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L  a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

 

 

 

Intuición  / Presentimiento / Adivinación

 

Proyecto Salón Hogar

Todos, absolutamente todos los seres humanos imaginan cosas, presienten cosas y concluyen cosas sin contar con todos los elementos de juicio necesarios para llegar a dicha conclusión. Mientras lee este artículo se puede usted formular de antemano una opinión que puede ser o correcta o incorrecta, usted esta seguramente haciendo uso de una facultad (divina) que nos hace diferente a los animales y le da veracidad a la bíblia cuando dice que fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, y que distinguimos entre el bien y el mal.

 

Los grandes proyectos o las grandes empresas se intuyen antes de verse plasmadas en la realidad. ¿Que seria del ser humano si no pudiese adelantar los resultados?

 

Se dice que la mujer es un ser muy instintivo y que tiene un sexto sentido que le permite preveer ciertas situaciones con una frecuencia mayor a la que tienen generalmente los hombres.

 

Por otro lado, la continua compulsión de saber el futuro por parte de algunas personas nos hace ser en cierto modo tambien unos adivinadores de la realidad, sin embargo la adivinación no es el mejor camino para llegar a este. La adivinación es una forma algo disparatada de presumir saber las cosas/situaciones ya bien en las relaciones humanas o de acontecimientos de la vida diaria.

Concluír de antemano puede hacerse en tres maneras a saber, por concurso de la ayuda de Dios (estar en vinculo con lo divino)  por el conocimiento de las causas naturales (el estudio y preparación) que nos ayudan a concluír, o por el llamado arte del Demonio que es la adivinación (cuando se carece de facultades por ignorancia y se recurre a otro). La primera (intuición) se hace por divina revelación, y se llama don de  profecía, la segunda por la formación (académica) intelectual del medio ambiente y la tercera (adivinación) por recurrir a metodos no naturales y artificiosos de dudosa reputación.

En psicología y las ciencias cognitivas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a una determinada conclusión. Las intuiciones suelen presentarse más como reacciones emotivas repentinas, sucesos o sensaciones, que como pensamientos abstractos elaborados.

Enfoques racionales de la intuición

Algunos expertos creen que la intuición es una forma de conocimiento inconsciente, que provendría de porciones funcionales del sistema nervioso que no están asociadas con el pensamiento racional, de allí la imposibilidad de expresarlo en términos de razonamiento, y su mayor afinidad a las emociones y el conocimiento no verbal.

Pese a no ser un conocimiento racional, la intuición se sabe influye en la manera en que se elaboran estructuras tan racionales como el conocimiento científico. En general se le llama serendipia al conocimiento previo sin justificación racional, de que cierta labor científica va a generar resultados interesantes. La serendipia pese a ser intuición propiamente dicha, está directamente relacionada con el nivel de conocimiento que tenga una persona sobre el tema de estudio. De modo que muchos la explican simplemente como experiencia.

Serendipia es la capacidad de conocer hechos con anterioridad a su resultado e independencia de su situación espacial, es decir, independiente de tiempo y espacio.

El investigador científico en su trabajo ha de tener algún tipo de «señal», que le instigue a reflexionar sobre cierto fenómeno o resultado, bien a partír de ciertas hipótesis (precogniciones) preestablecidas -meditadas con antelación por el científico-, donde se indican los resultados que se esperan obtener; o bien de manera inesperada o accidental. En cualquiera caso, lo realmente importante en un descubrimiento científico, más allá de que el fenómeno observado haya sido o no buscado premeditadamente, es el propio instinto del científico, que le permite percatarse de éste y, en consecuencia, le hace reflexionar sobre el nuevo fenómeno observado. Fenómeno que, de otra forma, hubiese pasado inadvertido para la Humanidad. Pero, además de ese instinto científico que acabamos de señalar, cabe destacar ciertos dotes más bien propios de artistas, como la imaginación e inspiración, que se manifiestan en los científicos cuando realizan un descubrimiento. Un Don, éste, sin duda reservado para los grandes genios, como así se ha constatado a lo largo de la historia de la Ciencia.

