1898 Los Documentos de Puerto Rico

 

O b r a    d i s e ñ a d a   y   c r e a d a   p o r   H é c t o r  A.  G a r c í a

 

Diario de Ramón de Castro

Diario de las disposiciones y ordenes dadas por el Brigadier Don Ramon de Castro, Gobernador, Intendente y Capitan general de la plaza é Isla de Puerto-Rico, desde el dia 17. de Abril de 1797. en que se presentaron buques enemigos á su vista, y de las operaciones y movimientos mas principales de los dos ejércitos y escuadra hasta el dia de la fecha.

 

Documento obtenido del Archivo General Militar - Madrid, España.
(Se mantiene la forma de escribir de la época)

DIA 17.

A las seis de la mañana de este dia, poco mas ó menos, se avistó un convoy compuesto de buques de guerra y velas al parecer de transporte, cuyas circunstancias de número, calidad y nacion, no podian distinguirse, pero con motivo de la presente guerra, y de las noticias anteriores de un ataque contra esta plaza é isla, se receló ser escuadra enemiga. Asi se comprendió á poco tiempo despues por las maniobras y movimientos de la escuadra aunque todos sus buques se mantenian sin enarbolar bandera.

Inmediatamente se convocó á los Gefes de la plaza y con presencia del plano de defensa que anticipadamente tenia formado su Gobernador, despues de haber conferido lo conveniente al asunto en este caso, y de haber pasado el Gobernador acompañado de los mismos Gefes al Castillo del Morro, á reconocer por si la escuadra, se dió á cada uno de estos y demas oficiales nombrados, el destino señalado en aquel. Se tocó la generala y se distribuyó oportuna y proporcionalmente toda la tropa existente, guarnicion en los castillos, fuertes, baterias y demas puestos de las obras interiores y esteriores de esta plaza. Se dió armas al paisanage alistado, colocándolo en los puestos convenientes. Se habilitaron y colocaron en los sitios que estaban detallados los cuatro ganguiles(1), dos pontones(2) y doce lanchas(3) cañoneras armadas y tripuladas bajo la direccion del capitan de fragata D. Francisco de Paula Castro. Se envió un cuerpo volante proporcionado al número de la guarnicion con cuatro cañones de campaña á las órdenes del teniente coronel D. Isidoro Linares, capitan de este regimiento Fijo, con el fin de impedir el desembarco, bajo las instrucciones que para él y sus oficiales se formaron con presencia y conocimiento de la situacion de los desembarcaderos y segun la observacion que se hiciese de los movimientos del enemigo y demas circunstancias ocurrentes. Igualmente se dió instrucciones á todos los Comandantes y Gefes de línea. Se despacharon ordenes para que tomasen las armas y acudiesen á esta Capital la compañía de caballería los urbanos y gente útil de los partidos inmediatamente, Y circulares á fin de que hiciesen lo mismo en todos los partidos de la Isla. Se proveyó Y reforzó á todos los puestos del recinto y guarnicion, obras esteriores y avanzadas, con armas, municiones, útiles y demas efectos necesarios á la defensa de esta plaza. Se mandó pasar á sus respectivos destinos á todos los individuos y dependientes de las Maestranzas de artillería y fortificacion para los trabajos y ocurrencias necesarias. Se dispuso que el Guarda-almacen de artillería se mantuviese dia y noche en el Parque general para suministrar los pertrechos y efectos que se pidiesen. Se espidió órden á los partidos de esta Isla á fin de que concurriesen á la Ciudad los vecinos de ellos que quedasen libres del servicio de las armas con provision de los frutos del pais para subsistencia de la guarnicion. Se publicó Bando á fin de que saliesen de la plaza las mugeres, niños y viegos, quedando solo los útiles para tomar las armas. Se dieron las mas activas y eficaces providencias para introducir en la plaza la pólvora que existia en los almacenes situados fuera de ella depositándola dentro y en buques destinados á el efecto en la bahia.

1: El ganguil era normalmente una embarcación de dos proas, muy ancha de manga y larga de eslora, que se utilizaba en los puertos para el transporte de mercancía desde el muelle hasta el barco de carga. También se utilizaba para transportar el material extraido del dragado de los puertos.

2: El pontón podía ser un bote de fondo plano para navegación en aguas poco profundas, cruzar ríos o lagunas, limpiar fondos de puertos, construir puentes, etc. También para los mismos fines se utilizaba una balsa ancha con cubierta de tablas, cuadrada o rectangular, abalconada.

3: La lancha era un bote de remos (aunque podía tener una pequeña vela) de mayor o menor tamaño que se utilizaba para transportar personal y mercancias desde el puerto hasta las embarcaciones mayores. También se utilizaba para la pesca.

Como á las 10. de la mañana del mismo dia por las maniobras de la escuadra se confirmó sin duda ser de la nacion inglesa y que su direccion era á un desembarco en las playas de Cangrejos, empezando los buques de transporte á dar fondo en la última de ellas ó ensenada inmediata al sitio nombrado la Torrecilla. Con este conocimiento se mandó habilitar el Escambron avanzado á las obras esteriores de esta plaza, destinando inmediatamente á él, trabajadores con los útiles y efectos necesarios, á fin de formar una línea de defensa en aquel sitio. Se dió providencia para que el ingeniro ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar con los trabajadores necesarios pasase á formar batería en el Seboruca de Barrios(4), para defensa del paso de la laguna al caño del puente de Martin Peña, debiendo formar en aquel sitio escollera para estorbarle, llevando al mismo tiempo las instrucciones convenientes para su retirada en caso de no poder verificar el intento.

4: Probablemente en donde está ubicado el cementario viejo de Santurce.

Se dispuso que se situasen dos pontones á la entrada del puerto á fin de sostener la defensa é impedir la entrada en él. Dos de los ganguiles se destinaron con el mismo objeto en el caño de Martin Peña para defender el paso del puente por él; y los otros dos fueron en defensa del paso del puente de San Antonio; cada una de estas baterias flotantes compuesta de dos cañones de á 16(5). Las lanchas cañoneras unas ausiliando á los pontones y ganguiles, y otras dispuestas para acudir adonde la necesidad lo exigiese estando todos estos buques como el cuerpo de Marina bajo la direccion del capitan de fragata D. Francisco de Paula Castro.

5: 16 libras. En esta época los cañones se medían por el peso de sus balas y no por el ancho del ánima del cañón.

El Illmo. Sr. Obispo se presentó inmediatamente ofreciéndose con cuanto tenia y Eclesiásticos que de él dependian al servicio de S. M. y defensa de la religion en esta ocasiono. Igualmente se ofrecieron los comisionados de RR. PP. Religiosos Dominícos y del órden seráfica(6) que tiene esta ciudad con los misioneros transeuntes que se hallaban agregados á ella. De todo el Cuerpo Eclesiástico y Religioso se nombraron Capellanes que inmediatamente pasaron á los castillos, puestos de la guarnición y hospitales de la misma que se estimó conveniente. Estos se formaron dentro y fuera de la plaza con todo lo necesario á su asistencia y profesores correspondientes igualmente que el campo volante; se dió providencia para tener provisto el Hospital general en la plaza de facultativos, Capellanes, asistentes, medicinas, etc. para remedio de los heridos que de los hospitales de la sangre(7) se trasladasen á él.

6: Orden de San Francisco de Asís.

7: Hospital donde se tratan heridas abiertas, como las de las balas.

Se dispuso que saliesen de esta ciudad con el decoro correspondiente las RR. MM.(8) Carmelitas calzadas dejando su convento y los de Religiosos para emplearlos en hospitales ó cuarteles segun conviniese, y con el mismo fin se escogieron otras varias casas del pueblo.

8: RR.MM. = Reverendas Madres.

En este dia no se observó otro movimiento de la escuadra enemiga que el de haber destacado dos fragatas(9) con su mosca(10), y objeto al parecer de bloquear el puerto á cuya vista se estuvieron bordeando: el resto de la escuadra en aquella ensenada con inmediacion de los buques menores de transporte á la playa. Tambien se advirtió que un navio se echó afuera quedando en alta mar, al parecer á la descubierta.

9: Barco de 3 mástiles con velas cuadradas.

10: Probablemente bote auxiliar de fragata.

La escuadra se componia de un navio(11) de 3 puentes, 2 de á 70(12) Y otros 2 de á 50; dos fragatas(13), una de 40 y otra de 36; dos bergantines(14) de 16 á 18 cañones: cuatro corbetas(15) como de á 16; diez y ocho goletas(16) corsarias de porte de 6 hasta 12 cañones, una urca grande, y otros buques menores como de transporte, contándose el número de velas de toda la escuadra hasta sesenta.

11: Barco de guerra de gran tamaño con varias cubiertas para cañones.

12: Cañones.

13: Barco de 3 mástiles con velas cuadradas.

14: Barco de 2 mástiles con velas cuadradas.

15: Barco de 3 mástiles, 2 con velas cuadradas y uno con vela triangular o cangreja.

16: Barco de 2 mástiles con velas triangulares o cangrejas.

DIA 18.

En la noche del 17 al 18 estuvo en esta plaza la compañía de caballería de la ciudad que reside en Bayamon y Guainabo y se destacaron cuarenta hombres de ellos á reforzar el cuerpo volante.

En la madrugada de este dia se sintió un vivo fuego de los buques fondeados que se conoció era para protejer el desembarco, como efectivamente asi sucedió.

Al amanecer se descubrió que las fragatas bloqueadoras se mantenian en la posicion de su objeto.

El cuerpo volante salió al mando del teniente coronel D. Isidoro Linares con los de igual grado D. José Vizcarrondo y D. Teodomiro del Toro, ayudante este de las milicias disciplinadas de esta Isla y capitan aquel del Regimiento de infantería de Valencia. D. Isidoro Linares se apostó con cien hombres en el sitio nombrado la Plaza, inmediato á una de las playas de Cangrejos: D. José Vizcarrondo en la playa de San Mateo y D. Teodomiro del Toro en la Torrecilla con igual número de gente cada uno al que tenia Linares, siendo los puestos de situacion, los mas ventajosos y resguardados para rechazar el desembarco que intentase el enemigo y poderse proteger unos á otros.

Cada uno de estos comandantes se atrincheró segun le permitieron la situacion y el tiempo, colocando oportunamente los dos cañones de campaña que llevaban Linares y Vizcarrondo.

