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												L  
												a  G r a n  E n c i c l o p e d 
												i a   I l u s t r a d a  d e l   
												P r o y e c t o  S a l ó n  H o 
												g a r  | 
											 
										 
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				Sistema Inmunitario 
				
					La 
					respuesta inmunitaria 
				
					 
  
				
					Primera respuesta inmunitaria 
				
					 
  
				
					La primera vez que el cuerpo se expone a 
					virus o bacterias particulares, tarda un tiempo en reconocer 
					los organismos invasores y descubrir cómo matarlos. Durante 
					el tiempo transcurrido, las bacterias y los virus crecen 
					exponencialmente, incrementando de este modo el lapso de 
					tiempo necesario para eliminar completamente la infección.
					 
				
				  
				  
				
					1- Un corte en la piel daña las células 
					y permite que las bacterias ingresen al cuerpo, lo que 
					señala una respuesta inmunitaria de los macrófagos y otras 
					células inmunitarias carroñeras. 
  
				
					2- Los mastocitos liberan químicos que 
					provocan inflamación, lo que permite que otras células 
					inmunitarias ingresen al área problemática. 
				
  
				
					3- Antes de que lleguen los refuerzos, 
					los macrófagos y otras células inmunitarias ya situadas 
					comienzan a atacar a las bacterias, a cortarlas en partes 
					llamadas antígenos. 
				
  
				
					4- Los mismos son transportados a los 
					nódulos linfáticos donde los macrófagos se adhieren a los 
					linfocitos B y a los linfocitos T. Los linfocitos B 
					comienzan a producir anticuerpos específicamente para los 
					antígenos o gérmenes antes los cuales el cuerpo ha sido 
					expuesto. 
				
  
				
					5- Los anticuerpos provocan la respuesta 
					de ciertas células inmunitarias como son los linfocitos 
					citolíticos naturales, los macrófagos y los linfocitos T 
					asesinos para que envuelvan y maten a las células infectadas 
					por bacterias. 
  
				
					6- Los linfocitos T ayudantes señalan 
					los anticuerpos y los linfocitos T asesinos se dirigen a la 
					herida. 
  
				
					7- Mientras que las células inmunitarias 
					se encargan de los gérmenes, otras células llamadas 
					plaquetas comienzan a curar la herida formando coágulos para 
					cerrarla. 
				
					 
  
				
					Segunda respuesta inmunitaria 
				
  
				
					La segunda vez que el cuerpo se expone a 
					virus o bacterias particulares, el sistema inmunitario 
					reconoce el organismo invasor con mayor rapidez e 
					inmediatamente sabe cómo combatirlo. Dado que el lapso de 
					tiempo de estos pasos es menor, la infección puede 
					eliminarse con mayor rapidez. Transfer Factor activa una 
					segunda respuesta inmunitaria al tomar prestada la memoria 
					inmunitaria de la vaca y la gallina. 
				
				  
				
					1- Un corte en la piel daña las células 
					y permite que las bacterias ingresen al cuerpo, lo que 
					señala una respuesta inmunitaria de los macrófagos y otras 
					células inmunitarias carroñeras. 
				
  
				
					2- Los mastocitos liberan químicos que 
					provocan inflamación, lo que permite que otras células 
					inmunitarias ingresen al área problemática. 
				
  
				
					3- Antes de que lleguen los refuerzos, 
					los macrófagos y otras células inmunitarias ya situadas 
					comienzan a atacar a las bacterias, a cortarlas en partes 
					llamadas antígenos. 
  
				
					4- Los mismos son transportados a los 
					nódulos linfáticos donde los macrófagos se adhieren a los 
					linfocitos B y a los linfocitos T. Los linfocitos B 
					comienzan a producir anticuerpos específicamente para los 
					antígenos o gérmenes antes los cuales el cuerpo ha sido 
					expuesto. 
				
  
				
					5- Los anticuerpos provocan la respuesta 
					de ciertas células inmunitarias como son los linfocitos 
					citolíticos naturales, los macrófagos y los linfocitos T 
					asesinos para que envuelvan y maten a las células infectadas 
					por bacterias. 
  
				
					6- Los linfocitos T ayudantes señalan 
					los anticuerpos y los linfocitos T asesinos se dirigen a la 
					herida. 
				
  
				
					Mientras que las células inmunitarias se 
					encargan de los gérmenes, otras células llamadas plaquetas 
					comienzan a curar la herida formando coágulos para cerrarla.   
				  
