Sagrada Biblia
Proyecto Salón Hogar

El Libro de los Salmos



El justo y los pecadores


1 1 Bienaventurado el hombre que

no anda según el consejo de los impíos,

ni se detiene en el camino de los pecadores,

ni se sienta en la silla de los burladores.

2 Más bien, en la ley de Jehovah está su delicia,

y en ella medita de día y de noche.


3 Será como un árbol

plantado junto a corrientes de aguas,

que da su fruto a su tiempo

y cuya hoja no cae.

Todo lo que hace prosperará.


4 No sucede así con los impíos,

que son como el tamo que arrebata el viento.

5 Por tanto, no se levantarán los impíos en el juicio,

ni los pecadores en la congregación de los justos.

6 Porque Jehovah conoce el camino de los justos,

pero el camino de los impíos perecerá.

El ungido asume el trono


2 1 ¿Por qué se amotinan las naciones

y los pueblos traman cosas vanas?

2 Se presentan los reyes de la tierra,

y los gobernantes consultan unidos

contra Jehovah y su ungido, diciendo:

3 "¡Rompamos sus ataduras!

¡Echemos de nosotros sus cuerdas!"


4 El que habita en los cielos se reirá;

el Señor se burlará de ellos.

5 Entonces les hablará en su ira

y los turbará en su furor:

6 "¡Yo he instalado a mi rey

en Sion, mi monte santo!"


7 Yo declararé el decreto:

Jehovah me ha dicho:

"Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.

8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones,

y por posesión tuya los confines de la tierra.

9 Tú los quebrantarás con vara de hierro;

como a vasija de alfarero los desmenuzarás."


10 Y ahora, oh reyes, sed sabios;

aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra.

11 Servid a Jehovah con temor

y alegraos con temblor.

12 Besad al hijo, no sea que se enoje

y perdáis el camino;

pues se enciende de pronto su ira.

¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!

Oración para la hora de levantarse


3 (Salmo de David compuesto cuando huía de su hijo Absalón)

1 ¡Oh Jehovah, cuánto se han multiplicado mis enemigos!

Muchos son los que se levantan

contra mí.

2 Muchos dicen acerca de mí:

"¡Dios no lo librará!" (Selah)

3 Pero tú, oh Jehovah,

eres escudo alrededor de mí;

eres mi gloria y el que levanta mi cabeza.


4 Con mi voz clamé a Jehovah,

y él me respondió desde su santo monte. (Selah)

5 Yo me acosté y dormí.

Desperté, porque Jehovah me sostuvo.

6 No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio

contra mí.


7 ¡Levántate, oh Jehovah!

¡Sálvame, Dios mío!

Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla,

y has quebrantado los dientes de los impíos.


8 De Jehovah viene la salvación.

¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! (Selah)

Oración para la hora de acostarse


4 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)

1 ¡Respóndeme cuando clamo,

oh Dios de mi justicia!

Tú que en la angustia ensanchaste mi camino,

ten misericordia de mí

y oye mi oración.


2 Oh hijos del hombre,

¿hasta cuándo convertiréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad y buscaréis el engaño? (Selah)


3 Sabed que Jehovah ha apartado al piadoso para sí;

Jehovah oirá cuando yo clame a él.

4 Temblad y no pequéis.

Reflexionad en vuestro corazón sobre vuestra cama y estad en

silencio. (Selah)

5 Ofreced sacrificios de justicia

y confiad en Jehovah.


6 Muchos dicen:

"¿Quién nos mostrará el bien?"

Haz brillar sobre nosotros, oh Jehovah, la luz de tu rostro.

7 Tú has dado tal alegría a mi corazón

que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia.


8 En paz me acostaré y dormiré;

porque sólo tú, oh Jehovah,

me haces vivir seguro.

Oración para comenzar el día


5 (Al músico principal. Para Nejilot. Salmo de David)

1 Escucha, oh Jehovah, mis palabras;

considera mi suspiro.

2 Atiende a la voz de mi clamor,

Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.

3 Oh Jehovah, de mañana oirás mi voz;

de mañana me presentaré ante ti y esperaré.


4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la perversidad;

la maldad no habitará junto a ti.

5 Los arrogantes no se presentarán ante tus ojos;

aborreces a los que obran iniquidad.

6 Destruirás a los que hablan mentira;

al hombre sanguinario y engañador abomina Jehovah.

7 Pero yo, por la abundancia de tu gracia, entraré en tu casa

y en tu temor me postraré hacia tu santo templo.


8 Guíame, oh Jehovah, en tu justicia,

a causa de mis enemigos.

Endereza tu camino delante de mí.

9 Porque no hay sinceridad en su boca;

sus entrañas están llenas de destrucción.

Su garganta es un sepulcro abierto,

y con su lengua hablan lisonjas.

10 Decláralos culpables, oh Dios;

caigan por sus propios consejos.

Echalos por la multitud de sus rebeliones,

porque se rebelaron contra ti.


11 Se alegrarán todos los que confían en ti;

para siempre gritarán de júbilo,

pues tú los proteges.

Los que aman tu nombre se regocijarán en ti,

12 porque tú, oh Jehovah, bendecirás al justo;

como un escudo lo rodearás con tu favor.

Oración en tiempo de prueba


6 (Al músico principal. Con Neguinot. Sobre Seminit. Salmo de David)

1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor,

ni me castigues con tu ira.

2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco.

Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos.

3 También mi alma está muy turbada;

y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo?


4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma.

Sálvame por tu misericordia,

5 porque en la muerte no hay memoria

de ti;

¿quién te alabará en el Seol?


6 Me he agotado de tanto gemir.

Toda la noche inundo mi cama

y con mis lágrimas empapo mi lecho.

7 Mis ojos están debilitados por el pesar;

se han envejecido a causa de todos mis adversarios.


8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad,

porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto.

9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego!

¡Jehovah ha aceptado mi oración!

10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán.

Retrocederán y de repente serán avergonzados.

Oración pidiendo vindicación


7 (Sigayón de David, que cantó a Jehovah con respecto a las palabras de Cus el benjaminita)

1 Oh Jehovah, Dios mío, en ti me he refugiado.

Sálvame de todos los que me persiguen y líbrame.

2 No sea que arrebaten mi alma

como el león que despedaza,

sin que haya quien libre.


3 Oh Jehovah, Dios mío,

si yo he hecho esto,

si hay en mis manos iniquidad,

4 si recompensé mal al que estaba en paz conmigo,

si despojé sin razón a mi adversario,

5 entonces persiga el enemigo a mi alma,

y que la alcance;

pise en tierra mi vida,

y mi honor eche por tierra. (Selah)


6 ¡Levántate, oh Jehovah, con tu furor!

Alzate contra la ira de mis angustiadores,

y despierta el juicio que has ordenado para mí.

7 Entonces te rodeará la congregación de los pueblos,

y hacia ella vuélvete en lo alto.


8 Jehovah juzgará a los pueblos;

júzgame, oh Jehovah, de acuerdo con mi justicia y mi integridad.

9 Acábese ya la maldad de los impíos,

y establece al justo;

pues el Dios justo pone a prueba

los corazones y las conciencias.


10 Mi escudo está en Dios,

quien salva a los de recto corazón.

11 Dios es el que juzga al justo;

es un Dios que emite sentencia cada día.


12 Si el impío no se arrepiente,

afilará su espada;

ha dispuesto su arco y lo ha preparado.

13 También ha alistado para sí armas de muerte

y ha hecho incendiarias sus flechas.

14 He aquí que gesta maldad,

concibe afanes y da a luz mentira.

15 Cava un pozo y lo ahonda;

pero en la fosa que hace caerá.

16 Su afán se volverá contra su propia cabeza;

y la violencia que ha practicado recaerá sobre su coronilla.


17 Pero yo alabaré a Jehovah por su justicia,

y cantaré al nombre de Jehovah el Altísimo.

La gloria divina y la dignidad humana


8 (Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de David)

1 Oh Jehovah, Señor nuestro,

¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Has puesto tu gloria sobre los cielos.

2 De la boca de los pequeños

y de los que todavía maman

has establecido la alabanza

frente a tus adversarios,

para hacer callar al enemigo y al vengativo.


3 Cuando contemplo tus cielos,

obra de tus dedos,

la luna y las estrellas

que tú has formado,

4 digo: ¿Qué es el hombre,

para que de él te acuerdes;

y el hijo de hombre,

para que lo visites?

5 Lo has hecho un poco menor que los ángeles

y le has coronado de gloria y de honra.

6 Le has hecho señorear sobre las obras de tus manos;

todo lo has puesto debajo de sus pies:

7 ovejas y vacas, todo ello,

y también los animales del campo,

8 las aves de los cielos y los peces del mar:

todo cuanto pasa por los senderos del mar.


9 Oh Jehovah, Señor nuestro,

¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Alabanza al Dios de justicia


9 (Al músico principal. Sobre Mut-laben. Salmo de David)

1 Te alabaré, oh Jehovah, con todo mi corazón;

contaré todas tus maravillas.

2 Me alegraré y me regocijaré en ti;

cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

3 Cuando mis enemigos volvieron atrás,

cayeron y perecieron ante ti.

4 Porque has defendido mi juicio y mi causa;

te has sentado en el trono del Juez de justicia:

5 Reprendiste a las naciones;

destruiste a los impíos;

el nombre de ellos has borrado para siempre.

6 El enemigo ha sucumbido para siempre;

sus ciudades has destruido;

con ellas pereció su recuerdo.


7 Pero Jehovah permanecerá para siempre;

ha dispuesto su trono para juicio.

8 El juzgará al mundo con justicia;

hará juicio a los pueblos con rectitud.

9 Jehovah será un alto refugio para el oprimido,

un refugio en los tiempos de angustia.

10 En ti confiarán los que conocen tu nombre;

pues tú, oh Jehovah, no abandonaste a los que te buscaron.


11 Cantad a Jehovah, que habita en Sion;

contad en los pueblos sus hechos.

12 Porque el Vengador de la sangre

se acordó de ellos;

no se olvidó del clamor de los pobres.


13 Ten compasión de mí, oh Jehovah.

Mira la aflicción que me han causado los que me aborrecen;

tú, que me levantas de las puertas de la muerte,

14 para que cuente todas tus alabanzas

en las puertas de la hija de Sion

y me goce en tu salvación.


15 Las naciones se hundieron en la fosa que hicieron;

en la red que escondieron fue atrapado su pie.

16 Jehovah se dio a conocer por el juicio que hizo;

los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos.

(Higayón, Selah)

17 Los impíos serán trasladados al Seol,

todas las naciones que se olvidan de Dios.

18 Porque el necesitado no será olvidado para siempre,

ni la esperanza de los pobres perecerá eternamente.


19 ¡Levántate, oh Jehovah!

¡Que no prevalezca el hombre!

Sean juzgadas las naciones delante de ti.

20 Infúndeles pánico.

Que sepan las naciones que no son más que hombres. (Selah)

Clamor por causa de los impíos


10 1 Oh Jehovah, ¿por qué te mantienes lejos,

y te escondes en los tiempos de angustia?

2 Con arrogancia el impío persigue al pobre.

¡Sean atrapados en los artificios que han maquinado!

3 Porque el impío se gloría del apetito de su alma

y el codicioso maldice y desprecia a Jehovah.

4 El impío, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;

no está Dios en ninguno de sus pensamientos.

5 En todo tiempo son torcidos sus caminos;

tus juicios están muy por encima de su vista,

y a todos sus adversarios desprecia.


6 Dice en su corazón: "No seré movido;

de generación en generación nunca estaré en infortunio."

7 Su boca está llena de maldición, engaño y fraude;

debajo de su lengua hay vejación e iniquidad.

8 Pone emboscadas a las aldeas;

en los escondrijos mata a los inocentes;

sus ojos vigilan a los desdichados.

9 Acecha desde un escondite,

como el león desde la espesura.

Acecha para arrebatar al pobre;

arrebata al pobre atrayéndolo a su red.

10 Se agacha, lo aplasta;

y en sus fuertes garras caen los desdichados.


11 Dice en su corazón:

"Dios se ha olvidado.

Ha ocultado su rostro; nunca lo verá."

12 ¡Levántate, oh Jehovah Dios;

alza tu mano!

No te olvides de los pobres.

13 ¿Por qué desprecia el impío a Dios?

En su corazón piensa que tú no lo llamarás a cuenta.

14 Ciertamente tú ves la vejación y la provocación;

las miras para dar la recompensa.

A tus manos se acoge el desdichado;

tú eres el amparo del huérfano.

15 Quebranta el brazo del impío y del malo;

castígalos por su perversidad,

hasta que desistan de ella.


16 ¡Jehovah es Rey para siempre!

De su tierra desaparecerán las naciones.

17 El deseo de los humildes escuchas,

oh Jehovah;

tú dispones sus corazones

y tienes atento tu oído,

18 para juzgar al huérfano y al oprimido,

a fin de que el hombre de la tierra

no vuelva más a hacer violencia.

Jehovah, refugio del justo


11 (Al músico principal. Salmo de David)

1 En Jehovah me he refugiado.

¿Por qué, pues, decís a mi alma:

"Escapa cual pájaro al monte"?

2 Pues he aquí, los impíos han preparado su arco y han colocado las flechas en la cuerda, para atravesar en oculto a los rectos de corazón.


3 Si son destruidos los fundamentos,

¿qué podrá hacer el justo?

4 Jehovah está en su santo templo;

Jehovah tiene su trono en los cielos.

Sus ojos ven;

su vista examina a los hijos del hombre.


5 Jehovah prueba al justo,

pero su alma aborrece al impío

y al que ama la violencia.

6 Sobre los impíos hará llover brasas;

fuego, azufre y vientos huracanados

serán la porción de la copa de ellos.

7 Porque Jehovah es justo y ama la justicia;

los rectos contemplarán su rostro.

Jehovah, protector de los pobres


12 (Al músico principal. Sobre Seminit. Salmo de David)

1 Salva, oh Jehovah,

porque se han acabado los piadosos.

Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre.

2 Cada uno habla falsedad con su prójimo, con labios lisonjeros;

hablan con doblez de corazón.


3 Jehovah destruirá todos los labios lisonjeros,

la lengua que habla grandezas.

4 Dijeron: "Por nuestra lengua prevaleceremos.

Si nuestros labios están a nuestro favor,

¿quién más se hará nuestro señor?"


