En el 51 aniversario del Ataque al Congreso

Por: José Manuel Torres Santiago,  
Publicado el Martes, 5 de Julio de 2005 02:33pm

   

Proyecto Salón Hogar

Articulo según apareciera en EL Diario La Prensa de Nueva York

 
 

De cómo los nacionalistas puertorriqueños atacaron el Congreso

 

 5 congresistas tiroteados en la Cámara por 3 nacionalistas puertorriqueños.

Lluvia de balas disparadas desde la galería.

 Capitolio en conmoción, mujer y cómplices rápidamente desarmados. Les imponen altas fianzas.

Así leían los titulares de primera plana del periódico The New York Times del martes 2 de marzo de 1954, al informar del ataque armado ocurrido el día anterior de un comando suicida de nacionalistas puertorriqueños contra la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

Los congresistas estaban en sesión, y discutían un estatuto relacionado con los inmigrantes indocumentados (wet-backs) de México. El comando para sorpresa de los norteamericanos lo dirigía una joven mujer puertorriqueña de 34 años de edad de nombre Lolita Lebrón, operaria de una máquina de coser en una factoría de Nueva York con un sueldo de 45 dólares a la semana, y era además poetisa. Las armas que utilizaron en el ataque fueron cuatro pistolas alemanas Luger calibre 45. El reportaje del Times venía acompañado de una dramática foto del momento del arresto de tres nacionalistas: Lolita Lebrón, de 34 años ; Rafael Cancel Miranda, de 25 años; y Andrés Figueroa Cordero, de 29 años. Todavía no habían capturado un cuarto conjurado, Irvin Flores Rodríguez, de 27 años, que había burlado la vigilancia policiaca y escapado del lugar.

Los cuatro eran residentes de la ciudad de Nueva York y habían comprado en la calle 42 boleto de ida en tren para Washington, D.C. porque no pensaban regresar vivos de la odisea.

La verdadera historia

Lolita Lebrón era una joven emigrante que había llegado a Nueva York en 1940. Pronto fue víctima de los prejuicios y del racismo de ser pobre, campesina y puertorriqueña. Tuvo diversos empleos porque se rebelaba cuando sentía el maltrato a que eran sometidas las mujeres boricuas en las factorías. Ingresa al Partido Nacionalista en 1947 y sin nunca llegar a conocerlo personalmente sentía devoción por el líder del nacionalismo Don Pedro Albizu Campos. En 1954 es nombrada Delegada General del Partido Nacionalista en Estados Unidos y poco después recibe instrucciones para “atacar tres sitios los más estratégicos del enemigo” en Estados Unidos y proclamar desde allí la República de Puerto Rico. Lolita Lebrón acepta la encomienda y coordina los preparativos del ataque con los nacionalistas elegidos para inmolarse. Los escogidos fueron Rafael Cancel Miranda, Andrés Figueroa Cordero e Irvin Flores Rodríguez. El objetivo seleccionado para el ataque fue la Cámara de Representantes en el Capitolio Federal en Washington, D.C. La fecha, el 1ro. de marzo de 1954.


El nacionalismo pasaba por una crisis

La situación en que se encontraba el nacionalismo era crítica. La insurrección del 30 de octubre de 1950 había sido aplastada y numerosos patriotas estaban encarcelados en prisiones de Puerto Rico y Estados Unidos. Don Pedro Albizu Campos desde la cárcel La Princesa de San Juan denuncia que se le ha estado atacando en prisión con radiaciones, querella que aprovecha el Departamento de Justicia para declararlo “loco”, lo cual sirve de excusa al gobernador Luis Muñoz Marín para indultarlo con el propósito de quitarse de encima la presión de varios gobiernos latinoamericanos que le pedían su excarcelación. Albizu convalecía en su hogar en el viejo San Juan. Pero todavía daba orientación y era la inspiración de los patriotas nacionalistas. En su estrategia el magnicidio de ciertos personajes de la cúpula gubernamental estadounidense era de suma importancia para llamar la atención del mundo sobre colonialismo de E.E. U.U. en su patria y para dinamizar la nacionalidad puertorriqueña


Lolita decide sumarse al comando suicida

Lolita Lebrón escogió el 1ro. de marzo de 1954 como el día a llevarse el atentado contra el congreso de Estados Unidos. Marzo había sido un mes aciago en la historia del Partido Nacionalista pues el domingo de Ramos del 22 de marzo de 1937 la policía de Puerto Rico dirigió un ataque armado contra una concentración de nacionalistas que se conoce en la historia como la masacre de Ponce. Ese 1ro. de marzo también se iniciaba en Caracas, Venezuela, la Conferencia Interamericana donde Estados Unidos llevaría la voz cantante y esperaba refrendar su hegemonía sobre Latinoamérica y el Caribe.