Einstein afirmaba, en relación con el trabajo científico, que «la imaginación es más importante que el conocimiento» Y es que, del mismo modo que un pintor o un poeta, que de repente tiene una iluminación y es capaz de plasmarla en su obra, los científicos necesitan de cierta inspiración que les permita llegar al conocimiento profundo de los fenómenos y, consecuentemente, dar engendro al saber científico.

Se puede casi concluir con seguridad que el saber cientifico tiene muchisimo que ver con cierta intuición o inspiración de que se llegará a unos resultado previstos de antemano.

El famoso presentimiento

¡Tengo un mal presentimiento! dice alguien y a los pocos minutos ocurre algo, alguien que no se sube a un avión por un presentimiento y después se entera que se estrello. Esto es más común de lo que se cree, malos o buenos presentimientos siempre asaltan a la gente en el lugar y en el momento menos esperado, "pero"

¿Que es un presentimiento?

En términos generales, en este campo la psicología considera a los presentimientos como una sensación de aprehensión emocional o afectiva de un acontecimiento futuro.

Popularmente a los presentimientos también se les conoce como precogniciones o premoniciones y los utilizan como sinónimos de presentimientos, pero para los especialistas  existe una marcada diferencia entre estos dos conceptos, si se separan las palabras por sus raíces (pre=antes de y sentir=emocion afectiva) veremos que esto no tiene otra causa que la imaginación, o sea, es un sentimiento suscitado por un recuerdo que se tiene en cierto momento o circunstancias, o sea, es un sentimiento pre-emocional o algo que surge antes de una emoción, claro todo esto en el campo científico de la psicología.

En cambio precognición o premonición nos habla de un conocimiento previo sobre el futuro o fenómeno casi siempre inmediato, como sé vera no siempre sentimientos y ciencia van juntas, sin embargo, el hecho de que ambos fenómenos reales o aparentes objetivos o subjetivos, vayan acompañado de un matiz afectivo, hace legítimo el uso indiferente de las palabras, precognición, premonición o presentimiento.

Claro también hay que aclarar la diferencia entre intuición y pronósticos en este campo, pues mientras a la intuición siempre se ha considerado como una revelación divina que se le da a un ser humano en el que le revela los acontecimientos futuros que habrán de pasar, en cambio los pronósticos están basados mas en un proceso científico con bases más firme por ejemplo él pronostico medico que con conocimiento de causa da un pronostico de acuerdo a probabilidades de causa y efecto y a través de este conocimiento conocido pueden llegarse a determinar su alcance, por lo que se vera no tiene mucha relación con estas dos “técnicas o métodos” de adivinación del futuro. Solo eso que  existe un supuesto conocimiento de lo que va a pasar.

La diferencia más notable entre estas es que por ejemplo entre los presentimientos y las profecías a las cuales se les  trata de emparentar  el conocimiento que se obtiene no se puede obtener de ninguna forma por algún medio de manera natural, o sea, que no se tuvieran conocimientos de causa, ni por conjeturas de que tal suceso pudiera suceder, ni siquiera pudiera ser explicado al azar, en estos caso no se les puede dar mas que una explicación “sobrenatural”, como sucede con las verdaderas profecías.

Pero la ciencia ha tratado de explicar los presentimientos con una explicación más sencilla de un fenómeno que sigue siendo aceptado y esta en estudio sistemático: la telepatía.

Con esta explicación se podrían explicar muchos presentimientos, por ejemplo cuando una mujer dice que tiene un mal presentimiento y al poco rato le dicen que un pariente ha muerto, o sentir que un pariente esta muy enfermo y al llamar a su casa corrobora su presentimiento, esto sele ha tratado de explicar con él termino telepatía espontanea.