5 Dice Jehovah: "Por la opresión de los pobres,

por el gemido de los necesitados

me levantaré ahora.

Los pondré a salvo del que se ensaña contra ellos."

6 Las palabras de Jehovah son palabras puras,

como plata purificada en horno de tierra, siete veces refinada.


7 Tú, oh Jehovah, los guardarás.

Guárdalos para siempre de esta generación.

8 Los impíos andan alrededor,

pero tú desprecias a los hijos del hombre.

Petición de ayuda en la desesperación


13 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?

¿Me olvidarás para siempre?

¿Hasta cuándo esconderás tu rostro

de mí?

2 ¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma,

y todo el día angustia en mi corazón?

¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?


3 ¡Mira; respóndeme, oh Jehovah, Dios mío!

Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.

4 No sea que mi enemigo diga:

"¡Lo vencí!"

Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalo.

5 Pero yo confío en tu misericordia;

mi corazón se alegra en tu salvación.

6 Cantaré a Jehovah,

porque me ha colmado de bien.

El hombre necio y corrupto


14 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Dijo el necio en su corazón:

"No hay Dios."

Se han corrompido;

han hecho cosas abominables.

No hay quien haga el bien.


2 Jehovah miró desde los cielos

sobre los hijos del hombre

para ver si había algún sensato

que buscara a Dios.

3 Pero todos se habían desviado;

a una se habían corrompido.

No había quien hiciera el bien;

no había ni siquiera uno.


4 ¿Acaso todos los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,

y que a Jehovah no invocan?

5 Allí temblarán de espanto,

porque Dios está con la generación de los justos.

6 Del consejo del pobre os habéis mofado,

pero Jehovah es su refugio.


7 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!

Cuando Jehovah restaure de la cautividad a su pueblo,

se gozará Jacob; se alegrará Israel.

El hombre piadoso


15 (Salmo de David)

1 Oh Jehovah, ¿quién habitará en tu tabernáculo?

¿Quién residirá en tu santo monte?


2 El que anda en integridad y hace justicia,

el que habla verdad en su corazón,

3 el que no calumnia con su lengua,

ni hace mal a su prójimo,

ni hace agravio a su vecino;

4 aquel ante cuyos ojos es menospreciado el vil,

pero que honra a los que temen a Jehovah;

aquel que a pesar de haber jurado en perjuicio suyo, no por eso cambia;

5 aquel que no presta su dinero con usura

ni contra el inocente acepta soborno.

¡El que hace estas cosas no será movido jamás!

Expresión de fidelidad y confianza


16 (Mictam de David)

1 Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.

2 Oh alma mía, dijiste a Jehovah:

"¡Tú eres el Señor!

Para mí no hay bien aparte de ti.

3 Para con los santos que están en la tierra,

y para con los íntegros,

es toda mi complacencia."


4 Se multiplicarán los dolores

de quienes se apresuran tras otro dios.

Yo no ofreceré sus libaciones de sangre,

ni con mis labios mencionaré sus nombres.


5 Oh Jehovah, porción de mi herencia, y mi copa,

¡tú sustentas mi destino!

6 Los linderos me han tocado en lugar placentero;

es hermosa la heredad que me ha tocado.


7 Bendeciré a Jehovah, que me aconseja;

aun en las noches me corrige mi conciencia.

8 A Jehovah he puesto siempre delante

de mí;

porque está a mi mano derecha,

no seré movido.

9 Por tanto, se alegró mi corazón,

y se gozó mi lengua.

También mi cuerpo descansará en seguridad.

10 Pues no dejarás mi alma en el Seol,

ni permitirás que tu santo vea corrupción.

11 Me mostrarás la senda de la vida.

En tu presencia hay plenitud de gozo,

delicias en tu diestra para siempre.

La oración de un hombre justo


17 (Oración de David)

1 Escucha, oh Jehovah, una causa justa; atiende a mi clamor.

Presta oído a mi oración que es de labios sin engaño.

2 Proceda de tu presencia mi vindicación;

vean tus ojos la rectitud.


3 Tú has examinado mi corazón;

me has visitado de noche.

Me has probado y nada infame has hallado,

porque me he propuesto que mi boca no se exceda.

4 En cuanto a las obras de los hombres,

por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos.

5 Mis pasos se han mantenido en tus caminos,

para que mis pies no resbalen.


6 Yo te invoco, porque tú oirás, oh Dios.

Inclina a mí tu oído;

escucha mi palabra.

7 Muestra tus maravillosos actos de misericordia,

tú que a los que confían

libras con tu diestra de los que se levantan contra ti.

8 Guárdame como a la niña de tu ojo;

escóndeme bajo la sombra de tus alas

9 de la vista de los impíos que me oprimen,

y de mis enemigos mortales que me rodean.


10 Ellos están protegidos con su propio sebo;

con su boca hablan con soberbia.

11 Han rodeado nuestros pasos;

sobre nosotros ponen sus ojos para echarnos por tierra.

12 Se parecen al león que anhela la presa,

o al cachorro de león que se agacha en secreto.


13 ¡Levántate, oh Jehovah!

¡Hazle frente! ¡Somételo!

Con tu espada libra mi alma de los impíos.

14 Oh Jehovah, líbrame con tu mano de los hombres,

de los hombres de este mundo,

cuya parte está en esta vida;

cuyos vientres llenas con tus tesoros,

cuyos hijos se sacian

y aun dejan para sus pequeños.


15 En cuanto a mí,

en justicia veré tu rostro;

quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Cántico de liberación


18 (Al músico principal. De David, siervo de Jehovah, quien dirigió a Jehovah las palabras de este cántico, el día que Jehovah le libró de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. El dijo:)

1 Te amo, oh Jehovah, fuerza mía.

2 Jehovah es mi roca,

mi fortaleza y mi libertador.

Mi Dios es mi peña; en él me refugiaré.

El es mi escudo, el poder de mi liberación y mi baluarte.


3 Invocaré a Jehovah, quien es digno de ser alabado,

y seré librado de mis enemigos.

4 Me rodearon los dolores de la muerte,

y los torrentes de la perversidad me atemorizaron.

5 Me rodearon las ligaduras del Seol;

me confrontaron los lazos de la muerte.


6 En mi angustia invoqué a Jehovah

y clamé a mi Dios.

El oyó mi voz desde su templo,

y mi clamor llegó delante de él,

a sus oídos.


7 La tierra se estremeció y tembló;

se conmovieron los cimientos de las montañas.

Se estremecieron, porque él se airó.

8 Humo subió de su nariz;

de su boca salió fuego consumidor,

y carbones encendidos saltaban de él.

9 Inclinó los cielos y descendió;

una densa oscuridad había debajo de sus pies.

10 Cabalgó sobre un querubín y voló;

se remontó sobre las alas del viento.

11 Puso tinieblas alrededor de sí como su morada secreta;

su cubierta es oscuridad de aguas y densas nubes.

12 Por el resplandor de su presencia

fueron atravesadas las nubes,

por el granizo y los carbones de fuego.


13 Jehovah tronó en los cielos;

el Altísimo dio su voz:

granizo y carbones de fuego.

14 Envió sus flechas y los dispersó;

arrojó relámpagos y los desconcertó.

15 A tu reprensión, oh Jehovah,

por el soplo del aliento de tu nariz,

se hicieron visibles los lechos de las aguas,

y se descubrieron los cimientos del mundo.


16 Envió desde lo alto y me tomó;

me sacó de las aguas caudalosas.

17 Me libró de mi poderoso enemigo

y de los que me aborrecían,

pues eran más fuertes que yo.

18 Se enfrentaron a mí el día de mi desgracia,

pero Jehovah fue mi apoyo.

19 El me sacó a un lugar espacioso;

me libró, porque se agradó de mí.


20 Jehovah me ha pagado conforme a mi justicia;

conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

21 Porque he guardado los caminos de Jehovah,

y no me he apartado impíamente de mi Dios.

22 Porque delante de mí han estado todos sus juicios,

y no he apartado de mí sus estatutos.

23 Fui íntegro para con él,

y me guardé de mi maldad.

24 Por tanto, Jehovah me ha recompensado conforme a mi justicia,

conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.


25 Con el misericordioso

te muestras misericordioso,

e íntegro con el hombre íntegro.

26 Con el limpio te muestras limpio,

y eres sagaz con el perverso.

27 Salvas al pueblo humilde,

y humillas los ojos altivos.

28 Ciertamente haces que mi lámpara alumbre.

Jehovah, mi Dios, ilumina mis tinieblas.

29 Contigo desbarataré ejércitos;

con mi Dios saltaré murallas.


30 Perfecto es el camino de Dios;

probada es la palabra de Jehovah.

El es escudo a todos los que en él se refugian.

31 Porque, ¿quién es Dios fuera de Jehovah?

¿Quién es Roca aparte de nuestro Dios?

32 Dios es el que me ciñe de vigor,

y hace perfecto mi camino.

33 Hace que mis pies sean ágiles como los del venado,

y me mantiene firme sobre mis alturas.

34 Adiestra mis manos para la batalla;

así mis brazos pueden tensar el arco de bronce.


35 Me has dado el escudo de tu salvación;

tu mano derecha me ha sustentado,

y tu condescendencia me ha engrandecido.

36 Tú has ensanchado mis pasos debajo

de mí,

para que no tiemblen mis tobillos.

37 Perseguí a mis enemigos y los alcancé;

no volví sino hasta acabarlos.

38 Los golpeé, y no pudieron levantarse;

cayeron debajo de mis pies.

39 Me ceñiste de poder para la batalla;

doblegaste a mis enemigos debajo de mí.

40 Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas,

y destruí a los que me aborrecían.

41 Clamaron, pero no hubo quien los salvase.

Clamaron a Jehovah, pero él no les respondió.

42 Los desmenucé como polvo ante el viento;

los deshice como lodo de la calle.


43 Tú me libraste de las contiendas del pueblo,

y me pusiste como jefe de las naciones.

Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.

44 Apenas oían de mí, me rendían obediencia.

Los hijos de los extranjeros me adulaban.

45 Los hijos de los extranjeros se desvanecían

y salían temblando de sus escondrijos.


46 ¡Viva Jehovah! ¡Bendita sea mi Roca!

Sea ensalzado el Dios de mi salvación,

47 el Dios que ejecuta mi venganza;

sujeta a los pueblos debajo de mí

48 y me libra de mis enemigos.

Tú me has enaltecido sobre mis adversarios,

y me has librado del hombre violento.

49 Por eso te confesaré entre las naciones, oh Jehovah,

y cantaré salmos a tu nombre.


50 El engrandece las victorias de su rey

y muestra misericordia a su ungido:

a David y a sus descendientes, para siempre.

Las obras y la palabra de Dios


19 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,

y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

2 Un día comunica su mensaje al otro día,

y una noche a la otra declara sabiduría.

3 No es un lenguaje de palabras,

ni se escucha su voz;

4 pero por toda la tierra salió su voz

y hasta el extremo del mundo sus palabras.


En ellos puso un tabernáculo para el sol;

5 y éste, como un novio que sale de su dosel,

se alegra como un valiente que emprende la carrera.

6 En un extremo del cielo está su salida,

y en el otro está su punto de retorno.

¡Nada hay que se esconda de su calor!


7 La ley de Jehovah es perfecta;

restaura el alma.

El testimonio de Jehovah es fiel;

hace sabio al ingenuo.

8 Los preceptos de Jehovah son rectos;

alegran el corazón.

El mandamiento de Jehovah es puro;

alumbra los ojos.

9 El temor de Jehovah es limpio;

permanece para siempre.

Los juicios de Jehovah son verdad;

son todos justos.

10 Son más deseables que el oro,

más que mucho oro fino.

Son más dulces que la miel que destila del panal.


11 Además, con ellos es amonestado tu siervo;

en guardarlos hay grande galardón.

12 ¿Quién entenderá los errores?

¡Líbrame de los que me son ocultos!

13 Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes,

que ellos no se enseñoreen de mí.

Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión.


14 Sean gratos los dichos de mi boca

y la meditación de mi corazón

delante de ti, oh Jehovah,

Roca mía y Redentor mío.

Anhelo de liberación y victoria


20 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Jehovah te responda en el día de angustia;

el nombre del Dios de Jacob te defienda.

2 El te envíe ayuda desde su santuario,

y te sostenga desde Sion.

3 Tenga él memoria de tus ofrendas

y acepte tu holocausto. (Selah)

4 El te dé conforme a tu corazón,

y cumpla todos tus planes.

5 Nosotros nos alegraremos por tu salvación,

y en el nombre de nuestro Dios alzaremos bandera.

Cumpla Jehovah todos tus anhelos.


6 Ahora reconozco que Jehovah da la victoria a su ungido;

le responderá desde su santo cielo

con la fuerza liberadora de su diestra.

7 Estos confían en carros,

y aquéllos en caballos;

pero nosotros confiamos

en el nombre de Jehovah nuestro Dios.

8 Ellos se doblegan y caen,

pero nosotros nos levantamos y estamos firmes.


9 ¡Salva, oh Jehovah!

¡Que el Rey nos oiga el día en que le invoquemos!

Jehovah da vida y liberación


21 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¡Oh Jehovah, el rey se alegra en tu poder!

¡Cuánto se goza en tu salvación!

2 Le has concedido el deseo de su corazón,

y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)

3 Le has salido al encuentro con las mejores bendiciones;

corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

4 Te pidió vida, y se la concediste;

vida extensa, eternamente y para siempre.

5 Gloria grande halla en tu liberación;

honra y esplendor has puesto sobre él.

6 Porque le has dado bendiciones para siempre,

y le has colmado con la alegría de tu rostro.

7 Por eso el rey confía en Jehovah;

por la misericordia del Altísimo no será removido.


8 Tu mano alcanzará a todos tus enemigos;

tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

9 Los pondrás como horno de fuego

en el tiempo en que te presentes.

Jehovah los destruirá en su furor,

y el fuego los consumirá.

10 Destruirás el fruto de ellos en la tierra;

sus descendientes, de entre los hijos del hombre.

11 Porque se volvieron contra ti para hacerte daño;

idearon maquinaciones, pero no prevalecerán.

12 En la cuerda de tu arco alistarás las flechas contra sus caras;

ciertamente les harás volver las espaldas.


13 ¡Enaltécete, oh Jehovah, con tu poder!

