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L  a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

 

 

Biografía de la 

Imagen: Copyright: 1998, Nicolás Ramos Gandía

 

Fania

Foto del 3er. grupo de la Fania para 1976

El jueves 26 de agosto de 1971 el sello disquero Fania,  lanzó su agrupación Fania All Star, ante una multitud que eufórica disfrutó de la presentación. El productor del evento lo fueron Jerry Massucci, Ralph Mercado (dueño del club nocturno Chetah) Johnny Pacheco director musical,  Ray Barreto en las tumbadoras, Roberto Roena en el bongo y Nicky Marrero en las pailas; en el 1er trombón Barry Rogers, Reinaldo Jorge y Willie Colón en los trombones 2 y 3  Roberto Rodríguez, Héctor Zarzuela ‘Bomberito’ y Larry Spencer en las trompetas; el piano estuvo a cargo de Larry Harlow y Richie Ray, mientras que Bobby Valentín se ocupó del bajo y Yomo Toro del cuatro puertorriqueño. Los cantantes fueron Héctor Lavoe con su estilo malandrín y pendenciero; Ismael Miranda conocido como El niño bonito, Pete ‘El Conde’ Rodríguez, Adalberto Santiago, Bobby Cruz, Santos Colón y Cheo Feliciano ‘El niño mimado de Puerto Rico’.

Por: Tommy Muriel

Pasar lista de todos y cada uno de los integrantes de la Fania All-Stars desde sus comienzos hasta el sol de hoy es casi el equivalente a pasar lista de un auténtico Salón De La Fama de la música latina, toda vez que casi todos los músicos que dejaron huella en la salsa de Nueva York (y hasta fuera de ella) han sido parte de la banda estelar, ya sea en rol de invitados, miembros bonafide o simplemente uniéndose a la banda en una presentación o ensayo. Aunque no todo el que formó parte del All-Stars necesariamente estuvo bajo contrato con Fania Records, sigue siendo virtualmente imposible hablar de esta súper-orquesta sin mencionar paralelamente lo que ocurría en el sello disquero que la hizo posible.

Inicios

Fania Records se funda a mediados de los '60. La incorporan el multi-instrumentista y director de orquesta de origen dominicano Johnny Pacheco junto con su entonces abogado, el ítalo-americano Jerry Masucci, cuando el primero abandona el sello Alegre, de Al Santiago, cuando Santiago nombra al virtuoso pianista boricua Charlie Palmieri y no a él como director de los Alegre All-Stars.

Esto fue la gota que colmó la copa, toda vez que Pacheco ya venía quejándose de la falta de promoción y la no muy grata situación financiera. Por lo cual, durante sus primeros años, se puede decir que el nuevo sello Fania dependió exclusivamente de la buena fama de Pacheco. El primer álbum en salir bajo el sello Fania lo fue "Cañonazos," y su número de catálogo es el #325, números basados en la fecha de nacimiento (y/o bautismo) de Pacheco: Marzo 25. Para ese entonces, Pacheco ya había disuelto su popular charanga, optando ahora por un formato de conjunto. Para esto, deja a un lado su flauta (temporeramente, como ya veremos) para convertirse en pailero (ejecutante de las pailas o timbalitos, y en vez de reemplazar a sus dos violinistas, adquiere dos trompetistas. Igualmente, el nombre de la institución cambiaría radicalmente: de Pacheco y su Charanga a Pacheco y su Nuevo Tumbao. Su cantante, quien abandona momentáneamente la banda cuando Monguito se incorpora a la misma, lo fue el boricua Pedro Juan Rodríguez, mejor conocido como Pete "El Conde" Rodríguez. Para entonces, su nombre artístico lo era Pete Rodriguez, pero ya había otro boricua sonando fuerte, era Pete Rodriguez  el pianista al cual muchos acreditan como el pionero del boogaloo de los 60's. Por lo cual entonces Pedro Juan adoptó el apodo que le puso su barbero como parte de su nombre artístico para diferenciarse de éste.

A medida que la empresa empieza a generar capital, Masucci y Pacheco comienzan a reclutar talento para el sello, siendo el primero de ellos el boricua Bobby Valentín, para entonces trompetista y, en su tiempo, trombonista (de pistones, no de vara) para el gran Tito Rodriguez. Ya un joven veterano del ambiente neoyorquino y con experiencia en las orquestas de Rodriguez, el propio Pacheco y Joe Quijano, Valentín graba su primer disco como figura principal para Fania. Su cambio de trompetista a bajista, como regularmente le conocemos, se da definitivamente años más tarde, cuando su bajista regular anuncia, con previo aviso, que no puede asistir a uno de los bailes. Ya que los bajistas estaban escasos en aquel entonces (y Bobby ya dominaba el instrumento, de hecho él fue bajista por algunos meses de la vieja orquesta de Ray Barretto: la Charanga Moderna), el líder decide suplantar él mismo al bajista y contratar a un trompetista. Desde ese entonces, no hubo vuelta atrás... los días de Bobby como trompetista, eventualmente, llegan a su fin.

El próximo artista en unirse al catálogo de Fania lo es un pianista y también multi-instrumentista de origen judío llamado Lawrence Ira Kahn, mucho mejor conocido como Larry Harlow. Un desconocido en aquel entonces, Harlow es el primero de varios nuevos pinos contratados por Fania para robustecer su catálogo. Su orquesta fue una de las primeras, si no la pionera, en combinar de manera exclusiva trompetas y trombones (obviando el uso de saxofones) en su sección de vientos, un giro radical que ya identificaba plenamente a la orquesta. Su primer cantante lo fue el cubano Felo Brito, este a su vez reemplazado por quien luego se convirtiera en uno de los primeros cantantes solistas en la historia del sello: Monguito El Unico, quien venía de la agrupación de Pacheco. Se cuenta que la actitud de Monguito era demasiado problemática en aquel entonces. De hecho, un roce entre éste y Pete "El Conde" fue lo que hizo que este último saliera del conjunto de Pacheco, montando tienda aparte con el Conjunto Sensación (no fue sino hasta que Monguito abandona el Tumbao para unirse a Harlow que Pete regresa con su compadre). A raíz de esto, ya Harlow busca sustitutos para éste, quien eventualmente se lanza como solista. En estas audiciones coinciden nada menos que El Sonero Mayor, Ismael "Maelo" Rivera, y un tocayo compatriota suyo de nombre Ismael Miranda. Rivera recién salía de cumplir su sentencia en cárcel por trasiego de drogas (golpe fuerte que sacudió el ambiente en Puerto Rico de forma tal que el combo original de Cortijo se desintegra a raíz de la encarcelación de éste, con la mayoría de los músicos pasando entonces a organizarse bajo el nombre de El Gran Combo) y se establecía de manera definitiva en Nueva York. Miranda eventualmente se queda con la plaza, cuando Rivera, observando el entusiasmo de su tocayo, decide dejarle el paso libre, a la vez que le aclaraba a Harlow que "a él (Miranda) no vas a tener que pagarle lo que yo te voy a pedir." [Rivera, quien de todos modos ya tenía nombre gracias al prestigio de sus viejos días con Cortijo, opta entonces por montar su propia banda, "Los Cachimbos," firmando contrato con la entonces poderosa Tico Records, propiedad entonces del presunto "mafioso" Morris Levy.]

Miranda, quien ya había trabajado anteriormente con el hermano de Harlow (Andy, el flautista) y ya tenía en su resumé una grabación con el también legendario timbalero boricua Joey Pastrana ("Let's Ball," Cotique Records, donde impone su "Rumbón Melón"), asume la posición. No sin antes convertirse en "estudiante residente" de la orquesta, ya que el repertorio de la banda para ese entonces se componía casi exclusivamente de temas estándares cubanos. Esto ultimo cambiaría radicalmente una vez que Ismael Miranda, luego del segundo álbum con Harlow, empieza a descubrirse como compositor y a aportar temas suyos al repertorio. Si bien la adolescencia se dejaba sentir definitivamente en la estructura de muchos de los temas de Miranda (y no es para menos, Miranda era un adolescente para ese entonces), el hecho de que Harlow le diera luz verde a Miranda para componer, eventualmente le da el empujón definitivo a la orquesta para colocarse entre las favoritas del público principalmente boricua en Nueva York. 