Como se sabe la telepatía es la forma de comunicación en la que no interviene ningún medio físico como sonidos, gestos, colores ni ninguna forma visual o sonora sino que es la transmisión de pensamientos de forma directa de una mente a otra. La cual al parecer no esta limitado por las distancias o condiciones.

La explicación que se le quiere dar a este fenómeno es la electricidad que se produce en ese maravilloso y complejo órgano que es el cerebro, como se sabe el cerebro  lleva a cabo procesos químicos en el que interviene la electricidad y el magnetismo. El cual es reconocido por la ciencia pero es tan extremadamente sutil, pero al parecer no lo  es para los demás cerebros que los pueden percibir y de alguna forma los pensamientos cambian. El campo electromagnético que se libera del cerebro y por medios aún no conocidos llega al otro cerebro que puede interpretar el “mensaje electromagnético” esto explicaría por que no hay impedimentos conocidos para esta forma de comunicación pies hoy en día se sabe que el universo esta lleno de electricidad y magnetismo por lo que se cree fácilmente se puede transmitir estos mensajes A través del universo, y con una velocidad dicen algunos mas allá de la velocidad de la luz, lo cual hasta ahora con los avances científicos puede ser verdad.

A esto se le pueden agregar mas condiciones orgánicas, cuando el cerebro interpreta algo como un riesgo ya sea real o ficticia, el cuerpo segrega una sustancia llamada adrenalina que en su presencia hace que la piel se erice, el corazón lata con más prisa, se agudicen los sentidos, y en general el cuerpo se prepara para actuar rápida y eficientemente, el cerebro también entra un ritmo inusual de actividad, el cual lo hace enviar mensajes de auxilio como si fuera una emisora de radio, con esto se explica cuando se sabe que una persona esta en peligro o se siente mal, en el caso de que la persona va a morir, empieza a enviar estos mensaje que le son mas susceptibles a las personas con las que afectivamente vivió a lo largo de su vida, Como si fueran mensajes predeterminados, entonces el receptor los pude captar pues es un mensaje mas “claro y fuerte” que el común.

¿Pero en que parte exactamente se reciben y envían estos mensajes?, A lo largo de los años se le ha tratado de dar respuesta a esta pregunta la respuesta mas aceptada se encuentra en una pequeña glándula que primero fue descubierta en los animales y después en los humanos esta glándula es la llamada: glándula pineal.

  La ciencia hoy por hoy no ha encontrado la función especifica de este pequeño órgano, que en otras culturas y otros tiempos se le conoce como el tercer ojo, pero se dice que aquí reside un conocimiento superior que es el sexto sentido, que es la forma de conocer lo que no ven nuestros ojos ni sienten nuestros sentidos, sea como sea ese órgano esta ahí y tal vez sea cierto lo que se dice del pues se dice que “órgano que no se usa se atrofia” y esta plenamente demostrado a través de la evolución pero este pequeño órgano no ha desaparecido a través de millones de años eso quiere decir que si lo usamos muy poco pero lo usamos.

Claro que esto explica algunas cosas pero no deja en claro algunas otras tal vez por que su forma de acción sean totalmente distintas, por ejemplo esto no explica a las profecías que a veces ocurren con siglos de anterioridad, ni las adivinaciones, tal vez estos  tengan otras explicaciones sustentadas en esta base de telepatía.

Tal vez los presentimientos son la forma más básica de videncia, estado que se puede alcanzar con el entrenamiento de la mente para convertirla en mejor receptora de mensajes, pero como hacer esto, técnicas sistemáticas dicen que una buena forma es poner en blanco la mente concentrarse en la respiración y abrir la mente tratando de recibir estos mensajes.

Otros dicen que para poder recibir estos mensajes primero hay que dejar de tener la cabeza tan dura, claro no literalmente, hay que dejar de tener una mente tan rígida, en la cual no entran ideas de ningún tipo, se tiene que aprender a ser receptivo y dejar de encerrarse en un mundo de ideas y pensamientos propios los cuales no pueden ser desechados ni cambiados, hay que aprender al pasividad y la tranquilidad, la serenidad y aceptar el cambio y aprender a dar afecto y a recibirlo, parece muy lógico, ¿no?.