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												
												El sistema inmunitario, que está 
												compuesto por células, 
												proteínas, tejidos y órganos 
												especiales, nos protege contra 
												los gérmenes y microorganismos 
												que nos acechan en nuestra vida 
												cotidiana. En la mayoría de los 
												casos, el sistema inmunitario 
												realiza un gran trabajo 
												manteniéndonos sanos y 
												previniendo posibles 
												infecciones. Pero a veces los 
												problemas del sistema 
												inmunitario pueden provocar 
												enfermedades e infecciones. 
												  
												
												¿Qué 
												es el sistema inmunitario y qué 
												funciones desempeña?
												El sistema 
												inmunitario es el sistema de 
												defensas del cuerpo contra los 
												organismos infecciosos y otros 
												agentes invasores. A través de 
												una serie de pasos denominada
												respuesta inmunitaria, 
												el sistema inmunitario ataca a 
												los organismos y sustancias que 
												invaden nuestro cuerpo y que 
												podrían provocarnos 
												enfermedades. El sistema 
												inmunitario está compuesto por 
												una red de células, tejidos y 
												órganos que colaboran entre sí 
												para proteger nuestros cuerpos. 
												  
												Las 
												células que forman parte de este 
												sistema de defensa son los 
												glóbulos blancos, o 
												leucocitos. Los hay de 
												dos tipos básicos diferentes 
												(que veremos más adelante), que 
												trabajan conjuntamente y se 
												complementan para localizar y 
												destruir los organismos o 
												sustancias que provocan las 
												enfermedades. 
												Los 
												leucocitos se fabrican o 
												almacenan en muchas partes 
												diferentes del cuerpo, 
												incluyendo el timo, el bazo y la 
												médula ósea. Por este motivo, 
												estos órganos se denominan 
												órganos linfoides. 
												También hay cumulos de tejido 
												linfoide en todo el cuerpo, 
												prioritariamente en forma de 
												ganglios linfáticos, que también 
												albergan leucocitos en su 
												interior. 
												  
												Los 
												leucocitos circulan por todo el 
												cuerpo entre órganos y nódulos a 
												través de los vasos 
												linfáticos. (Puede 
												pensar en los vasos linfáticos 
												como una especie de autopista 
												entre áreas de descanso, que 
												serían los órganos linfoides y 
												los ganglios linfáticos). Los 
												leucocitos también pueden 
												circular a través de los vasos 
												sanguíneos. De este modo, el 
												sistema inmunitario funciona de 
												forma coordinada para detectar 
												cualquier sustancia que pudiera 
												provocar problemas. 
												   
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												Hay 
												dos tipos básicos de leucocitos:
												
													- Los
													fagocitos 
													son células que destruyen a 
													los organismos invasores 
													fagocitándolos, es decir, 
													devorándolos literalmente.
													
 
												 
												  
												
													- Los
													linfocitos 
													vienen a ser como la memoria 
													del cuerpo en lo que a 
													infecciones se refiere, ya 
													que le permiten recodar y 
													reconocer a invasores 
													previos. 
 
												 
												  
												Hay 
												diversos tipos de células que se 
												consideran fagocitos. El tipo 
												más frecuente son los 
												neutrófilos. Éstos 
												luchan prioritariamente contra 
												las bacterias. De modo que, 
												cuando a un médico le preocupa 
												que un paciente pueda tener una 
												infección bacteriana, puede 
												solicitar un análisis de sangre 
												para averiguar si el paciente 
												tiene o no una cantidad de 
												neutrófilos por encima de lo 
												normal desencadenada por la 
												supuesta infección. Otros tipos 
												de fagocitos desempeñan otras 
												funciones para asegurar que el 
												cuerpo reacciona adecuadamente a 
												tipos específicos de invasores. 
												  