Total, ya la fiebre del mambo de Machito y los dos Titos dejaba de serlo y ahora la comunidad latina volcaba su atención hacia figuras que, si no tan "cultas" o virtuosas como los antes mencionados, representaban de manera más directa y contundente no solo a la comunidad latina de Nueva York, mayormente compuesta por Nuyoricans, o puertorriqueños nacidos y criados en esta ciudad, sino también al ambiente en que estos se desenvolvían entonces, bastante más violento que el de la era del Palladium. Y ese era precisamente el caso de Miranda, un aguadeño (nacido en Aguada, Puerto Rico) criado en esa área del Bronx conocida como la Cocina del Diablo (Hell's Kitchen), quien con su voz de niño irreverente y la obstinada precocidad de sus letras en ese entonces se convertía en digno representante de la comunidad boricua en la gran urbe. El atractivo de Miranda, sumado a la potencia y agresividad del sonido de la banda de Harlow se convertían entonces en una formula ganadora.

Y ya que hablamos de Nuyoricans con quienes la masa salsera se identificaría plenamente, el próximo en ingresar las filas de Fania Records sería un trombonista de "mala" reputación, quien con el pasar de los años se convertiría en uno de los artistas más exitosos en la historia del sello, amén de su más sólido vendedor por muchos años. Su nombre: William Anthony Colón, mejor conocido como "El Malo," Willie Colón. Su debut discográfico debió de ser bajo la batuta de Al Santiago, para quien trabajó por un tiempo en el Casa Alegre Record Store (es aquí donde Willie conoce por primera vez a quien luego se convertiría en su cantante, el Ponceño Héctor Juan Pérez, alias Héctor Lavoe), pero a Santiago ya lo agobiaban problemas económicos y de índole familiar, por lo que su nuevo sello disquero Futura, para el cual debió salir el primer disco de Willie, cerró operaciones. Es entonces cuando Willie queda a cargo de las cintas originales y las entrega a Fania, donde las recibe Pacheco para evaluarlas. 

Pacheco ve potencial en la banda, pero no así en Tony Vazquez, el verdadero cantante original de Willie, por lo que el fundador de Fania recomienda a Héctor Lavoe para unirse a la banda como cantante. A Lavoe, sin embargo, no le convenía la idea originalmente, ya que él pertenecía a una banda rival, "La New Yorker" del pianista Russell Cohen, con la cual ya había planes de grabar un disco, por lo que desistió de la oferta (Lavoe también interesaba la plaza de cantante para el conjunto de Pacheco en ese entonces). Eventualmente Pacheco convence a Lavoe y este termina uniéndose a la banda de Willie, la cual integraban entonces adolescentes boricuas como Willie, que con el tiempo se convertirían igualmente en leyendas del género por derecho propio, como el virtuoso timbalero Nicky Marrero (quien años después, como ya veremos, también ingresa a la Fania All-Stars, luego de pasar por las filas de Eddie Palmieri, Harlow y la Orq. Novel), el pianista Dwight Brewster (quien hoy día se mantiene activo en la música, a quien sustituyen en la banda Kent Gomez (co-compositor a su vez de varios temas del binomio Colón/Lavoe), el fenecido virtuoso Mark "Markolino" Dimond y luego José "Prof. Joe" Torres), el bongosero Pablo Rosario (quien luego pasaría a formar parte por muchos años de la orquesta de Harlow, siendo sustituido aquí por el legendario José Mangual Jr., hijo de otra gran leyenda del ritmo: José "Buyu" Mangual), el conguero Mario Galagarza (a quien reemplaza luego el virtuoso Milton Cardona), el también virtuoso bajista Eddie "Guagua" Rivera y el entonces trombonista Joe Santiago, quien al igual que en el caso de Bobby Valentín, se convierte luego en otra leyenda viviente del bajo. 

El primer disco publicado por la orquesta, "El Malo," recibió el desprecio inmediato de los veteranos de aquella época, quienes entendían que esta era una orquesta demasiado amateur (novata y sin mayores pretensiones). Ninguno imaginó, sin embargo, que a medida que Willie y compañía adquirían más experiencia y mayor madurez, esta banda se convertiría en quizás el ejemplo por excelencia de aquello que ya apodaban "el nuevo sonido de Nueva York." La combinación de ese trombón violento, agrio y "explayado" de Willie (inspirado por otro futuro miembro fundador de la Fania All-Stars: Barry Rogers, el legendario trombonista de Palmieri y de la banda de rock-jazz Dreams) y la voz callejera y estilo guapetón e irreverente de Héctor sería inigualable. Más tarde, Colón y Lavoe revolucionan el escenario musical de la época cuando deciden explorar el folclor nativo de Puerto Rico (una movida que también fue criticada a la saciedad por los eruditos y los músicos de mayor edad y veteranía, quienes siempre consideraron, de manera casi exclusiva, a ritmos cubanos como el son, la guaracha y el guaguancó como "la mata," la base, el fundamento de lo que ya empezaba a llamarse salsa). Este experimento llega a su clímax con los clásicos dos volúmenes de "Asalto Navideño," (1970 y 1973, respectivamente) donde se suma a la banda Víctor Guillermo Toro, virtuoso del cuatro mejor conocido como Yomo Toro. Desde entonces Yomo, quien es igual de diestro en la guitarra clásica, es regular en muchas de las sesiones, no sólo de Willie y Héctor, sino también de Larry Harlow.

Con Pacheco aún vendiendo fuerte, y ahora con Bobby Valentín, Willie Colón y Larry Harlow con Ismael Miranda ganándose el favor del público, Fania ahora tendría más mollero para seguir expandiendo su elenco e inclusive traer músicos y orquestas ya establecidos. Este es el caso de otro boricua Ray Barretto, legendario conguero y director de orquesta quien ya para ese entonces había disuelto su Charanga Moderna, con la cual grabó buena parte de su historial con Tico Records luego de salir de la orquesta de Tito Puente, mas la totalidad de su época con United Artists. Para este su "nuevo retorno," Ray opta por un sonido más tradicional, pero apartado por completo del formato de charanga, así que su nueva orquesta se conformaría de dos trompetas (como la de Pacheco), pero sin el tres y sí con sección de ritmo completa: timbal, conga y bongó. Barretto contaba entonces con dos cantantes: Pete Bonet, un veterano de mil batallas que luego pasaría a codirigir con Louie Ramírez antes de unirse al sexteto de Joe Cuba y la orquesta de Tito Puente, y un novato procedente de Ciales, Puerto Rico llamado Adalberto Santiago. [Bonet, a quien posiblemente nunca se la ha dado el reconocimiento que merece, reside actualmente en Puerto Rico y luego de un breve retiro, actualmente dirige una poderosa big-band, la cual se especializa en el repertorio clásico de la época del Palladium.] 

Adalberto eventualmente se queda como cantante oficial cuando Bonet decide montar tienda aparte con Louie. Poseedor de una voz que, al sol de hoy, se mantiene "a prueba de balas" y un estilo que ya entonces se perfilaba como a medio camino entre lo tradicional y lo moderno, Adalberto no tardaría mucho tiempo en darse a respetar. De hecho, otros lideres de orquesta solicitarían sus servicios para hacer coro en sus grabaciones, uniéndose Adalberto de esta forma al selecto grupo élite de coristas de lujo, donde reinaron los hoy fenecidos boricuas Yayo El Indio y Elliot Romero (y al cual, en años mas recientes se han sumado colosos como Tito Allen, Nestor Sánchez y ahora Jerry Medina). La banda de Barretto serviría también de escuela de entrenamiento para otros bravos de la música latina, como el legendario bajista Andy Gonzalez, los trompetistas Roberto Rodríguez (respetable virtuoso cubano, quien fallece a finales de los 80's) y Rene López, el pianista y arreglista Luis Cruz, y los bongoseros Tony Fuentes y Johnny "Dandy" Rodríguez. En palabras del propio Masucci, las cuales pueden ser leídas en el ensayo escrito por Izzy Sanabria para el disco compilación "30 Great Years" (editado en 1994 en conmemoración de los 30 años del sello disquero), el conseguir la firma de Barretto para ingresar a la Fania fue una tarea bien cuesta arriba, pero valió la pena...