El enemigo para protejer su desembarco dirigió su fuego principalmente hacia el puesto de Toro, como el mas inmediato. Se aproximaron cuatro lanchas grandes llenas de tropa á la playa, y una de ellas con el pavellon inglés enarbolado. Rompió Toro su fuego contra ellas con mucho estrago, de tal modo, que en la lancha que enarbolaba el pavellon, solo quedó un hombre vivo, y en las otras muy pocos, viéndose obligados á retroceder. Emprendieron de nuevo el desembarco un crecido número de lanchas sostenidas unas por el fuego de otras y por el de los buques de guerra, y aunque Toro les correspondia con mucho acierto, no pudo sostenerse contra un cuerpo al parecer de tres mil hombres armados, que pusieron el pié en tierra, de cuyas resultas se vió precisado Toro á la retirada replegándose con la partida de Linares y ambos con la de Vizcarrondo. Informados estos tres oficiales de que el enemigo con un cuerpo muy crecido de gente marchaba hácia ellos, determinaron la retirada haciéndola Linares y Toro al puente de Martin Peña y Vizcarrondo al del de San Antonio, segun las instrucciones que se les habia dado.

En este nuevo supuesto se colocó Vizcarrondo atrincherándose segun le fué posible con sus 2 cañones á fin de rechazar á los contrarios y de sostener la última retirada de Linares y Toro al espresado puente de San Antonio: viendo estos que la direccion del enemigo no era hácia su puesto y si al de Vizcarrondo se replegaron con él. Conocida la superioridad de fuerzas del contrario, se retiraron estas partidas por el puente de San Antonio á nuestro campo, y no teniendo la de Vizcarrondo, tiempo para arrastrar los cañones los dejó inutilizados y enterrados en tierra y se replegó al mismo puente dejando partidas avanzadas defendidas por la artillería del mismo puente y castillo de San Gerónimo. Los enemigos sin duda al reconocer aquellos dos fuertes se detuvieron, y dejando puestos avanzados, retrocedió el resto de su gente á replegarse con los demas. En la misma mañana se mandó salir á Vizcarrondo á incomodar á los enemigos y reconocer su posicion con individuos ciudadanos de la república francesa, cincuenta hombres del Fijo y de las milicias y treinta de á caballo: marchó hácia Cangrejos haciendo tres divisiones dirigidas por distintos caminos con las órdenes correspondientes para obrar y concurrir en caso necesario á un punto de reunion en que dejó al capitan de caballería con quince caballos y 25 infantes. Las partidas que se dirigian á la plaza de San Mateo se escopetearon con las avanzadas de los enemigos, quienes hicieron avanzar inmediatamente las suyas del grueso de su ejército que tenian en dicha plaza al parecer de mas de tres mil hombres y en esta situacion recibió Vizcarrondo orden de su General para retirarse y llevándose un cañon que encontró en el camino de Cangregos, verificó su retirada por el puente de San Antonio á cuyo tiempo se hallaba en San Gerónimo el Capitan general, y dispuso hacer fuego á los enemigos que venian en seguimiento de las partidas; en que se detuvieron y retrocedieron. Inmediatamente mandó cortar el puente de San Antonio.

En este dia se mandó descovijar todos los bohíos de la ciudad y sus inmediaciones con el fin de evitar cualquiera incendio que pudiese causar el fuego enemigo.

En la mañana del mismo dia se presentó en la boca del puerto un bote con bandera parlamentaria que fué detenido por el Castillo del Morro, dando parte inmediatamente al General de la plaza de esta novedad: se dispuso que al instante saliese un edecan á recibirle bajo los mismos términos parlamentarios; y el oficial inglés entregó para el General de la plaza un pliego dirigido por los Comandantes generales de mar y tierra de la espedicion destinada al sitio y bloqueo. El contenido de él se reduce á la intimacion de la entrega de la plaza á las armas Británicas que la sitiaban, cuyo por menor se manifiesta en la copia que acompaña designada con el número 1.º El General de la plaza contestó en los términos que manifiesta la copia número 2.º y no habiéndose esperado el parlamentario inglés á recibir la respuesta, se remitió á uno de los buques bloqueadores mas inmediato al puerto: este ó por ser ya obscurecido y no conocer la bandera parlamentaria de la falua, ó por algun otro motivo hizo fuego lo que obligó á nuestro parlamentario á retirarse.

A las 3. de la tarde salieron tres lanchas cañoneras, y se pusieron avanzadas á los dos ganguiles que estaban á la defensa del puente de Martin Peña, con el fin de contener por aquella parte á los enemigos y defender la retirada del ingeniero D. Ignacio Mascaró y Homar y sus trabajadores destinados al Seboruco de Barriga que pudo conseguir con bastante riesgo de ser cortado; pero los enemigos intentaron atacar por tierra las lanchas con una partida como de 200 hombres. De resultas del fuego que estas hicieron, se dividió la partida enemiga en dos partes y resguardándose, intentaron otra vez el ataque por el costado y retaguardia de las lanchas que se retiraron poniéndose al abrigo de un vivo fuego que rompieron los ganguiles quedándose los enemigos en Martin Peña. Estas baterias flotantes continuaron su fuego todo el dia por aquella parte con el fin de estorbar cualquier trabajo que pudiera intentarse. En los mismos términos siguió el fuego por la noche.

Prácticos del país y partidas avanzadas destinadas á observar los movimientos del contrario y tomar conocimiento de sus fuerzas avisaron á los comandantes del puente de San Antonio y fuerte de San Gerónimo, que los enemigos avanzaban por aquellos terrenos, y descubiertos que fueron, rompió nuestro fuego contra ellos continuándose dia y noche segun las observaciones que se hacian, y á fin de impedir que intentasen trabajo alguno. Hubo en este dia dos muertos y un herido del regimiento Fijo.

DIA 19.

Se descubrieron las dos fragatas bloqueadoras en los mismos términos que el dia antecedente.

Se dispuso y preparó una goleta correo de S. M., con el fin de que aprovechándose de la obscuridad de la noche saliese del puerto con pliegos para los generales de mar y tierra de la Havana, dando aviso de la situacion de esta plaza y reiterando el reclamo los ausilios que se habian pedido de buques de guerra, tropas, armas y dinero, comunicándoles el ánimo del Gobernador de la plaza á sostener una defensa vigorosa hasta agotar todas las fuerzas, que podrian mantenerse un tiempo suficiente á recibir el socorro que pedia.

Combinando con otros partes y noticias, se comprendió que el fuego vivo que habian hecho en la noche antecedente el fuerte de San Gerónimo y bateria de San Antonio con sus dos cañones de á 8, esta y aquel con los del calibre de á 12 de su frente al Sur y el de los ganguiles, no solo habian estorbado en gran parte los trabajos que se conocia habia emprendido el enemigo, sino que les habian muerto y herido porcion de gente. De los heridos se pudo cojer uno que lo estaba mortalmente, y examinado por el comandante del puente de San Antonio D. Ignacio Mascaró y Homar, ingeniero ordinario, solo pudo averiguarse ser aleman, granaderos de uno de los regimientos de su nacion que al servicio de Inglaterra, venia de transporte para el desembarco: que la tropa desembarcada hasta aquel dia serian á su parecer uno 3,000 hombres poco mas, y la que traia la escuadra para el mismo fin, podria ser como 6,000 hombres, sin permitirle el estado de su herida continuar la declaracion: en vista de esto determinó aquel comandante remitirle á la plaza, pero murió en el camino antes de su llegada.

En este mismo dia una de las fragatas que se mantenian á la capa para el bloqueo del puerto se acercó á el algo mas de lo acostumbrado, pero siempre fuera del tiro de cañon, echó su lancha al agua con bastante gente, y se observó que reconoció la punta de la isla de Cabras y castillo del Cañuelo, y que sondeaban aquellos parages. Desde el castillo del Morro, aunque se reconocia la larga distancia para ofenderla, se le tiraron algunos cañonazos, con el fin de ahuyentarla ó escarmentarla y de que no intentase otro reconocimiento: en efecto se consiguió verla retirar á su fragata precipitadamente. Con el mismo objeto hicieron fuego el castillo de San Cristóbal y algunas de las baterias de la línea del Norte pero sin empeñarse en él por hacerlo infructuoso la distancia.

Para contener algun desembarco que de resultas de este reconocimiento intentase hacer el enemigo en la noche siguiente por la parte de Punta Salinas, salió de la plaza el teniente coronel D. Isidoro Linares con cincuenta hombres armados para mandar un cuerpo volante formado de ellos y de la gente de armas que se iba acercando de los partidos inmediatos, para la defensa de esta plaza que encontraria en Palo-seco debiendo colocarse segun las observaciones del movimiento de los enemigos.

Conocido el buen efecto del fuego que hacian los dos ganguiles situados en el caño de Martin Peña con el acierto y segura direccion de sus tiros se tuvo por conveniente mandar reforzarlos con uno de los pontones que estaban en la boca del puerto á fin de oprimir é incomodar mas al enemigo.

Se reforzó el castillo de San Gerónimo con un obuz, municiones y pertrechos correspondientes.

Se recibió avisó del partido de Rio-piedras de haber llegado á el 400 hombres de armas de los partidos inmediatos: se mandó que 200 de ellos se trasladasen inmediatamente á esta ciudad y que los 200 restantes se quedasen en aquel partido para resistir y rechazar las hostilidades que el enemigo intentase por la retaguardia de su campo.

Llegó noticia de que una partida enemiga compuesta de 20 ó 30 hombres habia situado su campo por el sitio de Bañacaballos y de que habia saqueado los ingenios inmediatos de D. José Giral y D. Jayrne O'Daly sitos en Puerto Nuevo y San Patricio.

Una partida de negros del partido de Loysa aprendió dos soldados alemanes del egército enemigo que por aquella parte se habian adelantado y fueron remitidos á esta capital, se procuró adquirir de ellos cuantas noticias son útiles en estos casos relativas á los enemigos y de sus declaraciones no resultó alguna estraordinaria digna de atencion, solo si en el reconocimiento de sus mochilas se encontró en la de uno un papelito con el nombre de un vecino de esta ciudad que se pasó al Auditor de guerra para el exámen y procedimiento necesario. Como en estos casos ninguna precaucion está demás, tanto por este motivo como por el recelo de la inteligencia de los enemigos con sugetos existentes en la plaza é isla, se dispuso que con cautela y reserva se observasen los movimientos y siguiesen los pasos de algunos vecinos y otros individuos estrangeros transeuntes que se hallaban en la plaza, principalmente de los de la nacion inglesa é irlandesa; y se tuvo por conveniente el arresto y seguridad de las personas de algunos de ellos cometiendo las diligencias inquisitivas de cualquier género de sospechas relativas á inteligencia ó comunicacion con los enemigos, al mismo Auditor de guerra.

