Proyecto Salón Hogar

JUAN CARLOS ONETTI
(1909-1994)


Juan Carlos Onetti fue uno de los creadores de la "novela urbana" en Sudamérica.

Nació en Montevideo, Uruguay habiendo estudiado en su ciudad natal inicialmente y luego continuando sus estudios en Buenos Aires, si bien no terminó el bachillerato. Desde temprano desempeñó múltiples trabajos, desde el de portero hasta los de vendedor y mesero. Practicó igualmente el periodismo y vivió intermitentemente en su juventud entre Montevideo y Buenos Aires. Se casó cuatro veces.

En 1974 al formar parte de un jurado literario, fue acusado de ser un peligro para la dictadura militar del momento y se le colocó en prisión por tres meses, al cabo de los cuales abandonó su patria para no regresar jamás, ni aún cuando la democracia retornó al país. Onetti gustó de escribir desde temprano si bien su obra sólo empezó a ser conocida mundialmente en los años 60's.

Su estilo fue considerado de tipo ambiguo por lo largo y sinuoso de sus frases, siendo simultáneamente irónico, de una profunda imaginación y gran contenido existencialista.

Fue un admirador intenso de William Faulkner y heredó del gran escritor americano la prosa compleja y la rica imaginación. El autor creó al igual que Faulkner su propia región del mundo a la cual llamó Santa María y algunos de sus personajes tales como Larsen, Díaz Grey y Jorge Malavia son persistentes a través de sus novelas. Su héroe Larsen desempeñó trabajos variados e inusuales tales como la organización de un prostíbulo cerca a Santa María y la reconstrucción de un astillero abandonado.

Aunque poco tradicional en su creación, Onetti muestra un fondo grande de compasión y de religión en su obra. Su creación describe la lucha de la pureza y la virtud enfrentadas con la maldad y la corrupción y el entender esto es fundamental para comprender sus novelas e historias cortas. La niñez representa la virtud en su obra, en tanto que la edad madura refleja la decadencia, siendo la maldad el producto natural del acto de sufrir y de vivir.

Si bien Onetti mostró pesimismo en especial hacia el final de su vida, por otro lado se inclinó más hacia lo poético y esto lo reflejó en sus últimas obras; un ejemplo de este modo de pensar se muestra en: "Dejemos hablar al viento" donde describe la destrucción de su ciudad imaginaria "Santa María" por el fuego. El autor murió en Madrid negándose hasta el final a regresar a Uruguay. Cuando le fue otorgado el premio Nacional de Literatura, el Presidente de Uruguay se vio obligado a viajar hasta España con el fin de entregar el premio al escritor ausente.

Entre sus obras: El pozo, Tierra de nadie, Los adioses, Para esta noche, Una tumba sin nombre, La cara de la desgracia, El astillero, El infierno tan temido, Tan triste como ella, Juntacadáveres, Los rastros del amor, La muerte y la niña, Dejemos hablar al viento, Historias cortas; entre sus ensayos mas conocidos: Requiem por Faulkner y otros artículos.

Su obra más famosa fue: "La vida breve", en la cual el autor relata cómo su héroe Braunsen, introduce por lo menos tres órdenes de la realidad dentro de tres historias contiguas. El personaje principal gradualmente evoluciona transformándose en Arce y luego en Días Grey. La unión final de las tres realidades es un ejemplo claro de la rica imaginación de Onetti. Braunsen el héroe, funda un mundo mítico: La ciudad de Santa María en tanto que imagina otros dos modos de vida fantásticos, que terminan por hacerse independientes de su creador, alejándose de la ficción que los creó. La novela se renueva a sí misma de manera interminable en repeticiones exploratorias múltiples, convirtiéndose en un teatro donde cada personaje desempeña un papel, participando del juego absurdo y sin final de la vida. La creación es un ejemplo del estilo llamado: "Novela dentro de otra novela". Lo transitorio de la vida impide el intento del humano por comunicarse o crear lazos afectivos. La creación imaginaria se convierte para el personaje en la única manera de dar significado a la existencia.

APARTES:

Contemplamos la boca hundida de Lagos, los ojos entornados donde escarba la luz creciente, el mechón de pelo encanecido que asoma debajo de la peluca. El Inglés sacude con alarma la cabeza, como si fuera descubriendo a los fantasmas que se reproducen sin impaciencia encima de los canteros; se ocultan parcialmente detrás de los troncos. Después empieza a pasearse frente a Lagos, frente a su cuerpo en el banco, derrumbado y augusto; va y viene, la alabarda al hombro, con pasos y medias vueltas de rutina.

Puedo alejarme tranquilo; cruzo la plazoleta y usted camina a mi lado, alcanzamos la esquina y remontamos la desierta calle arbolada, sin huir de nadie, sin buscar ningún encuentro, arrastrando un poco los pies, más por felicidad que por cansancio. (La vida breve).

Venía en el primer minuto del período de visitas, joven, la boca hinchada como si tuviera miedo a reírse a carcajadas, paseando por las caras de los empleados sus cortas, ineludibles miradas de lástima y desafío.

Comentaba la delgadez de Larsen, exhibía los regalos y enumeraba hasta la despedida los sucesos del mundo perdido, las monótonas vicisitudes de mujeres y amigos. Y como si le importara o creyera que a Junta le importaba, sino paciente, animosa, fidedigna, como si se hubiera enterado de que hablar de aquello era lo correcto, lo que convenía, a la circunstancia. (Juntacadáveres).