Con Barretto a bordo, quien no tardaría mucho en unirse a Pacheco, Colón y Harlow como uno de los vendedores estrella del sello, Fania seguía expandiéndose. Ahora, la Fania, que ya contaba en su catálogo con figuras como Joe Bataan, Ralph Pagán (uno de los cantantes que más ruido hizo mientras el boogaloo reinó a mediados de los 60's), el baladista Roberto Yanés y las orquestas que comandaban respectivamente los trompetistas Ralph Robles y Bobby Quesada y el maestro Louie Ramírez, estaba en posición de jugarse un alarde: Montar su propio All-Stars ("Todos Estrellas"), siguiendo la pauta que ya habían establecido en Nueva York los sellos Tico, Alegre y Cesta (este último propiedad de Joe Quijano, donde los mismos integrantes del All-Stars de Alegre se reunirían cuando Alegre comienza a desintegrarse). Así nace entonces la Fania All-Stars

No obstante, no todos los artistas bajo contrato con Fania formarían parte de la banda estelar. De igual manera, la orquesta aún necesitó refuerzos en posiciones claves, donde no tenían a ningún músico en particular. Por ejemplo: en la sección de ritmo, a Harlow (piano) y a Barretto (congas) se unirían Bobby Rodríguez (a quien ya se le reconocía entonces como el mejor bajista en todo Nueva York) y el timbalero Jimmy Sabater, para entonces el único con una reputación similar a la de Puente aún sin ser director de orquesta (para ese entonces ya Willie Bobo estaba en California con Cal Tjader y Sabater seguía siendo parte del sexteto de Joe Cuba). [Irónicamente, el bongosero para esa noche lo fue el bongosero regular de Pacheco para ese entonces: Ralph Marzan. Bobby Valentín (quien para ese entonces, recuerden, aún no se convertiría en bajista a tiempo completo), Quesada y Robles son los trompetistas (reforzados por el virtuoso Raymond "Ray" Maldonado, sobre quien abundaremos más adelante), mientras a Colón, el único trombonista líder de orquesta en Fania Records, se le unen dos refuerzos muy especiales: su ídolo Barry Rogers y el camarada de éste último en la banda de Eddie Palmieri: el brasileño Jose Rodrigues (en otra de esas movidas irónicas, Rodrigues pasaría a formar parte de la banda de Colón una década después). Louie Ramírez, en lo que sería su única sesión en vivo con la Fania All-Stars (volvería luego, como ya veremos, a mediados de los 70's para sus sesiones de estudio, así como en calidad de arreglista y coproductor), ejecuta el vibráfono, mientras que a los cantantes solistas Monguito y Joe Bataan se unirían los respectivos cantantes de las cuatro orquestas de mayor éxito en el catálogo de Fania para ese entonces: Adalberto, de la banda de Barretto; Lavoe, de la banda de Colón; Miranda, de la de Harlow; y El Conde, del Tumbao de Pacheco. Pacheco, por supuesto, dirigiría la banda, además de solear con su flauta. 

Adicional a eso, se suman a la Orquesta tres invitados oficiales: el propio Tito Puente, el propio Eddie Palmieri y otro Nuyorican que estaba causando sensación en ese entonces: el orgullo de Brooklyn, Richard Maldonado, alias Ricardo "Richie" Ray. Un mago del piano entrenado a lo clásico y líder de una de las orquestas más contundentes del ambiente neoyorquino, Richie ya estaba codeándose con los grandes, amén de ser uno de los vendedores estrella de Alegre Records. Originalmente, el codirigía la banda con su hermano mayor, el ya mencionado Raymond Maldonado (Ray, el trompetista, quien luego sale de la banda cuando empiezan a llamarlo gente como Tito Puente, La Plata Sextette y hasta el mismo Stevie Wonder, el mismo que puso a gozar al hoy legendario sello Motown en el mercado pop junto con Diana Ross y los hermanos Jackson), y el nombre original de la banda lo era Richie & Ray (o sea, la orquesta de Richie y Ray... ya se podrán imaginar de donde viene el apodo del pianista entonces). El uso común (y, claro, la confusión común) hacen que Richie finalmente engavete su apellido real para utilizar el nombre artístico de Richie Ray, como su fanaticada insistía en llamarlo (o Ricardo Ray, como también aparece en los créditos de la mayoría de sus discos). Antes de este guiso con Fania, su orquesta tenía tres cantantes: Chivirico Dávila, el cantante principal; Felo Brito, quien luego sale para unirse a Harlow, como ya mencionamos; y el novato Robert Cruz, mejor conocido como Bobby Cruz. Cruz, quien fue alumno de Chivirico, pasa a ser el cantante principal (y, de hecho, el único) cuando Dávila también sale, pasando a las organizaciones de Pacheco y Joe Cotto antes de formar su propia agrupación. Para este primer "viaje" con Fania, Cruz no acompañó a su compadre y jefe. 

El debut de la banda estelar del sello Fania lo fue en el hoy desaparecido club Red Garter en 1968. Si bien aún a estas alturas la banda carece de identidad propia, el repertorio que ejecutaron esa noche (y que fue recogido para la posteridad en los discos Live At Red Garter, Volúmenes 1 y 2), tiene sus momentos especiales. Por mencionar algunos con Monguito en la parte vocal, Eddie Palmieri al piano, Willie Colón en uno de sus mejores solos de trombón de todos los tiempos y el maestro Tito Puente castigando el timbal al final; el corte de jazz latino "Guatacando," con excelentes solos de Palmieri, Ramírez, los cuatro trompetistas, Rogers y Barretto (quien, como era la costumbre entonces, utilizó una sola conga para este show, no las 3 y hasta 4 que utiliza hoy en día); y el "Son Cuero y Boogaloo," originalmente del repertorio de la banda regular de Barretto, con Adalberto (naturalmente) en la parte vocal y con Orestes Vilato, el timbalero regular de Barretto, colándose aquí por invitación del propio conguero y, casi literalmente, robándose el show con una espectacular ejecución. Como ya dijimos, la Fania All-Stars no necesariamente se instituye a partir de este recital, pero el show cumplió su cometido inmediato: presentar en mayor escala a los artistas que ya componían el conglomerado Fania y, de paso, aumentar las ventas.   

Mientras tanto, Fania ahora busca expandir su área de cobertura. Y para esto, abre un nuevo sub-sello (o subsidiaria, si se quiere): Fania International, donde se agruparían los artistas que no tenían su base de operaciones en Nueva York. (En unos pocos años, dicha subsidiaria elimina el "Fania" de su nombre, convirtiéndose en International, a secas.) La primera orquesta de salsa en ser fichada por este nuevo sello lo es la de Roberto Roena y su Apollo Sound. Roena, un ex-miembro de Cortijo y su Combo (su líder, el maestro Rafael Cortijo, fue quien lo inició en el mundo de la percusión en Puerto Rico) y luego miembro fundador de El Gran Combo, debutaba formalmente como líder de su propia orquesta. Sí, anterior a esto ya Roberto había grabado un álbum para Tico Records, "Se Pone Bueno," con una orquesta llamada "Roberto Roena & Los Megatones," pero esta 'orquesta' no paso de ser una reunión en el estudio de grabación. En otras palabras, Los Megatones nunca fue una banda formal y propiamente dicha, sino más bien una sesión de descarga con varios de los mejores músicos en Puerto Rico (incluido en dicha nomina estaba el virtuoso sonero panameño Camilo Azuquita, quien entonces residía en este país) bajo la dirección de Roena. 