Entraron en este dia, en la plaza 251 hombres de armas de las compañías urbanas de Toa-baja y Río-piedras. Con motivo de no haber sido recibido nuestro parlamentario el dia antes, y haberse retirado á la plaza, salió en este dia y fué al navio Comandante, á entregar la contestacion que estaba detenida con nuevo oficio de que es copia el señalado con el número 3.º.

DIA 20.

En este dia se avistaron las dos fragatas bloqueadoras en su acostumbrada posicion con agregacion á ellas de un bergantin y dos lanchas al parecer cañoneras. La escuadra se mantenia anclada en los mismos términos del dia anterior.

El fuego del Castillo de San Gerónimo, puente de San Antonio y de los ganguiles, fué en la noche y resto de este dia igual al de la antecedente, graduando á tiempos su mayor ó menor viveza segun se observaban los trabajos del enemigo.

Se advirtió que intentaba el enemigo establecer batería en el Cerro del Condado dominante á nuestros puertos y por la parte del Este y como de 400. varas de distancia, con cuyo motivo se dirigieron nuestros fuegos hacia aquellas partes usando de granadas que segun se advirtió produjeron efecto favorable.

Se dispuso que el subteniente de milicias D. Vicente Andino con su hermano el subteniente D. Emigdio, ayudante de la plaza, saliesen con 60 hombres voluntarios para unirse á la partida del campo volante, y contener las hostilidades del enemigo que por su retaguardia intentase obrando segun lo exigiesen las circunstancias.

Con igual objeto y motivo salió el Sargento mayor del partido de Toa-alta, D. José Diaz con 50 hombres armados.

Se formó una instruccion para los Comandantes de las partidas de paisanos que se fuesen formando en el campo y que llegasen á él de la Isla, para defenderse con el posible acierto de los insultos del contrario y atacarle segun permitiesen las ocurrencias.

Se dieron órdenes por el Comandante de la Marina, para numerar las piraguas de todos los desembarcaderos de la bahia á fin de servirse de ellas en la conducion de víveres, ganados, pasage de tropa y municiones y demas necesario á la comunicacion de esta plaza con los campos de la Isla.

Se repitieron providencias para el abasto y acopio de víveres, igualmente que para la conservacion de agua en los algibes.

Se remitió un parlamentario á la escuadra enemiga con el motivo que esplica el oficio de que es copia el designado con el número 4, y la contestacion del General inglés es la de la copia número.5.

Se observó en la tarde de este dia haberse hecho á la vela una fragata del fondeadero de la escuadra, que se agregó á los buques del bloqueo.

Cerca de las nueve de la noche, se advirtió que las fragatas enemigas y el bergantin del bloqueo se acercaban á la plaza con dirección á Punta de Salinas.

El Castillo del Morro y el del Cañuela les hicieron fuego, pero sin empeñarse en ello por haber conocido se hallaban los buques fuera del tiro de cañon. Se determinó la salida del capitan del puerto teniente de fragata D. Juan Hurtado, con cuatro lanchas cañoneras á situarse en la boca de Paloseco, para observar los movimientos de las fragatas y resistir el desembarco que intentasen los enemigos por la espresada Punta. Durante la noche y sin embargo de la obscuridad de ella, se advirtieron varias maniobras del bergantin bloqueador que por último fondeó en las inmediaciones de la isla de Cabras por la parte del Norte: con este motivo se mandó que el castillo del Cañuelo avivase su fuego é igualmente la bateria de San Fernando con su artillería de á 36 á fin de conseguir ofender é incomodar al citado bergantin, de cuyas resultas se notó al amanecer, y cuando podia asegurarse la puntería, que hizo este toda fuerza de vela y remo para salir, como lo consiguió no sin daño al parecer dejando el ancla sobre que se hallaba.

Se recibieron en todo el dia 25 prisioneros y desertores: por sus declaraciones lo mas particular que se indagó fué lo siguiente: que en el campo enemigo habia regimientos alemanes é ingleses; que la tropa del desembarco era de 6 á 7,000 hombres: que se habian desembarcado todos estos en la playa y despues algunas piezas de artillería de grueso calibre, obuces y morteros con un crecido tren de municiones y efectos correspondientes: que habia un cuerpo de 400 á 500 franceses que siendo prisioneros de los ingleses, los incitaron y casi obligaron á tomar las armas para esta espedicion á que condescendieron por la miseria en que estaban, pero que generalmente se hallaban descontentos en semejante servicio y por último que en el dia del desembarco hubo muchos muertos y heridos.

Entraron en la plaza en este dia 325 hombres de las compañías urbanas de Guainabo y Caguas.

DIA 21.

Se descubrió que los buques bloqueadores se mantenian igualmente que la escuadra en la misma posicion que el dia antecedente, y solo se advirtió que un navío salió á la mar con un bergantin, que se perdieron de vista infiriéndose iban empleados á la descubierta.

El capitan del puerto D. Juan Hurtado con sus lanchas cañoneras se mantuvo toda la noche antecedente observando con cayuco de escucha las operaciones de la fragata, sin haberse advertido otra novedad que la del bergantin fondeado en la punta de la isla de Cabras sin tener proporcion de ofenderle con sus lanchas cañoneras.

Se recibió en este dia aviso del teniente coronel D. Isidoro Unares comandante de las partidas del cuerpo volante á la retarguardia del enemigo, en que dá cuenta de las operaciones y disposiciones que habia tomado.

Apostó varias partidas y avanzadas segun la del enemigo y movimientos que se le observaban. En la madrugada de este dia las partidas volantes al mando del subteniente de granaderos D. Luis de Lara y el de milicias D. Vicente Andino, y de su hermano el ayudante de plaza D. Emigdio fueron atacadas por una avanzada superior del contrario como de 150 hombres que se hallaba emboscada fuera de su línea en el puente de Martin Peña, sin embargo de la inferioridad de nuestras partidas fueron sosteniendo una retirada con su fuego hasta llegar al Roble en donde reunidas con otras que componian igual número al de los contrarios con 48 soldados de á caballo sobrecargaron al enemigo con un fuego tan bien ordenado que pusieron al enemigo en precipitada fuga, obligando á los pocos que de su partida quedaron á ampararse del puente de Martin Peña y batería de tres cañones que estaba en él establecida.

En esta accion hubo bastantes muertos y heridos y se tomaron 32 prisioneros y un subteniente, que fueron conducidos á esta Capital; por nuestra parte hubo 5 muertos, 20 heridos, 4 de ellos gravemente, y 2 soldados dispersos.

Se reforzó el Castillo de San Gerónimo con dos cañones de á 24 para mas incomodar al enemigo por la observacion que se hizo de dos baterías que construían dirigidas principalmente á batir el fuerte de San Antonio, la una por frente al Sur y á unas 250 varas poco mas ó menos de distancia en el sitio llamado el Rodeo, y la otra por el costado del puente al Este de él, en el Condado, como á 400. varas poco mas ó menos de distancia.

El ingeniero ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar, comandante del fuerte de San Antonio, en vista de los trabajos del enemigo y de la poca defensa de su puesto por falta de estension para colocar artillería, solicitó poner dos cañones de á 8. en la parte inferior de su puesto, y en las aletas de él para rechazar cualquier ataque brusco del contrario por el puente; lo que inmediatamente se ejecutó segun propuso.

El fuego de este día, de San Gerónimo, San Antonio y ganguiles, fué con intermision y segun se comprendia que podia incomodar los trabajos del enemigo.

Se mandó á precaucion derribar los pretiles del puente de San Antonio á fin de que en el caso de un ataque, no se amparasen los contrarios de ellos para cubrirse de nuestros fuegos.

Se reforzó el fuerte de San Gerónimo con dos morteros, uno de á 9. y otro de á 12 pulgadas.

A las 9. de la noche salió del puente de San Antonio una partida de 15. hombres con dos sargentos comisionados á dar fuego á algunas camisas embreadas para poder descubrir á los enemigos y sus trabajos; pero como á 100 pasos del puente les acometió la fusileria enemiga en crecido número á que sin embargo de la inferioridad de nuestra partida, le correspondió esta con la suya retirándose al puente, cuyo comandante, el de San Gerónimo y los de los ganguiles y lanchas, luego que conocieron asegurada nuestra tropa, rompieron un general y vivo fuego que obligó á cesar inmediatamente el de la fusileria contra ella, conociéndose que hizo mucho daño en ellos nuestro fuego sin haber tenido por nuestra parte mas que un soldado herido de la partida que avanzó.

Se recibieron en la plaza 35 prisioneros y desertores inclusos en ellos los que condujo el sub teniente D. Vicente Andino. De sus declaraciones solo resultó útil para el gobierno del general que continuaban los enemigos en el desembarco de los efectos y pertrechos de artillería: que el parque general estaba establecido en la plazuela de San Mateo: que el general de tierra se habia alojado en la casa llamada del Obispo: que el campamento de su egército estaba á sus inmediaciones; que trabajaban con esfuerzo en adelantar sus baterias contra nuestra linea, y que intentaban construir algunas de morteros.

Entraron en la plaza 530. hombres de las compañías urbanas de los partidos de Toa-alta, Vega-baja y Manaty.

DIA 22.

Los buques bloqueadores se mantuvieron en su crucero ordinario y algunos barcos de la escuadra se agregaron con el mismo objeto al parecer.

El fuego de nuestra parte en la noche anterior fué intermitente de balas, bombas y granadas; segun se conocia, podia causar daño en los trabajos del enemigo.

En el discurso del dia, se descubrió, que en el campo contrario se arrastraban cañones hacia sus baterías, con cuyo motivo se avivaron todos nuestros fuegos dirigidos donde se conocia que podian causar mayor estrago, el que sin duda se comprendió en los enemigos.

Con noticia que se tuvo de que el Almirante enemigo estrechaba al General de tierra á fin de que atacase la plaza y recelando por algunas otras sospechas de que en la noche de este dia se intentaba algun ataque brusco á vista de haberse descubierto en su campo crecidas columnas de regimientos veteranos con banderas fuera del alcance de nuestros fuegos; á las cuatro de la tarde se dispuso lo siguiente:

Se sabia que traian los enemigos, caballos de desembarco, y se creyó que se aprovecharian para el ataque del puente, vadeando sus aguas por la parte mas débil con un infante á la gurupa de cada caballo, sostenidos por columnas de fusilería y de la artillería de sus baterías, mientras algun otro cuerpo forzaba la cabeza del puente.