												Hay dos 
												tipos de linfocitos: los 
												linfocitos B y los
												linfocitos T. 
												Los linfocitos se fabrican en la 
												médula ósea y, bien permanecen 
												allí y maduran a linfocitos B, o 
												bien se desplazan hasta el timo, 
												donde maduran a linfocitos T. 
												Los linfocitos B y los 
												linfocitos T desempeñan 
												funciones diferentes: los 
												linfocitos B vienen a ser el 
												sistema de inteligencia militar 
												del cuerpo, encargadas de buscar 
												a los invasores y enviarles 
												soldados para que los ataquen. 
												Los linfocitos T son los 
												soldados, encargadas de destruir 
												a los invasores que ha 
												identificado el sistema de 
												inteligencia. He aquí como 
												funciona el proceso. 
												Las 
												sustancias que invaden el 
												organismo se denominan 
												antígenos. Cuando se 
												detecta un antígeno en el 
												organismo, varios tipos 
												distintos de células colaboran 
												para identificarlo y reaccionar 
												en consonancia. Estas células 
												desencadenan la producción de 
												anticuerpos en los linfocitos B. 
												Los anticuerpos son proteínas 
												especializadas que se adhieren a 
												antígenos específicos. Los 
												anticuerpos y los antígenos 
												encajan perfectamente entre sí 
												como si se tratara de una llave 
												y una cerradura. 
												  
												Una vez 
												los linfocitos B fabrican los 
												anticuerpos, esos anticuerpos 
												siguen existiendo en el 
												organismo de la persona. Eso 
												significa que, si el mismo 
												antígeno volviera a entrar en el 
												organismo de esa persona, los 
												anticuerpos ya estarían allí 
												para cumplir con su función. Por 
												eso, cuando una persona enferma 
												de determinada enfermedad, como 
												la varicela, lo más habitual es 
												que no vuelva a contraer la 
												misma enfermedad. Y por eso 
												tambien utilizamos las vacunas, 
												a modo de prevención, asi las 
												personas vacunadas no contraen 
												determinadas enfermedades. Lo 
												que hace una vacuna es 
												introducir en el organismo el 
												antígeno de un modo que no 
												enferma a la persona vacunada 
												pero que desencadena en su 
												organismo la respuesta de 
												fabricación de anticuerpos que 
												la protegerán de ataques futuros 
												del germen o sustancia causante 
												de la enfermedad. 
												  
												Aunque los 
												anticuerpos pueden reconocer un 
												antígeno y adherirse a él, no 
												pueden destruirlo sin ayuda. Y 
												ahí es donde intervienen los 
												linfocitos T. Estos forman parte 
												del sistema que destruye los 
												antígenos que han sido 
												identificados ya sea por los 
												anticuerpos o por aquellas 
												células que han sido infectadas 
												o han cambiado por algún motivo. 
												De hecho, algunos de los 
												linfocitos T se denominan 
												células asesinas, o células k 
												(por el inglés; killer = 
												asesino). Los linfocitos T 
												también contribuyen a indicar a 
												otras células (como los 
												fagocitos) que desempeñen su 
												función. 
												  
												Los 
												anticuerpos también tienen la 
												facultad de neutralizar toxinas 
												(sustancias venenosas o nocivas) 
												fabricadas por diversos 
												organismos. Y, por último, los 
												anticuerpos pueden activar un 
												grupo de proteínas denominadas
												complemento que 
												también forman parte del sistema 
												inmunitario. El sistema del 
												complemento participa en la 
												destrucción de bacterias, virus 
												y células infectadas. 
												  
												Todas 
												estas células altamente 
												especializadas y organos del 
												sistema inmunitario ofrecen al 
												organismo protección contra las 
												enfermedades. Esta protección se 
												denomina inmunidad. Los seres 
												humanos tienen tres tipos de 
												inmunidad -innata, adaptativa y 
												pasiva. 
												   
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												
												Inmunidad innata
												
												Todo el mundo 
												viene al mundo con una inmunidad 
												innata (o natural), una suerte 
												de protección general que 
												compartimos todos los seres 
												humanos. Muchos de los gérmenes 
												que afectan a otras especies no 
												resultan nocivos para el ser 
												humano. Por ejemplo, los virus 
												que provocan leucemia en los 
												gatos o el moquillo en los 
												perros no nos afectan a los 
												seres humanos. La inmunidad 
												innata funciona en ambos 
												sentidos, ya que algunos virus 
												que nos enferman a los humanos 
												-como el VIH (virus de la 
												inmunodeficiencia humana) que 
												puede provocar el SIDA (síndrome 
												de inmunodeficiencia adquirida)- 
												no enferma ni a los gatos ni a 
												los perros. 
												  
