarrollo del transbordador. Ahora lidera el grupo que evalúa asuntos
operacionales de Constellation, la nueva nave espacial.
¿Hay oportunidades de mayor crecimiento para los puertorriqueños en
NASA?, se le preguntó.
“Sí, por la educación y el gran sentido ético al trabajo. Lo otro que
aportamos los puertorriqueños es el entusiasmo, esa dedicación, ese
carisma”, indicó.
¿Se estará cocinando la posibilidad de que pueda un puertorriqueño
llegar al mayor puesto en la NASA ?
Nos estamos acercando poco a poco, nos estamos acercando...
|
El Discovery inicia el regreso a la Tierra tras culminar la reparación de la ISS
A 355 kilómetros sobre el norte de China, los astronautas visitantes del trasbordador Discovery el boricua Joseph Acaba y Richard Arnold ambos debutantes y ex profesores de ciencias, flotaron fuera de la esclusa de aire de la estación para completar un día de trabajo fuera del complejo. "Gracias nuevamente por salir", comentó por radio el comandante de la estación, Mike Fincke, a los astronautas. "Esta es probablemente la última EVA (siglas en inglés de actividad o caminata espacial extravehicular) de esta misión del Discovery. Sólo queremos decirles que se tomen su tiempo, lo disfruten y hagan un buen trabajo", apuntó. Tres paseos espacialesFue el segundo paseo para ambos, ya que antes habían acompañado al veterano astronauta del Discovery Steven Swanson en salidas para actualizar el sistema de energía de la estación, aflojar conexiones de batería y completar otras tareas.
La NASA cree que el mecanismo de rotación requiere más fuerza - haciendo palanca si fuera necesario- para colocar a la plataforma en su posición correcta de enclavamiento. Varios objetivos que cumplirLos astronautas también tenían el objetivo de mover uno de los dos vehículos de la estación desde un extremo al otro del armazón, que será usado por la próxima tripulación para ayudar a instalar una galería externa donde se harán experimentos en un laboratorio japonés. La NASA tiene programadas otras nueve misiones hacia la estación espacial, al igual que una misión final de reparación al Telescopio Espacial Hubble, planeadas para antes del retiro de la flota de transbordadores en 2010.
|