Para rechazar esta accion se coronó de caballos de frisa la inmediacion de la parte mas fácil de pasar á nado la caballería; se pusieron á la orilla del agua mantas ó tablas con clavos para dañar los caballos, se tendió en la misma línea, porcion de salchicha cargada con varios combustibles, y algunos quintales de pólvora regados en sus cercanías á proporcionada distancia de la misma línea; se formó una trinchera capaz de cubrir 400. hombres que con la fusilería se opusiesen al paso de la caballería; y se parapetó la gola indefensa del fuerte de San Gerónimo, situando oportunamente un cañon de á 8. ademas de los dos de á 12. A la oracion salieron los 400. hombres y se apostaron en dicha trinchera; se guarneció el trincheron del fuerte de San Cristóbal con algunos cañones de campaña, 1,500 infantes y la compañía de caballería repartida en los costados con el objeto de reforzar el fuerte de San Antonio y trinchera citada segun lo exigen las circunstancias y con las ordenes correspondientes para sostener la retirada de aquellos puestos avanzados en un evento funesto. Se aprontó porcion de granadas de mano para su debido uso. En la puerta del puente se colocaron barreras de aquellos mismos tablones enclavados y se hicieron troneras para la fusilería. Se reforzaron las guarniciones del fuerte del puente y castillo de San Gerónimo, en donde se colocó una mina volante con algunas bombas cargadas á fin de darles fuego en su oportunidad.

Los ganguiles y lanchas cañoneras bien tripuladas y municionadas se situaron debidamente para auxiliar el rechazo del ataque.

Recelando que el enemigo pudiese hacer el ataque por la primera línea del puente, inclinando á llamar toda nuestra atencion á él, Y que mientras tanto amparado de la obscuridad de la noche intentase un desembarco por los..XXXXX. Escambron ó canal de Jorge que media al Norte, entre San Gerónimo y el trincheron que se halla al frente del Castillo de San Gerónimo, se destinaron patrullas de caballería, y se apostó en situacion ventajosa un cuerpo de infantería con dos cañones de campaña para hacer la debida oposicion.

En este dia se recibieron 22 prisioneros y desertores cuyas declaraciones nada aumentaron á las noticias recibidas.

Entraron en la plaza 323 hombres de las compañías urbanas de los partidos de Juncos, Arecibo y Cayey.

DIA 23.

Los buques bloqueadores se descubrieron del mismo modo poco mas ó menos que los dias antecedentes, y los de mayor porte de la escuadra estaban anclados mas afuera de su primer fondeadero, sin duda por el mayor riesgo que en este conocian, pues al menor viento Norte ó nordeste que soplase, en lo que desde su llegada habian sido dichosísimos, estaba espuesta toda la escuadra á perderse. Se hizo particular encargo al comandante del campo volante en la retaguardia del enemigo para hacer una salida y atacar á la avanzada previniendo la circunstancia de su posicion, fuerza etc.. Se pusieron presos algunos estrangeros del pueblo á precaucion y por conocimiento que habia de que los ingleses venian á tomar esta plaza fundados en la esperanza de inteligencia y comunicaciones, lo que confirmaron las declaraciones de algunos desertores.

Se observó que algunos de los buques bloqueadores se arrimaban mucho á Punta Salinas con lanchas á su costado y que de noche principalmente hacian guardia mas vigilante que al principio, lo que se atribuyó á que tal vez tendrian noticia, por inteligencias ó espias de que estaba pronto un Correo para salir á la Havana con aviso del sitio desde el dia tercero de él.

Frustrada la esperanza de hacerlo ahora por este medio se dirigieron por tierra á la Aguadilla, pliegos para la isla de Santo Domingo y la de Cuba con igual objeto á fin de que el Teniente á guerra proporcionase barco que los condujese.

Se repitió circular llamando la gente útil de armas de los partidos de la Isla que se retardaban.

Se colocó un mortero de á 12 pulgadas en uno de los pontones para usar de él contra el enemigo en el caño del puente de San Antonio.

El fuego de la línea avanzada y baterias flotantes fué en este dia con alguna intermision y por la noche algo mas vivo con bombas, granadas y balas para incomodar á los enemigos y detenerles sus trabajos, y se conocia el buen efecto que causaba en ellos: por nuestra parte tuvimos 2 soldados heridos de bala de fusil en los puestos de la línea.

Se recibieron en la plaza 29 prisioneros y desertores, cuyas declaraciones nada añadian á las de los anteriores y solo confirmaban el daño que nuestras lanchas les hacian.

DIA 24.

Se descubrieron los buques bloqueadores en su acostumbrada posicion, con inclusion de una fragata hácia Punta Salinas, sin novedad en los demas de la escuadra.

Conociendo el General la calidad de tropas que tenia en su guamicion, siendo el regimiento Fijo el único veterano que habia en ella nuevamente completado con reclutas de la Isla, y el resto de él casi de la misma clase, consideró, no sin mucho sentimiento, perder la ocasion, que se hallaba imposibilitado de hacer una salida de la plaza y dar un ataque brusco al enemigo para obligarle á levantar el sitio y escarmentarle.

Sinembargo de este conocimiento intentó incomodar al contrario, y al efecto, por informe que tuvo, escogió al sargento de milicias Francisco Diaz, á cuyas órdenes se puso una partida de 70 hombres bien armados que voluntariamente se prestaron á la accion proyectada: estos eran 20 de las compañías de milicias disciplinadas y 50 escogidos de los destinados á este presidio. En la madrugada de este dia se embarcaron en piraguas, y sostenidas por dos lanchas cañoneras, entraron por el caño de San Antonio á desembarcar por la parte mas inmediata, al costado de las trincheras y baterías enemigas. Anticipadamente se habia mandado que todos los puestos de la línea y baterías flotantes, hiciesen un fuego general muy vivo y que cuando observasen que la partida estaba ya en tierra en disposicion de ataque, se continuase el fuego vivo sin bala, preparándose para sostener la retirada cuando fuese conveniente, igualmente que las lanchas cañoneras que convoyaron las piraguas.

Luego que Diaz desembarcó su tropa y la ordenó, debidamente, fué avanzando con cautela hacia la trinchera enemiga, y á proporcionada distancia hizo una descarga contra los trabajadores que en ella se hallaba: la guardia que los sostenia tomó las armas y pretendió defenderse pero Diaz continuó su fuego ganando terreno hasta llegar al caso de entrar en la trinchera con sable en mano acometiendo valerosamente á los contrarios, matando é hiriendo cada soldado nuestro á cuantos se les presentaban delante; de tal modo que los que podian librarse de nuestras armas se ponian atropellada y vergonzosamente en precipitada fuga, sinembargo de haberse calculado que el número de los enemigos en aquella ocasion llegaria á 300. Quedó solo Diaz con su gente en la trinchera enemiga, reconoció una batería de cañones muy bien dispuesta dirigida al puente de San Antonio y fuerte de San Gerónimo, capaz de siete cañones en batería, de los cuales tenia ya montados dos de á 24 Y uno de á 12. con dos obuses y tres morteros para granadas reales; y no pudiendo clavar la artillería por falta de tiempo y proporciones, determinó la retirada trayendose un capitan y 13 prisioneros vivos, y sintió inmediatamente el rumor en el campo del enemigo, comprendiendo que se destacaba algun cuerpo grueso contra los nuestros, como efectivamente sucedió, pero cuando llegó, ya Diaz estaba embarcado con toda su gente y prisioneros, sostenidos por las lanchas cañoneras y se retiró gloriosamente. El General de nuestro egército presenció esta accion clara y distintamente, con mucha satisfaccion y envidia desde el fuerte de San Gerónimo, y luego que advirtió, embarcada toda nuestra tropa, dispuso que se rompiese un fuego muy vivo de cañon, obuz y mortero, por toda nuestra línea al campo contrario que acudió en socorro de su trinchera y baterías. El mismo General lleno de júbilo y contento, dió gracias en nombre del Rey á toda la partida con particularidad al Comandante de ella, por accion tan distinguida, y ordenó que inmediatamente se le entregaran 500 pesos del Real Erario, y que los repartiese á su tropa, á reserva de las demas gracias que hubiese lugar. En esta accion solo tuvimos un individuo muerto de los del presidio, y 3 heridos gravemente, los dos de él y otro de milicias.

Ya se descubrieron en esta mañana clara y distintamente las baterías del enemigo con sus troneras abiertas y cañones montados con direccion á las del puente de San Antonio y castillo de San Gerónimo.

Atendiendo á la sencillez de la puerta de este puente, se reforzó interiormente, fortificó lo posible á fin de que pudiese resistir el fuego del enemigo y cualquiera ataque brusco.

Se mandó cortar el puente de Juan Diaz para estorbar el paso á los enemigos hacia los campos de esta Isla, por la parte conocida con el nombre de Baña-caballos, y lo egecutó eficazmente. D. Blas Lopez, Teniente á guerra de Juncos.

A las 8. de la mañana de este dia, rompió el enemigo su fuego con las dos baterias de cañones situadas al Este y Sur del puente de San Antonio dirigidas principalmente contra él: tambien empezó á hacer fuego de bombas y granadas desde otra batería que formaba ángulo con las de cañones detrás de la casa de teja, y á distancia de medio cuarto de legua de nuestra línea. Por el vivo fuego que hacian los enemigos por el efecto que causaba en las obras del puente y por las balas que se recogieron, se conoció que el calibre de sus cañones era de 8, 12, 24 Y 36: que el mortero era de 9 pulgadas y que usaban de granadas reales. Se les correspondió con la mayor vivesa y bizarria por toda la artillería de nuestros fuertes y baterías flotantes y se observó que hacia daño considerable á los enemigos, principalmente con la buena direccion de bombas y granadas que abundantemente se les arrojaron en todo el dia y noche.

La batería del puente de San Antonio recibió bastante daño en su débil obra molestada por dos baterias, la una con cañones de á 24, uno de á 36, y cuatro cañones de á 12. Y la otra con cuatro cañones de á 24. Su Comandante, el ingeniero ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar, procuró reparar inmediatamente los descalabros que padeció su batería con sacos y barriles de arena y demas ausilios que pudieron franquearse segun el tiempo y las circunstancias, aprovechándose principalmente de la obscuridad de la noche y siendo el primero que echaba mano á cualquiera faena é instaba con el egemplo á su tropa.

Se publicó Bando indultando á los desertores que hubiese en la Isla y se presentasen habiendo cometido su fuga sin circunstancia gravante y antes del primer dia del sitio y bloqueo de esta plaza, con el fin de reforzar en lo posible el corto número de tropa veterana de la guarnicion.

Entraron en este dia 32 prisioneros y desertores del campo enemigo, inclusos los 13 prisioneros de la partida del sargento Diaz, por cuyas declaraciones nada de particular se supo, mas que el estrago en el campo contrario, de nuestro fuego. Por el capitan prisionero se ha sabido que el Gefe de brigadas ingles nombrado Ylope habia estado espuesto á la misma suerte que él si al tiempo que huia el capitan, no hubiera vuelto para atras y hecho frente con una arma de fuego que llevaba, á unos cuantos de nuestra tropa que los perseguian, con cuyo entretenimiento hasta que lo rindieron tuvo lugar su General para la fuga.