Cantaremos y alabaremos tu poderío.

Testimonio de sufrimiento y victoria


22 (Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar. Salmo de David)

1 ¡Dios mío, Dios mío!

¿Por qué me has desamparado?

¿Por qué estás tan lejos de mi salvación

y de las palabras de mi clamor?

2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;

clamo de noche, y no hay sosiego para mí.


3 Pero tú eres santo.

¡Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel!

4 Nuestros padres esperaron en ti:

Esperaron, y tú los libraste.

5 Clamaron a ti y fueron librados;

confiaron en ti y no fueron defraudados.


6 Pero yo soy un gusano y no un hombre,

objeto de la afrenta de los hombres y despreciado del pueblo.

7 Todos los que me ven se burlan de mí.

Estiran los labios y mueven la cabeza diciendo:

8 "En Jehovah confió; que él lo rescate.

Que lo libre, ya que de él se agradó."


9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;

me has hecho estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

10 Sobre ti fui echado desde la matriz;

desde el vientre de mi madre,

tú eres mi Dios.

11 No te alejes de mí,

porque la angustia está cerca,

y no hay quien ayude.


12 Muchos toros me han rodeado;

fuertes toros de Basán me han cercado.

13 Contra mí abrieron sus bocas,

como león voraz y rugiente.

14 Soy derramado como el agua;

todos mis huesos se han desarticulado.

Mi corazón está como cera

y se ha derretido en medio de mis entrañas.

15 Mi vigor se ha secado como un tiesto,

y mi lengua se ha pegado a mi paladar.

Me has puesto en el polvo de la muerte.

16 Los perros me han rodeado;

me ha cercado una pandilla de malhechores,

y horadaron mis manos y mis pies.

17 Puedo contar todos mis huesos;

ellos me miran y me observan.

18 Reparten entre sí mis vestidos,

y sobre mi ropa echan suertes.


19 Pero tú, oh Jehovah, no te alejes.

Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.

20 Libra mi alma de la espada;

libra mi única vida de las garras de los perros.

21 Sálvame de la boca del león

y de los cuernos de los toros salvajes.


¡Me has respondido!

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;

en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis a Jehovah, alabadle;

glorificadle, todos los descendientes de Jacob.

Temedle vosotros, todos los descendientes de Israel.

24 Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido,

ni de él escondió el rostro.

Más bien, le oyó cuando clamó a él.


25 Tuya es mi alabanza en la gran congregación.

Mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Los pobres comerán y serán saciados.

Alabarán a Jehovah los que le buscan.

¡Que viva vuestro corazón para siempre!

27 Ellos se acordarán y volverán a Jehovah

de todos los confines de la tierra.

Delante de ti se postrarán

todas las familias de las naciones.

28 Porque de Jehovah es el reino,

y él se enseñoreará de las naciones.


29 Ciertamente ante él se postrarán todos los ricos de la tierra.

Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo,

los que no pueden conservar la vida a su propia alma.

30 La posteridad le servirá;

esto le será referido al Señor por generaciones.

31 Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer:

"¡El hizo esto!"

Jehovah: el buen pastor


23 (Salmo de David)

1 Jehovah es mi pastor;

nada me faltará.

2 En prados de tiernos pastos

me hace descansar.

Junto a aguas tranquilas me conduce.

3 Confortará mi alma

y me guiará por sendas de justicia

por amor de su nombre.


4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,

no temeré mal alguno,

porque tú estarás conmigo.

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.


5 Preparas mesa delante de mí

en presencia de mis adversarios.

Unges mi cabeza con aceite;

mi copa está rebosando.


6 Ciertamente el bien y la misericordia

me seguirán todos los días de mi vida,

y en la casa de Jehovah

moraré por días sin fin.

Jehovah: el Rey de gloria


24 (Salmo de David)

1 De Jehovah es la tierra y su plenitud,

el mundo y los que lo habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares

y la afirmó sobre los ríos.


3 ¿Quién subirá al monte de Jehovah?

¿Quién permanecerá en su lugar santo?

4 El limpio de manos y puro de corazón,

que no ha elevado su alma a la vanidad

ni ha jurado con engaño.

5 El recibirá la bendición de Jehovah,

y la justicia del Dios de su salvación.

6 Tal es la generación de los que le buscan,

de los que buscan tu rostro,

oh Dios de Jacob. (Selah)


7 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas!

Levantaos, oh puertas eternas,

y entrará el Rey de gloria.

8 ¿Quién es este Rey de gloria?

¡Jehovah, el fuerte y poderoso!

¡Jehovah, el poderoso en la batalla!


9 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas!

Levantaos, oh puertas eternas,

y entrará el Rey de gloria.

10 ¿Quién es este Rey de gloria?

¡Jehovah de los Ejércitos!

¡El es el Rey de gloria! (Selah)

Plegaria en medio de la aflicción


25 (Salmo de David)

1 A ti, oh Jehovah,

levantaré mi alma.

2 ¡Dios mío, en ti confío!

No sea yo avergonzado.

No triunfen sobre mí mis enemigos.

3 Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado.

Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.


4 Muéstrame, oh Jehovah, tus caminos;

enséñame tus sendas.

5 Encamíname en tu verdad y enséñame,

porque tú eres el Dios de mi salvación.

En ti he esperado todo el día.


6 Acuérdate, oh Jehovah,

de tu compasión y de tu misericordia, que son perpetuas.

7 No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones.

Conforme a tu misericordia

acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehovah.


8 Bueno y recto es Jehovah;

por eso él enseñará a los pecadores el camino.

9 Encaminará a los humildes en la justicia

y enseñará a los humildes su camino.

10 Todas las sendas de Jehovah son misericordia y verdad

para con los que guardan su pacto y sus testimonios.

11 Por amor de tu nombre, oh Jehovah,

perdona también mi iniquidad,

porque es grande.


12 ¿Qué hombre es el que teme a Jehovah?

El le enseñará el camino que ha de escoger.

13 Su alma reposará en bienestar,

y sus descendientes heredarán la tierra.

14 El secreto de Jehovah es para los que le temen;

a ellos hará conocer su pacto.

15 Mis ojos están siempre puestos en Jehovah,

porque él sacará mis pies de la red.


16 Mírame y ten misericordia de mí,

porque estoy solitario y afligido.

17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;

sácame de mis congojas.

18 Mira mi aflicción y mis afanes;

perdona todos mis pecados.

19 Mira cómo se han multiplicado mis enemigos,

y con odio violento me aborrecen.

20 Guarda mi alma y líbrame;

no sea yo avergonzado,

porque en ti me he refugiado.

21 La integridad y la rectitud me guarden,

porque en ti he esperado.


22 Redime, oh Dios, a Israel

de todas sus angustias.

Oración del que anda en integridad


26 (Salmo de David)

1 Hazme justicia, oh Jehovah,

porque yo en mi integridad he andado.

Asimismo, he confiado en Jehovah;

no vacilaré.

2 Examíname, oh Jehovah, y pruébame.

Purifica mi conciencia y mi corazón;

3 porque tu misericordia está delante de mis ojos,

y camino en tu verdad.


4 No me he sentado con los hombres falsos

ni tengo tratos con los hipócritas.

5 Aborrezco la reunión de los malhechores;

nunca me he sentado con los impíos.

6 Lavaré mis manos en inocencia,

e iré alrededor de tu altar, oh Jehovah,

7 para proclamar con voz de agradecimiento

y contar todas tus maravillas.


8 Oh Jehovah, he amado la habitación de tu casa,

el lugar de la morada de tu gloria.

9 No recojas mi alma junto con los pecadores,

ni mi vida con los hombres sanguinarios,

10 en cuyas manos hay infamia,

y cuya mano derecha está llena de soborno.


11 Pero yo andaré en mi integridad;

redímeme y ten misericordia de mí.

12 Mis pies se han afirmado en suelo llano;

en las congregaciones te bendeciré, oh Jehovah.

La confianza del que busca a Jehovah


27 (Salmo de David)

1 Jehovah es mi luz y mi salvación;

¿de quién temeré?

Jehovah es la fortaleza de mi vida;

¿de quién me he de atemorizar?


2 Cuando se acercaron a mí los malhechores,

mis adversarios y mis enemigos,

para devorar mis carnes,

tropezaron y cayeron.

3 Aunque acampe un ejército contra mí,

mi corazón no temerá.

Aunque contra mí se levante guerra,

aun así estaré confiado.

4 Una cosa he pedido a Jehovah;

ésta buscaré:

que more yo en la casa de Jehovah

todos los días de mi vida,

para contemplar la hermosura de Jehovah,

y para inquirir en su templo.

5 Porque en su enramada me esconderá en el día del mal;

me ocultará en lo reservado de su tabernáculo;

me pondrá en alto sobre una roca.

6 Ahora levantará mi cabeza

sobre mis enemigos que me rodean,

y en su tabernáculo ofreceré sacrificios de júbilo.

Cantaré y entonaré salmos a Jehovah.


7 Escucha, oh Jehovah,

mi voz con que clamo a ti.

Ten misericordia de mí y respóndeme.

8 Mi corazón ha dicho:

"Buscad su rostro."

¡Tu rostro buscaré, oh Jehovah!

9 No escondas de mí tu rostro;

no apartes con ira a tu siervo.

Tú has sido mi ayuda;

no me dejes ni me desampares,

oh Dios de mi salvación.


10 Aunque mi padre y mi madre me dejen,

con todo, Jehovah me recogerá.

11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino;

guíame por sendas de rectitud

a causa de los que me son contrarios.

12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios,

porque contra mí se han levantado

testigos falsos que respiran violencia.

13 ¡Oh, si yo no creyese que he de ver la bondad de Jehovah

en la tierra de los vivientes!


14 Espera en Jehovah.

Esfuérzate, y aliéntese tu corazón.

¡Sí, espera en Jehovah!

Jehovah escucha la oración


28 (Salmo de David)

1 A ti clamaré, oh Jehovah;

Roca mía, no te hagas sordo para conmigo.

No suceda que por quedarte en silencio ante mí,

yo llegue a ser semejante a los que descienden a la fosa.

2 Escucha la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,

cuando alzo mis manos hacia tu lugar santísimo.


3 No me arrastres junto con los impíos,

con los que hacen iniquidad,

los cuales hablan de paz a su prójimo,

pero la maldad está en su corazón.

4 Dales conforme a sus hechos

y conforme a la maldad de sus actos.

Dales conforme a la obra de sus manos.

¡Dales su recompensa!

5 Porque no atendieron a los hechos de Jehovah,

ni a la obra de sus manos,

él los derribará y no los volverá a edificar.


6 Bendito sea Jehovah,

que oyó la voz de mis ruegos.

7 Jehovah es mi fuerza y mi escudo;

en él esperó mi corazón.

Fui ayudado, y se gozó mi corazón;

con mi canción le alabaré.


8 Jehovah es la fuerza de su pueblo,

la fortaleza de salvación para su ungido.

9 Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad;

pastoréalos y enaltécelos para siempre.

La voz de Jehovah en la tormenta


29 (Salmo de David)

1 Dad a Jehovah, oh hijos de los fuertes;

dad a Jehovah la gloria y el poder.

2 Dad a Jehovah la gloria debida a su nombre.

Adorad a Jehovah en la hermosura de la santidad.


3 Voz de Jehovah sobre las aguas:

¡Truena el Dios de gloria!

¡Es Jehovah sobre las caudalosas aguas!


4 Voz de Jehovah con poder;

voz de Jehovah con gloria.

5 Voz de Jehovah que quiebra los cedros;

Jehovah despedaza los cedros del Líbano.

6 Los hace saltar como terneros;

al Líbano y al Sirión hizo saltar

como crías de toros salvajes.


7 Voz de Jehovah que aviva las llamas de fuego.

8 Voz de Jehovah que estremece al desierto.

Jehovah estremece al desierto de Cades.

9 La voz de Jehovah estremece las encinas y desnuda los bosques.

Y en su templo todos los suyos proclaman su gloria.


10 Jehovah se sentó ante el diluvio;

Jehovah se sentó como rey para siempre.

11 Jehovah dará fortaleza a su pueblo;

Jehovah bendecirá a su pueblo con paz.

Alabanza al Dador de la vida


30 (Salmo. Cántico para la dedicación del templo. De David)

1 Te glorificaré, oh Jehovah,

porque me has levantado

y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.

2 Oh Jehovah, Dios mío, a ti clamé,

y me sanaste.

3 Oh Jehovah, tú has hecho subir mi alma del Seol;

me has dado vida para que no descienda a la fosa.


4 Cantad a Jehovah, vosotros sus fieles;

celebrad la memoria de su santidad.

5 Porque su ira dura sólo un momento,

pero su favor dura toda la vida.

Por la noche dura el llanto,

pero al amanecer vendrá la alegría.


6 Yo dije en medio de mi tranquilidad:

"No seré movido jamás."

7 Tú, oh Jehovah, por tu buena voluntad

estableciste mi monte con poder.

Pero escondiste tu rostro, y quedé turbado.


8 A ti, oh Jehovah, invocaré;

al Señor suplicaré:

9 "¿Qué provecho hay en mi muerte,

cuando descienda a la sepultura?

¿Te alabará el polvo?

¿Anunciará tu verdad?

10 Escucha, oh Jehovah, y ten misericordia de mí;

Jehovah, sé tú mi ayudador."


11 Has convertido mi lamento en una danza;

quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría.

12 Por eso mi alma te cantará y no callará.

Oh Jehovah, Dios mío, te alabaré para siempre.

Declaración de confianza en Jehovah


31 (Al músico principal. Salmo de David)

1 En ti, oh Jehovah, me he refugiado;

no sea yo avergonzado jamás.

Líbrame en tu justicia.

2 Inclina a mí tu oído; líbrame pronto.

Sé tú mi roca fuerte,

mi fortaleza para salvarme.

3 Porque tú eres mi roca y mi fortaleza,

por amor de tu nombre me guiarás

y me encaminarás.

4 Sácame de la red que han escondido para mí,

porque tú eres mi fortaleza.


5 En tus manos encomiendo mi espíritu;

tú me has redimido, oh Jehovah, Dios de verdad.

6 Aborrezco a los que esperan en los ídolos vanos,

pero yo en Jehovah he confiado.

7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,

porque has visto mi aflicción.

Has conocido mi alma en las angustias

8 y no me entregaste en mano del enemigo.

Hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso.


9 Ten misericordia de mí, oh Jehovah,

porque estoy en angustia.

Mis ojos, mi alma y mis entrañas

se han debilitado por el pesar.

10 Porque mi vida se va gastando de dolor,

y mis años de suspirar.

Mi fuerza me falla a causa de mi iniquidad,

y mis huesos se han debilitado.

11 Para todos mis enemigos he sido objeto de oprobio.

He sido objeto de horror para mis vecinos,

y de miedo para mis conocidos.

Los que me veían huían de mí.

12 He sido olvidado en sus corazones como un muerto;

he venido a ser como un objeto inútil.

13 Porque he oído la calumnia de muchos;

el terror está por todas partes,

mientras traman unidos contra mí,

y planean quitarme la vida.


14 Pero yo he confiado en ti, oh Jehovah.

He dicho: "Tú eres mi Dios;

15 en tus manos están mis tiempos."

Líbrame de la mano de mis enemigos

y de mis perseguidores.

16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;

sálvame por tu misericordia.

17 Oh Jehovah, no sea yo avergonzado,

ya que te he invocado.

Sean avergonzados los impíos;

desciendan en silencio al Seol.

18 Enmudezcan los labios mentirosos

que hablan insolencias contra el justo,

con soberbia y desprecio.


19 ¡Cuán grande es la bondad

que has guardado para los que te temen,

que has obrado para los que en ti se refugian contra los hijos del hombre.

20 En el refugio de tu presencia

los esconderás de la conspiración del hombre.

En un tabernáculo los guardarás

de las contiendas de la lengua.


21 ¡Bendito sea Jehovah!

Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.

22 En mi apresuramiento yo dije:

"¡Cortado soy de tu presencia!"

Pero cuando clamé a ti,

oíste la voz de mis ruegos.


23 Amad a Jehovah, todos vosotros sus santos.

A los fieles guarda Jehovah,

pero retribuye en abundancia al que actúa con soberbia.

24 Esforzaos, todos vosotros los que esperáis en Jehovah,

y tome aliento vuestro corazón.

Experiencia de la dicha del perdón


32 (Salmo de David. Masquil)

1 Bienaventurado aquel

cuya transgresión ha sido perdonada,

y ha sido cubierto su pecado.

2 Bienaventurado el hombre a quien Jehovah no atribuye iniquidad,

y en cuyo espíritu no hay engaño.


3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir, todo el día.

4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

mi vigor se convirtió en sequedades de verano. (Selah)


5 Mi pecado te declaré

y no encubrí mi iniquidad.

Dije: "Confesaré mis rebeliones a Jehovah."

Y tú perdonaste la maldad de mi

pecado. (Selah)

6 Por eso orará a ti todo fiel

en el tiempo en que puedas ser hallado.

Ciertamente en la inundación las caudalosas aguas no llegarán a él.

7 Tú eres mi refugio;

me guardarás de la angustia

y con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)


8 "Te haré entender y te enseñaré

el camino en que debes andar.

Sobre ti fijaré mis ojos.

9 No seáis sin entendimiento,

como el caballo, o como el mulo,

cuya boca ha de ser frenada con rienda y freno;

de otro modo, no se acercan a ti."


10 Muchos dolores tendrá el impío;

pero la misericordia cercará al que espera en Jehovah.

11 Oh justos, alegraos en Jehovah y gozaos;

cantad con júbilo, todos los rectos de corazón.

Alabanza al Dios creador y providente


33 1 Alegraos, oh justos, en Jehovah;

a los rectos es hermosa la alabanza.

2 Dad gracias a Jehovah con lira;

cantadle con arpa de diez cuerdas.

3 Cantadle un cántico nuevo;

hacedlo bien, tocando con júbilo.

4 Porque recta es la palabra de Jehovah,

y toda su obra ha sido hecha con verdad.

5 El ama la justicia y el derecho;

de la misericordia de Jehovah está llena la tierra.


6 Por la palabra de Jehovah fueron hechos los cielos;

todo el ejército de ellos fue hecho por el soplo de su boca.

7 El junta como un montón las aguas de los mares,

y guarda en depósitos los océanos.

8 Tema a Jehovah toda la tierra;

témanle todos los habitantes del mundo.

9 Porque él dijo, y fue hecho;

él mandó, y existió.


10 Jehovah hace nulo el consejo de las naciones,

y frustra las maquinaciones de los pueblos.

11 El consejo de Jehovah permanecerá para siempre,

y los pensamientos de su corazón,

por todas las generaciones.

12 ¡Bienaventurada la nación de la cual Jehovah es Dios,

el pueblo al cual escogió como posesión suya!


13 Jehovah ve desde los cielos;

mira a todos los hijos del hombre.

14 Desde el lugar de su morada observa

a todos los habitantes de la tierra.

15 El que formó el corazón de todos ellos

comprende todas sus obras.

16 El rey no es librado por la multitud del ejército;

el valiente no escapa por su mucha fuerza.

17 Vano es el caballo para la victoria,

y a pesar de su gran fuerza, no podrá librar.


18 El ojo de Jehovah está sobre los que le temen,

sobre los que esperan en su misericordia,

19 para librar sus almas de la muerte

y para darles vida en tiempos de hambre.

20 Nuestra alma espera en Jehovah:

El es nuestra ayuda y nuestro escudo.

21 Por eso, nuestro corazón se alegra en él,

porque en su santo nombre hemos confiado.

22 Sea tu misericordia, oh Jehovah, sobre nosotros,

según lo esperamos de ti.

Evidencias de la bondad de Jehovah


34 (Salmo de David, cuando cambió su conducta ante Abimelec, y éste lo echó, y él se fue)

1 Bendeciré a Jehovah en todo tiempo;

su alabanza estará siempre en mi boca.

2 En Jehovah se gloriará mi alma;

lo oirán los mansos y se alegrarán.

3 Engrandeced a Jehovah conmigo;

ensalcemos juntos su nombre.


4 Yo busqué a Jehovah, y él me oyó,

y de todos mis temores me libró.

5 Los que a él miran son iluminados;

sus rostros no serán avergonzados.

6 Este pobre clamó, y Jehovah le escuchó

y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehovah acampa en derredor de los que le temen, y los libra.


8 Probad y ved que Jehovah es bueno.

¡Bienaventurado el hombre que se refugia en él!

9 Temed a Jehovah, vosotros sus santos,

porque nada falta a los que le temen.

10 Los leones tienen necesidades y sufren hambre,

pero los que buscan a Jehovah

no tendrán falta de ningún bien.


11 Venid, oh hijos, escuchadme;

el temor de Jehovah os enseñaré:

12 ¿Quién es el hombre que desea vida?

¿Quién anhela años para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,

y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal y haz el bien;

busca la paz y síguela.


15 Los ojos de Jehovah están sobre los justos;

sus oídos están atentos a su clamor.

16 El rostro de Jehovah está contra los que hacen mal,

para cortar de la tierra su memoria.

17 Clamaron los justos, y Jehovah los oyó;

los libró de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehovah a los quebrantados de corazón;

él salvará a los contritos de espíritu.


19 Muchos son los males del justo,

pero de todos ellos lo librará Jehovah.

20 El guardará todos sus huesos;

ni uno de ellos será quebrantado.

21 Al impío le matará la maldad,

y los que aborrecen al justo serán desolados.


22 Jehovah redimirá el alma de sus siervos.

No serán desolados cuantos confían

en él.

Súplica de un justo calumniado


35 (Salmo de David)

1 Contiende, oh Jehovah, con los que contienden contra mí;

combate a los que me combaten.

2 Echa mano de escudo y defensa;

levántate en mi ayuda.

3 Saca lanza y jabalina al encuentro de mis perseguidores.

Di a mi alma: "Yo soy tu salvación."


4 Sean avergonzados y afrentados los que buscan mi vida;

vuelvan atrás y sean humillados los que planean hacerme daño.

5 Sean como el tamo ante el viento,

y acóselos el ángel de Jehovah.

6 Sea su camino tenebroso y resbaladizo,

y persígalos el ángel de Jehovah.

7 Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;

sin causa pusieron trampa para mi vida.

8 Alcáncele la destrucción que no imagina,

y préndale la red que él mismo escondió.

Caiga él en aquella destrucción.


9 Entonces mi alma se gozará en Jehovah,

y se alegrará en su salvación.

10 Todos mis huesos dirán:

"Oh Jehovah, ¿quién hay como tú?

Libras al pobre del más fuerte que él;

al pobre y necesitado, del que lo despoja."


11 Se han levantado testigos falsos,

y me interrogan de lo que no sé.

12 Me han pagado mal por bien.

¡Desolación para mi alma!

13 Sin embargo, cuando se enfermaron,

yo me vestí de aflicción.

Me afligí a mí mismo con ayuno,

y mi oración se volvía a mi seno.

14 Como por mi compañero,

como por mi hermano actuaba;

como el que hace luto por una madre,

enlutado me humillaba.

15 Pero cuando yo tropecé,

ellos se alegraron y se reunieron.

Se reunieron contra mí los calumniadores, sin que yo lo supiera.

Me despedazaban y no cesaban.

16 Con impiedad se dedicaron al escarnio;

crujieron sus dientes contra mí.


17 Oh Señor, ¿hasta cuándo consentirás esto?

Rescata de sus destrucciones mi alma;

libra mi única vida de los leones.

18 Te confesaré en la gran congregación;

te alabaré en medio de un pueblo numeroso.

19 No se alegren de mí los que sin razón son mis enemigos,

ni guiñen el ojo los que me aborrecen sin causa.

20 Porque no hablan paz,

y contra los mansos de la tierra traman engaños.

21 Ensanchan contra mí sus bocas, diciendo:

"¡Ajá, ajá, nuestros ojos lo han visto!"


22 Tú lo has visto.

Oh Jehovah, no calles;

oh Señor, no te alejes de mí.

23 Despierta y levántate para hacer justicia

a mi causa, Dios mío y Señor mío.

24 Oh Jehovah, Dios mío,

hazme justicia conforme a tu rectitud.

Que no se alegren de mí,

25 ni digan en su corazón:

"¡Ajá, esto es lo que queríamos!"

Ni digan: "¡Lo hemos devorado!"


26 Sean avergonzados y humillados a una

los que se alegran de mi mal.

Vístanse de vergüenza y confusión

los que se engrandecen contra mí.

27 Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,

y digan siempre:

"¡Sea ensalzado Jehovah,

que se complace en el bienestar de su siervo!"

28 Mi lengua hablará de tu justicia

y de tu alabanza, todo el día.

Maldad del impío y bondad de Jehovah


36 (Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios)

1 La transgresión habla al impío dentro de su corazón;

no hay temor de Dios delante de sus ojos.

2 Por eso se lisonjea en sus propios ojos,

hasta que su iniquidad sea aborrecimiento.

3 Las palabras de su boca son maldad y engaño;

ha dejado de ser sensato y de hacer el bien.

4 Sobre su cama piensa iniquidad;

está en un camino que no es bueno

y no desprecia el mal.


5 Oh Jehovah, hasta los cielos alcanza tu misericordia;

y hasta las nubes, tu fidelidad.

6 Tu justicia es como las montañas de Dios;

y tus juicios, como el gran océano.

Oh Jehovah, que conservas al hombre y al animal,

7 ¡cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad!

Por eso los hijos del hombre

se refugian bajo la sombra de tus alas.

8 Se sacian de la abundancia de tu casa;

les das a beber del torrente de tus delicias.

9 Ciertamente contigo está el manantial de la vida;

en tu luz veremos la luz.


10 Extiende tu bondad a los que te conocen,

y tu justicia a los rectos de corazón.

11 Que no venga contra mí el pie de la soberbia,

ni me mueva la mano de los impíos.

12 Entonces caerán los que obran iniquidad;

serán derribados y no podrán levantarse.

Dos conductas y dos destinos


37 (Salmo de David)

1 No te impacientes a causa de los malhechores,

ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2 Porque como la hierba pronto se secan,

y se marchitan como el pasto verde.

3 Confía en Jehovah y haz el bien.

Habita en la tierra

y apaciéntate de la fidelidad.

4 Deléitate en Jehovah,

y él te concederá los anhelos de tu corazón.

5 Encomienda a Jehovah tu camino;

confía en él, y él hará.

6 El exhibirá tu justicia como la luz,

y tu derecho como el mediodía.

7 Calla delante de Jehovah,

y espera en él.


No te alteres con motivo de los que prosperan en su camino,

por el hombre que hace maldades.

8 Deja la ira y abandona el enojo;

de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo.

9 Porque los malhechores serán destruidos,

pero los que esperan en Jehovah heredarán la tierra.

10 Dentro de poco no quedará el impío.

Contemplarás su lugar, y no aparecerá.

11 Pero los mansos heredarán la tierra

y se deleitarán por la abundancia de paz.


12 El impío maquina contra el justo

y cruje sus dientes contra él.

13 El Señor se reirá de él,

porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan la espada y entesan el arco

para derribar al pobre y al necesitado,

para matar a los de recto proceder.

15 Pero la espada de ellos entrará en su propio corazón,

y su arco será roto.


16 Mejor es lo poco del justo

que las riquezas de muchos impíos.

17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;

pero es Jehovah quien sostiene al justo.

18 Jehovah conoce los días de los íntegros,

y la heredad de ellos será para siempre.

19 No serán avergonzados en el tiempo malo;

en los días de hambre serán saciados.


20 Pero los impíos perecerán,

y los enemigos de Jehovah serán consumidos como el sebo de los carneros;

se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado y no paga,

pero el justo tiene compasión y da.

22 Los que él bendiga heredarán la tierra,

y los que él maldiga serán eliminados.

23 Por Jehovah son afirmados los pasos del hombre,

y él se complacerá en su camino.

24 Si cae, no quedará postrado,

porque Jehovah sostiene su mano.


25 Yo he sido joven y he envejecido;

pero no he visto a un justo desamparado,

ni a sus descendientes mendigando pan.

26 En todo tiempo tiene compasión y presta,

y su descendencia es para bendición.


27 Apártate del mal y haz el bien,

y vivirás para siempre.

28 Porque Jehovah ama la rectitud

y no desampara a sus fieles.

Para siempre serán guardados,

pero la descendencia de los impíos será exterminada.

29 Los justos heredarán la tierra

y vivirán para siempre sobre ella.


