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GUY DE MAUPASSANT
(1850-1893)


Henry René Albert Guy de Maupassant escribió novelas e historias cortas con genialidad y su obra permanece en el siglo XXI tan actual como lo fuera durante el XIX.

Su lucha contra la hipocresía humana se refleja constantemente en toda su obra. Nació en el castillo de Miromesnil, cerca de Dieppe, en la Normandía, Francia, dentro de una familia de tradiciones normandas, habiendo sido su madre, prima del escritor Flaubert. Estudió en el colegio Yvetot y en el Liceo de Ruan y posteriormente se trasladó a París a fin de estudiar abogacía, pero le fue imposible terminar la carrera debido a la Guerra francoprusa.

Ingresó al ejército de su país y al regresar, trabajó por algún tiempo como empleado del gobierno francés en la armada y en esos años empezó a escribir, inicialmente poesía y mas tarde su prosa genial. Fue amigo de Zola y en especial de Flaubert a quien consideró su maestro.

El estilo de Maupassant se caracteriza por su sencillez, claridad y tranquilidad, representando al mismo tiempo un ejemplo clásico del realismo psicológico. Considero el autor que los sentidos nos dan el conocimiento, pero simultáneamente nos aprisionan en sus cadenas.

Fue enemigo de la hipocresía y la atacó en sus obras. Sus personajes reflejan los defectos humanos: ambición, vanidad, egoísmo sin crítica moral del autor, encerrándose esta última en los desenlace mismos y en las vidas de sus héroes. La influencia de su obra se ha extendido a toda la literatura universal.

Entre sus obras: Novelas: Una vida (1883-considerada la mejor de sus novelas, relata la vida triste de una mujer solitaria, traicionada primero por su esposo y luego por su hijo), Bel-Ami ( describe un hombre dominado por la ambición y el egoísmo quien avanza en la vida a costa de las mujeres), Mont-Oriol, Pedro y Juan (estudio del odio entre dos hermanos), Nuestro corazón (La vida de un hombre infeliz dentro de su matrimonio). Historias cortas: De estas escribió el autor cerca de 300, muchas brillantes. Entre ellas: Bola de sebo (1880-una de las más famosas), La herencia, El collar, La casa Tellier, Un sabio, El paraguas, Claro de luna, Miss Harriet, La cabellera, La confesión, Coco, Châli, Un duelo, La espera, Historia de una campesina, En familia, Cuentos de la Becada.

El autor rehusó el ingresar a la Academia Francesa y rechazó igualmente La Legión de Honor. Maupassant nunca se casó y llevó una vida libre, siendo dado a los abusos del alcohol. Contrajo sífilis, en ese entonces no tratable de manera satisfactoria, y en 1891 el autor se enloqueció, sufriendo de parálisis general, habiendo tenido que ser internado en un sanatorio mental cerca de París donde murió a los 43 años de edad. Un monumento en su honor se encuentra en el Parke de Monceau en París.

APARTES:

Subía lentamente los escalones, acelerándosele los latidos del corazón, lleno de ansiedad, y, sobre todo, inquieto por el miedo al ridículo. De pronto vio frente a él, mirándole, un señor en traje de etiqueta. Tan cerca se hallaban uno de otro, que Duroy se hizo atrás instintivamente, hasta que se dio cuenta, quedándose estupefacto, de que aquel señor no era otro que él mismo reflejado en el espejo que había allí en el descansillo del primer piso. ( Bel-Ami)

La mujer, una de esas llamadas galantes, era célebre por su gordura precoz, que le había valido el apodo de Bola de sebo. Baja, toda redonda, atocinada, con dedos hinchados que se estrechaban en las falanges, semejantes a ristras de cortas salchichas; con una piel brillante y tensa, un pecho enorme que ocultaba bajo sus ropas, era, sin embargo, apetitosa y solicitada, pues su lozanía resultaba agradable a la vista. ( Bola de sebo)

Jeanne terminó de hacer sus maletas; se acercó a la ventana, pero la lluvia no cesaba. Durante toda la noche el aguacero había sonado contra los cristales y los tejados. El cielo, bajo y cargado de agua, parecía haber reventado, y se vaciaba sobre la tierra, convirtiéndola en una papilla, disolviéndola como si fuera azúcar. Pasaban ráfagas de viento caliente, sofocante. El estruendo de los arroyos desbordados llenaba las calles desiertas, cuyas casas, como esponjas, bebían la humedad que penetraba hasta el interior y hacía resumar las paredes desde el sótano hasta la buhardilla. ( Una vida).