En este dia hubo por nuestra parte 2 muertos, uno del regimiento Fijo, y otro de las milicias urbanas y 15. heridos, 2 de Artillería, 3 del Fijo y los 10 restantes de las milicias urbanas.

Entraron en la plaza 147. hombres de las milicias urbanas del partido de Utuado. Habiendo dado parte el teniente de Rey, que la batería del puente de San Antonio se hallaba sin bandera, dispuso el General que inmediatamente se le remitiese una que fué acompañada con un oficio de que es copia el señalado con el número.6.

DIA 25.

No se advirtió novedad en los buques bloqueadores. El fuego de la noche antecedente fué intermitente de una y otra parte pero siempre por la nuestra mucho mas vivo con muy buen efecto segun las observaciones.

La debilidad de la batería del puente no podia resistir el grueso calibre de las balas que á tan corta distancia le batian, por cuyo motivo se multiplicaron trabajadores y era incesante la fatiga para reparar con sacos, barriles de arena y otros ausilios los descalabros que se esperimentaban.

La estrechez de aquel puesto para tener con precaucion y reserva los abundantes repuestos de municiones y otros efectos que se necesitaban, el ningun sitio para la tropa de descanso por estar ocupadas sus pocas separaciones y la escasez del terreno que nada permitia, aumentaban considerablemente los trabajos y fatigas del Comandante para poner á cubierto su guamicion y efectos de la batería, construyendo espaldones para resguardarla de dos vivos fuegos que venian por el frente y costados. Las ruinas que de este cayeron causadas por los cañones de á 24 de la batería enemiga del Condado, inutilizaron el uso del cañon colocado en la aleta izquierda del puente, se vió Mascaró precisado á retirarle de la plazuela interior de él, construyendo bateria provisional con direccion á la del Condado, y con su fuego se incomodó mucho al enemigo principalmente con la puntería del artillero de las milicias disiplinadas Cistóbal Ortega, quien al obscurecer de este dia desmontó uno de los cañones del enemigo que mas daño causaba.

Para el caso de necesidad en la retirada del puente, se empezó á construir una trinchera en el pequeño alto de la izquierda y apartada de la que está á espaldas de los caballos de frisa: igualmente se empezó á construir un camino de comunicacion para cubrir la tropa y trabajadores que debian pasar desde el trincheron á los fuertes avanzados.

El enemigo incomodaba bastante al fuerte de San Gerónimo con los fuegos de la batería del Rodeo, que dirigía tanto á él como á la batería del puente. El Comandante teniente coronel D. Teodomiro del Toro, esforzaba á los trabajadores para reforzar con sacos y barriles de arena, el descubierto que esperimentaba en su Castillo, por la parte que mira á la citada batería enemiga, y para precaver los daños de las bombas y granadas reales, que frecuentemente caian en todo el Castillo, mandó llenar de arena las azoteas que correspondian al cuerpo de guardia y demas cuartos inferiores, por haberse esperimentado que una bomba traspasó la azotea del cuerpo de guardia de la tropa y reventando en él mató é hirió á varios.

Los fuegos de este Castillo fueron vivos contra la batería enemiga, y el soldado de milicias disciplinadas, agregado al servicio de artillería, Domingo Gonzalez, apuntó un mortero con tanto acierto, que la bomba cayó en el repuesto de municiones y bombas del enemigo, á donde la dirigió por hallarse reconocido antes, de que resultó volarse el repuesto y seguidamente un incendio con bastante estrago, á cuya vista se dirigíeron todos nuestros fuegos hácia aquella parte. El Capitan general mandó dar inmediatamente al artillero el premio de 10 pesos.

Los ciudadanos de la república francesa, encargados en aquel Castillo, de algunos cañones, y de la puntería de un mortero bajo la direccion de Mr. Varon, capitan de un Corsario de la misma nacion, sirvieron con mucha actividad, prontitud y acierto los fuegos de su encargo.

En la tarde de este dia se observaron movimientos del enemigo con direccion á situarse en el puerto de Miraflores y almacen de pólvora que se hallaba desocupado en fuerza de las activas disposiciones que se dieron desde que el enemigo se presentó á la vista de este puerto, dirigidas por el Comandante de Marina, el capitan de fragata D. Francisco de Paula Castro, atendiendo al riesgo en que se hallaba de caer aquel puesto en las manos del enemigo por quedarse el paso franco á él desde que la defensa de la plaza se redujo á las primeras líneas formadas en el puente de San Antonio y castillo de San Gerónimo. Se habia proyectado volar aquel almacen despues de desocupado, pero se suspendió hacerlo con flexion á que no estando á prueba de bomba era fácil su destruccion con los fuegos de mortero y cañon de la plaza y el de las baterías flotantes, causando tal vez en este caso mayores estragos al enemigo.

En la misma tarde una de las fragatas bloqueadoras se aproximó hácia la parte del castillo de San Gerónimo y á la vela disparó algunos cañonazos, y correspondiéndola con algunos de á 24, á pocos tiros se vió precisada á separarse. Se comprendió que esta accion fué una prueba para conocer si podria batirse al Castillo por la mar, y echó de ver que era diligencia infructuosa. Sinembargo tanto en este puesto, como en los castillos del Morro y San Cristóbal, se hallaban preparados hornillos y demas útiles necesarios para el uso de bala-roja, siempre que se estimase conveniente.

Entraron en la plaza 7 prisioneros y desertores de quienes no se adquirió noticia digna de atencion.

El ingeniero ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar, Comandante del puente de San Antonio, recibió una contusion en la cabeza, de resultas de la ruina de su bateria. El capitan de milicias disciplinadas D. José Quiñones, recibió un golpe contuso de casco de bomba hallándose de guarnicion en el fuerte de San Gerónimo. Tuvimos por nuestra parte 4 muertos de las milicias urbanas y 9 heridos, 2 del regimiento Fijo, 4 de las mismas milicias, 2 de ellos ciudadanos franceses, y 1 de los de Marina empleados en las baterías flotantes.

Entraron en este dia 204 hombres de las compañías urbanas del partido de Coamo y la compañía de caballeria de la Aguada.

DIA 26.

Se desembarcaron los buques bloqueadores y demas de la escuadra sin novedad digna de consideracion; una de sus fragatas habia dado fondo la noche antecedente en las inmediaciones de Punta Salinas. Las lanchas cañoneras destinadas á aquella parte, estuvieron en observacion de sus movimientos, y á la madrugada dieron caza á uno de sus botes que estuvo muy espuesto á ser apresado, si la fragata con fuego de metralla no lo hubiera estorbado.

El artillero Ortega que en la tarde anterior habia desmontado al enemigo un cañon de la batería del Condado con uno de la nuestra del Puente, observó en la mañana de este dia que le habian vuelto á montar los contrarios y que hacia mucho daño en el costado del Puente, y tomó con tanto empeño que hizo fuego y consiguió á poco rato con la buena direccion de sus puntería: sinembargo de hallarse este artillero con una contusion no quiso retirarse de su puesto y siguió haciendo fuego con mucha utilidad. El General mandó darle inmediatamente 10 pesos en premio de su buen acierto y constancia.

En la observacion del dia antecedente se vió que los enemigos se apostaban en Miraflores, salió D. Pedro Córdova y el sargento de milicias disciplinadas Rafael Garcia, con 60 negros armados, embarcáronse en piraguas sostenidos de lanchas cañoneras y precedida de descubierta, hicieron desembarco en el muelle de Miraflores.

Reconocido libre el campo fueron avanzando hácia las trincheras del enemigo, con ánimo de clavar algunas piezas de artillería si conseguian sorprenderlos. Fueron sentidos y recibieron una descarga de fusilería á que correspondieron los negros con un tiroteo por no ser capaz esta clase de gente de obrar con la disciplina y arreglo necesario, y su Comandante procuró, retirarla con el órden posible, al almacen de Miraflores: reunidos allí y visto que el enemigo no los habia perseguido, volvieron de nuevo á avanzar hasta que encontraron con un cuerpo contrario de 300 infantes, 30 caballos y 2 piezas de campaña á cuyo fuego rechazó y obligó á los nuestros á la retirada seguidos de los enemigos que mataron 10 negros é hirieron 5. Las lanchas cañoneras, luego que tuvieron ocasion, sostuvieron el embarco de nuestra tropa, que se verificó, habiéndoles resultado al enemigo por entonces 4 muertos, y 10 heridos con algunas averias en sus buques.

Conocido que la colocacion de una batería del enemigo en Miraflores podria enfilar la tropa de la línea del trincheron avanzado á las obras esteriores de San Antonio, se mandó construir un espaldon de resguardo por aquella parte; y para ofender y estorbar los trabajos del puesto enemigo, se mandó habilitar un mortero en el caballero del castillo de San Cristóbal, y otro que se halla en su plaza de armas, como igualmente todos los cañones de á 24 que desde dicho Castillo hasta la batería de Pedro Martin tienen direccion á Miraflores.

Igualmente se mandaron disponer dos ganguiles para obrar con el mismo fin, el uno en la bahia dirigiendo sus fuegos por la enfilada de la batería enemiga y el otro á la entrada del caño de Martin Peña, cuyos fuegos ofendian á la batería del sitiador por la espalda.

El fuego de San Gerónimo, San Antonio y baterías flotantes con sus cañones, mortero y obuz, fué muy vivo todo el dia y con buen efecto segun se observó.

El enemigo correspondió muy lentamente, pero la debilidad de la batería del Puente no podia resistir los tiros de cañon de á 24 Y 36 que causaban muchas ruinas, viéndose obligado su Comandante á continuos trabajos para reparar su puesto.

El Comandante del castillo de San Gerónimo, se veia igualmente precisado á poner corriente su bateria del Sur con sacos de arena, batida por la misma del contrario.

Se destinó una canoa en el puente de San Antonio, con el fin de recoger los desertores que solian presentarse del campo de los enemigos.

En la tarde de este dia apareció un bergantin por el Oriente al Norte de nuestro puerto; una de las fragatas bloqueadoras hizo señal á la escuadra, la que repitió muchas y varias. Aquella dió caza al buque avistado, y sinembargo de parecer que hacia el ponerse el Sol se hallaban juntos, dudándose si era amigo, el bergantin ó si habia sido aprendido 2 navios se hicieron á la vela con motivo al parecer de la novedad, pero luego volvieron á su fondeadero.