30 La boca del justo expresará sabiduría,

y su lengua proferirá juicio.

31 La ley de su Dios está en su corazón;

por eso sus pasos no vacilarán.


32 El impío acecha al justo

y procura matarlo.

33 Jehovah no lo dejará caer en su mano,

ni dejará que lo condenen cuando sea juzgado.

34 Espera en Jehovah y guarda su camino.

El te exaltará para heredar la tierra,

y cuando los impíos sean destruidos,

tú lo verás.


35 Yo he visto al impío enaltecido,

que se levantaba como un cedro del Líbano.

36 Pero pasó y ya no apareció.

Lo busqué, y no fue hallado.

37 Considera al íntegro y mira al justo;

que la posteridad de ese hombre es paz.

38 Pero los transgresores serán todos juntos destruidos;

la posteridad de los impíos será eliminada.


39 La salvación de los justos proviene de Jehovah;

él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

40 Jehovah les ayudará y los librará;

les librará de los impíos y los salvará,

porque en él se han refugiado.

Plegaria en el sufrimiento


38 (Salmo de David. Para conmemorar)

1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor,

ni me castigues en tu ira.

2 Porque tus flechas han penetrado en mí,

y sobre mí ha descendido tu mano.

3 No hay parte sana en mi cuerpo

a causa de tu ira;

no hay paz en mis huesos

a causa de mi pecado.

4 Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza;

como carga pesada me agobian.

5 Hieden y supuran mis heridas

a causa de mi locura.

6 Estoy encorvado y abatido en gran manera;

ando enlutado todo el día.

7 Porque mis espaldas están inflamadas,

y no hay parte sana en mi cuerpo.

8 Estoy debilitado y totalmente molido;

gimo a causa de la conmoción de mi corazón.


9 Oh Señor, delante de ti están todos mis deseos,

y mi gemido no te es oculto.

10 Mi corazón palpita fuertemente,

y mi vigor me ha abandonado.

Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.

11 Mis amigos y compañeros se han apartado de mi plaga;

mis parientes se han mantenido alejados.

12 Los que buscaban mi vida

armaron trampas,

y los que procuraban mi mal

profirieron amenazas.

Maquinaban fraudes todo el día.


13 Pero yo, como si fuera sordo, no escuchaba,

y era como un mudo que no abre la boca.

14 Actué como un hombre que no oye,

y en cuya boca no hay amonestación.

15 Pues en ti, oh Jehovah, he esperado;

tú responderás, oh Jehovah, Dios mío.

16 Porque dije:

"No sea que se alegren de mí,

y cuando resbale mi pie,

se enaltezcan sobre mí."

17 Porque yo estoy a punto de caer,

y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por eso confesaré mi iniquidad;

me acongojaré por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes;

se han aumentado los que me aborrecen sin motivo.

20 Los que pagan mal por bien me son hostiles,

por seguir yo lo bueno.


21 No me desampares, oh Jehovah.

Dios mío, no te alejes de mí;

22 apresúrate a socorrerme,

oh Señor, salvación mía.

La brevedad de la vida


39 (Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David)

1 Yo dije: "Cuidaré mis caminos

para no pecar con mi lengua.

Guardaré mi boca con freno,

en tanto que el impío esté frente a mí."

2 Enmudecí, quedé en silencio;

me callé aun respecto de lo bueno,

pero mi dolor se agravó.

3 Mi corazón se enardeció dentro de mí;

fuego se encendió en mi suspirar,

y así hablé con mi lengua:


4 Hazme saber, oh Jehovah, mi final,

y cuál sea la medida de mis días.

Sepa yo cuán pasajero soy.

5 He aquí, has hecho que mis días sean breves;

mi existencia es como nada delante

de ti.

De veras, sólo vanidad es todo hombre en su gloria. (Selah)

6 En la oscuridad deambula el hombre;

de veras, en vano se inquieta por acumular,

y no sabe quién lo recogerá.


7 Ahora, oh Señor, ¿qué esperaré?

Mi esperanza está en ti.

8 Líbrame de todas mis rebeliones;

no me pongas por burla del insensato.

9 Enmudecí; no abrí mi boca,

porque tú eres quien lo hizo.

10 Aparta de mí tu plaga;

por el movimiento de tu mano soy consumido.

11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,

y deshaces como polilla su hermosura.

Ciertamente vanidad es todo

hombre. (Selah)


12 Escucha mi oración, oh Jehovah;

oye mi clamor y no calles ante mis lágrimas.

Porque forastero soy para ti,

un advenedizo, como todos mis padres.

13 Aparta de mí tu mirada, de modo que me alegre

antes que me vaya y deje de ser.

Testimonio de la salvación divina


40 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Pacientemente esperé a Jehovah,

y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.

2 Y me hizo subir del pozo de la desesperación,

del lodo cenagoso.

Puso mis pies sobre una roca

y afirmó mis pasos.

3 Puso en mi boca un cántico nuevo,

una alabanza a nuestro Dios.

Muchos verán esto y temerán,

y confiarán en Jehovah.

4 Bienaventurado el hombre que pone su confianza en Jehovah,

y no vuelve la mirada a los soberbios,

ni a los que se enredan con la falsedad.


5 Oh Jehovah, Dios mío,

tú has multiplicado tus maravillas

y tus pensamientos para con nosotros.

No hay nadie comparable a ti.

Si intentara referirme y hablar de ellos,

serían demasiados como para ser contados.


6 El sacrificio y la ofrenda no te agradan;

tú has abierto mis oídos.

Holocaustos y sacrificios por el pecado no has pedido.

7 Entonces dije: "He aquí, yo vengo.

En el rollo de pergamino está escrito acerca de mí:

8 ’El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado;

y tu ley está en medio de mi corazón.’ "


9 He anunciado justicia en la gran congregación;

he aquí, no he detenido mis labios.

Oh Jehovah, tú lo sabes.

10 No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón;

he proclamado tu fidelidad y tu salvación.

No he ocultado tu misericordia

ni tu verdad en la gran congregación.


11 Tú, oh Jehovah, no detengas de mí tu compasión;

que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males incontables;

me han alcanzado mis iniquidades,

y no puedo levantar la vista.

Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza,

y mi corazón me ha fallado.

13 ¡Ten a bien, oh Jehovah, librarme!

¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!

14 Sean avergonzados y humillados a una

los que buscan mi vida para cortarla.

15 Vuelvan atrás y sean confundidos

los que desean mi mal.

Sean desolados a causa de su vergüenza

los que dicen: "¡Ajá, ajá!"


16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan.

Digan siempre los que aman tu salvación:

"¡Jehovah sea engrandecido!"

17 Aunque yo sea pobre y necesitado,

Jehovah pensará en mí.

Tú eres mi ayuda y mi libertador;

¡Oh Dios mío, no te tardes!

Oración desde el lecho de dolor


41 (Al músico principal. Salmo de David)

1 ¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre!

En el día malo lo librará Jehovah.

2 Jehovah lo guardará y le dará vida,

para que sea feliz en la tierra.

No lo entregará a la voluntad de sus enemigos.

3 Jehovah lo sustentará en el lecho de dolor.

En su enfermedad, tú transformarás su postración.


4 Yo dije: "Oh Jehovah,

ten misericordia de mí;

sana mi alma,

porque contra ti he pecado."

5 Mis enemigos hablan mal de mí y preguntan:

"¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre?"

6 Si alguien viene a verme, habla mentira.

Su corazón acumula iniquidad para sí,

y saliendo afuera, lo divulga.

7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;

contra mí traman el mal.

8 "Algo abominable se ha derramado sobre él.

El que cayó en la cama

no se volverá a levantar."

9 Aun mi amigo íntimo,

en quien yo confiaba y quien comía de mi pan,

ha levantado contra mí el talón.


10 Pero tú, oh Jehovah,

ten misericordia de mí;

haz que me levante,

y les daré su merecido.

11 En esto conoceré que de mí te has agradado:

en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.

12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,

y me haces estar delante de ti para siempre.


13 ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel,

desde la eternidad hasta la eternidad!

Amén y amén.

 


SEGUNDA PARTE: SALMOS 42-72


 

Anhelo por la presencia de Dios


42 (Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré)

1 Como ansía el venado las corrientes de las aguas,

así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía.

2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.

¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?

3 Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche,

mientras me dicen todos los días:

"¿Dónde está tu Dios?"


4 Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí:

cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios,

con voz de alegría y de acción de gracias

de la multitud en fiesta.

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, 6 y mi Dios!


Mi alma está abatida dentro de mí.

Por esto me acordaré de ti

en la tierra del Jordán y del Hermón,

en el monte de Mizar.

7 Un abismo llama a otro por la voz de tus cascadas;

todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.


8 De día, mandará Jehovah su misericordia;

y de noche, su canción estará conmigo,

la oración al Dios de mi vida.

9 Diré a Dios: "Roca mía,

¿por qué te has olvidado de mí?

¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?"

10 Mientras mis huesos se quebrantan,

mis enemigos me afrentan diciéndome cada día:

"¿Dónde está tu Dios?"


11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y por qué te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Anhelo por la casa de Dios


43 1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa.

Líbrame de una nación impía,

del hombre de engaño e iniquidad.

2 Siendo tú el Dios de mi fortaleza,

¿por qué me has desechado?

¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?

3 Envía tu luz y tu verdad;

éstas me guiarán.

Ellas me conducirán a tu monte santo

y a tus moradas.


4 Llegaré hasta el altar de Dios,

a Dios, mi alegría y mi gozo.

Te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,

y por qué te turbas dentro de mí?

Espera a Dios, porque aún le he de alabar.

¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!

Plegaria por la liberación nacional


44 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Masquil)

1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído;

nuestros padres nos han contado de la obra que hiciste en sus días, en tiempos antiguos.

2 Con tu mano echaste a las naciones para plantarlos a ellos;

abatiste a los pueblos y los arrojaste.

3 No se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró;

sino tu diestra, tu brazo,

y la luz de tu rostro;

porque tú los favorecías.


4 Tú, oh Dios, eres mi Rey;

manda liberación a Jacob.

5 Por medio de ti embestiremos a nuestros enemigos;

en tu nombre pisotearemos a los que se nos oponen.


6 No confiaré en mi arco,

ni mi espada me librará;

7 pues tú nos libras de nuestros enemigos

y avergüenzas a los que nos aborrecen.

8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,

y alabaremos su nombre para

siempre. (Selah)


9 Sin embargo, nos has desechado

y nos has confundido;

ya no sales con nuestros ejércitos.

10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo,

y los que nos aborrecen nos han saqueado.

11 Nos has puesto como ovejas para el consumo,

y nos has esparcido entre las naciones.

12 Has vendido de balde a tu pueblo,

y ningún provecho has ganado con su precio.

13 Nos has puesto como afrenta ante nuestros vecinos,

por burla y ridículo ante los que están

a nuestro alrededor.

14 Nos has puesto como refrán en medio de las naciones,

y como objeto de burla en medio de los pueblos.


15 Cada día mi confusión está delante

de mí,

y mi cara se cubre de vergüenza,

16 por la voz del que injuria y deshonra,

por causa del enemigo y del vengativo.


17 Todo esto nos ha venido,

pero no nos hemos olvidado de ti,

ni hemos faltado a tu pacto.

18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón,

ni tampoco nuestros pasos se han apartado de tu camino,

19 para que nos abatas en el lugar de los chacales

y nos cubras con densa oscuridad.


20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios

o alzado nuestras manos a un dios extraño,

21 ¿no averiguaría esto Dios,

quien conoce los secretos del corazón?

22 Más bien, por tu causa nos matan cada día;

somos tratados como ovejas para el matadero.


23 Despierta; ¿por qué duermes, oh Señor?

Despierta; no nos abandones para siempre.

24 ¿Por qué escondes tu rostro

y te olvidas de nuestra aflicción y opresión?

25 Nuestra alma está agobiada hasta el polvo;

nuestro vientre está pegado a la tierra.

26 Levántate, socórrenos

y redímenos por tu misericordia.

Canción para las bodas del rey


45 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Para los hijos de Coré. Masquil. Canción de amor)

1 Mi corazón rebosa de palabras buenas;

dedico al rey mi canto.

Mi lengua es como pluma de un veloz escriba.


2 Tú eres el más hermoso de los hijos del hombre;

la gracia se ha derramado en tus labios.

Por eso Dios te ha bendecido para siempre.

3 Ciñe tu espada sobre tu muslo, oh valiente, en tu gloria y majestad.

4 En tu majestad cabalga y triunfa por causa de la verdad, de la humildad y de la justicia.

Tu mano derecha te mostrará cosas asombrosas.

5 Pueblos caerán debajo de ti;

tus flechas agudas penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.


6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;

cetro de justicia es el cetro de tu reino.

7 Has amado la justicia y aborrecido la injusticia;

por eso te ha ungido Dios, el Dios tuyo,

con aceite de gozo, más que a tus compañeros.

8 Mirra, áloe y casia exhalan todas tus vestiduras;

en palacios de marfil te han recreado los instrumentos de cuerda.

9 Hijas de reyes hay en tu corte de honor;

la reina está de pie a tu derecha con oro de Ofir.


10 Oye, hija, y mira; inclina tu oído:

Olvida tu pueblo y la casa de tu padre.

11 El rey desea tu hermosura;

inclínate hacia él, porque él es tu señor.

12 Las hijas de Tiro vienen con presentes,

y los ricos del pueblo imploran tu favor.


13 Toda gloriosa está la hija del rey;

de perlas engastadas en oro es su vestido.

14 Con vestido bordado será llevada ante el rey.

Vírgenes irán detrás de ella;

sus compañeras serán traídas a ti.

15 Serán traídas con alegría y con gozo,

y entrarán en el palacio del rey.


16 En lugar de tus padres estarán tus hijos,

a quienes harás príncipes en toda la tierra.

17 Haré perpetua la memoria de tu nombre

en todas las generaciones,

por lo cual te alabarán los pueblos

eternamente y para siempre.

Jehovah, protector de su pueblo


46 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Sobre Alamot. Cántico)

1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,

nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

2 Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble,

aunque los montes se derrumben en el corazón del mar,

3 aunque sus aguas rujan y echen espuma,

y se estremezcan los montes por su braveza. (Selah)


4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,

el santuario, morada del Altísimo.

5 Dios está en medio de ella;

no será movida.

