La conquista del cosmos

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Hombre riendo

Muchos creidos intelectuales rieron cuando a alguien se le ocurrio la idea de que el hombre algún día podria volar o conquistar el aire y espacio. Otros creyeron que la tierra era plana y que estaban locos los que pensaban que era redonda. Muchos pensaron que Julio Verne estaba loco y rieron si creia que algún día el hombre iba a llegar a la Luna, según este escribio en la novela, "Un viaje a la Luna".  Hay quienes se rien de quienes piensan que existe vida fuera de la tierra (extraterrestre) pero la lógica le dice solo a algunos, que si la hay en este planeta, la puede haber en otro tambien y "por cierto" mucho más inteligente. "Nada, es cuestión de esperar" solo el tiempo se encargará de darle  la razón, a quien la tenga.            Héctor A. García

¿Desde cuando se mencionan las naves espaciales con otros nombres?

(II ) Libro de Reyes Capt. 2:11

11Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. (hoy se le diria nave, u ovni)

 

Éxodo 13:21:

"El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche." (hoy se le diria nave, u ovni)

 

Mateo Capt 2:9

9 Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño. (hoy se le diria nave, u ovni)

 

Parte I / Las Primeras Fantasías sobre el poder volar

No es infrecuente que, de un modo u otro, los héroes de los grandes mitos humanos tengan la facultad de volar.
Vuela Mercurio, trayendo mensajes a los dioses; vuela Pegaso; vuela Alborac, la yegua de Mahoma, vuela la alfombra mágica de las leyendas de las 1001 noches.

En todos estos vuelos, la capacidad de volar proviene de un factor mágico o  directamente divino. En el primer relato en el que la capacidad de volar pretende ser adquirida mediante el uso de la tecnología, el Sol derrite la cera con la que Ícaro había confeccionado unas alas que le permitieron escapar del laberinto y del castigo del rey Minos, protagonizando el primer salto (caida del espacio) sin paracaídas jamás relatado. Ciertamente, la tecnología de la época y la de muchos siglos en adelante, carecía de la más mínima posibilidad de construir un artefacto volador.

Ya en pleno Renacimiento, Ariosto (en Orlando furioso) hace llegar a su héroe Astolfo hasta la Luna en un carro gobernado por San Juan Evangelista en el papel de Collins. Casi simultáneamente, Kepler escribía "El sueño", una obra en la que imagina cómo serían los cielos vistos desde la Luna, posibilidad que todavía tardaría más de tres siglos en ponerse al alcance del ser humano. Por su parte, Godwin escribe un cuento en el que imagina un viajes hasta la Luna en un carro tirado por gansos salvajes y describe por primera vez lo que podría ser la situación de ingravidez en el trayecto entre ambos planetas. Cyrano de Bergerac describe en su novela "L´autre monde" un carro impulsado por cohetes. Cada vez es más frecuente encontrar relatos fantásticos en los que aparece, de una u otra forma, la posibilidad de viajar fuera de nuestro planeta o, un elemento inquietante más, la posibilidad de ser visitados por seres de otros mundos.

A partir de la segunda mitad del s. XIX se va a producir la aparición definitiva del género de la ciencia ficción de manos del quien es considerado su padre: Julio Verne. Y se le puede considerar como padre de la ciencia ficción porque, en vez 20060322160759-julesverne.jpg del visionario de imaginación desbordante que algunos creían ver, la investigación de su obra ha demostrado que, además de su genio literario, tenía una considerable base científico-técnica y que leía constantemente publicaciones científicas de donde, mutatis mutandi, obtenía la información para elaborar las máquinas y artefactos que permitirían a sus protagonistas llegar a la Luna o al mismísimo centro de la Tierra tras surcar 20,000 leguas de viaje submarino. Tal vez por el hecho de aplicar los conocimientos técnicos de su época a sucesos del futuro, sus novelas están llenas de errores flagrantes. Hoy día, a nadie un poco versado en la técnica se le escapa que pretender alcanzar la luna mediante un obús es tarea imposible: para alcanzar la velocidad de escape, el proyectil alcanzaría dentro del tubo una velocidad tal que prácticamente lo derretiría; y eso sin contar con que la brutal aceleración padecida por los tripulantes les dejaría reducidos a una masa sanguinolenta en el fondo de la cápsula/espoleta.