Se suponía que Lolita Lebrón no participaría en el asalto pero en último minuto decidió participar y pidió a su compañero Rafael Cancel Miranda que le diera una de las pistolas Luger 45 que este portaba y se sumó al comando.

Llegaron al Capitolio en Washington, D.C., entraron y subieron a la galería alta de la Cámara de Representantes y se situaron en una posición donde los congresistas eran blancos perfectos para el ataque. Antes de atacar se encomendaron a Dios.

Lolita Lebrón desplegó entonces la bandera nacional de Puerto Rico en la baranda del balcón de la galería, gritó “Free Puerto Rico now” y abrió fuego con sus compañeros creando un pandemonium en el Capitolio Federal. Eran las 2:32 de la tarde del lunes 1ro. de marzo, la hora en que se llevó a cabo el atentado y 243 congresistas estaban en sesión. Cinco congresistas fueron heridos: Alvin M. Bentley, republicano de Michigan, Ben F. Jensen, republicano de lowa; Clifford Davis, demócrata de Tennesee; George H. Fallon, demócrata de Maryland; y Kenneth A. Roberts, demócrata de Alabama. Los primeros tres fueron gravemente heridos y los últimos dos recibieron heridas leves en sus piernas. Ninguno resultó muerto y los heridos de gravedad sobrevivieron. Tres nacionalistas fueron arrestados y uno logró escapar pero fue capturado poco tiempo después.

Los hechos de los nacionalistas boricuas tienen inmediatas repercusiones internacionales y en la propia política de Estados Unidos. El Estado Libre Asociado (ELA) fundado en 1952 no había podido detener las acciones nacionalistas después de la rebelión de 1950.

Los países latinoamericanos señalan que es el colonialismo de EE.UU. el que genera la violencia de los nacionalistas puertorriqueños. Estados Unidos por voz de su presidente Dwight D. Einsenhower le ofrece la independencia al gobierno de Puero Rico pero el gobierno la rechaza.

La casa donde convalece Albizu Campos en Puerto rico es entonces sitiada por la policía que viene a arrestarlo por los hechos del Congreso. Después de un dramático tiroteo, lo sacan inconsciente debido a las bombas de gas que lanza la policía dentro de su hogar.

El gobernador Luis Muñoz le había revocado el indulto que le había otorgado el 23 de septiembre de 1953. Se le arresta ilegalmente porque todavía no se había establecido conexión alguna entre el ataque al Congreso y su persona. Además el indulto era irrevocable. Pero Muñoz Marín obedecía órdenes de Estados Unidos de meterlo a la cárcel. Lo único que tenían en su contra era una declaración que hizo al periódico El Imparcial, donde se refería a los hechos como un acto de “Sublime heroísmo”.

Los cuatro nacionalistas fueron acusados por el Gran Jurado de cinco cargos de intento para cometer asesinato y cinco cargos de asalto con armas de fuego.

En total diez cargos por persona. Se les impuso una fianza de cien mil dólares a cada uno que no pudieron pagar por ser muy altas (para esa época, claro está), y además porque eran trabajadores pobres y ningún rico se atrevía a fiarlos, por lo que fueron recluidos en la cárcel a esperar el día del juicio.

El juicio de los cuatro nacionalistas se celebró en la corte de distrito de Estados Unidos en Washington D.C., el miércoles 4 de junio de 1954. El fiscal del proceso fue Leo Rover. Presidió el Juez Alexander Holtzoff. Fue un dramático juicio, en particular por las declaraciones de Lolita Lebrón cuando ésta fue sentada a testificar.

En una ocasión declaró: “Mi propósito era venir a la capital de los Estados Unidos de América y morir por la libertad de mi patria”. Luego el caso pasó al jurado el 16 de junio. El jurado los declaró culpables, a Lolita Lebrón de cinco cargos de asalto con arma de fuego y a sus tres compañeros de cinco cargos de atentado a la vida y cinco cargos de asalto con un arma de fuego.

Fueron sentenciados el 8 de julio de 1954. A Lolita Lebrón se le sentenció a cumplir de 16 años y 8 meses a 50 años de cárcel. A sus tres compañeros se les sentenció de 20 a 75 años de cárcel cada uno.

Ni Lolita Lebrón ni sus compañeros aceptaron el derecho de salir de la cárcel en libertad bajo palabra (”bajo parole”). Cumplieron 25 años de cárcel cada uno de 1954 al 1979, fecha en que el presidente Jimmy Carter les concedió un indulto incondicional.