No hay que desesperarse, todos somos potencialmente “”presentadores y adivinos”, todos tenemos el don solo tenemos que empezar a desarrollarlo todo es cuestión de “Quererlo”.

Siempre y cuando se utilice  con responsabilidad

 Los presentimientos alguna vez en la vida nos han ocurrido y sabemos que existen caminando, dormidos, comiendo como sea, se presentan, a algunos les ha salvado la vida, a otros les a permitido despedirse de sus seres queridos, a algunos otros los a hecho millonarios al ganar algún sorteo, por que se presentan en esos momentos y en esas circunstancias es difícil decirlo con precisión pero lo mejor será hacerle caso a nuestros presentimientos…  

Adivinación: Capacidad de preveer acontecimientos futuros o descubrir cosas ocultas por medio de la Percepción Extrasensorial (ESP) directamente o bien utilizando como soporte de videncia. Cartas, bola de cristal, posos de café, Péndulo, etc.

La videncia o clarividencia, también llamada adivinación es la supuesta cualidad que poseerían algunas personas para predecir hechos venideros, por sí mismas o mediante el uso de sortilegios. Históricamente esta habilidad ha sido siempre compensada por algún tipo de retribución económica, aunque algunas personas dicen practicarla sin ánimo de lucro.

La capacidad atribuida de adivinar el futuro es una creencia que se pierde en la noche de los tiempos, indudablemente asociada a la ansiedad que siente el ser humano por su futuro y por lo impredecible. Abierta o clandestinamente, está presente en todas las sociedades y culturas sin excepción alguna, desde el Neolítico a nuestros días y a pesar del triunfo del empirismo científico como visión cosmológica dominante.

Las personas a las que se atribuye tal habilidad suelen estar revestidas a los ojos de la sociedad con alguna cualidad especial, bien sea innata («tener don», «venir de familia», etcétera) o adquirida mediante iniciación u ordenación sacerdotal o de cualquier otro tipo, incluida la «superioridad» que proporciona el hecho de aparecer, por ejemplo, en televisión.

Hoy por hoy, la videncia se practica abiertamente en la mayoría de sociedades occidentales a través de consultas o mediante medios telefónicos, casi siempre apoyándose en algún sortilegio como la cartomancia que parece dotar al vidente de mayor autoridad. Jurídicamente se considera bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas, si bien ello no impide que se persigan las estafas de importancia cometidas por videntes basándose en la credulidad o deseo de creer de muchas personas.

Antiguamente la palabra se utilizaba también para definir a aquellas personas con el don de la profecía en un contexto religioso, pero este uso se ha perdido.

LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO

El ser humano puede captar un objeto en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico. El conocimiento sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista. Gracias a ella podemos almacenar en nuestra mente las imágenes de las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y los oídos son los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales han desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.

En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. La principal diferencia entre el nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad y universalidad que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de conocimiento. El conocimiento sensible es singular y el conceptual universal. Por ejemplo, puedo ver y mantener la imagen de mi padre; esto es conocimiento sensible, singular. Pero además, puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los padres; es universal. El concepto de padre ya no tiene color o dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es singular, y representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En cambio el concepto de padre es universal (padre es el ser que da vida a otro ser). La imagen de padre sólo se aplica al que tengo en frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a todos los padres. Por esto decimos que la imagen es singular y el concepto es universal.