En esta época se producen hechos como el descubrimiento de los "canales" de Marte que van a dar lugar a la aparición de una nueva saga de novelas protagonizadas por malignos seres verdes venidos del espacio para conquistar la Tierra (maldad que no desaparecería hasta el E.T. de Spielberg). A partir de entonces, todo vale: la cavorita, un misterioso mineral antigravitatorio que permite los viajes interestelares; una guerra entre habitantes de dos mundos, uno en decadencia, Marte, y otro en plena efervescencia, la Tierra, etc, etc, etc...

Todos estos relatos fantásticos empezaron a abrir la mente de los hombres y de los científicos en el sentido de que, de una forma u otra, el camino hacia el espacio exterior podía ser recorrido. La idea ya estaba concebida, ahora faltaban los medios

Parte II  / Los Grandes Precursores

Como todas las facetas de la técnica actual, la astronáutica tiene en sus orígenes y fundamentos varios "padres" que, a partir de los conocimientos de la época, elaboraron las primeras teorías e hipótesis plausibles, realizaron los experimentos que habrían de determinar la posibilidad de los viajes espaciales y abrieron el camino para que después la comunidad científica, apoyada por los aparatos estatales de investigación, pudiesen llevar a cabo la costosísima tarea de hacer que ingenios humanos, a veces con personas dentro, abandonasen la tenue atmósfera y la potentísima gravedad de nuestro planeta.

El primero en proponer de una manera científica diversa teorías sobre el vuelo interplanetario fue el ruso Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935). Sordo desde la infancia, es un autodidacta formado a partir de la lectura de cuanto libro científico caía en sus manos. Suya es la idea de que el impulsor ideal para los viajes espaciales el el cohete de combustible líquido, hidrógeno y oxígeno, para los que diseñó sobre el papel distintos sitemas mezcladores, válvulas y toberas Tsiolkovsky de eyección que han resultado ser muy similares a las usadas en ingenios aeroespaciales recientes. Suya es también la primera descripción conocida de un hipotético satélite artificial que "sería como la Luna, pero colocado intencionadamente más cerca de la Tierra, fuera de la atmósfera a unos 300 kilómetros como mínimo". Se preocupó de los tripulantes de un vehículo espacial que habrían de ir tumbados en una especie de hamacas de espaldas a los motores a fin de evitar la fortísima aceleración; tambián imaginó los problemas que la prolongada ingravidez produciría an la fisiología humana; e incluso describió uno de los paseos extravehiculares que los astronautas realizan unidos a la nave mediante "un potente cable de sujección"; también imaginó que la reentrada en la atmósfera se haría en espiral, aprovechando la atmósfera para el frenado y descendiendo en vuelo planeado ¿El transbordador espacial? Tal vez; todo esto está escrito hace casi cien años (y nunca fue a la escuela). para hacerse una idea de la calidad de sus predicciones, basta leer lo que se ha conocido como el "Plan Tsiolkiovsky" para la conquista del espacio, escrito en 1903 y cuyas predicciones del punto 1 al 8 se han ido cumpliendo paso a paso:


1) "Se construye un avión cohete con alas y con órganos de control habituales...


2) "Hay que disminuir poco a poco las alas de los aviones, aumentar la potencia del motor y la velocidad...


3) "El casco de sucesivos aeroplanos hay que hacerlo impenetrable a los gases, y llenarlo de oxígeno, con aparatos que absorban el bióxido de carbono, el amoniaco y otros productos expedidos por el ser humano..."


4) "Se adoptan los timones que he descrito [se refiere a los accionados por gases], que funcionan magníficamente en el vacío y en el aire muy enrarecido, a donde llega el proyectil en vuelo. Se pone en servicio un aeroplano sin alas, doble o triple, lleno de oxígeno, herméticamente cerrado..."


