L a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r

 


 

La Descripción de Personas

TEXTOS DESCRIPTIVOS La descripción de personas
Paso a paso  



El retrato es la descripción de una persona, tanto en su aspecto físico como espiritual.

La descripción en el arte de describir personas puede ofrecer menos dificultades cuando se sigue un orden determinado, que podría ser éste:

  1. Rasgos físicos, subrayando los más característicos, y forma de presentarse: aseo personal, modo de vestir, etc.
  2. Comportamiento del personaje, tanto en el orden familiar, como social y profesional.
  3. Rasgos de naturaleza espiritual (intelectuales, afectivos y volitivos).
• Aplicación práctica


Esta es la evocación que efectúa Miró de la figura de Lucio Poncio Pilato, procurador romano de Judea en tiempos de Cristo.

Texto de Gabriel Miró

Poncio era amplio, vigoroso y súbito; su cabeza, redonda, de cabellos grises, apretados y cortos; la frente, baja, de recia sien; los ojos, metálicos, inquietos y menudos, que aún se reducían más cuando miraban con ahínco; los labios, rasurados y carnales; la nariz, gruesa; salediza la barba; la mejilla, depilada y robusta, y las manos, muelles, enjoyadas con pulseras de oro pálido, y el ancho anillo de caballero, como una gota de luna. La violencia de su porte y de su voz caían en cansancios y hastíos; y dentro de esa quietud quedaba su ímpetu hecho plástica, vibrando en el pliegue de sus cejas, en el enojo de su boca, en la línea rotunda, estallante, de su mandíbula, como los bronces de Myron contienen el esfuerzo y el brío de la palestra.

 

GABRIEL MIRÓ, Figuras de la Pasión del Señor.

• Apoyo léxico
  1. Súbito. Impulsivo y fácilmente irritable.
  2. Muelle. Suave.
  3. Hastío. Aburrimiento, cansancio.
  4. Myron. Escultor griego del siglo V antes de Cristo, autor del célebre Discóbolo.
  5. Palestra. Lugar donde antiguamente se celebraban combates y competiciones de distintas clases.
• Breve aproximación al texto de Gabriel Miró

Extraordinaria descripción de Pilato la que efectúa Miró, de gran fuerza plástica, tan rica en imágenes como en densidad expresiva. El acierto poético de las comparaciones y la adjetivación empleada para precisar los rasgos físicos y de naturaleza espiritual que mejor definen la personalidad de Pilato ponen de manifiesto la exquisita sensibilidad del novelista alicantino.

 
• Actividades
  1. Describirse a sí mismo/a. Escoger, para ello, los rasgos que mejor caracterizan la propia personalidad, tanto físicos como espirituales, y procurar establecer entre ellos –como hace Miró en el texto de referencia- alguna relación. (Actividad de expresión escrita).
  2. Trazar con palabras el retrato de algún compañero/a, de forma tal que permita su fácil reconocimiento. Incluir en dicho retrato rasgos que puedan resultar chocantes, así como alusiones a su atuendo y atavío. (Actividades de expresión escrita).
Cuando se describen el carácter, las acciones y costumbres de una persona, el retrato recibe el nombre de etopeya.

 
• Aplicaciones prácticas


Esta es la magnífica descripción que Cela efectúa de don Leonardo Meléndez, probablemente uno de los personajes más cínicos y amorales de su novela La colmena.

Texto de Cela

Don Leonardo Meléndez debe seis mil duros a Segundo Segura, el limpia. El limpia, que es un grullo, que es igual que un grullo raquítico y entumecido, estuvo ahorrando durante un montón de años para después prestárselo todo a don Leonardo. Le está bien empleado lo que le pasa. Don Leonardo es un punto que vive del sable y de planear negocios que después nunca salen. No es que salgan mal, no; es que, simplemente, no salen, ni bien ni mal. Don Leonardo lleva unas corbatas muy lucidas y se da fijador en el pelo, un fijador muy perfumado que huele desde lejos. Tiene aires de gran señor y un aplomo inmenso, un aplomo de hombre muy corrido. A mí no me parece que la haya corrido demasiado, pero la verdad es que sus ademanes son los de un hombre a quien nunca faltaron cinco duros en la cartera. A los acreedores los trata a patadas y los acreedores le sonríen y le miran con aprecio, por lo menos por fuera. No faltó quien pensara en meterlo en el juzgado y empapelarlo, pero el caso es que hasta ahora nadie había roto el fuego. A don Leonardo, lo que más le gusta decir son dos cosas: palabritas del francés, como por ejemplo, madame, rue y cravate, y también, nosotros los Meléndez. Don Leonardo es un hombre culto, un hombre que denota saber muchas cosas. Juega siempre un par de partiditas de damas y no bebe nunca más que café con leche. A los de las mesas próximas que ve fumando tabaco rubio les dice, muy fino: ¿me da usted un papel de fumar? Quisiera liar un pitillo de picadura, pero me encuentro sin papel. Entonces el otro se confía: no, no gasto. Si quiere usted un pitillo hecho... Don Leonardo pone un gesto ambiguo y tarda unos segundos en responder: bueno, fumaremos rubio por variar. A mí la hebra no me gusta mucho, créame usted. A veces el de al lado le dice no más que: no, papel no tengo, siento no poder complacerle..., y entonces don Leonardo se queda sin fumar.