El sonido de Roena, sin embargo, muy poco tenía que ver con el sonido que ya se gestaba en Nueva York. El Apollo Sound, en un principio, era una orquesta moldeada al estilo de El Gran Combo muy a lo puertorriqueño, pero con la particularidad de que estos (el Apollo) podían fajarse tambien en el soul afro-americano que también se escuchaba en Puerto Rico (que conste, no era el boogaloo, sino música norteamericana, afro-americana más bien, propiamente dicha... lo que luego pasaría a mercadearse como R&B). Eventualmente, lo norteamericano desaparece del menú, una vez el boom de la salsa echa en Puerto Rico empieza a arrollar. De igual forma, Roena, quien a pesar de no ser necesariamente un lector a primera vista, sí tenía (y aún tiene) un envidiable oído musical como pocos, hace con el tiempo que su Apollo pase de ser una modesta pero arrolladora orquesta de salsa en una de las instituciones más progresivas en la historia de la salsa, musicalmente hablando.

Paralelamente, y también en 1969, Bobby Valentín, quien ya para ese entonces cambia definitivamente la trompeta por el bajo, decide re-establecerse en su Puerto Rico natal, donde hace una nueva orquesta, con la cual graba el álbum "Se La Comió." Aquí Bobby no solo expande su sonido (de una sección de vientos de solo tres músicos a un mini-big-band de 5: dos trompetas, trombón y dos saxofones (a lo El Gran Combo, solo que aquí serían un alto y un barítono, no dos altos como en el caso del Combo), estableciendo entonces lo que ya se identifica como su sonido tradicional), sino que logra reunir a varios de los bravos, incluyendo a los soneros Frankie Hernández y Marvin Santiago (quien se uniría años más tarde, primero en sustitución de Frankie cuando éste ingresa en Hogares Crea, un programa creado en Puerto Rico para rehabilitar a los que sucumben al vicio de las drogas, y luego a dúo con éste, cuando, ya reestablecido por completo, se reincorpora a la banda), los virtuosos Reynaldo Jorge (trombonista), Juancito Torres (trompeta), el timbalero y baterista Oscar Colón y el saxofonista Humberto Ramírez Sr. Frankie, de hecho, graba luego como solista para el sello Nuestra, una subsidiaria local que Fania funda en 1978, además de ser uno de los miembros fundadores de la orquesta Impacto Crea, otra institución nacida dentro del seno del propio programa de Hogares Crea. Marvin, uno de los soneros más explosivos e interesantes que ha dado la salsa, posee un estilo similar en métrica al del Sonero Mayor (Maelo, quien no tenía mayor reparo en colar 12 o más líneas en un soneo donde la mayoría de los soneros convencionales no hallarían cabida para más de 8), pero utilizando el humor como punta de lanza. Marvin permanece con Valentín hasta 1977 (Valentín lo despide cuando, irónicamente víctima también del abuso de drogas, empieza a fallar a los bailes), convirtiéndose luego en solista y vendedor estrella para la naciente Top Hits Records (TH), principal rival de Fania a finales de los 70's. Marvin, al igual que Frankie, se recupera por completo de su drogadicción, luego de cumplir sentencia en prisión a mediados de los 80's.  

En Nueva York, mientras tanto, se suma al catalogo Fania otro cantante solista: el veteranísimo Santos Colón, el eterno cantante de Tito Puente, ahora concentrándose como bolerista a tiempo completo. Como parte de sus tareas con la Orquesta de Puente (que ya de por sí demandaba que su cantante fuera capaz de abordar cualquier género), Santitos, como todo el mundo le llamaba, se defendía sin problemas en la rumba, la guaracha, el guaguancó y los demás ritmos cubanos que Puente acostumbraba ejecutar. Pero la cosa romántica era la especialidad de la casa, y boleros clásicos de su época con Puente como "Mírame Mas," "Tus Ojos" y "Te Desafío," que nunca fallaron en llenar a capacidad la pista de baile del Palladium, sirven de testigos. De hecho, para su debut en solitario con Fania, Santitos contó con su compadre Puente, quien dirigió y supervisó la grabación además de arreglar varios temas. En adelante, sin embargo, las producciones de Santitos estarían a cargo del virtuoso pianista y arreglista argentino Jorge Calandrelli (con Santitos, en algunos casos, grabando sus partes en Argentina, con la orquesta de estudio de Calandrelli).

Otros grandes que se suman al catálogo de Fania entre 1969 y 1970 lo son los boricuas Richie Ray & Bobby Cruz y Cheo Feliciano. Richie y Bobby recién salían de su contrato con Alegre Records y Masucci, quien ya le seguía los pasos y no quería perder de nuevo la oportunidad (Alegre ya se le había adelantado cuando Los Durísimos terminaron con Fonseca Records a mediados de los 60's), los firma durante un ensayo de la banda, momentos antes de que el ejecutivo de Fonseca se apareciera con un contrato en blanco para que Richie y Bobby regresaran con ellos. De hecho, fueron Los Durísimos quienes estrenan la nueva (y dentro de poco, principal) subsidiaria Vaya Records, para la cual graban el clásico "El Bestial Sonido de Richie Ray & Bobby Cruz." De hecho, esta es la primera grabación de Richie y Bobby luego de mudarse a Puerto Rico (de la vieja orquesta neoyorquina solo los acompaña el bongosero Manolito Gonzalez) y reorganizar su orquesta allá con nuevos músicos, entre ellos el virtuoso conguero José "Mañengue" Hidalgo ("El Alcalde de La Perla," como cariñosamente aún lo llaman y padre de otro virtuoso del tambor: Giovanni Hidalgo), el timbalero Charlie Cotto y el bajista Mike Amitin, ambos también emigrando desde Nueva York (Charlie venía de la orquesta de Willie Colón y Amitin de la de Barretto).

Cheo, por otro lado, luego de salir de Joe Cuba y pasar, en calidad de solista, por Eddie Palmieri y los Alegre All-Stars, se muda a Puerto Rico y, voluntariamente, opta por un semi-retiro, ingresando en Hogares Crea para darle muerte a un hábito de heroína que progresaba peligrosamente al punto de que, en palabras del propio Cheo, estaba botando la vida por el chorro. Masucci, siguiendo la recomendación de Ray Barretto, quien lo motivó a buscar contratarlo por ser "el tipo de cantante que Fania necesitaba tener en su róster," se une también al "Proyecto Cheo." Desde luego, y también siguiendo los consejos de Barretto, Tommy Olivencia y Tite Curet Alonso (mentor, padrino y amigo cercano a Cheo, amén de creador intelectual de una buena parte de los éxitos de Fania), esperó pacientemente a que Cheo finalizara satisfactoriamente su proceso de rehabilitación. Una vez Cheo se sintió listo para regresar al ambiente, firma con Fania Records. Y Barretto definitivamente tenía razón. Cheo es uno de esos raros cantantes, como su mentor e ídolo Tito Rodríguez, que podían ir de un extremo al otro del canto caribe con suprema facilidad. Como bolerista, muy pocos pueden sacarle tanto partido a la lírica de una canción convirtiéndola en suya; y en lo movido, en la salsa (y es aquí precisamente donde le gana a su famoso mentor), es una ametralladora poética siempre lista para dispararse, jugando a su antojo con las rimas y la métrica como pocos. Difícilmente, inclusive hoy día, se hallen cantantes tan polifacéticos como Cheo Feliciano.

OK, ahora el nacimiento OFICIAL de la Fania All-Stars.