5) "...la velocidad llega a 8 km/s, la fuerza centrífuga elimina por completo el peso y el cohete por primera vez sale de los límites de la atmósfera..."


6) "Después se puede utilizar un casco simple, no doble. Se repiten los vuelos más allá de la atmósfera. Los aparatos reactores se alejan más y más de la envoltura aérea de la Tierra y permanecen más tiempo en el éter. No obstante, regresan porque tienen una reserva limitada de alimentos y oxígeno."


7) "Se hacen intentos de librarse del anhídrido carbónico y de otras excreciones humanas mediante plantas enanas seleccionadas que, a la vez, proporcionan sustancias nutritivas..."


8) "Se confeccionan escafandras etéreas (ropas) para salir sin peligro del cohete al éter."


9) "Con el fin de obtener oxígeno, alimentos y depurar el aire del cohete, se inventan compartimentos especiales para plantas. Los cohetes llevan todo esto plegado al éter, y allí se despliega y arma. El hombre consigue una gran independencia de la Tierra, puesto que obtiene medios de subsistencia por sí mismo."


10) "Se instalan amplios poblados alrededor de la Tierra."


11) "Se utiliza la energía solar no sólo para alimentación y comodidades de vida, sino también para la traslación por todo el Sistema Solar."


12) "Se fundan colonias en el cinturón de asteroides y en otros lugares del Sistema Solar donde encuentren pequeños cuerpos celestes."


13) "Se desarrolla la industria y aumenta el número de colonias."


14) "Se consigue la perfección individual (de cada persona) y colectiva (social)."


15) "La población del Sistema Solar se hace 100 000 millones de veces mayor que la actual en la Tierra. Se llega a un límite más allá del cual es inevitable el asentamiento por toda la Vía Láctea."


16) "Comienza a apagarse el Sol. La población restante del Sistema Solar se aleja de éste, partiendo hacia otros soles, a unirse con los hermanos que volaron antes."

Al contrario que Tsiolkovsky, los trabajos de Robert H. Goddard (1882-1945) fueron eminentemente prácticos. Profesor universitario, se dedica a la experimentación con cohetes impulsados con pólvora hasta que las limitaciones de este sistema (un insignificante detalle: necesita oxígeno para la combustión) le lleva a sus primeros experimentos con cohetes de oxígeno líquido y gasolina. La astronáutica práctica, nace el día en que consigue que tras dos segundos y medio de vuelo, su cohete se eleve hasta los doce metros y medio, algo que hoy parece tan ridículo como el primer vuelo de los hermanos Wright pero de cuya trascendental importancia nadie duda. A base de subvenciones, consigue un centro de ensayos en un lugar despoblado Nuevo Méjico en donde sus ingenios consiguen alcanzar la velocidad supersónica y uno de ellos alcanza los tres kilómetros de altitud. Fue, como en las peores historias, reconocido y encumbrado sólo después de su muerte en 1945.

 

 

 

Herman Oberth nace en 1894 y en 1924 ya es profesor de física en un centro de investigación alemán en Transilvania. En 1929 publica "La ruta de la navegación en el espacio", que puede considerarse el punto de arranque de la astronáutica moderna. Amén de sus innovaciones teóricas, Oberth es reconocido como el padre de las temibles bombas volantes V-2. Estas armas eran auténticos misiles con alcances de más de 300 kilómetros y una precisión más que aceptable. De hecho, la base ultrasecreta de Peenemünde, donde se desarrollaron estas armas, puede considerarse la cuna de la astronáutica. Oberth fue el maestro de una generación de técnicos alemanes frustrada por la Segunda Guerra Mundial que materializó la experiencia adquirida en los laboratorios de las superpotencias resultantes de este conflicto.