 

CAMILO JOSÉ CELA, La Colmena.

• Apoyo léxico
  1. Grullo. No tiene aquí el significado de persona bobalicona. Cela compara al limpiabotas con una grulla por el gran tamaño que alcanza esta ave zancuda.
  2. Entumecido. Que se mueve con torpeza.
  3. Punto. Hombre pícaro o sinvergüenza.
     
  4. Vivir del sable. Pedir dinero que nunca se ha de pagar.
  5. Corrido. Se dice de la persona de mundo, experimentada y astuta.
  6. Empapelar. Formar a alguien un proceso judicial.
  7. Madam, rua, cravate. Palabras francesas que significan, respectivamente, señora, calle y corbata.
  8. Picadura. Tabaco de partículas no alargadas, secado sin seleccionar.
  9. Hebra. Tabaco cortado tierno cuyas partículas alargadas tienen forma de brizna. Por su calidad superior respecto a la picadura era más caro y servía de base para la elaboración de los cigarrillos rubios.
• Breve aproximación al texto de Cela


Pertenece el fragmento a La colmena, una de las mejores novelas de Cela; imagen del Madrid en 1942, y ocasión para presentar a más de trescientos cincuenta personajes, con frecuencia de forma caricaturesca, que se definen por su conducta y se duelen de la incertidumbre de su destino.

Cela no sólo describe el aspecto físico de don Leonardo (cuida su vestimenta cuanto le es posible, dentro de sus escasos recursos económicos; se peina con un fijador muy perfumado; etc.), sino que relata también sus fechorías: estafa a un pobre limpiabotas, que se deja deslumbrar por su aparente categoría social; vive del sable y de la ingenuidad y temor de sus acreedores, a quieren desprecia y no satisface las deudas que tiene contraídas; presume de una formación cultural de la que carece; si fuma, lo hace del tabaco ajeno; etc., etc. En definitiva, mezclando hábilmente narración y descripción, Cela traza en el texto la semblanza moral de un personaje repugnante que vive de explotar al prójimo sirviéndose de su engañoso aspecto exterior.

Precisamente la exageración caricaturesca de algunos de los rasgos de don Leonardo Meléndez es expresiva de sus deformaciones éticas. Y si el novelista presenta antes que el aspecto físico del personaje su despreciable catadura moral –que le lleva a aprovecharse de un infeliz limpiabotas-, es con el fin de subrayar, desde el primer momento, su amoralidad, y despertar las antipatías del lector hacia tipos como el retratado.

Por otra parte, los comentarios de Cela sobre don Leonardo Meléndez (“Tiene aires de gran señor, y un aplomo inmenso, un aplomo de hombre muy corrido. A mí no me parece que la haya corrido demasiado, pero la verdad es que sus ademanes son los de un hombre a quien nunca faltaron cinco duros en la cartera.”) ponen de manifiesto la experiencia vital del autor, que no se dejaría engañas fácilmente por un tipo semejante, capaz de convertir las apariencias en una forma de vida y que, de hecho, es producto de la hipocresía social, incapaz de aislar y combatir con el desprecio a esta clase de personajes, cada vez más frecuentes en todos los ambientes.

El léxico empleada por Cela se ve enriquecido con un rico repertorio de vocablos y expresiones muy arraigadas en el habla popular: limpia, punto, vivir del sable, hombre muy corrido, tratar a patadas, empapelar a alguien, romper el fuego...

La morfosintaxis se pliega eficazmente a los deseos expresivos de Cela: los adjetivos, vivamente caracterizadores, y el empleo casi exclusivo del presente de indicativo ponen ante los ojos del lector un retrato implacable de don Leonardo Meléndez. Las oraciones alteran una y otra vez el orden lógico de sus elementos para contraponer aquellos que más pueden interesar al lector: “A mí no me parece que la haya corrido demasiado...”, “A los acreedores los trata a patatas...”, etc.

Sin duda, Cela nos ha ofrecido el retrato de uno de lo más negativos personajes de toda la amplia galería que desfila por La colmena.

 

• Actividades


Continuar el retrato de esta vieja pordiosera, añadiendo a la descripción de su rostro –efectuada por Pérez Galdós- una posible semblanza moral –etopeya- de la misma. (Actividades de expresión escrita).

Texto de Pérez Galdós

La que tenía (...) por nombre Flora y por apodo la Burlada, cuyo origen y sentido se ignora, era una viejecilla pequeña y vivaracha, irascible, parlanchina, (...) Sus ojuelos sagaces, lagrimosos, gatunos, irradiaban la desconfianza y la malicia. Su nariz estaba reducida a una bolita roja, que bajaba y subía al mover de labios y lengua en su charla vertiginosa. Los dientes que en sus encías quedaban parecían correr de una lado a otro de la boca, asomándose tan pronto por aquí, tan pronto por allá, y cuando terminaba su perorata con un gesto de desdén supremo o de terrible sarcasmo, cerrábase de golpe la boca, los labios se metían uno dentro de otro, y la barbilla roja, mientras callaba la lengua, seguía expresando las ideas con un temblor insultante.

 

PÉREZ GALDÓS, Misericordia.