Dios la ayudará al clarear la mañana.

6 Las naciones se conmocionan,

se tambalean los reinos.

El emite su voz, y se derrite la tierra.

7 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;

nuestro refugio es el Dios de

Jacob. (Selah)


8 Venid y ved los hechos de Jehovah,

quien ha causado desolaciones en la tierra.

9 Hasta los confines de la tierra hace cesar las guerras;

quiebra el arco, rompe la lanza

y quema los carros en el fuego.

10 "Estad quietos y reconoced que yo soy Dios.

Exaltado he de ser entre las naciones;

exaltado seré en la tierra."

11 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;

nuestro refugio es el Dios de

Jacob. (Selah)

Jehovah, Rey de toda la tierra


47 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Salmo)

1 ¡Pueblos todos, aplaudid!

¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!

2 Porque Jehovah, el Altísimo, es temible,

gran Rey sobre toda la tierra.

3 El someterá los pueblos a nosotros,

las naciones debajo de nuestros pies.

4 Porque él ha elegido nuestra heredad,

el orgullo de Jacob, al cual

amó. (Selah)


5 Subió Dios en medio de aclamación;

Jehovah, con sonido de corneta.

6 ¡Cantad a Dios, cantad!

¡Cantad a nuestro Rey, cantad!

7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra,

cantad con entendimiento.


8 ¡Dios reina sobre las naciones!

¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!

9 Se han reunido los gobernantes de los pueblos

con el pueblo del Dios de Abraham,

10 porque de Dios son las defensas de la tierra.

¡El es muy enaltecido!

La gloria de la ciudad del Gran Rey


48 (Cántico. Salmo de los hijos de Coré)

1 ¡Grande es Jehovah

y digno de suprema alabanza,

en la ciudad de nuestro Dios,

en el monte de su santuario!


2 ¡Qué hermosa altura!

El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte,

la ciudad del Gran Rey.

3 Dios es conocido por refugio

en sus palacios.

4 Porque, he aquí, los reyes se han aliado;

han avanzado juntos.

5 Pero viéndola así, se quedaron atónitos;

se turbaron y se dieron prisa a huir.

6 Allí se apoderó de ellos el estremecimiento;

tuvieron dolor como de mujer

que da a luz.

7 Con el viento del oriente

rompes las naves de Tarsis.


8 Como lo oímos, así lo hemos visto

en la ciudad de Jehovah de los Ejércitos,

la ciudad de nuestro Dios:

Dios la afirmará para siempre. (Selah)

9 Oh Dios, hemos pensado en tu misericordia,

en medio de tu templo.

10 Conforme a tu nombre, oh Dios,

así es tu alabanza hasta los confines de la tierra.

Tu diestra está llena de justicia.


11 Se alegrará el monte Sion;

las hijas de Judá se regocijarán

a causa de tus juicios.

12 Id alrededor de Sion y rodeadla;

contad sus torres.

13 Observad detenidamente su muro exterior;

examinad sus palacios, para que lo contéis a la generación venidera.

14 Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre;

por siempre nos guiará.

La vanidad del rico insensato


49 (Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré)

1 Oíd esto, todos los pueblos;

escuchad, todos los habitantes del mundo,

2 tanto la gente común como la gente notable,

el rico juntamente con el pobre:


3 Mi boca hablará sabiduría;

y el pensamiento de mi corazón, inteligencia.

4 Inclinaré a los proverbios mi oído;

expresaré con el arpa mi enigma.


5 ¿Por qué habré de temer en los días de la adversidad,

cuando me rodee la iniquidad de mis opresores?

6 Los que confían en sus posesiones

y se jactan de la abundancia de sus riquezas,

7 ninguno de ellos puede redimir a su hermano,

ni pagar a Dios por su rescate.

8 La redención de su vida es muy costosa;

se ha de abandonar para siempre el intento

9 de vivir eternamente

y jamás ver corrupción.

10 Cuando él los mira, los sabios mueren;

contempla al necio y al torpe,

y ellos perecen y dejan a otros sus riquezas.

11 De los que llaman sus tierras con sus nombres,

sus tumbas son sus casas para siempre,

y sus moradas de generación en generación.

12 Pero el hombre no permanecerá en sus riquezas;

más bien, es semejante a los animales que perecen.

13 Este camino suyo es necedad.

No obstante, sus seguidores se complacen en sus dichos. (Selah)


14 Como ovejas que fueron apartadas para el Seol,

los pastorea la muerte;

los rectos se enseñorearán de ellos.

Al amanecer se desvanecerá su buen aspecto,

y el Seol será su morada.

15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,

porque me llevará consigo. (Selah)


16 No temas cuando alguno se enriquece,

cuando aumenta la gloria de su casa.

17 Porque al morir no llevará nada,

ni descenderá tras él su gloria.

18 Aunque su alma lo bendiga mientras vive,

y reconozcan que ella le prospera,

19 entrará en la generación de sus padres,

y nunca más verá la luz.

20 El hombre que vive con honores,

pero sin entendimiento,

es semejante a los animales que perecen.

Dios, el Juez de buenos y malos


50 (Salmo de Asaf)

1 Jehovah, el Dios de dioses, ha hablado;

ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.

2 Desde Sion, perfección de la hermosura,

Dios ha resplandecido.

3 Nuestro Dios viene y no callará.

Fuego consumidor le precede,

y alrededor de él hay gran tormenta.

4 Convoca a los cielos en lo alto;

y a la tierra, para juzgar a su pueblo.


5 "Reunidme a mis fieles,

los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio."

6 Los cielos proclamarán su justicia,

porque Dios es el Juez. (Selah)


7 "Escucha, oh pueblo mío, y hablaré;

testificaré contra ti, oh Israel.

Yo soy Dios, el Dios tuyo.

8 No te reprocharé con respecto a tus sacrificios,

ni por tus holocaustos, que siempre están delante de mí.

9 No tomaré toros de tu casa,

ni machos cabríos de tus rediles;

10 porque míos son todos los animales del bosque,

los millares del ganado en mis montes.

11 Conozco todas las aves de las alturas,

y las criaturas del campo son mías.

12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti,

porque mío es el mundo y su plenitud.

13 ¿He de comer la carne de los toros?

¿He de beber la sangre de los machos cabríos?

14 ¡Sacrifica a Dios acciones de gracias!

¡Paga tus votos al Altísimo!

15 Invócame en el día de la angustia;

yo te libraré, y tú me glorificarás."


16 Pero al impío Dios le dijo:

"¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes

y mencionar mi pacto con tu boca?

17 Tú detestas la instrucción

y echas a tus espaldas mis palabras.

18 Si ves a un ladrón, te complaces con él,

y tu parte está con los adúlteros.

19 Con maldad das rienda suelta a tu boca,

y tu lengua urde engaño.

20 Tomas asiento y hablas contra tu hermano;

contra el hijo de tu madre arrojas infamia.

21 Estas cosas has hecho, y yo he callado.

Ciertamente pensabas que yo sería

como tú,

pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.


22 "Entended pues esto, los que os olvidáis de Dios;

no sea que yo os arrebate sin que nadie os libre.

23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,

y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios."

Oración de arrepentimiento


51 (Al músico principal. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a él, después que David tuvo relaciones con Betsabé)

1 Ten piedad de mí, oh Dios,

conforme a tu misericordia.

Por tu abundante compasión,

borra mis rebeliones.

2 Lávame más y más de mi maldad,

y límpiame de mi pecado.

3 Porque yo reconozco mis rebeliones,

y mi pecado está siempre delante de mí.

4 Contra ti, contra ti solo he pecado

y he hecho lo malo ante tus ojos.

Seas tú reconocido justo en tu palabra

y tenido por puro en tu juicio.


5 He aquí, en maldad he nacido,

y en pecado me concibió mi madre.

6 He aquí, tú quieres la verdad en lo íntimo,

y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.


7 Quita mi pecado con hisopo,

y seré limpio;

lávame, y seré más blanco que la nieve.

8 Hazme oír gozo y alegría,

y se regocijarán estos huesos que has quebrantado.

9 Esconde tu rostro de mis pecados

y borra todas mis maldades.


10 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro

y renueva un espíritu firme dentro

de mí.

11 No me eches de tu presencia,

ni quites de mí tu Santo Espíritu.

12 Devuélveme el gozo de tu salvación,

y un espíritu generoso me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,

y los pecadores se convertirán a ti.


14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación,

y con regocijo cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios,

y proclamará mi boca tu alabanza.

16 Porque no quieres sacrificio;

y si doy holocausto, no lo aceptas.

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado.

Al corazón contrito y humillado

no desprecias tú, oh Dios.

18 Haz bien a Sion, con tu benevolencia;

edifica los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,

el holocausto u ofrenda del todo quemada.

Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

Final del hombre vil


52 (Al músico principal. Masquil de David cuando Doeg el edomita fue y le informó a Saúl diciendo: "David ha ido a la casa de Abimelec.")

1 ¿Por qué te jactas, oh poderoso,

de la maldad contra el piadoso?

Todo el día 2 tu lengua maquina agravios;

como navaja afilada produce engaño.

3 Has amado el mal más que el bien;

la mentira, más que el hablar

justicia. (Selah)

4 Has amado toda palabra perversa,

oh lengua engañosa.

5 Por eso Dios te derribará para siempre;

te aplastará y te arrancará de tu morada.

El te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah)


6 Los justos lo verán y temerán.

Se reirán de él diciendo:

7 "¡Ved al hombre que no puso a Dios como su fortaleza,

sino que confió en sus muchas riquezas

y se refugió en su maldad!"


8 Pero yo seré como un olivo verde en la casa de Dios;

en la misericordia de Jehovah confiaré eternamente y para siempre.

9 Por siempre te daré gracias por lo que has hecho.

En presencia de tus fieles esperaré en tu nombre, porque es bueno.

Necedad y corrupción del hombre


53 (Al músico principal. Sobre Majalat. Masquil de David)

1 Dijo el necio en su corazón:

"No hay Dios."

Se han corrompido

y han hecho abominable maldad.

No hay quien haga el bien.


2 Dios miró desde los cielos

sobre los hijos del hombre,

para ver si había algún sensato

que buscara a Dios.

3 Pero cada uno se había descarriado;

a una se habían corrompido.

No había quien hiciera el bien;

no había ni siquiera uno.


4 ¿Acaso los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,

y que a Dios no invocan?

5 Allí donde no hubo nada que temer,

temieron grandemente;

porque Dios esparció los huesos de los blasfemos.

Los avergonzaste, porque Dios los rechazó.


6 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!

Cuando Dios restaure de la cautividad a su pueblo,

se gozará Jacob; se alegrará Israel.

Clamor de un perseguido


54 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David, cuando fueron los de Zif y dijeron a Saúl: "¿Acaso no está David escondido entre nosotros?")

1 Oh Dios, sálvame por tu nombre

y defiéndeme con tu poder.

2 Oh Dios, escucha mi oración;

atiende las palabras de mi boca.

3 Porque los extraños se han levantado contra mí,

y los violentos buscan mi vida.

No toman en cuenta a Dios. (Selah)


4 He aquí, Dios es quien me ayuda;

el Señor está con los que sostienen mi vida.

5 El hará volver el mal contra mis enemigos.

¡Destrúyelos por tu verdad!


6 Te ofreceré sacrificios voluntarios.

Daré gracias a tu nombre, oh Jehovah, porque es bueno;

7 porque me has librado de toda angustia.

Mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

Plegaria de una persona traicionada


55 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David)

1 Atiende, oh Dios, mi oración;

no te escondas ante mi súplica.

2 Escúchame y respóndeme.

En mi pensar estoy deprimido y turbado

3 por la voz del enemigo,

por la presión de los impíos

que me inculpan de iniquidad

y me odian con furor.

4 Mi corazón se estremece dentro de mí;

terrores de muerte me han caído encima.

5 Temor y temblor me han sobrevenido,

y me cubre el espanto.

6 Dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!

Volaría y hallaría reposo.

7 Ciertamente huiría lejos y pasaría las noches en el desierto. (Selah)

8 Me apresuraría a buscar refugio del viento tempestuoso, de la tempestad.

9 Destrúyelos, oh Señor, y confunde sus lenguas;

porque violencia y rencilla he visto en la ciudad.

10 Día y noche hacen rondas sobre sus muros,

y la maldad y el abuso están adentro.

11 Agravio hay en medio de ella;

el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.


12 Si un enemigo me hubiera afrentado,

yo lo habría soportado.

Si el que me aborrece se hubiera levantado contra mí,

yo me habría ocultado de él.

13 Pero fuiste tú, un hombre igual a mí,

mi compañero, mi íntimo amigo;

14 que juntos compartíamos dulcemente los secretos,

y con afecto nos paseábamos en la casa de Dios.


15 Que la muerte los sorprenda

y desciendan vivos al Seol.

Porque el mal está en sus moradas,

instalado en medio de ellos.

16 No obstante, yo clamaré a Dios,

y Jehovah me salvará.

17 Al anochecer, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré;

y él oirá mi voz.

18 Ha rescatado en paz mi alma

de la guerra que han desatado en contra de mí,

aunque son muchos los que han estado contra mí.

19 Dios oirá, y luego los humillará:

¡El, que permanece desde la

antigüedad! (Selah)

Porque no cambian de actitud ni temen a Dios.


20 Más bien, aquél extiende sus manos contra sus propios aliados, y viola su pacto.

21 Ellos ablandan su boca más que mantequilla,

pero en su corazón hay contienda.

Suavizan sus palabras más que el aceite,

pero son como espadas desenvainadas.


22 Echa tu carga sobre Jehovah, y él te sostendrá.

Jamás dejará caído al justo.

23 Tú, oh Dios, harás descender a aquéllos

al pozo de la destrucción.

Los hombres sanguinarios y engañadores

no llegarán a la mitad de sus días,

pero yo confiaré en ti.

Confianza en Dios y en su palabra


56 (Al músico principal. Sobre "La paloma silenciosa de la lejanía". Mictam de David compuesto cuando los filisteos lo apresaron en Gat)

1 Ten misericordia de mí, oh Dios,

porque me pisotea el hombre;

me oprime combatiéndome todo el día.

2 Todo el día me pisotean mis enemigos,

porque muchos son los que me combaten con altanería.


3 El día en que tengo temor,

yo en ti confío.