El más aventajado de los alumnos de Oberth (y el más popular) es Werner von Braun. Se inicia en la astronáutica en la Sociedad para la Navegación Espacial, donde conoce a Oberth y sus primeros trabajos los realiza sobre cohetes destinados al ejército alemán. Rodeado por miembros de la Sociedad y contando con el apoyo presupuestario con que suelen contar las investigaciones destinadas a usos militares, von Braun consigue hacer volar en 1942 su lanzador A-4 que es el primer cohete capaz realmente de abandonar nuestro planeta. En el cuarto de los ensayos consigue elevarse hasta los 85 km. y cae a 200 km. de su punto de lanzamiento. Acaba de nacer la nave espacial.
En Peenemüde se trabajaba en fantásticos proyectos a largo plazo que se acabaron convirtiendo en realidad en laboratorios estadounidenses y soviéticos durante la guerra fría. Von Braun fue, de hecho el principal artífice del programa Apolo, que puso a un hombre en la Luna pese a las iniciales reticencias americanas a dejar en manos de un alemán tan importante proyecto.
Cabe también la crítica humana/política a este señor que llegó a decir "Si los cohetes suben, lo de menos es dónde caigan", frase que estaría muy bien en boca de un científico si no fuese porque trabajaba para el ejército nazi y los cohetes cargados tenían tendencia a caer en ciudades pobladas por civiles. A veces el cinismo no puede servir para ignorar que la ciencia no es neutra y que la vida humana está muy por encima de la altura que puedan alcanzar los cohetes. A pesar de su colaboración con el ejército alemán, Von Braun tuvo problemas con la Gestapo al confirmar públicamente que le importaba muy poco el objetivo de Hitler, lo único que le importaba eran los viajes interplanetarios. Hacia principios de 1945 era obvio que Alemania no lograría la victoria de la guerra, por lo que von Braun empezó a planificar su futuro de posguerra.

Von Braun pudo contactar con los aliados y preparó la rendición ante las fuerzas norteamericanas, quienes desarrollaban la operación Paperclip para capturar a científicos alemanes y ponerlos al servicio del bando aliado. Von Braun se entregó junto a otros 500 científicos de su equipo, sus diseños y varios vehículos de prueba. Estuvo a punto de ser capturado por los rusos, que deseaban integrarlo en el equipo de Sergei Korolov. Una vez en EE.UU, Von Braun y sus colaboradores fueron instados a cooperar para la fuerza aérea norteamericana, a cambio, se les eximiría de culpa por su pasado nazi, esto incluía las muertes ocasionadas por el uso de sus proyectos aéreos por los nazis y el uso de obreros esclavos. Von Braun obtuvo la nacionalidad de los Estados Unidos el 14 de abril de 1955.


Durante la época soviética, nada se sabía de los derroteros de la tecnología astronáutica tras el telón de acero; de vez en cuando, la agencia de noticias
Sergei Korolev oficial TASS informaba sobre un nuevo éxito que confirmaba la superioridad de la tecnología soviética y el triunfo de la revolución soviética sobre el decrépito y decadente sistema capitalista. Detrás del complejo tecnológico-industrial aerospacial soviético estaba Serguei Pavlovisch Korolev. Titulado en ingeniería, consigue hacer volar su primer cohete hasta los 80 m. de altura. Después de la SGM es encargado de desarrollar el programa soviético de misiles balísticos intercontinentales, lo que está en relación íntima con la astronáutica porque serán misiles idénticos los que sirvan como armas destructoras o como vectores de lanzamiento hacia el espacio exterior. Los lanzadores diseñados por Korolev siguen siendo utlizados, con pequeñas modificaciones y mejoras en la época actual, lo que da una idea de su calidad y robustez y explica por qué fueron los rusos quienes dieron la primera campanada en la carrera aerospacial.

Pero eso ya es tema del siguiente capítulo.

Parte III  /  La Carrera Espacial

A mediados de los años cincuenta, los progresos en cohetes de combustible líquido eran evidentes. Rusos y americanos competían secretamente por conseguir lanzadores más potentes y fiables. De lado soviético, la nomenklatura apoyaba fervientemente a Korolev en su ansia de ser los primeros en colocar un satélite artificial en el espacio. Los esfuerzon estadounidenses estaban dispersos entre varias agencias e instituciones que competían entre sí. En un principio, se designó a la Navy y su proyecto Vanguard para poner un satélite en órbita, relegando al lanzador Júpiter de von Braun, que ya había conseguido alcanzar los 500 Kms. de distancia y 15 Kms. de altura.