												
												La inmunidad 
												innata también incluye las 
												barreras externas del cuerpo, 
												como la piel y las mucosas (que 
												cubren el interior de la nariz, 
												la garganta y el tubo digestivo) 
												y que son nuestra primera línea 
												de defensa contra las 
												enfermedades. Si se quiebra esta 
												primera línea de defensa (como 
												cuando nos cortamos), la piel se 
												intenta cerrar lo más deprisa 
												posible mientra que las células 
												inmunitarias especiales de la 
												piel atacan a los gérmenes 
												invasores. 
												  
												
												
												Inmunidad activa
												
												Tenemos un 
												segundo tipo de protección 
												denominado inmunidad activa. 
												Este tipo de inmunidad se 
												desarrolla a lo largo de la vida 
												de una persona. En la inmunidad 
												activa participan los linfocitos 
												(como en el proceso descrito 
												previamente), y este tipo de 
												inmunidad se desarrolla conforme 
												los niños y adultos se exponen a 
												enfermedades o se inmunizan 
												contra determinadas enfermedades 
												al recibir distintas vacunas. 
												
												
												Inmunidad pasiva
												
												La inmunidad 
												pasiva es un tipo de protección 
												de origen externo y que tiene 
												una duración breve. Por ejemplo, 
												los anticuerpos que contiene la 
												leche materna proporcionan al 
												lactante una inmunidad temporal 
												contra aquellas enfermedades a 
												que se ha expuesto la madre. 
												Esto puede ayudar a proteger a 
												los lactantes contra esas 
												infecciones durante los primeros 
												años de vida. 
												  
												
												El sistema 
												inmunitario de cada persona es 
												distinto. Algunas personas 
												parece que nunca contraen 
												infecciones, mientras que otras 
												parecen enfermar constantemente. 
												Conforme una persona se va 
												haciendo mayor, se suele hacer 
												inmune a más gérmenes, a medida 
												que su sistema inmunitario entra 
												en contacto con más y más tipos 
												diferentes de gérmenes. Por eso 
												los adultos y los adolescentes 
												se acatarran menos que los niños 
												-sus cuerpos han aprendido a 
												reconocer y atacar 
												inmediatamente a muchos de los 
												virus que provocan los catarros. 
												   
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												
												Problemas que pueden surgir en 
												el sistema inmunitario
												Los 
												trastornos del sistema 
												inmunitario se pueden dividir en 
												cuatro categorías principales: 
												
													- 
													Trastornos por 
													inmunodeficiencia (primaria 
													o adquirida) 
 
													- 
													Trastornos autoinmunitarios 
													(en los cuales el sistema 
													inmunitario ataca a sus 
													propios tejidos por error, 
													tomándolos por tejidos 
													ajenos) 
 
													- 
													Trastornos alérgicos (en los 
													cuales el sistema 
													inmunitario reacciona de 
													forma desproporcionada ante 
													determinados antígenos)
													
 
													- 
													Cánceres del sistema 
													inmunitario. 
 
												 
												  
												
												
												Trastornos por inmunodeficiencia
												
												La 
												inmunodeficiencia ocurre cuando 
												se carece de una parte del 
												sistema inmunitario o bien hay 
												alguna parte de él que no 
												funciona de forma adecuada. 
												Algunas personas nacen con 
												inmunodeficiencias -denominadas, 
												en este caso, inmunodeficiencias 
												primarias. (Aunque las 
												inmunodeficiencias primarias son 
												trastornos con los que se nace, 
												es posible que sus síntomas no 
												se manifiesten hasta momentos 
												posteriores de la vida.) Las 
												inmunodeficiencias también se 
												pueden adquirir a través de 
												infecciones o al someterse a 
												ciertos tratamientos 
												farmacológicos. Este tipo de 
												inmunodeficiencias a veces se 
												denominan inmunodeficiencias 
												secundarias. 
												
												Las 
												inmunodeficiencias pueden 
												afectar a los linfocitos B, los 
												linfocitos T o los fagocitos. 
												Algunos ejemplos de 
												inmunodeficiencias primarias que 
												pueden afectar a niños y 
												adolescentes son: 
												  
												
													- 
													
													
													La 
													deficiencia de IgA. 
													Es el trastorno por 
													inmunodeficiencia más 
													frecuente. La IgA es una 
													inmunoglobulina que se 
													encuentra prioritariamente 
													en la saliva y otros fluidos 
													y que ayuda a proteger las 
													aberturas del cuerpo contra 
													los organismos invasores. La 
													deficiencia de IgA es un 
													trastorno en el cual el 
													cuerpo no fabrica 
													suficientes anticuerpos IgA. 
													Las personas con deficiencia 
													de IgA son más proclives a 
													las alergias o a los 
													catarros y otras infecciones 
													de las vías respiratorias, 
													aunque no suelen ser graves.
													  
