Proyecto Salón Hogar

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
1928 -


El escritor Gabriel García Márquez a quien desagrada la fama, fue escogido como el personaje más influyente en la historia de Colombia durante el siglo XX.

Quien escribe estas líneas se ha limitado en sus homenajes a los autores ya fallecidos, a quienes el crisol del tiempo ha conferido la inmortalidad; sin embargo, en el caso de Gabriel García Márquez, su creación le ha dado en vida la inmortalidad de la cual hablara Miguel de Unamuno.

Nació el autor en Aracataca, Departamento del Magdalena, Colombia y fue criado por sus abuelos hasta los ocho años. La influencia en especial de su abuela a través de historias y leyendas locales, marcó profundamente su carrera y se refleja constantemente en toda su obra. La participación de su abuelo en la Guerra de los Mil Días dejó igualmente una gran marca en el autor.

García Márquez estudió los primeros años en Aracataca y luego en Barranquilla para trasladarse en 1940 a Zipaquirá, población cercana a Bogotá, donde terminó su bachillerato con profesores jesuitas. El autor describió alguna vez su primera impresión de Bogotá como una ciudad donde: "Todos los hombres estaban vestidos de negro. Con sombrero, y no había una sola mujer.". Y donde por causa del frío: "La primera noche que me metí en las cobijas, me dio la impresión de que alguien por hacerme una broma, me había mojado la cama".

Con el fin de estudiar abogacía ingresó en la Universidad Nacional de Bogotá, pero el "Bogotazo" del 9 de abril del 48 lo obligó a viajar a Cartagena, a continuar sus estudios, sin llegar a graduarse, por haber escogido en cambio la carrera del periodismo y la literatura. Se vinculó con el diario El Espectador de Bogotá y desde entonces vivió y trabajó en diferentes regiones del mundo tales como España, Francia, México, Estados Unidos y Cuba.

El escritor leyó desde muy temprano a los clásicos habiendo recibido la influencia sobre todo de autores como Kafka, Poe, Faulkner y Sófocles.

Su primera novela fue: "La hojarasca", en la cual desarrolla la región imaginaria de Macondo, centro de su obra maestra. Entre otras obras: Isabel viendo llover en Macondo, El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora, Los funerales de la Mamá Grande.

En 1967 publicó el autor su gran novela: "Cien años de soledad" con la cual llevó a Macondo a la fama universal y donde describe la saga de la familia Buendía, dentro de una trama que bordea continuamente entre lo real y lo fantástico, cubriendo simultáneamente la historia de Colombia y en parte de la humanidad durante el siglo XIX y los comienzos del XX. De esa obra dijo el poeta Pablo Neruda: "La mejor novela que se ha escrito en lengua castellana después del Quijote".

El estilo de García Márquez lo ha colocado en el centro del llamado "realismo mágico latinoamericano". Sus temas son universales y su lenguaje rico y castizo; igualmente caracteriza al autor el monólogo interior de sus personajes.

Entre otras obras: La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera (relata la relación amorosa de una pareja a lo largo de toda una vida), El general en su laberinto (descripción del último viaje del Libertador Simón Bolívar desilusionado, camino hacia un destierro voluntario), Doce cuentos peregrinos, El amor y otros demonios (se desarrolla en Colombia durante el siglo XVIII).

García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982. Su producción periodística se ha recopilado en: Textos costeños y Entre cachacos. Al autor lo han movido igualmente una profunda conciencia social, manifiesta en toda su obra, y un deseo constante de impartir educación, reflejado en su trabajo periodístico y en su pensamiento.

Su obra ha sido traducida a los principales idiomas mundiales y sus libros se leen en el mundo entero.

APARTES:

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a las orillas de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. (Cien años de soledad)

Al tercer día de lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que atravesar su patio anegado para tirarlos en el mar, pues el niño recién nacido había pasado la noche con calenturas y se pensaba que eran a causa de la pestilencia. El mundo estaba triste desde el martes. El cielo y el mar eran una misma cosa de ceniza, y las arenas de la playa, que en marzo fulguraban como polvo de lumbre, se habían convertido en caldo de lodo y mariscos podridos. ( La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada) Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. (El amor en los tiempos del cólera) La proximidad del mediodía me hizo pensar otra vez en Cartagena. Pensé que era imposible que no hubieran advertido mi desaparición. Hasta llegué a lamentar el haber alcanzado la balsa, pues me imaginé por un instante que mis compañeros habían sido rescatados, y que el único que andaba a la deriva era yo, porque la balsa había sido empujada por la brisa. (Entre cachacos).