Una de las fragatas enemigas hizo á la vela la misma maniobra que la anterior, acercándose al castillo de San Gerónimo, y tuvo que retirarse sin fruto, recelosa del fuego del mismo Castillo.

Se proyectó y trazó una batería en la Puntilla, á fin de dar principio á su construccion para ofender mas de cerca á cualquiera lancha cañonera que pudiese el enemigo introducir en la bahía.

Recorriendo el teniente de Rey Brigadier, D. Benito Perez, los puestos avanzados fué herido gravemente su caballo. El teniente graduado D. José Vizcarrondo, recibió una contusion en la rodilla hallándose de servicio en los puestos avanzados de la línea del trincheron.

El ingeniero ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar, Comandante del puente de San Antonio, recibió una contusion en la rabadilla. En este dia tuvimos entre la tropa y trabajadores de la línea 4 muertos, 18 heridos y 2 contusos; 2 de los muertos fueron de los del servicio de Marina y 2 de los urbanos: los heridos fueron, 1 de Artillería, 4 del regimiento Fijo, 5 de los del servicio de Marina, otros 5 de los urbanos, y 3 de los franceses: los 2 contusos eran del regimiento Fijo.

Entraron en la plaza 15 prisioneros y desertores, entre ellos 1 sargento de Artillería que desde las mismas baterías del enemigo se pasó á nuestra primera línea, y su declaracion sirvió para conocimiento de la situacion de las baterías que aquel tenia en su campo, que eran las dos de cañones espresadas, la de morteros detras de la casa de teja, y otra tambien de morteros entre ella y la del Condado. Declaró el referido sargento que el fuego de nuestra primera causaba bastante daño á los sitiadores.

Entraron en este dia, en esta plaza la compañía de caballería de Añasco.

DIA 27.

La escuadra inglesa y sus fragatas bloqueadoras se descubrieron en la misma posicion que el dia anterior.

Con motivo de haberse observado por la partida volante á retaguardia del enemigo, que una partida suya se habia internado á llevar aves y ganados para su campo, se reunieron aquellas é intentaron cortar la retirada de los contrarios. Efectivamente el sargento primero de milicias disciplinadas Felipe Cleimpaux con su partida fué quien se adelantó á hacer fuego y á poco tiempo rindieron un capitan, un teniente y 16 soldados que restaban de aquella partida, despues de haberle muertos 2, y por nuestra parte hubo 2 heridos.

En la noche antecedente los fuegos de ambas partes fueron intermitentes pero siempre duplicado el nuestro. Se continuó reparando con obras proporcionales y socorros necesarios los descalabros que incesantemente padecia la batería del puente de San Antonio, sinembargo de que siempre seguia haciendo fuego.

El castillo de San Gerónimo recibió tambien bastante daño en su frente del Sur, que inmediatamente se repuso con tierra, faxina etc..

Se hizo prueba en la plaza con los morteros de á 12 pulgadas, dirigiendo su puntería al almacen de Miraflores esforzándolos con carga para calcular por nuestros tiros el alcance de los del enemigo de bombear la Ciudad. Por todas las noticias adquiridas se sabia que el enemigo no los tenia de mayor calibre, y sinembargo de haber examinado antes por las reglas del arte militar con presencia de las distancias que no podia tener efecto el tiro de los sitiadores, quiso el General, confirmarse con aquella prueba de que resultó quedarse las bombas poco mas de media distancia de la que hay entre la plaza y la batería enemiga. Tambien se hizo prueba desde nuestras baterías mas avanzadas con direccion á Miraflores de alcance de tiro de cañon de á 24 para conocer el daño que podia hacerse al enemigo, y se advirtió que alcanzaba muy bien á ofenderle é incomodarle.

Se mandó que en la noche siguiente se arrimasen al puente de San Antonio todas las lanchas cañoneras á fin de ausiliar el rechazo del enemigo si intentaba algun ataque brusco.

En la tarde de este dia se puso á la vela un navio de la escuadra inglesa y con dos de las fragatas bloqueadoras se arrimaron lo posible al castillo de San Gerónimo y alternativamente hicieron á la vela un fuego muy vivo de andanadas corridas igualmente que á las dichas avanzadas del castillo de San Cristóbal, pero sin efecto considerable á nuestros fuegos con bala y palanqueta les impedian acercarse mas, aunque no muy eran vivos por no poderse apuntar bien á causa de la distancia. Repitieron los buques su fuego vivo apartándose, pero con el mismo efecto vano. En todas las baterías se estaba con la mecha en la mano esperando ocasion de aprovechar bien los tiros, pero los contrarios procuraron escusarlo. Con el mismo fin estaba preparada la bala-roja, aunque se malogró el deseo de haberla puesto en uso.

El Comandante de una de las partidas volantes D. Francisco Andino, dió aviso que estando reconociendo los puestos avanzados del enemigo por su retaguardia en el puente de Martin Peña, pudo sorprender con la tropa de su cargo una centinela y hacerla prisionera, y al ruido de nuestra tropa, acudió la guardia enemiga, se hizo resistencia de parte á parte y fué preciso retirarse nuestra partida por la superioridad de los contrarios. Se vió haber muerto 1 de aquellos en la accion sin que en nuestra partida hubiese resultado otro daño que habernos apresado 1 soldado.

Algunas de las compañías urbanas de los partidos de esta Isla que iban llegando al Cuartel general de las partidas volantes en Rio-piedras, se mandó que se quedasen en aquel punto para proteger nuestras tropas por aquella parte, igualmente que las dos compañías de caballería de la villa de San German y del Arecibo.

Entraron en esta plaza 100. hombres de la primera compañía de urbanos del partido de Ponce, igualmente entraron en ella 19. desertores y prisioneros con un capitan y un teniente de los de la partida volante de Cleimpaux.

El ingeniero ordinario D. Ignacio Mascaró y Homar, comandante del puente de San Antonio, recibió una con tusion en la tetilla derecha. Hubo por nuestra parte en toda la línea 3 muertos y 9 heridos; los primeros de las compañías urbanas, y los segundos 2 del Fijo, 4 de milicias, 1 de urbanos y 2 franceses.

DIA 28.

Entre 3 Y 4 de la mañana de este dia empezó el enemigo á hacernos fuegos desde su batería, con cuatro cañones de á 36, dos morteros y un obuz, situada en el puesto de Miraflores, arrojando porcion de granadas reales y balas incendiarias, que exforzando las piezas de artillería, caian en la plaza, aunque la mayor parte, ó reventaban en el aire ó se quedaban fuera. Continuaron este fuego hasta las ocho y media ó nueve de la mañana en que rompió el nuestro muy vivo con las baterias que tenian su direccion á aquel puesto, y con dos morteros de aplaca colocados oportunamente: con suma viveza rompieron el suyo los dos ganguiles destinados al efecto, y un mortero de á 9. pulgadas que se habia colocado en uno de los pontones situado en la bahía. Oprimido sin duda el enemigo con tantos y tan vivos fuegos, cesó inmediatamente el suyo. De resulta de él no se experimentó otro daño mayor que el de haber prendido fuego una de sus balas incendiarias en uno de nuestros almacenes de víveres, pero con la felicidad de haberse conseguido apagarlo inmediatamente.

Nuestro fuego hácia aquella parte no cesó dia y noche aunque con intermitencia en su mayor ó menor viveza y en el uso de cañon y mortero. Desde luego se conoció el efecto favorable de nuestras baterías, pues no solo destruia las suyas, sino que no le daba lugar á repararlas. Por la noche arrojaron algunas granadas los enemigos aunque sin considerable efecto, y nuestros fuegos les obligaban luego á desistir de su intento.

No hubo novedad en este dia en la escuadra y sus buques bloqueadores.

El castillo de San Gerónimo y la cabeza del puente con los dos ganguiles destinados á su defensa, hicieron fuego todo el dia y noche, segun exigian las circunstancias y observaciones y las baterías enemigas correspondian aunque no con tanta viveza.

Se aprovechaba dia y noche en el reparo de los descalabros del puente de San Antonio y fuerte de San Gerónimo, á costa de incesable fatiga de sus Comandantes y oficiales que no desperdiciaban un momento.

Se continuaron con actividad las obras del reducto, camino cubierto y espaldon de la enfilada de la línea del trincheron.

Se construyeron blindages y se colocaron aportunamente en la escuela práctica de artillería con el fin de poner á cubierto el depósito de pólvora que en ella habia, del fuego que pudiese causar alguna granada ó bala incendiaria.

Se colocaron dos cañones en la parte baxa del castillo de San Gerónimo para impedir el paso del Boqueron, si algunas lanchas cañoneras del enemigo lo intentaban.

Se dieron las providencias mas activas para el acopio de faxinas en los partidos inmediatos y su conduccion á los parages convenientes.

En este dia tuvimos solo un desertor por cuya declaracion se infirió que el enemigo intentaba algun ataque brusco; y aunque no habia prueba completa de ello, se continuaron las providencias necesarias al rechazo de todos los puntos de mayor recelo.

El capitan de las milicias disciplinadas D. José Quiñones recibió dos heridas leves hallándose de guarnicion en el fuerte de San Gerónimo.

En este dia hubo 18. heridos, 3 del regimiento Fijo, 5 de las milicias de caballería, otros 5 de las de infantería, 2 de las de urbanos y 3 de los franceses. Entraron en la plaza 252 hombres de las compañías urbanas de Toa-alta.

DIA 29.

Con el fin de estorbar al enemigo el uso de sus lanchas cañoneras á la bahía por el Boqueron en el estremado caso de abandonar la primera ¿línea? del fuerte de San Gerónimo y puente de San Antonio, se dispuso que el agregado á los correos marítimos D. Miguel Asaldegui, hiciese esfuerzos para cegar el paso del Boqueron al caño de dicho puente, y al efecto salió en la noche antecedente con 100 trabajadores y las correspondientes piraguas, empleándose todos en echar sillares al agua en los parages mas oportunos, hasta tanto que recelaron poder ser descubiertos del enemigo, lo que les obligó á retirarse asegurando Asaldegui quedaba mas imposibilitado el paso por aquel sitio pues que á sus piraguas habia costado trabajo salir de él.

Los buques bloqueadores y escuadra enemiga se descubrieron en la misma parte que el dia antecedente y solo se advirtió la novedad de haberse incorporado en aquella mañana con la escuadra un paquebote y una balandra al parecer armados y con pavellon anglo-americano.

El fuego de las baterias y morteros de la plaza en la noche antecedente hácia el puesto de Miraflores fué intermitente y al parecer con buen efecto, y el enemigo solo correspondió con algunas granadas reales sin hacer daño.