												 
												  
												
													- 
													
													
													La 
													inmunodeficiencia combinada 
													grave. También 
													conocida como la "enfermedad 
													del niño burbuja" a raíz de 
													un niño de Texas que vivió 
													en una burbuja de plástico 
													libre de gérmenes, se trata 
													de un trastorno grave del 
													sistema inmunitario. Está 
													provocado por la ausencia 
													tanto de linfocitos B como 
													de linfocitos T, lo que hace 
													casi imposible luchar contra 
													las infecciones. 
													  
												 
												  
												
												  
												
												
												Las 
												inmunodeficiencias adquiridas se 
												suelen desarrollar tras contraer 
												determinadas enfermedades, 
												aunque también pueden estar 
												provocadas por la desnutrición, 
												quemaduras u otros problemas 
												médicos. Determinados fármacos 
												también pueden provocar 
												problemas en el funcionamiento 
												del sistema inmunitario. Algunos 
												ejemplos de inmunodeficiencias 
												secundarias son: 
												  
												
													- 
													
													
													La 
													infección por el VIH
													(virus de la 
													inmunodeficiencia humana)
													/ SIDA (síndrome de 
													inmunodeficiencia adquirida). 
													Se trata de una enfermedad 
													que va destruyendo lenta y 
													progresivamente el sistema 
													inmunitario. Está provocada 
													por el VIH, que aniquila 
													ciertos tipos de linfocitos 
													denominados células T 
													cooperadoras. Sin este tipo 
													de células, el sistema 
													inmunitario no puede 
													defender al cuerpo contra 
													organismos normalmente 
													inofensivos, los cuales 
													pueden provocar infecciones 
													muy graves en las personas 
													con SIDA. Los bebés pueden 
													contraer la infección por 
													VIH si sus madres están 
													infectadas mientras están en 
													el útero, durante el parto o 
													a través de la lactancia. 
													Los jóvenes y adultos pueden 
													contraer esta infección al 
													mantener relaciones sexuales 
													sin protección con una 
													persona infectada o al 
													compartir agujas 
													contaminadas para inyectarse 
													drogas o esteroides o al 
													hacerse tatuajes. 
													  
												 
												  
												
													- 
													
													
													Las 
													inmunodeficiencias 
													provocadas por fármacos. 
													Hay varios fármacos que 
													deprimen la respuesta del 
													sistema inmunitario. Por 
													ejemplo, uno de los 
													inconvenientes de la 
													quimioterapia que se utiliza 
													para tratar el cáncer es que 
													no solo destruye las células 
													cancerosas, sino también 
													otras células sanas y de 
													rápido crecimiento, 
													incluyendo las que se 
													fabrican en la médula ósea y 
													otras partes del sistema 
													inmunitario. Por otra parte, 
													las personas con trastornos 
													autoinmunitarios o que se 
													han sometido a un trasplante 
													de órganos pueden necesitar 
													medicarse con fármacos 
													inmunodepresores. Estos 
													fármacos pueden reducir la 
													capacidad del sistema 
													inmunitario para hacer 
													frente a las infecciones, 
													pudiendo provocar una 
													inmunodeficiencia 
													secundaria.   
													
												 
											 
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												
												Trastornos autoinmunitarios
												
												En los 
												trastornos autoinmunitarios, el 
												sistema inmunitario ataca 
												equivocadamente órganos y 
												tejidos sanos del cuerpo como si 
												fueran invasores. Algunos 
												ejemplos de enfermedades 
												autoinmunitarias incluyen: 
												  
												
													- 
													El 
													lupus es una 
													enfermedad crónica 
													caracterizada por el dolor y 
													la inflamación de músculos y 
													articulaciones. La respuesta 
													inmunitaria anómala también 
													puede afectar a los riñones 
													y otros órganos. 
													
 
												 
												  
												
													- 
													La 
													artritis reumatoide juvenil 
													es una enfermedad en la cual 
													el sistema inmunitario actúa 
													como si determinadas partes 
													del cuerpo, como las 
													articulaciones de las 
													rodillas, las manos y los 
													pies, fueran tejidos 
													extraños y los ataca. 
													