En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel tampoco hay colores, dimensiones ni estructuras universales como es el caso del conocimiento conceptual. Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto, como elemento de una totalidad, sin estructuras ni límites definidos con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad percibida en el momento de la intuición (holos significa totalidad en griego). La principal diferencia entre el conocimiento holístico y conceptual reside en las estructuras. El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a prescindir de ellas. El concepto, en cambio, es un conocimiento estructurado. Debido a esto, lo percibido a nivel intuitivo no se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un elemento de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero sin poder expresarla adecuadamente. Aquí está también la raíz de la dificultad para dar ejemplos concretos de este conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con una escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los demás.

Un ejemplo de conocimiento holístico o intuitivo es el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia. Cuando un científico dislumbra una hipótesis explicativa de los fenómenos que estudia, podemos decir que ese momento tiene un conocimiento holístico, es decir, capta al objeto estudiado en un contexto amplio en donde se relaciona con otros objetos y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus características. El trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una hipótesis, consiste en traducir en términos estructurados ( conceptos) la visión que ha captado en el conocimiento holístico, gracias a un momento de inspiración.

La intuición empieza por sí misma

Creo que se trata de uno de nuestros más valiosos recursos, y que no lo aprovechamos convenientemente en las empresas. Me permití escribir el año pasado un artículo sobre la intuición, que apareció en dos importantes revistas y que todavía puede verse en Internet; el feedback que recibí me mostró la gran expectación que el tema suscita, y aun me produjo cierta compunción por no haber profundizado suficientemente en él. Creo que podemos hacerlo –profundizar– paralelamente todos los interesados, porque hay valiosos documentos disponibles en la Red. Mientras, yo les ofrezco mis 40 primeras ideas sobre la intuición en la empresa. La intuición...

1. La intuición genera señales instantáneas, repentinas, a modo de súbitos mensajes del interior; pero hay que interpretarlos adecuadamente.

2. La intuición también podría funcionar de manera continuada, y no sólo impulsiva, fundiéndose, por ejemplo, con la inspiración o el designio personal.

3. La intuición en las relaciones humanas tiene bastante que ver con la empatía; quizá, para buen fin, se nutran mutuamente y actúen en sinergia.

4. La intuición utiliza distintos niveles o vehículos para manifestarse, y quizá más de uno a la vez: el físico, el mental, el emocional y el espiritual.

5. La intuición, según dicen los expertos, nos permite acceder a una gran reserva de conocimientos de los que no somos conscientes, o lo somos sólo parcialmente.

6. La intuición viene a ser el modo de pensar “por defecto”, es decir, el que funciona cuando no aplicamos el pensamiento racional.

7. La intuición parece difícil de definir de modo gestaltista u holista; más que limitadoras definiciones, encontramos afirmaciones sobre ella.

8. La intuición es a la vez genética y extragenética; pero es que también podríamos pensar que es individual y colectiva, como si participáramos del saber ajeno.

9. La intuición, como objeto de estudio por expertos, es observada desde distintos ángulos y suscita conclusiones no coincidentes: quizá eso la hace más atractiva.

10. La intuición, más que un rasgo de la personalidad, es una función del cerebro; pero el hecho es que cada persona la utiliza de diferente manera.

11. La intuición podría servir a su propia explicación, con el riesgo de llegar a conclusiones mezcladas con nuestras creencias y rechazables por el establishment .

12. La intuición se manifiesta típicamente mediante palabras, imágenes, sentimientos o sensaciones viscerales, que no siempre sabemos interpretar.

13. La intuición, reconocida como multiforme voz interior, puede también mostrarse desde fuera de uno mismo, mediante epifanías.

14. La intuición se presenta a menudo sin avisar, pero también puede ser llamada, y responder enseguida o tomarse algún tiempo.

15. La intuición parece elegirnos a nosotros –más que nosotros a ella–, pero eso no significa que no podamos facilitar el encuentro y recibir sus mensajes.

16. La intuición, innata pero cultivable, parece mostrarse proporcional a la honradez emocional y a la motivación por saber, por descubrir y por resolver.

17. La intuición, en su manifestación quizá más cotidiana, nos permite leer entre líneas y conocer los sentimientos de los demás, al margen de sus palabras.