4 En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado.

¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!


5 Todo el día pervierten mis palabras;

contra mí son todos sus pensamientos, para mal.

6 Ellos conspiran; se ocultan.

Observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.

7 ¿Escaparán ellos por su iniquidad?

¡Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor!

8 Mis andanzas tú has contado:

Pon mis lágrimas ante ti.

¿Acaso no están escritas en tu libro?


9 El día que yo clame a ti,

mis enemigos retrocederán.

Esto sé: que Dios está a mi lado.

10 En Dios, cuya palabra alabo,

en Jehovah, cuya palabra alabo,

11 en Dios he confiado.

No temeré lo que me pueda hacer el hombre.


12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos;

te pagaré sacrificios de acción de gracias.

13 Porque has librado mi vida de la muerte y mis pies de la caída,

para que ande delante de Dios en la luz de la vida.

Oración para ser librado del opresor


57 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David compuesto cuando huyó de Saúl a la cueva)

1 Ten misericordia de mí, oh Dios;

ten misericordia de mí,

porque en ti ha confiado mi alma.

En la sombra de tus alas me ampararé,

hasta que pasen las calamidades.


2 Clamaré al Dios Altísimo,

al Dios que me favorece.

3 El enviará desde los cielos

y me librará de la infamia del que me oprime. (Selah)

¡Dios enviará su misericordia y su verdad!


4 Mi vida está entre leones;

estoy tendido entre hombres que devoran.

Sus dientes son lanzas y flechas,

y su lengua es como espada afilada.

5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;

y sobre toda la tierra, tu gloria!


6 Una red han tendido ante mis pasos

para doblegar mi alma.

Una fosa han cavado delante de mí,

y en medio de ella han caído ellos mismos. (Selah)


7 Mi corazón está firme, oh Dios;

está firme mi corazón.

Cantaré y entonaré salmos.

8 ¡Despierta, oh alma mía!

¡Despertad, oh arpa y lira!

Despertaré al alba.

9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;

a ti cantaré salmos entre las naciones.

10 Porque grande, hasta los cielos, es tu misericordia;

y hasta las nubes, tu verdad.

11 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;

y sobre toda la tierra, tu gloria!

Dios, el Juez de la tierra


58 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David)

1 Oh magistrados, ¿en verdad pronunciáis justicia?

¿Juzgáis rectamente a los hijos del hombre?

2 Más bien, con el corazón obráis iniquidad en la tierra

y a la violencia abrís camino con vuestras manos.


3 Los impíos se alienaron desde la matriz;

se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.

4 Tienen veneno como veneno de serpiente;

son como una cobra sorda que tapa sus oídos

5 y no oye la voz de los encantadores,

aun del más experto encantador.


6 Oh Dios, rompe sus dientes en sus bocas;

quiebra, oh Jehovah, los colmillos de los leones.

7 Escúrranse como aguas que se pierden;

que cuando apunten con sus flechas,

éstas queden despuntadas.

8 Pasen como la babosa que se deshace;

y como un abortivo de mujer, no vean el sol.

9 Antes que sus espinos produzcan espinas,

con su ira los arrebatará cual vendaval.


10 El justo se alegrará cuando vea la venganza,

y lavará sus pies en la sangre del impío.

11 Entonces dirá el hombre:

"Ciertamente el justo tiene frutos;

ciertamente hay un Dios que juzga la tierra."

Dios, baluarte del justo


59 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David, compuesto cuando Saúl mandó que ellos acecharan la casa para matarlo)

1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;

ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

2 Líbrame de los que hacen iniquidad;

sálvame de los hombres sanguinarios.

3 Porque he aquí, acechan mi vida;

los prepotentes me atacan,

no por transgresión o por pecado mío, oh Jehovah.

4 Sin que yo sea culpable,

corren y se preparan.

Despierta para venir a mi encuentro y mira.

5 Tú, oh Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel,

despierta para castigar a todas las naciones.

No tengas misericordia de ningún inicuo traidor. (Selah)


6 Vuelven al anochecer,

aúllan como perros

y rodean la ciudad.

7 He aquí, profieren con sus bocas;

espadas hay en sus labios.

Porque dicen: "¿Quién oye?"

8 Pero tú, oh Jehovah, te reirás de ellos;

te burlarás de todas las naciones.


9 Fortaleza mía, en ti esperaré;

porque Dios es mi alto refugio.

10 Mi Dios misericordioso me saldrá al encuentro.

Dios me hará ver mi deseo cumplido en mis enemigos.

11 No los mates, para que mi pueblo no se olvide.

Hazles andar errantes, por tu poder.

Abátelos, oh Jehovah, escudo nuestro.

12 Por el pecado de sus bocas,

por la palabra de sus labios sean presos;

por su soberbia, por la maldición

y por la mentira que profieren.

13 Acábalos con furor;

acábalos de modo que dejen de existir.

Que se sepa que Dios domina en Jacob,

hasta los confines de la tierra. (Selah)


14 ¡Que vuelvan al anochecer y aúllen como perros! ¡Que rodeen la ciudad!

15 Ellos andan errantes para hallar qué comer;

y al no saciarse, se quejan.


16 Pero yo cantaré a tu poder

y alabaré de mañana tu misericordia;

porque fuiste para mí un alto refugio

y un amparo en el día de mi angustia.

17 Fortaleza mía, a ti cantaré salmos;

porque Dios es mi alto refugio,

el Dios que tiene misericordia de mí.

Súplica en medio de la derrota


60 (Al músico principal. Sobre "La Rosa del Testimonio". Mictam de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a 12.000 de Edom en el valle de la Sal)

1 Oh Dios, tú nos has desechado;

has roto nuestras defensas.

Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!

2 Hiciste temblar la tierra;

la has agrietado.

Restaura sus fallas, porque se desmorona.

3 Has hecho ver duras cosas a tu pueblo;

nos has hecho beber vino de aturdimiento.

4 Has dado bandera a los que te temen,

para que alcancen seguridad ante el arco. (Selah)

5 Salva con tu diestra y respóndenos,

de modo que sean librados tus amados.


6 Dios ha hablado en su santuario:

"¡Cómo me regocijo!

Repartiré Siquem

y mediré el valle de Sucot.

7 Mío es Galaad, y mío es Manasés.

Efraín es la fortaleza de mi cabeza;

Judá es mi cetro.

8 Moab es la vasija en que me lavo;

sobre Edom echaré mis sandalias,

y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria."


9 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?

¿Quién me conducirá hasta Edom?

10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,

y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?

11 Danos socorro ante el enemigo,

pues vana es la liberación que da el hombre.

12 Con Dios haremos proezas,

y él aplastará a nuestros enemigos.

Anhelo de la protección de Dios


61 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)

1 Escucha, oh Dios, mi clamor;

atiende a mi oración.

2 Desde el extremo de la tierra

clamaré a ti cuando mi corazón desmaye.

Llévame a la roca que es más alta

que yo.

3 Porque tú me has sido refugio

y torre fortificada delante del enemigo.


4 Que yo habite en tu tabernáculo para siempre,

y me refugie al amparo de tus

alas. (Selah)

5 Pues tú, oh Dios, has oído mis votos;

has dado heredad a los que temen tu nombre.


6 Días sobre días añadirás al rey;

sus años serán como generación tras generación.

7 Estará para siempre delante de Dios;

designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.

8 Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre,

para pagar mis votos día tras día.

Dios, el único refugio


62 (Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David)

1 Sólo en Dios reposa mi alma;

de él proviene mi salvación.

2 Sólo él es mi roca y mi salvación;

él es mi refugio;

no seré grandemente movido.


3 ¿Hasta cuándo os ensañaréis contra un hombre?

¿Lo destrozaréis todos vosotros como a una pared inclinada o una cerca derribada?

4 Solamente consultan cómo derribarlo de su eminencia.

Se complacen con la mentira.

Con sus bocas bendicen,

pero en su interior maldicen. (Selah)


5 Oh alma mía, reposa sólo en Dios,

porque de él es mi esperanza.

6 Sólo él es mi roca y mi salvación;

es mi alto refugio; no seré movido.

7 Dios es mi salvación y mi gloria;

en Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio.

8 Oh pueblos, esperad en él en todo tiempo;

derramad delante de él vuestro corazón,

porque Dios es nuestro refugio. (Selah)


9 Por cierto, vanidad son los hombres comunes;

mentira son los hombres notables.

Si se los pesa a todos juntos en balanza,

serán menos que un soplo.

10 No confiéis en la opresión,

ni os envanezcáis con la rapiña.

Aunque se incremente la riqueza,

no pongáis en ella el corazón.


11 Una vez habló Dios;

dos veces he oído esto:

que en Dios hay fortaleza.

12 También en ti, oh Señor, hay misericordia;

pues tú pagas a cada uno según su obra.

Oración de un alma sedienta de Dios


63 (Salmo de David, compuesto cuando estaba en el desierto de Judá)

1 ¡Oh Dios, tú eres mi Dios!

Con diligencia te he buscado;

mi alma tiene sed de ti.

Mi cuerpo te anhela

en tierra árida y sedienta, carente de agua.

2 Te he contemplado en el santuario,

para admirar tu poder y tu gloria.

3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;

mis labios te alabarán.

4 Por eso te bendeciré en mi vida,

y en tu nombre alzaré mis manos.

5 Como de sebo y de gordura se saciará mi alma;

mi boca te alabará con labios de júbilo.


6 Cuando en mi cama me acuerdo de ti,

medito en ti en las vigilias de la noche.

7 Porque tú eres mi socorro,

bajo la sombra de tus alas cantaré de gozo.

8 Mi vida está apegada a ti;

tu mano derecha me sostiene.


9 Los que buscan mi alma para destruirla

caerán en las profundidades de la tierra.

10 Los destruirán a filo de espada,

y serán la porción de las zorras.

11 Pero el rey se alegrará en Dios.

Será alabado cualquiera que jura por él,

pero será cerrada la boca de los que hablan mentira.

Dios prende al impío en su maldad


64 (Al músico principal. Salmo de David)

1 Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración;

guarda mi vida del miedo al enemigo.

2 Escóndeme del consejo secreto de los malhechores,

del tumulto de los que obran iniquidad.


3 Ellos afilan sus lenguas como espadas,

y disponen palabras amargas como flechas,

4 para tirarlas a escondidas contra el inocente.

De repente tiran contra él, y no temen.

5 Se alientan unos a otros en perverso designio,

y planean esconder trampas.

Dicen: "¿Quién nos ha de ver?"

6 Traman maldad,

hacen un minucioso complot,

hasta el íntimo pensamiento de

cada uno de ellos

y lo profundo del corazón.


7 Pero Dios los herirá con sus propias flechas.

De repente les sobrevendrán sus heridas.

8 Los hará caer por sus propias lenguas;

todos los que los vean moverán la cabeza.

9 Todos los hombres temerán;

anunciarán la obra de Dios y entenderán sus hechos.


10 El justo se alegrará en Jehovah y confiará en él.

Se gloriarán todos los rectos de corazón.

Alabanza a Dios por su providencia


65 (Al músico principal. Salmo. Cántico de David)

1 En Sion, oh Dios, te corresponde la alabanza;

a ti serán pagados los votos.

2 Tú oyes la oración;

a ti acudirá todo ser.

3 Las palabras de iniquidad prevalecen contra mí,

pero tú perdonarás nuestras rebeliones.


4 Bienaventurado el hombre que tú escoges y haces que se acerque a ti,

para que habite en tus atrios.

Seremos saciados del bien de tu casa,

de tu santo templo.


5 Con hechos tremendos nos responderás en justicia,

oh Dios de nuestra salvación,

esperanza de todos los confines de la tierra

y de todos los mares más distantes.

6 Tú eres el que afirmas las montañas

con poder, ceñido de poderío.

7 Tú eres el que sosiegas el estruendo de los mares,

el estruendo de las olas

y el tumulto de los pueblos.

8 Por eso los habitantes de los confines de la tierra tienen temor de tus maravillas.

Tú haces cantar de júbilo a las salidas de la mañana y de la noche.


9 Visitas la tierra y la riegas;

en gran manera la enriqueces.

El río de Dios está lleno de aguas.

Produces los trigales,

porque así lo has preparado.

10 Haces que se empapen sus surcos

y allanas sus crestas.

Disuelves los terrones con aguaceros

y bendices sus brotes.


11 Coronas el año con tus bondades,

y tus recorridos fluyen abundancia.

12 Los pastizales del desierto fluyen abundancia,

y las colinas se ciñen de alegría.

13 Los prados se visten de rebaños

y los valles se cubren de grano.

Gritan de júbilo y cantan.

Alabanza a Dios por sus hechos


66 (Al músico principal. Cántico y salmo)

1 ¡Aclamad a Dios con alegría,

toda la tierra!

2 Cantad a la gloria de su nombre;

dadle la gloria en la alabanza.

3 Decid a Dios:

"¡Cuán admirables son tus obras!

Por tu gran poder se someterán a ti tus enemigos.

4 ¡Toda la tierra te adorará y cantará a ti!

¡Cantarán a tu nombre!" (Selah)


5 Venid y ved los actos de Dios,

admirable en sus hechos

para con los hijos del hombre.

6 El convirtió el mar en tierra seca,

y por el río pasaron a pie.

¡Regocijémonos en él!

7 Se enseñorea con su poder para siempre;

sus ojos observan a las naciones

para que los rebeldes no se enaltezcan contra él. (Selah)


8 ¡Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios!

Haced que se escuche la voz de su alabanza.

9 El es quien preservó la vida a nuestra alma

y no permitió que resbalasen nuestros pies.


10 Tú nos has probado, oh Dios;

nos has purificado como se prueba la plata.

11 Nos metiste en la red,

y pusiste apretura sobre nuestros lomos.

12 Hiciste que los hombres cabalgaran encima de nuestras cabezas.

Pasamos por el fuego y por el agua,

pero luego nos sacaste a abundancia.


13 Entraré en tu templo con holocaustos;

te pagaré mis votos

14 que pronunciaron mis labios

y que mi boca prometió cuando yo estaba angustiado.

15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados,

con incienso de carneros.

Sacrificaré toros y machos

cabríos. (Selah)


16 Venid; oíd, todos los que teméis a Dios,

y contaré lo que ha hecho por mi vida.

17 A él invoqué con mi boca

y con mi lengua lo ensalcé.