Adelantemos la trama ahora hacia la noche del Jueves 26 de agosto de 1971, fecha que muchos, con muy buenas razones, marcan como la fecha de nacimiento de la Fania All-Stars (y algunos van más allá, añadiendo que en esa misma fecha da inicio oficialmente el boom de la salsa). El presidente de Fania, Jerry Masucci, ahora con su sello corriendo a todo tren y las bandas de Willie Colón, Larry Harlow, Ray Barretto y Pacheco dominando en los hit parades de NY y las bandas de Roberto Roena y Bobby Valentín haciendo lo suyo en Puerto Rico, entiende que es el momento de re-visitar el concepto de la Fania All-Stars. Solo que ahora, en lo que se puede ver como una jugada maestra en términos de promoción, Masucci se las juega frías: además de reunir a su tribu en un mega concierto, pretende filmar el mismo y hacer una película. El poner dicho plan a correr no fue tarea fácil. A los dueños de clubes de la época no les convencía la idea. Tan solo el boricua Ralph Mercado, entonces dueño del Cheetah, aceptó la oferta, pero con estas condiciones: el baile se daría un jueves (Mercado no iba a arriesgar sus días tope: viernes y sábado) y Mercado se quedaría con lo que se genere en las entradas. A lo que Masucci no tuvo más remedio que acceder, ya que nadie más estaba dispuesto a jugarse la maroma.

Ya tenían sitio, ahora faltaba resolver el lío del reparto. Luego de discutir por buen tiempo en cuanto al formato y estructura de la orquesta (ellos querían un sonido grande, tipo big band, pero no necesariamente una vuelta atrás al viejo sonido de Machito y Puente), Pacheco y Masucci se ponen de acuerdo en organizarla a base de tres trombones (porque para sonar pesada sin dejar de ser novedosa, definitivamente, necesitaba trombones), tres trompetas y ritmo completo. Así, la banda se conforma a raíz de la unión de músicos y cantantes de las orquestas más exitosas del sello: Pacheco trae a su cantante, Pete "El Conde," y su primera trompeta, Héctor "Bomberito" Zarzuela; Harlow lo imita, añadiendo a su cantante Ismael Miranda y a su propia primera trompeta, el veterano Larry Spencer; Barretto vendría "blindado" con cuatro guerreros: Adalberto Santiago, Vilato, su primera trompeta Roberto Rodriguez y él mismo; Valentín traería a su entonces trombonista Reynaldo Jorge (contrario a lo que usted puede haber leído en otros foros, Reynaldo ni estaba de "agente libre" (freelancing) ni era miembro de la banda de Willie Colón cuando ingresa a la Fania All-Stars; su carrera en Nueva York comienza en 1974 cuando se muda allá luego de salir de la banda de Tommy Olivencia en Puerto Rico, y Willie entra con Héctor Lavoe... y la inclusión de Yomo Toro con el cuatro puertorriqueño, es muy probable que tenga mucho que ver con el éxito del "Asalto Navideño, Vol. 1" de Willie, so no es ilegal decir que Yomo entra al elenco vía Willie Colón. Barry Rogers, quien para ese entonces sí era agente libre, entra por derecho propio como primer trombón, invitado por Pacheco, quien lo conoce desde hace décadas, antes de coincidir en los originales Alegre All-Stars. Roberto Roena, entonces el único bongosero líder de orquesta en el sello, entra solo (aunque insisto que su cantante principal en ese entonces, Piro Mantilla, y los de Bobby Valentín, Frankie Hernández y Marvin Santiago, tenían el mismo derecho a estar ahí que los cantantes de Colón, Harlow, Pacheco y Barretto, la exclusión de éstos pudiera estar basada en el hecho de que la movida era en Nueva York, donde ni Marvin, ni Frankie, ni Piro eran conocidos). La línea frontal de la banda (Miranda, Lavoe, El Conde y Adalberto) ahora se reforzaba con dos de los cantantes solistas del sello: Cheo Feliciano y Santos Colón.  Richie Ray, ahora dentro de la familia Fania, también fue invitado, esta vez junto a su eterno cantante Bobby Cruz. Ya la banda estaba lista. Sanabria, quien para ese entonces ya era parte integral de Fania en calidad de promotor y encargado de buena parte de las carátulas y demás material promocional y artístico del sello en ese entonces, era uno de los maestros de ceremonias, junto con el afamado Symphony Sid. En cuanto a la filmación en sí, entra entonces aquí Leon Gast y su equipo.

En cuanto a lo que pasó esa noche, nada pudo haber salido mejor para Masucci y su tribu. 4000 personas (más del doble de la capacidad del club) asistieron, la filmación fue un éxito y, sobre todo, la música que sonó esa noche fue de ensueño. De acuerdo a Harlow, esa fue una de esas noches mágicas donde la química fluyó de maravillas y cualquier cosa podía suceder. De este recital surgen la película Our Latin Thing, y tres grabaciones: la banda sonora de dicha película (álbum doble), y los discos Live At Cheetah, Volúmenes 1 y 2. Difícil escoger lo mejor entre toda la música que se toco esa noche, ya que todo estuvo magistral, pero casi todos los expertos seleccionan de manera unánime como el clímax del concierto a "Quítate Tu," (que dura más de 16 minutos) donde todos los cantantes (salvo Bobby Cruz) se retan entre sí con sabrosas inspiraciones, mientras Yomo Toro dibuja un excelente solo de cuatro y Barretto se suelta al final, mostrando quizás por primera vez su ya famoso "salto mortal" (dándole al tambor contra el piso del escenario). También se destacan las piezas "Macho Cimarrón" (con El Conde al comando y Pacheco luciéndose en un largo y destacado solo de flauta), "Anacaona" (el retorno triunfal de Cheo, con Harlow al piano y Reynaldo mostrando su virtuosismo en el trombón), "Ahora Vengo Yo" (la página de Los Durísimos en este libro, con la sorpresiva intervención de Ray Maldonado (quien no era parte de la nómina esa noche) en un magistral solo de trompeta y su hermano Richie dominando en el piano), y, por supuesto, las descargas "Descarga Fania" (desde entonces el número de apertura por excelencia de la orquesta, esta noche con un explosivo mano a mano entre Vilato y Barretto, quien luego deja que su timbalero se luzca a sus anchas) y "Ponte Duro," hecha a la medida para Roberto Roena y su bongó, con Willie Colón "guapeando" en el trombón (en la versión que aparece en la banda sonora de la película, se puede apreciar el solo de Willie en su totalidad, sin editar) y la sección rítmica luciéndose individualmente al final, algo que no estaba escrito originalmente en la partitura, como tampoco lo estaba la rutina en 6 por 8 que Barretto sugiere al final (ya lo dijo Harlow, cualquier cosa podía ocurrir en tarima esa noche). La película incluía escenas del concierto en sí, así como imágenes de la vida cotidiana de la comunidad de habla hispana en Nueva York (muchas de estas escenas organizadas y/o sugeridas por Ismael Miranda), escenas tras bastidores de los ensayos y a Harlow y su banda con Miranda en una presentación al aire libre en el Barrio. En resumen, no sólo fue una noche gloriosa para el sello Fania, sino el nacimiento de una leyenda musical… y por qué no, del boom de la salsa.

Mientras tanto, Fania continuaba enriqueciendo su catálogo, añadiendo nuevas figuras y a su vez, adquiriendo otros sellos independientes, como lo son Cotique, sello propiedad de George Goldner y punta de lanza de la fiebre del boogaloo de los 60's, y el sello Inca, este último con base en Puerto Rico. Así entran a la Fania orquestas como Roberto Y Su Nuevo Montuno, Andy Harlow (con la ayuda de su hermano Larry)Orq. La Diferente, Orq. La Conspiración (estas últimas dos orquestas bajo la supervisión de Willie Colón, quien ahora comienza su etapa como productor) y el cantante Teddy Trinidad. Vía Cotique, entran caballos de fuerza como los Lebrón Brothers y Chivirico Dávila en calidad de solista, más, dentro del catálogo, los derechos para re-distribuir la obra de figuras como Machito, Joey Pastrana, Johnny Colón y la TNT Band, entre otras. Con Inca, Fania hereda a dos de las mejores orquestas de Puerto Rico: la Primerísima de Tommy Olivencia con sus cantantes Chamaco Ramírez y Paquito Guzmán (ambos también grabando como solistas para dicho sello) y la Sonora Ponceña. Esta última banda, la cual recientemente celebró su 45to aniversario (y sigue en pie de lucha hacia los 50), es también la "casa" de quien eventualmente dejaría de ser uno de los secretos mejor guardados de Borinquen para convertirse en el pianista más solicitado en las sesiones de grabación de Fania, amén de uno de los mejores, en el sentido absoluto de la palabra, del mundo salsero: Enrique Arsenio Lucca Quiñones, mejor conocido por todos como Papo Lucca.