18. La intuición parece inseparable de la comunicación, y desde luego da soporte a la interpretación de los gestos, los movimientos y la paralingüística.

19. La intuición, según algunos investigadores, contiene la verdad y es infalible; pero, por si fallaran otros elementos del proceso, vale alinearse con los más cautos.

20. La intuición es una facultad genuina, y no debemos confundirla con temores suscitados por el miedo, con deseos o con peligrosas presunciones de infalibilidad.

21. La intuición tampoco debería confundirse con el instinto, la adivinación, la creatividad o la inspiración, aunque sí pueda “fundirse” con ellas.

22. La intuición, al elegirnos, parece seguir criterios de mérito y disposición receptiva; ayuda más a los íntegros que a los corruptos, a los generosos que a los egoístas.

23. La intuición presenta fronteras indeterminadas; hay quien piensa, por ejemplo, que el apetito, además de una forma de estrés, es una intuición.

24. La intuición complementa al conocimiento, como la inteligencia emocional complementa a la analítica o académica.

25. La intuición es lo que nos lleva a enamorarnos de una determinada persona; pero también puede generarnos recelo o desconfianza hacia otras.

26. La intuición parece depender de la conciencia que tenemos de nosotros mismos; eso sería, en buena medida, lo que distinguiría a los más intuitivos de los menos.

27. La intuición podría estar relacionada con una parte de la inteligencia no residente sólo en el cerebro, sino también en las vísceras.

28. La intuición, joya de la corona de la inteligencia, es el sentido verdaderamente humano, que no compartimos con los animales ni con las máquinas.

29. La intuición, es decir, la revelación intuitiva, puede producirse en cualquier momento; debemos estar atentos y preparados para reconocerla e interpretarla.

30. La intuición está detrás de los juicios que hacemos sobre los demás; esto es algo reconocido, que además sirve para evaluar nuestra habilidad intuitiva.

31. La intuición parece entrar en resonancia con la personalidad autotélica y la negentropía psíquica, es decir, con el orden en la conciencia.

32. La intuición es, por lo anterior, bastante más probable en estados de calma o paz interior, en que estamos atentos a nuestras emociones.

33. La intuición parecía reservada, en la empresa, a los ejecutivos, porque son ellos quienes, más a menudo, pueden tomar decisiones sin dar explicaciones.

34. La intuición se usa mucho, pero se podría usar más y mejor, y no sólo al tomar decisiones; pero hemos de separarla de lo que no es genuina intuición.

35. La intuición no es patrimonio de directivos visionarios o narcisistas, y no debe confundirse con el mesianismo que lucen; todos podemos cultivarla.

36. La intuición es motivante; las señales intuitivas nos mueven a la acción, pero hemos de poner la razón en medio y evitar la precipitación.

37. La intuición está detrás de muchos logros en materia de creatividad e innovación, y ha resultado clave en numerosos éxitos empresariales.

38. La intuición creadora parece exigir, por decirlo así, que estemos en resonancia con el reto o problema a resolver, o sea, que lo hayamos comprendido bien.

39. La intuición puede estar muy desarrollada; en esos casos no accedemos a ella sólo por azar, sino que podemos provocar su aparición.

40. La intuición permite percibir (presentir) cosas venideras (aunque no siempre las personas presuntamente visionarias lo son realmente).

Bueno, ya les decía que seguiré profundizando en la fenomenología de la intuición, y terminando quizá de diseñar un workshop al respecto, pero les animo a que lean sobre el tema. Uno puede hacer, por ejemplo, serendipitosos descubrimientos en Internet... Por cierto, seguro que hay una sólida conexión entre la intuición y la serendipidad... Una cosa más: espero que estemos de acuerdo en, al menos, 30 de las 40 ideas formuladas; pero intenten ustedes prolongar esta lista.

