Proyecto Salón Hogar

SIMONE DE BEAUVOIR
(1908-1986)


Simone de Beauvoir perteneció al movimiento filosófico existencialista, fue profesora y cultivó el ensayo y la novela constituyéndose en una de las figuras literarias femeninas más prominentes del siglo XX.

Nació en París, Francia dentro de una familia de clase alta y recibió una educación esmerada en escuelas católicas de su región. Se enfrentó desde muy temprana edad a la fe religiosa y a la sociedad dentro de las cuales nació.

Estudió filosofía en la Universidad de la Sorbona y se graduó en segundo lugar luego de Simone Weil; el tercer puesto fue obtenido por Merleau-Ponty. Se hizo amiga de Jean-Paul Sartre y su amistad con el filósofo se extendió por el resto de su vida. Su relación con Sartre fue íntima y viajaron juntos por todos los continentes, sin llegar sin embargo nunca al tuteo entre ellos.

A los 15 años de edad resolvió ser escritora. La filósofa defendió incansablemente las causas femeninas siendo polémica por lo avanzado de sus opiniones.

Entre sus obras: La invitada (analiza la psicología del humano a través de lo exterior), La sangre de los otros (defiende la unidad humana frente a la responsabilidad), Todos los hombres son mortales (muestra profunda sensibilidad social), Los mandarines (su novela más famosa, estudia la izquierda francesa luego de la Segunda Guerra Mundial), Las bellas imágenes, La mujer destruida , Cuando domina lo espiritual, El segundo sexo (libro famoso en forma de ensayo, en el cual critica la educación de la mujer por una sociedad machista), Memorias de una joven de buena familia, Final de cuentas (las dos últimas obras son autobiográficas), La ceremonia del adiós (publicada luego de la muerte de Sartre, describe de manera amplia sus relaciones con el filósofo francés), Las bellas imágenes.

La autora recibió el Premio Goncourt en 1954 por "Los mandarines".

Simone de Beauvoir murió a los 78 años de edad debido a una enfermedad hepática en París su ciudad natal.

APARTES DE LA OBRA DE BEAUVOIR:

Pero no es cierto. Usted no muere de haber nacido, ni de haber vivido, ni de edad avanzada. Usted muere "de algo". El conocimiento de que a causa de su edad la vida de mi madre debía terminar pronto, no disminuyó la terrible sorpresa. Ella tenía un sarcoma, cáncer, trombosis, neumonía: ello fue tan violento e inesperado como una máquina parándose en la mitad del espacio.No existe tal cosa como la muerte natural: nada que ocurra al hombre es natural, desde que su presencia pone al mundo en duda. Todos los humanos deben morir: pero para cada humano, su muerte es un accidente y aún si él lo sabe y lo acepta, es una violación no justificada. (Una muerte muy fácil)

Cada mañana, aún antes de abrir mis ojos, sé que me encuentro en mi habitación y en mi cama. Pero si duermo después del almuerzo, en la pieza en la cual trabajo, a veces despierto con una sensación de perplejidad infantil: por qué soy yo, yo misma? Lo que me sorprende, al igual que a un niño, al darse cuenta de su propia identidad, es el hecho de encontrarme a mí misma aquí, y en este momento, profundamente en esta vida y no en otra. Qué golpe de azar ha causado esto? Si miro esto desde fuera, mi nacimiento en primer lugar aparece improbable. La penetración de aquel óvulo específico por ese espermatozoide específico, con su requerimiento del encuentro de mis padres y antes el de su nacimiento y el nacimiento de todos sus antepasados, no tenía una oportunidad en centenares de millones de ocurrir. (Final de cuentas)

Ha habido un éxito indudable en mi vida: mi relación con Sartre. En más de 30 años, nunca nos hemos ido a dormir separados. Estos años pasados lado a lado, no han disminuido el interés que encontramos en nuestras mutuas conversaciones: una amiga ha observado que siempre nos oímos uno al otro con la mayor atención. Sin embargo de manera tan asidua nos hemos siempre criticado, corregido y ratificado nuestros pensamientos, que se podría decir que pensamos en común. (Force of circunstance)

El aspecto más intoxicante de mi regreso a París en septiembre, 1929 fue la libertad que ahora tenía. Había soñado con ella desde mi niñez, cuando jugaba con mi hermana a ser una muchacha "grande". He documentado en otra parte mi deseo apasionado por ello como estudiante. Ahora, súbitamente era mío. Me sorprendió el encontrar una gran facilidad en todos los movimientos. Desde el momento en que abría mis ojos cada mañana me perdía en un transporte de placer. (The praise of life)

Marcelle Drouffe fue una niña precoz, soñadora: tan temprano como a los 10 meses dio señales de ser extraordinariamente sensitiva. "Cuando te hacías daño, no era el dolor lo que te hacía llorar" su madre le dijo más tarde. "Lo hacías porque sentías que el mundo te había traicionado". Sus padres la adoraban, y ella fue tan buena que nunca la regañaron en absoluto; pero temprano en su vida conoció el sabor de las lágrimas. Cuando la oscuridad caía, ella se escurría bajo el escritorio de su padre o detrás de las espesas cortinas de la sala y dejaba penetrar en ella la noche y la tristeza. Ella pensaba en los niños y los huérfanos de que había leído en los dorados libros de cuentos. (Marcelle-Cuando domina lo espiritual)

Mujer? Muy simple, dicen los que sueñan en fórmulas simples: ella es un útero, un ovario; es una "mujer"- esta palabra es suficiente para definirla. En la boca de un hombre el epíteto mujer tiene el sonido de un insulto, y sin embargo él no se siente avergonzado de su naturaleza animal, por el contrario, se siente orgulloso si alguien dice de él: Es un "hombre"!. El término "mujer" es ofensivo, no porque enfatice la animalidad de la mujer, sino porque la encarcela a ella en su sexo; y si este sexo le parece al hombre despreciable y peligroso aún en los animales inofensivos, es indudablemente debido a la hostilidad producida en él por la mujer. (El segundo sexo)

Aproximadamente uno de cada diez americanos ha pasado los 65 años, y la proporción aumenta cada año. Dos terceras partes de estos americanos sufren de alguna condición crónica: tensión arterial alta, artritis, diabetes y otras aflicciones; aún así hay solamente unas treinta mil instituciones de todas las clases, encargadas de cuidarlos, con camas suficientes para recibir solamente uno de cada cincuenta. La mayoría de las personas de edad, además, no califican para el servicio social o el tratamiento gratuito. La entrada económica media anual de una persona sola, mayor de 65 años es de $1.055 y 30% solos o casados, viven en la pobreza. Sus familias, por lo tanto, deben ser capaces de pagar lo que equivale a la mitad de una entrada normal mensual, para pagar el cuidado más restringido de un familiar. (The coming of age).