En la tarde de este dia el ganguil situado en la bahía hizo un fuergo muy vivo por la enfilada de la batería de Miraflores con tan buen acierto y direccion que no desperdiciaba tiro, de lo que irritado el enemigo se empeñó en corresponderle con vivo fuego de bala, metralla y granadas reales, pero sin ningun efecto y el ganguil continuaba siempre como empezó.

Mandó el general gratificar con diez pesos á Mauricio del Rosario, soldado de las milicias agregadas á la Artillería, y á Tomás Villanueva, de las compañías de negros, 4 pesos por su valor en haberse arrojado á sofocar una de las granadas reales evitando el daño que hubiera causado al reventar.

Habiéndose dado parte de que hácia Punta Salinas se arrimaban despues de la oracion, tres fragatas y tres buques menores enemigos, se dió órden con las instrucciones convenientes al Comandante de nuestras tropas en aquel destino á fin de que destinándolas segun las observaciones del movimiento de los enemigos, estuviesen prontas á rechazar un desembarco; y en su ausilio se remitieron lanchas cañoneras por aquella parte del mar.

La inaccion del enemigo y el no haber adelantado terreno, hacia sospechar que intentaba algun ataque. Para precaberle se repitieron órdenes y providencias en todos los puestos avanzados y castillos, se redoblaron las rondas de las lanchas cañoneras en la bahía con los respectivos destacamentos de ellas en los caños y boca del puerto: se reforzaron los puestos avanzados sin perder de vista todos los puntos dignos de la mayor atension y cautela.

Tuvimos en este dia 4 muertos, un miliciano cumplido, 2 de las compañías urbanas, y 1 artillero francés, y 5 heridos, 1 de las milicias diciplinadas, 3 de las urbanas y el otro de los franceses.

Entraron en la plaza 4 prisioneros y desertores sin noticia digna de atención en sus declaraciones. Igualmente entraron en ella 208. hombres de las compañias urbanas de los partidos de Peñuelas, Aguada y Tuna.

Viéndose el General con mucho sentimiento imposibilitado de que se hiciera una salida de la plaza á fin de derrotar de una vez al enemigo por conocer la clase y calidad de la tropa que la defendia toda bisoña é inesperta sin poderse contar 200. hombres verdaderamente veteranos, proyectó atacar é incomodar al enemigo por sus costados y retaguardia y al efecto ordenó lo siguiente:

Nombró al teniente de milicias D. Miguel Canales á fin de que por el costado del campo enemigo y en situacion determinada colocáronse dos cañones de campaña que podian batir la casa llamada del Obispo, en donde estaba alojado el General inglés Albercromby con el campamento principal de su ejército sin riesgo de que pudiese atacar este puesto vigorosamente por mediar el caño de Martin Peña y serles preciso para llegar á él tomar una dilatada vuelta, saliendo de su línea para el Puente. Este puesto estaba dotado con el correspondiente número de artilleros y el de suficiente gente para sostenerle con la fusilería. El subteniente de granaderos del regimiento Fijo, D. Luis de Lara, comandante del Cuartel general de Rio-piedras, debia reunir la tropa de él con las dos compañías de caballería y apostarse hácia el puente de Martin Peña para atacar en su oportunidad. El sargento de milicias disciplinadas Cleimpaux, con su partida volante y otras nombradas de la misma clase, debía entrar por el sitio nombrado de San Antonio para apostarse debidamente á fin de atacar al enemigo por sus playas avanzando á cortarle la retirada. Todas estas partidas debian emprehender su accion á la madrugada del dia 30. y despues que D. Miguel Canales con sus cañones hubiese alarmado el exercito y llamado su atencion en defensa de su General por aquella parte. A este tiempo debia empezar Lara su ataque por la retaguardia y Cleimpaux seguir el suyo por su puesto, con el fin de cortar la retirada de los enemigos, ó de atacarlos cuando estuviesen empeñados contra los puestos de Lara y Canales. Se dispuso tambien que la linea avanzada de nuestros puestos, rompiese muy vivamente todos sus fuegos para entretener al sitiador y distraerle en parte de aquellas atenciones. Al efecto se dieron todas las órdenes é instrucciones convenientes á los respectivos Comandantes para que acordes todos tubiese feliz éxito la accion.

DIA 30.

La escuadra y buques bloqueadores del enemigo se observaron en su acostumbrada posicion.

El fuego de cañon y mortero de la plaza en toda la noche hácia Miraflores fué sin intermision y con muy buena direccion y efecto, pues á la mañana se observó en gran parte destruida su batería, algunos cañones desmontados y con poca gente al parecer en aquel puesto. El ganguil con sus cañones y el ponton con su mortero acompañaron á la plaza con su fuego acreditando su acostumbrado acierto, é incomodidad del enemigo.

El fuego de la línea avanzada de San Gerónimo, San Antonio y ganguiles fué en la noche con mucha intermision tanto de nuestra parte como de la del contrario.

A la madrugada se avivaron todos los fuegos de nuestra línea y plaza hácia los puestos del sitiador. Desde Miraflores solo se correspondió con un corto número de granadas reales, y en el resto del dia con algunos tiros de cañon, pero muy intermitentes. Las baterías del campo contrario correspondieron á nuestras avanzadas con alguna viveza de cañon y mortero, y en lo restante del dia lo hacian igualmente con mucha intermision.

El subteniente de granaderos del regimiento Fijo D. Luis de Lara, comandante de nuestro Cuartel general en la retaguardia del enemigo, sin embargo de las órdenes claras que se le dirigieron como á los demas oficiales comisionados, no entendió bien el proyecto del General en el dia anterior para el ataque del enemigo, y en lugar de las disposiciones y providencias dadas para él lo trastornó y obró del modo siguiente: Reunió todas las partidas hasta el número de 800. hombres con dos compañías de caballería, puso á la cabeza un cañon de campaña, con el que marchó hácia el puente de Martin Peña, llevando su tropa en varias columnas, de las cuales repartió alguna por los costados y manglares inmediatos á fin de cortar al enemigo la retirada en caso de salir del Puente. Llegaron á tiro de pistola de él, que le tenia anticipadamente con una gran cortadura, y defendido por una batería de tres cañones. Le incitaron con algunos cañonazos á que respondió con los de su batería. Formó el Comandante su tropa en batalla repartiendo las dos compañías de caballería en los costados y empezó á hacer un vivo fuego de fúsil á los enemigos que se descubrian provocándolos al ataque sin poderlo conseguir en vista de lo cual, repitió el vivo fuego y el enemigo siguió respondiendo con el de cañon, y reflexionando que la disposicion del terreno no le permitia avanzar mas y que el enemigo se escusaba de hacerlo, se retiró con su tropa dejandolos bien escarmentados. Por nuestra parte tuvimos tres muertos, entre ellos el sargento mayor de Toa-alta D. José Diaz, á quien una bala de metralla lo dejó en la orilla del Puente á que se habia avanzado; y ocho heridos pero ninguno de gravedad.

En nuestro campo tuvimos en este dia 28 heridos, 9 del regimiento Fijo, 13 de las milicias disciplinadas, 1 de la artillería, 1 de los agregados á la Marina, 3 de las milicias urbanas y el restante de los franceses.

Entraron en la plaza 35 prisioneros y desertores del campo enemigo por cuyas declaraciones, se supo que con motivo de su accion de la mañana en el puente de Martin Peña, se habia tocado la generala en el campo de los contrarios; que el exército todo se habia formado en dos cuerpos, dirijido el uno á Martin Peña, y otro á nuestros puestos avanzados á su vanguardia creyendo que de la plaza se hacia alguna salida grande y que por ámbas partes se le atacaba.

Entraron en la plaza en este dia 102 hombres de la 2.a compañía urbana del partido de Ponce.

DIA 1.° DE MAYO.

Desde la media noche del dia antecedente cesó el fuego del enemigo, y el nuestro continuó muy pausado. Se habia advertido que desde el anochecer del dia anterior habia un fuego muy crecido en los manglares y parte del monte del campo enemigo que corria toda su línea del Norte, y se atribuyó era con el fin de descubrir é impedir cualquier ataque nuestro.

A la madrugada de este dia que era cuando el sitiador solia avivar su fuego se advirtió mucho silencio en su campo. Luego dieron parte los prácticos del puerto y vigias de la escuadra que los ingleses se estaban embarcando con mucha precipitacion lo que informaron algunos desertores que muy temprano pasaron á nuestra línea. En virtud de estos avisos marchó inmediatamente el General con las tres compañías de caballería á los puestos de la línea, con el fin de ver si conseguia dar un ataque al enemigo por su retaguardia, y estorbarle el reembarco de sus tropas ó destruirselas en parte á la descubierta del campo enemigo, quienes inmediatamente reconocieron las baterías desamparadas con su artillería clavada: dieron cuenta de la novedad, y en seguida continuaron otras partidas descubriendo el rastro del enemigo hasta que encontraron haberse ya embarcado dexando abandonada toda su artillería de tierra con un crecido tren de ella, municiones, víveres y otros efectos. Luego se dispuso recojerlo todo, aunque estaba muy desparramado sin haberse podido evitar algun pillage que hizo el paisanage á causa de que por lo dilatado de la línea de circunsferencia del campo que ocupó el inglés, no se podia estorbar la entrada de la gente escotera y práctica en aquellos terrenos.

A las 7 de la mañana acabaron de embarcar las últimas tropas y á las 10 cuando entró la brisa empezaron á salir de las ensenadas los buques de transporte, y á las 4 de la tarde salió el último manteniéndose todos á la vela, quedando fondeados los de guerra, menos los bloqueadores, en cuya posicion sobrevino la noche.

En este dia se recojieron 45 dispersos del exército enemigo por cuyas declaraciones confirmaron su precipitada retirada.

En nuestro exército no se hizo otra novedad que la de cesar los fuegos y mantenerse todos los puestos, como si estuviera el enemigo en el campo redoblando la vigilancia sobre la boca del puerto.

DIA 2.

Se descubrió la escuadra contraria como habia quedado al anochecer del dia anterior, y cuando entró la brisa empezaron á levarse los buques de guerra, estando todos á la vela á las once y media de la mañana. Toda la escuadra siguió con poca vela en vuelta del Norte, y al anochecer de
este dia los buques mas atrasados estaban separados de nuestros puertos.

Se continuaron las providencias para introducir en la plaza la artillería, municiones y demas efectos abandonados por el enemigo, y al efecto se habilitaron las cortaduras de] puente de San Antonio.

Se dió órden á los Alcaldes á fin de que pasasen al campo abandonado por los ingleses á efecto de enterrar con cal, los muchos cadáveres de ellos, que se encontraban dispersos para evitar la infestacion de la atmósfera y sus resultas.