Reconozca las señales intuitivas

     La neurociencia admite que, para que brote la respuesta intuitiva a un problema, antes hemos de haber identificado e interiorizado suficientemente la situación como consecuencia de la inquietud que nos transmite; después, y ya de manera que no nos resulta consciente, hemos de haber incubado la solución. Luego, en cualquier momento, emerge la señal intuitiva “lo mismo —como dice Csikszentmihalyi— que un corcho mantenido bajo el agua sale y salta en el aire cuando se le suelta”; nosotros también la vemos como una burbuja que, al llegar a la superficie, se muestra efímera: hay que estar atentos para captarla. En cualquier caso, una vez que, repentinamente, ha brotado la intuición y se ha reconocido y registrado como tal en la conciencia, es el turno de la razón analítica: el necesario complemento.

     Reconozcamos, por consiguiente, esa especie de sexto sentido que es la intuición, y no la confundamos con una mera opinión, con un deseo, con una apuesta de futuro o con una reflexión. Estemos atentos a estas señales intuitivas repentinas (palabras, frases, imágenes, sensaciones, emociones) y procuremos registrarlas en la conciencia antes de que sucumban a su censura; registrémoslas, incluso y si podemos, en un papel. Si no lo hacemos, la señal se puede diluir por difusa, o por mor de las rigideces racionales. A veces, uno se despierta por la noche y, de repente, se le ocurren algunas ideas relacionadas con los problemas que tenía en la cabeza al acostarse; si no pensáramos firmemente en estas revelaciones surgidas, sólo unos instantes y sin ánimo de valorarlas, podríamos haberlas olvidado al levantarnos.

     Deseamos añadir un comentario. Hemos citado al profesor Cooper y queremos decir que él, en su conocida obra Executive EQ , habla de “flujo intuitivo” relacionándolo con el estado de flujo estudiado por el igualmente citado profesor Csikszentmihalyi (cuyos libros Flow y Creativity nos han parecido también altamente interesantes). La verdad es que nosotros no habíamos relacionado el estado de flujo (especie de íntima euforia derivada del alto rendimiento) con la intuición (tampoco parece hacerlo Csikszentmihalyi), pero admitimos cierto solape e invitamos al lector a consultar estos tres libros, si no lo hubiera hecho ya.

Desarrolle su intuición

     Hemos tratado de definir la intuición en busca de la aquiescencia del lector; pero reconocemos que nosotros mismos hemos tardado más de 35 años en entender y valorar este bonísimo recurso del ser humano. Ahora, en los siguiente párrafos, documentados en las enseñanzas de Cooper, Goleman y otros expertos en inteligencia emocional y management , veremos algunas prácticas que se recomiendan para el desarrollo de esta facultad. De entrada, recordar algo que también nos transmite el profesor Cooper: la intuición se cultiva con honradez emocional como nutriente. (Hemos entendido bien lo de honradez emocional: no se trata de perseguir a los corruptos, sino, básicamente, de ser coherentes con nosotros mismos y preferir la verdad a la tranquilidad). Aquí van ya las recomendaciones que sometemos a su consideración, para el desarrollo de la intuición:

•  Conózcase a sí mismo. Se trata del famoso mandato délfico: Gnothi seauton . Si lo prefiere, Nosce te ipsum. Esto es bueno para todo y encaja con la necesaria dosis de honradez emocional. Para alcanzar el autoconocimiento, ábrase a la retroalimentación de buenas fuentes, practique la reflexión y preste atención a su voz interior: no deje atrofiar este recurso. No nos referimos a la voz de su ego; se trata, si le vale decirlo así, de la voz de su alma, de la voz de su conciencia (ahora hablamos de conciencia moral), de su fuero interno. Hay personas que apenas escuchan la voz de los demás, pero igualmente grave resulta el no escucharse a sí mismo. Trate de destapar esos puntos ciegos pendientes y tome conciencia de sus fortalezas y debilidades. Intente ser, de verdad, lo que le gustaría ser e intenta parecer (esto ya lo decía Sócrates). Distinga bien sus pensamientos de sus sentimientos e identifique claramente sus emociones; no renuncie a ellas pero reconózcalas, es el primer paso para encauzarlas debidamente y aprovecharlas. Además, ya sabe que a veces la intuición se expresa mediante emociones.