 
												 
												  
												
													- 
													La 
													esclerodermia es 
													una enfermedad 
													autoinmunitaria crónica que 
													puede provocar inflamación y 
													lesiones en la piel, 
													articulaciones y órganos 
													internos. 
 
												 
												  
												
													- 
													La 
													espondilitis anquilosante 
													es una enfermedad 
													caracterizada por la 
													inflamación de la columna 
													vertebral y de las 
													articulaciones, lo que cursa 
													con dolor y rigidez. 
													
 
												 
												  
												
													- 
													La 
													dermatomiositis juvenil 
													es un trastorno que se 
													caracteriza por inflamación 
													y lesiones en piel y 
													músculos. 
 
												 
												  
												
												
												Trastornos alérgicos
												
												Los 
												trastornos alérgicos ocurren 
												cuando el sistema inmunitario 
												reacciona desproporcionadamente 
												al exponerse a determinados 
												antígenos ambientales. Las 
												sustancias que provocan esas 
												reacciones desproporcionadas se 
												denominan alergenos. La 
												respuesta inmunitaria puede 
												cursar con síntomas como 
												hinchazón, ojos llorosos y 
												estornudos, e incluso una 
												reacción que puede poner en 
												peligro la vida del paciente 
												denominada anafilaxia. Tomando 
												unos medicamentos denominados 
												antihistamínicos se pueden 
												aliviar muchos de estos 
												síntomas. Algunos ejemplos de 
												trastornos alérgicos son los 
												siguientes: 
												  
												
													- 
													
													
													El asma, 
													un trastorno respiratorio 
													que puede provocar 
													dificultades para respirar, 
													generalmente se debe a una 
													reacción alérgica por parte 
													de los pulmones. Si los 
													pulmones reaccionan de forma 
													desproporcionada ante 
													determinados alergenos (como 
													el polen, el moho, la caspa 
													animal o los ácaros del 
													polvo), esa reacción puede 
													desencadenar un 
													estrechamiento de los 
													bronquios y bronquíolos (los 
													tubitos que hay en el 
													interior de los pulmones), 
													reduciéndose el aporte de 
													aire y dificultando la 
													respiración.   
												 
												  
												
													- 
													
													
													El eccema 
													es una erupción asociada a 
													picor y descamación de la 
													piel, también conocida como 
													dermatitis atópica. A pesar 
													de que la dermatitis atópica 
													no siempre está provocada 
													por una reacción alérgica, 
													es más frecuente en aquellos 
													niños y jóvenes que padecen 
													alergias, fiebre del heno o 
													asma o que tienen 
													antecedentes familiares de 
													estos trastornos. 
													  
												 
												  
												
													- 
													
													
													Las 
													alergias. Existen 
													distintos tipos de alergias 
													que pueden afectar a niños y 
													jóvenes. Las alergias 
													ambientales (a los ácaros 
													del polvo, por ejemplo), las 
													alergias estacionales (como 
													la fiebre del heno), las 
													alergias a medicamentos 
													(reacciones a fármacos 
													específicos), las alergias 
													alimentarias (como a los 
													frutos secos), y las 
													alergias a las toxinas (por 
													ejemplo, al veneno de abeja) 
													son trastornos relativamente 
													frecuentes que se engloban 
													bajo el nombre de 
													"alergias".   
												 
												   
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				
					
						
							
								
									
										
											
												
												
												Cánceres del sistema inmunitario
												
												Los cánceres 
												ocurren cuando las células se 
												reproducen de forma 
												descontrolada. Esto también 
												puede ocurrir con las células 
												del sistema inmunitario. El 
												linfoma es un cáncer del tejido 
												linfoide y es uno de los 
												cánceres más frecuentes en la 
												infancia. La leucemia, 
												consistente en una reproducción 
												excesiva y anómala de 
												leucocitos, es el cáncer 
												infantil más frecuente. Con los 
												medicamentos actuales, la 
												mayoría de ambos tipos casos de 
												cáncer en niños y jóvenes tienen 
												curación. 
												  
												
												A pesar de 
												que los trastornos del sistema 
												inmunitario generalmente no se 
												pueden prevenir, usted puede 
												contribuir a que el sistema 
												inmunitario de su hijo 
												permanezca fuerte y luche contra 
												las enfermedades manteniéndose 
												bien informado sobre el 
												trastorno concreto que padece su 
												hijo y colaborando estrechamente 
												con el pediatra de su hijo. 
												   
										 
									 
								 
							 
						 
					 
				 
				  
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