Vaya también se expande, con la inclusión de Mongo Santamaria, Ismael Quintana y Celia Cruz. Mongo, aunque no necesariamente dentro de la salsa, traería su particular fusión de Latin jazz, R&B y música cubana, la cual influiría de manera directa a muchos otros grupos de jazz latino (incluyendo a la mismísima constelación Irakere de Chucho Valdés). Su banda, igualmente, sería la escuela de entrenamiento de grandes del género del jazz latino y de la salsa, como los saxofonistas Justo Almario y Héctor Veneros, el baterista Steve Berrios, el percusionista Pablo Rosario (quien alternaba entre Mongo y su taller en la salsa con Harlow) y el virtuoso trompetista Luis "Perico" Ortiz.

Quintana, a quien el propio Héctor Lavoe citó como uno de los que infuenció su desarrollo como cantante, se lanzaba de lleno como solista luego de poco más de una década al frente de las mil y una transformaciones que sufrió la banda del maestro Eddie Palmieri (desde la original La Perfecta, orquesta cuyo estilo copiaba en sus principios la New Yorker, orquesta a la cual pertenecía Lavoe antes de su unión con Willie, hasta 1973, cuando graba "Sentido," álbum de donde salen los clásicos "Puerto Rico" y "Adoración"). La movida tenía algo de riesgo envuelto, pues luego de tantos años con Palmieri, ya el público lo identificaba plenamente como el cantante de Palmieri, ni más ni menos... pero Quintana se jugó la carta de todos modos. En esto influyó en gran manera la suma que Masucci le ofreciera a Quintana para que diera el salto, su inclusión directa en la banda estelar, y, luego, el papel prioritario que la maquinaria Fania le diera a sus primeras grabaciones para el sello Vaya. Valga la pena aclarar, sin embargo, que el álbum "Ismael Quintana," su debut con Vaya en 1973, no es su primera grabación como solista, pues anterior a esto ya Quintana, aún miembro de la banda de Palmieri, ya había probado suerte en dos ocasiones con la poderosa United Artists, con la cual grabara "Punto Y Aparte" y "The Two Sides of Ismael Quintana" esta última un experimento donde, por un lado, Quintana demostraba una vez más sus quilates como guarachero y, por el otro, probaba suerte como bolerista (que lo es), aunque la banda que lo acompañara en esta parte de la grabación ejecutara unos arreglos a lo Calandrelli (la mayoría de ellos a cargo de Héctor Garrido) que sonaban más a balada que a bolero.

Celia, por otro lado, regresa a Nueva York luego de un breve retiro en México tras abandonar Tico Records, frustrada con la pobre promoción que se le dio a sus discos para dicha disquera con la orquesta del maestro Tito Puente. Su primer coqueteo con el sello Fania se da cuando Harlow la invita a grabar en su experimental "Hommy," creación de Jenaro "Heny" Álvarez donde graba de una sola tirada el tema "Gracia Divina." De ahí Masucci se interesa en ella y finalmente la convence de firmar con Vaya durante el viaje a Puerto Rico para la puesta en escena de la obra de Harlow. Celia, por supuesto, era una de las figuras más famosas provenientes de la inmortal Sonora Matancera, un puesto que Celia se ganó a pulmón limpio, pues a ella le tocó llenar la vacante que dejara la queridísima Myrta Silva, zapatos bien difíciles de llenar en ese entonces. (La hoy fenecida y siempre recordada "Gordita de Oro" era boricua, no cubana, valga la aclaración.) Y claro, el Tumbao de Pacheco era, ni más ni menos, una versión "moderna" de la Matancera, por lo que el junte de Celia con Pacheco era una jugada maestra. Y eso fue exactamente lo que ocurrió cuando ambos se juntan para grabar un álbum llamado... vaya, "Celia & Johnny." El proceso de adaptación de Celia al sonido de Pacheco no debe haber sido nada difícil, dada la obvia similitud entre el Tumbao y la Matancera, pero para ese primer disco, Pacheco volcó "lo mejor de dos mundos," el sonido que ya caracterizaba a la salsa (el cual se palpa en temas como "Lo Tuyo Es Mental" y el hit que vendió el disco, "Quimbara") y, claro, la aproximación, que no explotación todavía, del espíritu de la vieja Matancera ("Tengo El Idde," "El Tumbao y Celia" y el bolero "Vieja Luna"). La explotación, propiamente dicha, se daría ya para 1976, en pleno auge del boom, cuando Pacheco baja sus pretensiones y decide volcarse de lleno sobre la música cubana, anunciando ya lo que muchos críticos bautizaron como la "tendencia matancerizante" dentro de la salsa. Es para ese entonces que Pacheco, en una movida netamente comercial, rebautiza su Nuevo Tumbao como Pacheco y su Tumbao Añejo, aún cuando no había un cambio radical en el estilo de su conjunto. Pero no nos adelantemos todavía, ya retomaremos este tema en la segunda parte de este artículo, cuando nos enfoquemos en la Fania después de 1975.

Mientras tanto, sí añadiremos a manera de paréntesis que Pacheco ya se había "enamorado" del virtuosismo de Papo Lucca en el piano (Pacheco ahora supervisaba la producción del sello Inca, la casa de la Sonora Ponceña, recuerden), por lo que lo invita a Nueva York para grabar en ese disco con Celia. Destapada la "olla," a Papo lo empiezan a llamar muchos de los artistas de Fania para grabar en sus sesiones, desde Harlow en uno de los discos que le produce a Justo Betancourt, hasta Willie Colón, quien lo utiliza en su experimental disco de plenas con el maestro Mon Rivera. De igual forma, la genialidad de Papo como arreglista empieza a dejarse sentir en Nueva York.  A Luis "Perico" Ortiz se le da el mismo recibimiento. Solo que en el caso de Perico, este no solo entra de lleno a la Fania All-Stars antes que Papo, como ya veremos, sino que Perico sí se muda de lleno a Nueva York (donde primero se une a la banda de Mongo), no sin antes pasar por la orquesta de Tommy Olivencia, donde explota su fase como arreglista además de, ya durante su estadía con Fania, probarse como productor en cinco de sus discos (los últimos tres con Inca y luego los primeros dos de Olivencia con TH Records).

Claro, luego de la exitosa presentación de la Fania en el Cheetah, no cabía la menor duda de que los cantantes que desfilaron esa noche con el All-Stars se beneficiaron grandemente de la exposición que se les dio. Por lo cual, como parte de los planes de expansión del catálogo del sello, una movida obvia lo era pues, independizar a todos estos cantantes y/o grabarlos en plan de solistas. De esta manera, Ismael Miranda, Héctor Lavoe y Pete "Conde" Rodríguez se convierten en solistas, pero cada historia se da en un matiz completamente diferente. Adalberto Santiago, el otro cantante no-solista de la tribu del Cheetah, no da el salto en ese entonces, ya que él pasa a ser miembro fundador de la naciente Tipica'73, organización que se funda a raíz de una serie de sesiones de descarga en el club And Vinny's de Nueva York y, a raíz del éxito de éstas, la eventual disolución de la banda de Barretto en el 1973, de la cual provenían la mayoría de los integrantes de estas sesiones (Adalberto, Vilato, el bajista Dave Pérez, el trompetista René López y el bongosero Johnny Rodríguez, quien pasa a ser el líder de la nueva agrupación).