•  Mejore su CE (cociente emocional): diríamos que se trata de un imperativo moral. Si desarrolla bien su esfuerzo de autoconocimiento, es posible que encuentre áreas de mejora: autocontrol, empatía, liderazgo, proposito de vida , resistencia a la adversidad, flexibilidad... Cuanto mejor funcione su cerebro emocional, más ayuda recibirá de la intuición. En su proceso de mejora, siga buscando buen feedback : no se contente con que le digan sólo lo que le guste escuchar. El feedback es (lo dice Rick Tate) el desayuno de los campeones. Aprenda a expresar y administrar sus sentimientos como expresa y administra sus pensamientos. La inteligencia emocional nos hace seres humanos más completos  y aún más felices. No lo dude, la intuición funciona mejor en personas con elevado CE; de hecho, la intuición viene a ser una dimensión exaltada de la inteligencia emocional.

•  Formule preguntas claras a su intuición. La intuición está esperando que Ud. la llame y que le plantee preguntas bien definidas. Cuanto más la utilice, mejor funcionará. Quien esto escribe tiene por norma dejar trabajo al subconsciente cada noche y esperar resultados por la mañana. Entonces, uno puede encontrar respuestas, como regalos traídos por el ratoncito Pérez: ideas valiosas para problemas que demandan soluciones creativas, espacios de visión que amplían su horizonte, impulsos o determinaciones de hacer algo (o, definitivamente, de no hacerlo)... Debe profundizar en lo yacente y subyacente de cada situación que le inquiete, y luego formularse preguntas que pueda responder la intuición con su diverso y peculiar lenguaje.

•  Evalúe las señales intuitivas, es decir, las soluciones que se le ofrecen. Tanto si se trata de ideas creativas, impulsos para la acción, soluciones a dilemas o luces para penumbras, no las rechace ni las admita instantáneamente: recuerde lo del turno de la razón analítica. Ya sabemos bien que la razón no es contraria, sino complementaria, a la intuición. Es necesario asegurar cuanto se pueda el acierto ante cada decisión; mediante el acierto, ganaremos confianza en los procesos intuitivos, acudiremos a ellos con más frecuencia y descifraremos mejor sus señales. No bajemos la guardia en la evaluación, aunque creamos que nuestras intuiciones son siempre buenas; no nos creamos nunca especialmente agraciados con el don de la intuición; no nos olvidemos de la prudencia, la humildad y el aprendizaje. También hemos leído (Cooper): “No se puede ser intuitivo si se empeña uno en valerse del conocimiento”.

Conclusión

     Nos quedamos pensando que quienes ya conocían la importancia de la intuición no necesitaban estos párrafos; y que quienes no habían reparado suficientemente en ella no habrán sintonizado plenamente con nuestras palabras. Pero, si así fuera, confiamos en que los primeros nos habrán dirigido su aquiescencia, y los segundos empezarán a interesarse. Nosotros vemos la intuición como un recurso personal que, aunque pueda parecer algo esotérico, está al alcance de todos y resulta fundamental para quienes deban tomar frecuentes decisiones. Inexcusable entre los directivos. No estamos muy seguros —pero hay expertos que sí lo creen— de que funcione mejor entre las mujeres que entre los hombres, aunque, como algunas otras cosas, pueda manifestarse de manera peculiar en cada sexo y, por supuesto, en cada persona. Desde luego, recomendamos explotar el potencial del subconsciente, que no es nada despreciable, y brindamos por un emparejamiento fructífero entre la razón y la intuición. Pero si alguien prefiere un trío, hablemos de razón, corazón e intuición

 

 

Fundación Educativa Héctor A. García