La guarnición continuó en sus puestos acostumbrados. Se recogieron 28 dispersos de los enemigos.

DIA 3.

Al amanecer de este dia ya se habia perdido de vista la escuadra enemiga, y solo quedó una fragata al parecer bloqueando el puerto.

En este dia se recogieron 4 soldados dispersos de los ingleses.

Con acuerdo del Illmo. Sr. Obispo, se dispuso cantar con la posible solemnidad, en la Santa Iglesia Catedral el TeDeum con Misa mayor y sermon que predicó su Ilustrísima en accion de gracias, por los ausilios que franqueó en una tan crítica ocasion á todos los defensores de la plaza y habitantes de la Isla empleados en su socorro. Para que á un acto tan religioso y preciso, asistiesen todos á manifestar en general y cada uno en particular el reconocimiento debido al Señor Dios de los ejércitos, con el fervor que á cada uno dictase su cristiano corazon, se publicó en la Ciudad esta determinacion, y el exército concurrió en la forma siguiente:

Dexando la guarnicion necesaria en todos los puestos, formó el resto en el órden de batalla á la 7. de la mañana de este dia en el campo de nuestra línea, y pasando al de columnas emprendió la marcha con su órden. Iban á la cabeza un cabo y 8. dragones, seguidos de dos cañones de campaña con la correspondiente dotacion de artilleros: Luego el General del exército, montado en un caballo de los que dexó el enemigo en su campo, y se decia ser el que servia al General inglés Arbercromby, acompañado de todos los Gefes de la plaza, Comandante de la Marina, edecanes y ayudantes: El cuerpo de los ciudadanos de la república francesa con el pabellon de su nacion y su comandante D. Agustin Paris con sus ayudantes: una compañía de granaderos del regimiento Fijo con su música: El Comandante del puente de San Antonio ingeniero ordinario D. Ignacion Mascaró y Homar, con sus oficiales y guarnicion, tremolando el mismo pabellon que valerosamente defendió, y manifestaba los balazos recibidos en aquel puesto: El Comandante del castillo de San Gerónimo, Teniente coronel y ayudante de las milicias disiplinadas, D. TeodDmiro del Toro, con los oficiales, tropa de su guarnición y la de los artilleros de la república francesa que hubo de ausilio en aquel puesto con su Comandante Mr. Varon, capitan de un corsario de la misma nacion, tremolando igualmente el mismo pabellon defendido valerosamente en aquel Castillo, y presentaba los balazos que en él recibió: Toda la milicia urbana en el centro, cerrando la columna la milicia disciplinada de infantería: Dos cañones de campaña en los mismos términos que los de la vanguardia y las tres compañías de caballería.

Llegó la columna en esta disposicion á la Catedral en cuyo frente formó en el órden de batalla, y á este tiempo, se incorporó en ella el capitan del puerto ministro principal de marina teniente de fragata D. Juan Hurtado que tremolaba el pabellon de una de las baterias flotantes con todo el cuerpo de su cargo. Entraron en la Iglesia los pabellones triunfantes que se colocaron en el presbiterio durante la funciono Se hizo triple salva en los tiempos acostumbrados, empezando los cañones de campaña á que siguió la fusilería del exército y luego toda la artillería de la plaza, castillos, como tambien las baterías flotantes; y concluida la funcion se retiró el exército á sus respectivos destinos, quedando las banderas en la Catedral, para colocarse en la cornisa, como trofeo de la gloria de esta Plaza en su defensa contra los ingleses.

La viva representacion que causaba la vista del exército con los pabellones traspasados de balazos al lado de sus Comandantes, Y la del exército que con tanto valor, constancia y bizarría defendieron esta plaza, de que seguramente resulta el mayor honor y gloria á las armas españolas, conmovió tiernamente los corazones de todos, que rebozando en júbilo y gozo prorrumpieron en aclamaciones de repetidos vivas y otras fieles demostraciones de contento y alegría.

DIA 6.

En los dias 4 y 5 no hubo mas novedad, que la de verse contínuamente dos fragatas, cuyas maniobras no dejan duda de que son enemigas destinadas al bloqueo de este puerto. En ellos, sin embargo de la fatiga de la guarnicion, se ha atendido á varias faenas consecuentes al movimiento que causa un sitio en almacenes, parques, etc..

Se van despachando á sus respectivos destinos las compañías urbanas que habían concurrido de los partidos de esta Isla á la defensa de esta plaza.

Las relaciones núm. 7 y 8 manifiestan las piezas de artillería, municiones, víveres y pertrechos, que se han podido recojer de los que el enemigo dejó abandonados en su campo. Durante el sitio se cuenta que hemos tenido 42 muertos, 154 heridos y 2 contusos, con 1 prisionero y 2 dispersos. En el mismo tiempo han entrado en la plaza dos capitanes, un teniente y un subteniente prisioneros de guerra, Y de las demas clases inferiores 286 entre prisioneros, desertores y dispersos.


NUM. 1.º

A bordo del navio el Principe de Gales á 18 de Abril de 1797

Señor:

Nosotros los Comandantes en gefe de las fuerzas Británicas por mar y tierra en esta parte del mundo, creemos de nuestro deber, antes de dar principio á algunas hostilidades, el intimaros que rindais la colonia de Puerto-Rico y lo que de esta depende á las armas de S.M.B.

Estamos dispuestos en este momento á conceder á vuestra persona, á la guarnicion y á los habitantes las condiciones mas favorables que con la proteccion en la continuacion de sus actuales goces de la religion, de las propiedades y leyes; pero si por desgracia reusareis aprovecharos de nuestras ofertas, sereis responsable de las consecuencias que se sigan, como de la variacion de los términos en que despues haremos seais tratados.

Tenemos el honor de ser, señor, vuestros mas humildes y obedientes servidores.-Ralph Albercromby, y Henry Hervey.

A S.E. el Gobernador ú Oficial comandante en Gefe de las fuerzas de S.M.C., en San Juan de Puerto-Rico.


NUM. 2.

Excmos. Señores.-He recibido el pliego de VV. EE. de este dia intimándome la rendicion de la plaza de PuertoRico, que tengo el honor de mandar; y defenderé como debo á mi Rey Católico, hasta perder la última gota de sangre. Esta circunstancia me priva de admitir las generosas ofertas que VV. EE. se sirven hacerme en él, particularmente á mí, á mí guarnicion y habitantes, los cuales, como su Gefe, están dispuestos á vender caras sus vidas; y espero que en su defensa obtendré la gloria que he conseguido de la nacion Británica en el puesto del Wilage cercano á Panzacola en el año pasado de 1781.

-Nuestro señor guarde á VV. EE. muchos años como deseo.

Puerto-Rico 18 de Abril de 1797.

-Ramon de Castro.

-Excmos. Señores. D. Ralph Abercromby y D. Henry Harvey.


NUM.3.

Excmos. Señores.-Cuando llegó el capitan D. Miguel Palatino con el pliego que recibió del parlamentario que VV. EE. se sirvieron dirigirme, me hallaba yo reconociendo varios puestos de la plaza de mi mando, y con motivo de haber retardado mi regreso, se demoró el que yo recibiese el pliego; y por esto y por la dilacion de encontrar intérprete para su traducion, se ha retardado salir á dar á VV. EE., la respuesta. Inclúyola pues á VV. EE. en los mismos términos en que la habia dirigido á las tres de la tarde de hoy, cuando su parlamentario se habia ya retirado.

-Nuestro señor guarde á VV. EE. muchos años como deseo.

Puerto-Rico 18 de Abril de 1797.

-Ramon de Castro.

-EE. SS. D. Ralph Albercromby y D. Henry Harvey.


NUM.4.

Excmo. Señor.-El oficial parlamentario D. Miguel Palatino, que en la mañana del dia de ayer, pasó á entregar á V. E. mi contestacion al oficio del dia anterior, me ha manifestado haberle V. E. insinuado, en vista de la insignia del pabellon francés, enarbolado en uno de los castillos de la plaza de mi mando, inmediato á la del Rey mi amo, no sabia con cual de las dos naciones debia entenderse V. E. La estrecha alianza de la república francesa con la nacion española me hizo condescender á permitir á un corto número de ciudadanos franceses que sirven voluntariamente á mis órdenes, el uso de su pabellon en el puesto que les he señalado, permaneciendo en el sitio de preferencia el español que V. E. habrá visto en los otros castillos; pero sin embargo para absolver dudas, que en cualquiera concepto puedan ofender el honor de las armas españolas, mandaré, luego que reciba la contestacion de V. E., que se arrie el pabellon francés, á fin de que, dude que con quien se ha de entender es con el Brigadier de los Reales egércitos de S. M. C., Don Ramon de Castro, Gobernador y Capitan General de la plaza é isla de Puerto-Rico, el mismo que satisfará á V. E. en cuanto se le ofrezca, como le manda su Rey, y le dictan su honor y conocimientos militares que no ignora la nacion Británica.

Nuestro señor guarde la vida de V.E. muchos años como deseo.

-Puerto-Rico 20 de Abril de 1797.

-Ramon de Castro.

-Excmo. Sr. D. Henry Harvey. Comandante General de las fuerzas navales Británicas en estos mares.

 

NUM.5.

Principe de Gales etc.. 20 de Abril de 1797.

Señor:

Tengo el honor de haber recibido la carta de S. E. por D. Miguel Palatino sobre el asunto de la bandera de la república francesa que se halla enarbolada en el Castillo de Puerto-Rico; esta fué una cuestion hecha al Oficial, solo por curiosidad, por lo poco comun que ha sido por lo general, el observar banderas de dos diversas naciones enarboladas al mismo tiempo. Queda á la disposicion de S.E. determinar que bandera debe enarbolarse en sus Castillos en adicion á las de España. Tengo el honor de ser, señor, su mas obediente y humilde servidor.

-Henrique Harvey. A S. E. Don Ramon de Castro, Gobernador de PuertoRico.

 

NUM.6.

Remito á U. esa bandera para que la trémole sobre la cabeza de ese puente que tan gloriosamente está defendiendo. Encargo á U. que la clave fuertemente con su valor y el de su gente, que no dudo serán capaces de sostenerla contra todo el impulso y esfuerzo de esas tropas inglesas, en la inteligencia de que al tiempo de fijarla, ha de ser saludada por toda la artillería de los fuertes y ganguiles, igualmente que por la fusilería de esos puestos, pues que asi deben afirmarse las banderas de nuestro Rey Católico

-Dios guarde á U. muchos años.

Puerto-Rico 24 de Abril de 1797.

-Ramon de Castro.

-Sr. D. Ignacio Mascaró.

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