Miranda es el primero en independizarse, una vez sale de la banda de Harlow y monta su propia agrupación: Orq. Revelación, un conjunto que, lamentablemente, no duró mucho tiempo junto, pero que contaba con una sección rítmica de lujo: Nicky Marrero en timbales y bongó, Frankie Rodríguez en congas (estos dos, al igual que Miranda, provenientes entonces de la banda de Harlow), Nelson Gonzalez en el tres, Joe Santiago ya como bajista y el entonces novel Oscar Hernández en el piano. La banda desaparece cuando Miranda decide mudarse a Puerto Rico, asi que luego de un breve período por cuenta propia, Revelación se disuelve, al tiempo que Gonzalez se une a la Tipica'73, Hernández se une al Conjunto Libre de Manny Oquendo, Frankie regresa con Harlow y tanto Marrero como Santiago pasan a ser agentes libres. Miranda, al ser el primero en convertirse en solista, recibió la mejor de las atenciones del sello, por lo cual su carrera se planificó mucho más organizadamente. Claro, no olvidemos que la preponderancia que le dio Harlow en las carátulas de sus discos también ayudó. Con la estratégica excepción del "Tributo A Arsenio" y de "Mi Mono y Yo," Miranda aparecía al lado de Harlow en todas las carátulas... inclusive, noten que el álbum "Abran Paso" fue mercadeado como Ismael Miranda con la Orch. Harlow... al igual que "Oportunidad," álbum de 1972 donde ya definitivamente se preparaba el terreno para el despegue de Miranda como solista, si tomamos en cuenta que en la carátula de ese disco Miranda aparece solo...

En el caso de Lavoe, sin embargo, éste no necesariamente deseaba convertirse en solista en ese entonces. Pero no le quedó otra alternativa una vez Willie Colón, quien ya sentía que el ambiente lo estaba explotando, decide hacerse a un lado (momentáneamente, como ya veremos) y tomarse un período de "enfriamiento," heredando Héctor entonces la banda. [Es en este punto donde Willie decide educarse formalmente en lo musical, cuyos resultados no tardarían en verse cuando, a su regreso, se dedica de lleno a la experimentación con nuevas ideas, en lugar de volver sobre el sonido que lo hizo famoso.] Aquí empieza una de las ya conocidas fases difíciles en la vida de Héctor, cuyo disco donde debutaría como solista tardaría considerablemente en completarse, ya que este se sentía aún herido por lo que él entendía como una traición de parte de Willie. Lo cual eventualmente fue falso, ya que Willie, aunque ya no como músico, permanecería al lado de Héctor en todas sus grabaciones en calidad de productor y arreglista (con excepción de tres álbumes: "Feliz Navidad," un intento por volver a capturar la química de los "Asaltos Navideños" producida por Johnny Pacheco en 1980 y con la colaboración del inolvidable Daniel Santos; "Que Sentimiento," del año siguiente y el único álbum que Héctor mismo se produce; y "Reventó," de 1985, una coproducción de Pacheco y Jerry Masucci). Eventualmente, Lavoe recupera su confianza en sí mismo y, con el apoyo directo de Willie, se concentra en su nueva fase como director de orquesta. El primer álbum de Héctor, "La Voz," fue un éxito, como era de esperarse, y su camino a la fama por derecho propio no conocería límites... salvo los que, como ya es historia conocida, él mismo se impuso.

El caso de El Conde tendría un desarrollo bien particular. Para su primer álbum oficial como solista, "El Conde" (1974), la banda que lo respaldaría sería, ni más ni menos, el mismísimo Tumbao de Pacheco, con el crédito de éste último estratégicamente omitido. De hecho, Pacheco mismo se destaca como solista en un número que, a todas luces, debía pertenecer a un álbum regular de Pacheco con El Conde y no éste, el debut del último como solista: "Los Compadres," número original de los Compadres originales de Cuba (Lorenzo y Reinaldo Hierrezuelo, alias Compay Primo y Compay Segundo, éste último aún vivo y gozando de un increíble pero merecido boom gracias al fenómeno del Buena Vista Social Club). No obstante, ya para el año siguiente, El Conde ya tendría organizada su propia banda. Lo curioso es que el sonido de la nueva orquesta de Pete sería demasiado similar al del Tumbao de Pacheco. Nada de extrañar, si notamos que la instrumentación de ambas orquestas era exactamente la misma, salvo por un trompetista adicional (sumando entonces tres) en el caso de El Conde. Eso sí, ya de la segunda grabación como solista en adelante, Pacheco no estaría envuelto en la producción y sí Louie Ramírez, quien regresa a la Fania en 1975 para encargarse de todo lo relacionado con los sellos Tico y Alegre, los cuales adquieren de Morris Levy en ese año (más detalles sobre esto más adelante, para no adelantar la trama), además de grabar como artista para el sello Cotique.

Ahora, con todos los cambios en el elenco de la Fania, y con la evidentemente cómoda situación financiera del sello en ese entonces, Masucci decide que es hora de hacer otra aventura en grande con la Fania All-Stars. Sin embargo, habría cambios en la alineación, de acuerdo a las nuevas tendencias en la compañía. Ahora, virtualmente todos los cantantes de la orquesta estelar o eran solistas, o líderes de sus propias orquestas o ambos (o en proceso de convertirse en uno de ambos). Curiosamente, Bobby Cruz, sin ser solista, se "salva" de la regla por el hecho de que ya antes de su incursión en el sello Fania, ya se le promocionaba como co-líder de la orquesta de Richie Ray, amén de que ya tenía en su haber dos producciones de boleros donde, aunque siempre con la banda de Richie Ray, se le promocionaba como figura central: "Canta Para Ti" y "Amor En La Escuela." Adalberto Santiago, quien como ya dijimos anteriormente recién se estrenaba como cantante de la Tipica'73, es sustituido entonces por Justo Betancourt, quien finalmente recibía la merecida atención de la disquera tras pegarla en grande con su hit (y grito de guerra) "Pa' Bravo Yo," compuesta para él por Ismael Miranda. Uniéndose a Betancourt estaban el entrante Ismael Quintana y el resto de la línea frontal del recital del Cheetah: Cheo, Lavoe, Miranda, Bobby Cruz, El Conde y Santitos. Barretto y Roena permanecerían irremplazables en congas y bongó, respectivamente, con Nicky Marrero, como ya adelantáramos, entrando a la orquesta como el nuevo timbalero. [Es Pacheco quien invita a Marrero, a quien conocía desde sus días con Willie Colón e inclusive lo había invitado en ocasiones a tocar con su Tumbao, a formar parte del staff de músicos de estudio que ya se repartían el grueso de las producciones del sello (especialmente ahora, en momentos que se expandía el sello con todos los nuevos solistas), convirtiéndose en uno de los músicos de mayor demanda y, eventualmente, el escogido para reemplazar a Vilato como el timbalero oficial de la Fania All-Stars.] Bobby Valentín, Yomo Toro y Larry Harlow también vuelven con la nueva edición del All-Stars, con Richie Ray en la lista específicamente para el número donde se destacaría su compadre Bobby Cruz. En los vientos, solo repiten Colón, Rogers y Roberto Rodríguez, uniéndose a ellos Ray Maldonado, quien regresa de manera oficial a la alineación, el trombonista y violinista Lewis Kahn, y el virtuoso trompetista Víctor Paz. Kahn, de ascendencia austriaca y judía y miembro regular de la banda de Harlow, también participó en sesiones para Machito, Eddie Palmieri y Tito Puente (con cuya orquesta, ahora bajo el mando de Johnny Rodríguez luego del deceso del Rey Del Timbal, se mantiene activo al momento de escribir estas líneas). Paz, considerado por muchos (yo inclusive) como la mejor primera trompeta en la historia de la música latina, mantuvo por décadas dicha silla en la orquesta de Tito Rodríguez, donde también fue director musical y hasta el solista de los dos álbumes de música instrumental que graba Rodríguez: "Instrumentals A La Tito" y "Esta Es Mi Orquesta," aunque su rostro no necesariamente apareciera en la carátula (después de todo, Rodríguez, aún cuando no canta en estos discos, seguía siendo la figura principal... no es accidente que en los creditos se leyera Tito Rodríguez y su orquesta con Víctor Paz en la trompeta y no Víctor Paz con la orquesta de Tito Rodríguez...). Al igual que Kahn, Paz también grabó para Machito y Eddie Palmieri.