18 Si en mi corazón yo hubiese consentido la iniquidad,

el Señor no me habría escuchado.

19 ¡Pero de veras Dios me ha escuchado!

El atendió a la voz de mi oración.

20 ¡Bendito sea Dios,

que no echó de sí mi oración

ni de mí su misericordia!

Alabanza al Salvador universal


67 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo y cántico)

1 Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (Selah)

2 para que sea reconocido en la tierra tu camino,

y en todas las naciones tu salvación.


3 ¡Los pueblos te alaben, oh Dios!

¡Todos los pueblos te alaben!

4 Alégrense y gócense las naciones,

porque tú juzgarás a los pueblos con equidad

y guiarás a las naciones de la

tierra. (Selah)


5 ¡Los pueblos te alaben, oh Dios!

¡Todos los pueblos te alaben!

6 La tierra dará su fruto;

nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

7 Dios nos bendiga,

y témanlo todos los confines de la tierra.

Las marchas triunfales de Dios


68 (Al músico principal. Salmo de David. Cántico)

1 Dios se levantará,

y se dispersarán sus enemigos;

huirán de su presencia los que le aborrecen.

2 Como se disipa el humo,

así los disiparás.

Como se derrite la cera ante el fuego,

así perecerán los impíos delante de Dios.

3 Pero los justos se alegrarán;

se gozarán delante de Dios

y saltarán de alegría.


4 ¡Cantad a Dios!

¡Cantad salmos a su nombre!

¡Preparad camino al que cabalga sobre las nubes!

Jehovah es su nombre.

¡Alegraos delante de él!

5 Padre de los huérfanos y juez de las viudas

es Dios en su santa morada.

6 Es el Dios que hace habitar en familia a los solitarios

y saca a los cautivos a prosperidad,

pero los rebeldes habitan en sequedales.


7 Oh Dios, cuando saliste delante de tu pueblo,

cuando marchaste por el

desierto, (Selah)

8 la tierra tembló;

también los cielos gotearon ante Dios.

Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios;

a tu posesión exhausta reanimaste.

10 Tu rebaño ha habitado en ella.

Por tu bondad, oh Dios,

has provisto para el pobre.


11 El Señor da la palabra,

y una gran hueste de mujeres anuncia la buena nueva:

12 "¡Huyen, huyen los reyes de los ejércitos!"

Y en casa las mujeres reparten el botín.

13 Aunque os recostabais entre los rediles,

las alas de la paloma se cubrieron de plata,

y sus plumas con la amarillez del oro.

14 Cuando el Todopoderoso esparció allí a los reyes,

el monte Salmón se cubrió de nieve.


15 ¡Monte de Dios es el monte de Basán!

¡Alto es el monte de Basán!

16 Oh montes de elevados picachos,

¿por qué miráis con hostilidad

al monte que Dios ha deseado como morada?

Ciertamente Jehovah habitará allí para siempre.


17 Los carros de Dios son miríadas de miríadas,

y millares de millares.

¡Entre ellos el Señor viene del Sinaí al santuario!

18 Subiste a lo alto, tomaste cautivos.

Tomaste tributos de los hombres,

aun de los rebeldes,

para que allí habitase Jehovah Dios.


19 ¡Bendito sea el Señor!

Día tras día lleva nuestras cargas

el Dios de nuestra salvación. (Selah)

20 Nuestro Dios es Dios de salvación;

de Jehovah el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos;

la cabelluda coronilla del que camina en sus pecados.

22 El Señor dijo:

"De Basán los haré volver;

los haré volver de lo profundo del mar,

23 para que laves tus pies en sangre,

y también la lengua de tus perros en la de tus enemigos.


24 ¡Ved las marchas triunfales de Dios,

las marchas triunfales de mi Dios y Rey, en el santuario!

25 Los cantores van delante,

los músicos detrás,

y en medio van las jóvenes tocando tamboriles.

26 ¡Bendecid a Dios en la congregación!

¡Bendecid al Señor, vosotros de la estirpe de Israel!

27 Allí está Benjamín, el más joven, dirigiéndoles.

Allí están los jefes de Judá con su multitud,

los jefes de Zabulón y los jefes de Neftalí.


28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza.

¡Confirma, oh Dios, lo que has hecho en nosotros!

29 Por causa de tu templo en Jerusalén,

los reyes te traerán obsequios.

30 Reprende a la fiera del cañaveral,

a la manada de toros con los becerros de los pueblos.

Atropella a los que persiguen la plata.

Dispersa a los pueblos que se complacen en las batallas.


31 Vendrán dignatarios de Egipto;

Etiopía extenderá sus manos hacia Dios.

32 Reinos de la tierra, cantad a Dios;

¡cantad al Señor! (Selah)

33 Cantad al que cabalga en los cielos,

los cielos milenarios;

él emitirá su voz, su poderosa voz.

34 ¡Reconoced el poderío de Dios!

Sobre Israel sea su magnificencia,

y su poder en los cielos.

35 Temible eres, oh Dios, en tu santuario.

El Dios de Israel es quien da poder y vigor a su pueblo.

¡Bendito sea Dios!

Oración de un alma angustiada


69 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Salmo de David)

1 ¡Sálvame, oh Dios,

porque las aguas han entrado hasta mi alma!

2 Estoy hundido en el lodo profundo, donde no hay suelo firme.

He llegado a las profundidades de las aguas,

y la corriente me ha arrastrado.

3 Cansado estoy de llamar;

mi garganta se ha enronquecido.

Mis ojos han desfallecido esperando a mi Dios.

4 Los que me aborrecen sin causa se han aumentado;

son más que los cabellos de mi cabeza.

Se han fortalecido mis enemigos que me destruyen sin razón.

¡He tenido que devolver lo que no había robado!


5 Oh Dios, tú conoces mi insensatez;

mis pecados no te son ocultos.

6 No sean avergonzados por mi culpa

los que esperan en ti,

oh Señor Jehovah de los Ejércitos.

No sean confundidos por mí

los que te buscan, oh Dios de Israel.

7 Por tu causa he sufrido afrenta;

confusión ha cubierto mi cara.

8 He venido a ser extraño a mis hermanos,

y extranjero para los hijos de mi madre.

9 Pues el celo por tu casa me ha consumido,

y las afrentas de los que te afrentan han caído sobre mí.

10 Me afligí a mí mismo con ayuno;

también esto me ha servido de afrenta.

11 Además, me puse cilicio como vestido

y llegué a servirles de refrán.

12 Hablaban contra mí los que se sentaban en el tribunal,

y los borrachos cantaban canciones contra mí.

13 Sin embargo, oh Jehovah, yo dirigía a ti mi oración

en el tiempo de tu buena voluntad.

Oh Dios, respóndeme por tu gran bondad,

por la verdad de tu salvación.

14 Sácame del lodo; no sea yo sumergido.

Sea yo librado de los que me aborrecen,

y de las profundidades de las aguas.

15 No me arrastre la corriente de las aguas;

no me trague el abismo,

ni la fosa cierre su boca sobre mí.


16 Escúchame, oh Jehovah,

porque buena es tu misericordia.

Mírame conforme a tu inmensa compasión.

17 No escondas tu rostro de tu siervo,

porque estoy angustiado;

apresúrate a escucharme.

18 Acércate a mi alma y redímela;

líbrame a causa de mis enemigos.

19 Tú conoces mi afrenta,

mi confusión y mi oprobio.

Delante de ti están todos mis enemigos.

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón,

y estoy acongojado.

Esperé que alguien se compadeciera de mí, y no hubo quién.

Busqué consoladores y no hallé ninguno.

21 Además, me dieron hiel en lugar de alimento,

y para mi sed me dieron de beber vinagre.


22 Séales una trampa la mesa que tienen delante;

lo que es para bien, séales tropiezo.

23 Oscurézcanse sus ojos para no ver,

y haz que siempre tambaleen sus lomos.

24 Derrama tu ira sobre ellos,

y el furor de tu enojo los alcance.

25 Quede desolada su casa,

y en sus tiendas no haya morador.

26 Porque persiguieron a quien tú heriste,

y comentan el dolor de los que tú llagaste.

27 Añade maldad sobre su maldad,

y no entren en tu justicia.

28 Sean borrados del libro de los vivientes,

y no sean contados con los justos.


29 Yo estoy afligido y dolorido.

Tu liberación, oh Dios, me ponga en alto.

30 Alabaré con cánticos el nombre de Dios;

lo exaltaré con acciones de gracias.

31 Esto agradará a Jehovah más que sacrificios de toros

o de novillos que echan cuernos y pezuñas.

32 Lo ven los humildes y se alegran.

Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.

33 Porque Jehovah escucha a los necesitados;

y no menosprecia a sus prisioneros.


34 Alábenle los cielos y la tierra,

los mares y todo lo que se mueve en ellos.

35 Porque Dios salvará a Sion

y reedificará las ciudades de Judá.

Habitarán allí y la poseerán.

36 Los descendientes de sus siervos la heredarán,

y los que aman su nombre habitarán en ella.

Oración pidiendo liberación


70 (Al músico principal. Salmo de David. Para conmemorar)

1 ¡Ten a bien, oh Dios, librarme!

¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!

2 Sean avergonzados y humillados los que buscan mi vida.

Vuelvan atrás y sean confundidos los que desean mi mal.

3 Vuelvan a causa de su vergüenza

los que dicen: "¡Ajá, ajá!"


4 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan.

Digan siempre los que aman tu salvación:

"¡Dios sea engrandecido!"

5 Aunque yo sea pobre y necesitado,

¡apresúrate y ven a mí, oh Dios!

Tú eres mi ayuda y mi libertador.

¡Oh Jehovah, no te tardes!

Oración de un anciano en peligro


71 1 En ti, oh Jehovah, me he refugiado;

no sea yo avergonzado jamás.

2 Socórreme y líbrame en tu justicia.

Inclina a mí tu oído y sálvame.

3 Sé tú mi roca fuerte

a donde recurra yo continuamente.

Has mandado que yo sea librado,

porque tú eres mi roca y mi fortaleza.


4 Oh Dios mío,

líbrame de la mano de los impíos,

de la mano de los perversos y opresores.

5 Porque tú, oh Señor Jehovah, eres mi esperanza,

mi seguridad desde mi juventud.

6 Por ti he sido sustentado desde el vientre;

tú eres quien me sacó del seno de mi madre.

Siempre será tuya mi alabanza.


7 Para muchos he sido objeto de asombro,

pero tú eres mi fuerte refugio.

8 Esté llena mi boca de tu alabanza,

de tu gloria todo el día.

9 No me deseches en el tiempo de la vejez;

no me desampares cuando mi fuerza se acabe.

10 Porque mis enemigos han hablado contra mí,

y los que acechan mi vida consultan unidos

11 diciendo: "Dios lo ha abandonado.

Perseguidlo y capturadlo,

porque no hay quien lo libre."


12 Oh Dios, no te alejes de mí;

Dios mío, apresúrate a socorrerme.

13 Sean avergonzados y desfallezcan los adversarios de mi alma.

Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.


14 Pero yo siempre esperaré;

te alabaré más y más.

15 Mi boca proclamará tu justicia

y tu salvación, todo el día,

aunque no sepa enumerarlas.

16 Celebraré los poderosos actos del Señor Jehovah;

haré memoria de tu justicia,

que es sólo tuya.


17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud;

hasta ahora he manifestado tus maravillas.

18 Aun en la vejez y en las canas,

no me desampares, oh Dios,

hasta que proclame a la posteridad

las proezas de tu brazo,

tu poderío a todos los que han de venir,

19 y tu justicia, oh Dios, hasta lo sumo.

Porque has hecho grandes cosas.

¡Oh Dios, quién como tú!


20 Tú, que me has hecho ver

muchas angustias y males,

volverás a darme vida,

y de nuevo me levantarás

desde los abismos de la tierra.

21 Aumentarás mi grandeza

y me volverás a consolar.

22 Asimismo, oh Dios mío,

te alabaré con la lira.

Tu verdad cantaré con el arpa,

oh Santo de Israel.


23 Mis labios se alegrarán,

cuando yo te cante salmos;

aun mi alma, a la cual has redimido.

24 También mi lengua hablará de tu justicia todo el día,

porque fueron avergonzados y confundidos los que procuraban mi mal.

El reinado del rey ideal


72 (A Salomón)

1 Oh Dios, da tus juicios al rey,

y tu justicia al hijo del rey.

2 El juzgará a tu pueblo con justicia,

y a tus pobres con rectitud.

3 Los montes producirán paz para el pueblo;

y las colinas, justicia.

4 Juzgará a los pobres del pueblo;

salvará a los hijos del necesitado

y quebrantará al opresor.

5 Durará con el sol y la luna,

generación tras generación.


6 Descenderá como lluvia sobre la hierba cortada,

como los aguaceros que humedecen la tierra.

7 En sus días florecerá el justo;

habrá abundancia de paz,

hasta que no haya más luna.

8 Dominará de mar a mar,

y desde el Río hasta los confines de la tierra.

9 Delante de él se postrarán los habitantes del desierto,

y sus enemigos lamerán el polvo.

10 Los reyes de Tarsis y de las costas del mar le traerán presentes;

los reyes de Saba y de Seba le presentarán tributo.

11 Ante él se arrodillarán todos los reyes,

y le servirán todas las naciones.


12 Librará al necesitado que suplica,

y al pobre que no tiene quien le socorra.

13 Tendrá piedad del pobre y del necesitado,

y salvará las vidas de los necesitados.

14 De la opresión y de la violencia redimirá sus vidas;

la sangre de ellos será preciosa a sus ojos.

15 Vivirá, y se le dará el oro de Saba.

Se orará por él continuamente;

todo el día se le bendecirá.


16 Haya abundancia de grano en la tierra;

sea copioso en las cumbres de los montes.

Su fruto brotará como el Líbano,

y surgirá como la hierba de la tierra.

17 Para siempre será su nombre;

será perpetuado mientras dure el sol.

En él serán benditas todas las naciones,

y lo llamarán bienaventurado.


18 ¡Bendito sea Jehovah Dios, Dios de Israel!

Sólo él hace maravillas.

19 ¡Bendito sea para siempre su nombre glorioso!

Toda la tierra sea llena de su gloria.

Amén y amén.


20 Aquí terminan las oraciones de David hijo de Isaí.


Reina-Valera Actualizada, 1989.

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