En las reuniones del Año Geodésico Internacional de 1956 en Barcelona, los rusos anuncian que están dispuestos para colocar un satélite artificial en órbita. Ahora la carrera está oficialmente abierta.

Aunque tardan casi un año, el 4 de octubre de 1957, los rusos consiguen poner en órbita el primer ingenio humano alrededor de la Tierra. El satélite artificial Sputnik era una esfera de aluminio de poco más de medio metro de diámetro y 83 Kg. de peso que apenas contenía dos medidores de temperatura y otro de electrones pero que cumplió perfectamente su misión de orbitar la Tierra y machacar el orgullo estadounidense. Cuando éstos intenta reponerse lanzando el Vanguard I, obtienen un muy televisado y comentado fracaso al desplomarse el lanzador apenas a unos metros del suelo. Mientras, los rusos han colocado a la periita Laika en el espacio, ostentando los títulos de primer ser vivo terrestre en el espacio exterior y de primera víctima por falta de oxígeno de la carrera espacial.

Los norteamericanos siguen cosechando fracasos y explosiones hasta que no les queda más remedio que entregar la dirección del programa aerospacial a von Braun quien con su clásica eficacia germana tarda menos de tres meses en tener preparado un lanzador Júpiter con el que coloca el Explorer I, el primer satélite artificial norteamericano.

A partir de este momento, la carrera entra en un impass en el que ambas potencias afinan sus sistemas con un objetivo claro, colocar un hombre en el espacio.

Serán de nuevo los rusos quienes el 12 de abril de 1961 consigan colocar a Yuri Gagarin a una órbita entre los 181 y los 327 kilómetros de altitud durante 108 minutos. El aterrizaje se hace sobre la dura Siberia con unos paracaídas para la cápsula Vostok y con un sistema de asiento eyectable/paracaídas para el cosmonauta. Parece ser que el tortazo que se dió el nuevo héroe nacional al aterrizar motivó la suspensión de este estilo de aterrizaje para futuras misiones (aunque salió casi indemne). Con apenas un mes de retraso, los estadounidenses lanzan a Alan Shephard quien realiza un vuelo suborbital de apenas 15 minutos y en el que no llega a alcanzar ni los 100 Km. de altura.

Con la moral por los suelos, Estados Unidos lanza un órdago. El presidente Kennedy embarca a los americanos en el ilusionante objetivo de ser la primera nación en poner un hombre en la luna. Ahora sí que va en serio.

En los años iguientes se suceden pequeñas escaramuzas en las que poco a poco se van mejorando los lanzadores, se experimenta con los efectos de la ingravidez en órbita y se perfeccionan todas las técnicas necesarias para ganar la carrera. Se lanzan las primeras naves hacia la Luna: las primeras fallan estrepitosamente, las siguientes consiguen impactar sobre la superficie y en 1966, la Lunik 2 soviética consigue alunizar y, tras desplegar sus antenas, retransmite las primeras imágenes directas de la superficie lunar. Otros ingenios norteamericanos, los Luna Orbiter van trazando los primeros mapas cartográficos fiables de nuestro satélite en busca de un lugar para el alunizaje. En mayo del 66, la sonda norteamericana Surveyor1 consigue posarse sobre la superficie lunar e introduce una pequeña pala en la superficie para verificar que ésta no era un mar de polvo. ¿Que por qué iba a ser una mar de polvo? Pues porque existía la posibilidad de que el constante bombardeo meteorítico durante milllones de años, hubiese dejado la superficie lunar completamente reducida a polvo, algo que resultó ser erróneo pero que había que probar con toda certeza (el primer módulo lunar pesaría casi trece toneladas). Otra sonda soviética sorprende al mundo haciendo salir de sus entrañas el vehículo Lunajod, conducido por control remoto desde la Tierra.


Todo está preparado para el primer alunizaje humano.

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