Con estos cambios, la Fania All-Stars está lista para la próxima "misión." Ahora Masucci apuesta a que puede llenar el Yankee Stadium con ellos. Sucio difícil...  Masucci movió sus fichas, a pesar de tener a casi todos los demás colegas y promotores en contra y prediciendo que la compañía no sobreviviría luego de las pérdidas que dejaría "tan descabellada idea." Sin embargo, en la noche del viernes 24 de agosto de 1973, más de 40,000 fanáticos salseros llenaron a capacidad el Yankee Stadium para otra noche histórica, la cual también sería filmada para la posteridad. Las condiciones en que Masucci consiguió el local eran finales y firmes: dado que el concierto era a finales de agosto, cuando la temporada de Grandes Ligas usualmente está en pleno apogeo de cierre de temporada, la regla de oro era que el público se mantuviera en sus asientos y que no penetraran al terreno de juego, donde se colocaría la tarima de manera tal que el terreno no sufriera mayores daños. La noche comenzó con los grupos Caffe y Seguida, ambos en la onda del rock latino a lo Santana, seguidos por el mazacote de Tipica'73, con Adalberto Santiago, seguidos a su vez por los mulatos del sabor, El Gran Combo (todavía con Andy Montañez como su cantante estrella) y Mongo Santamaria y su grupo. Finalmente, la Fania All-Stars se monta en tarima para el primero de dos sets. Para el segundo set, Masucci quería demostrar que su equipo estelar era capaz de tocar mucho más que música latina, por lo que para este segundo set se hacen de un repertorio que se nutría del soul y el jazz (en otras palabras, más o menos lo que Mongo ya venía haciendo con su propio grupo), mientras se reforzaban con varios invitados especiales: el propio Mongo Santamaria, el saxofonista africano Manu "Soul Makossa" Dibango (del Camerún), el tecladista Jan Hammer, el virtuoso baterista Billy Cobham (éstos dos miembros entonces de la Mahavishnu Orquestra de John McLauglin, pioneros de lo que ya se conocía como jazz fusión junto con el igualmente recordado Weather Report) y el guitarrista Jorge Santana, hermano del legendario Carlos Santana y entonces líder de su propia banda, Malo. Otro trompetista adicional, el virtuoso Lew Soloff, veterano de muchas sesiones de jazz y de música pop (y, al igual que otros colegas en sus mismas condiciones, como Jon Faddis y Randy Brecker, coqueteando en ese entonces abiertamente con la salsa y grabando en sesiones de artistas del sello Fania), se unía también al elenco. Este set, sin embargo, nunca llegaría a tocarse por completo. El número que debía abrir este set, un feroz duelo de tumbadoras entre Mongo y Ray Barretto titulado "Congo Bongo" (escrito por Harlow) fue todo lo que se necesitó para que, siguiendo la "pauta" del primer atrevido en hacerlo, la masa salsera se volcara sobre el terreno de juego para ver de cerca de sus ídolos, forzando el final del concierto luego de esta canción (la estampida hacia el terreno de juego ocurre cuando Roena y Nicky comienzan sus respectivos solos de bongó y timbales, luego del duelo de Mongo y Ray). Pacheco, como director de la tribu, completó el número a duras penas, ignorando por completo a Alex Masucci (hermano de Jerry) y a todos los que incesantemente le hacían señas para que la banda parara de tocar. Luego de eso, la noche llega a su fin cuando la policía neoyorquina entra en acción y se dedica a lo suyo: a repartir macanazos para reestablecer el orden... Al año siguiente (1974), la Fania All-Stars debuta en San Juan, Puerto Rico, estrenando el entonces nuevo Coliseo Roberto Clemente. Para este concierto, Celia Cruz debuta oficialmente con la Fania All-Stars, mientras Luis "Perico" Ortiz ahora integraba al elenco en sustitución de Roberto Rodríguez. Mongo, Manu y Cobham también hacen el viaje a San Juan. Este otro concierto también se graba y filma en vivo. Es en esta ocasión que se graba por primera vez el tema "Mi Gente" de Héctor Lavoe, y donde hubo un lleno total del coliseo.

De estos dos conciertos surgen la película "Salsa" y cuatro discos: "Live At Yankee Stadium, Volúmenes 1 y 2," "Latin Soul Rock" y la banda sonora de la película. No obstante, hay que aclarar: a pesar del título "Live At Yankee Stadium," tan solo los números "Pueblo Latino" (cantado por El Conde), "Mi Debilidad" (Quintana), "Hermandad Fania" (Bobby Cruz) y "Echate Pa'lla" (Justo) fueron tomados del recital neoyorquino, mientras el resto del material viene del concierto en Puerto Rico. Otra canción que sí se grabó en el Yankee Stadium, "El Ratón" de Cheo Feliciano, se incluyó en "Latin Soul Rock," junto con la versión original, en su totalidad, de "Congo Bongo" (la misma que dio fin al concierto) y una versión en vivo del "Soul Makossa" de Dibango, grabada en el show en San Juan. [Para la otra mitad (lado A) de "Latin Soul Rock," el elenco de Fania en San Juan, junto con Cobham, Hammer, Dibango, Soloff y el menor de los Santana, fue reunido en los estudios Good Vibration Studios para grabar lo que debió ser el segundo set en el Yankee Stadium.] Algunos de los momentos más memorables de estos conciertos, además del "Congo Bongo" original y la magistral ejecución de Cheo en "El Ratón," un número que grabara originalmente con el sexteto de Joe Cuba y ahora con Santana en la guitarra, lo son el himno de Héctor Lavoe, "Mi Gente" (con sendos solos de Barry Rogers y Willie Colón), el "Hermandad Fania" de Bobby Cruz y Richie Ray, con Richie castigando el piano y el mini-show de Nicky con el timbal y diversos efectos de sonido y silbidos (y el inesperado intercambio verbal con Lavoe que ya les describimos en un artículo anterior: una nueva versión de "Congo Bongo" hecha en Puerto Rico, ahora con Manu en el sax tenor y Lavoe con Feliciano añadiendo unas sabrosas rutinas de soneos que no eran parte del tema originalmente) y, por supuesto, la "coronación" de Celia como la "reina de la salsa" con la versión definitiva de "Bemba Colorá."

En cuanto a la película, eso requeriría un ensayo por sí solo. Como ya se nos acaba el espacio, solo diremos que la película tuvo su lado bueno y su lado malo. El malo: una oportunidad de oro para documentar con detalles los orígenes de la música latina (y, en especial, lo que llamamos salsa), se desperdició malamente, toda vez que el tema se cubrió de manera muy superficial. Aunque la idea de mezclar cortes de cintas de Hollywood (con todo su consabido cliché) de figuras como Al Jolson, Groucho Marx y Delores Del Rio documentando la forma en que los latinos (Hispanos) eran estereotipados en la Meca de la industria del cine tenía buenas intenciones, el argumento necesitaba apoyo a prueba de balas, justo lo que le faltó a la película. Las escenas de los conciertos de Nueva York y Puerto Rico -el plato fuerte, sin dudas- estuvieron geniales, aunque la edición de material y el exagerado tiempo malgastado en los cortes del viejo Hollywood casi anulan el esfuerzo. El lado bueno: la película no solo ayudó a robustecer el catálogo de Fania y su capital, ya considerablemente respetable gracias al concierto del Yankee Stadium, el boom de la salsa y las ventas de discos, sino que ayudó a promover el concepto de lo que es la salsa a un mejor nivel, amén de que el elenco de Fania se benefició enormemente de la exposición. En cuanto a la Fania All-Stars como entidad, esto fue el comienzo de nuevos y mayores retos, los cuales discutiremos en la segunda parte de este artículo.

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