L  a  G r a n  E n c i c l o p e d i a   I l u s t r a d a  d e l   P r o y e c t o  S a l ó n  H o g a r


 

Puerto Rico y las islas


 

 

Su nacimiento, iniciado hace más de 150 millones de años, tomó lugar en el período cretácico, durante la era mesozoica. Nuestro territorio, formaría parte de la también joven placa del Caribe, una de las placas tectónicas que conforman la corteza terrestre. Inicialmente, el choque de la placa del Caribe con la placa de Norteamérica causó la formación de volcanes submarinos. Éstos depositaron lava durante varios millones de años, hasta que la lava endurecida sobrepasó el nivel del mar. Posteriormente, violentas erupciones volcánicas, terremotos y múltiples inundaciones marinas le dieron forma a la nueva isla.

Al pasar los siglos, la lluvia, las mareas y el viento desgastaron la roca volcánica. Así, se formaron tierras más llanas alrededor de las montañas rocosas. Luego, el paso de los ríos recién formados depositaron sedimentos volcánicos en las costas, dándole origen a las primeras playas. Poco a poco, se formaron capas de suelo en las montañas y comenzó el crecimiento de nueva vegetación tropical.

Entre 38 y 24 millones de años atrás, nuevos movimientos de las placas levantaron la isla cientos de metros sobre el nivel del mar, aumentando así la altura de las montañas. Estos movimientos también levantaron parte del fondo marino, lo que creó nuevos terrenos calizos alrededor de las costas. En las calizas norteñas, los ríos tallaron enormes sistemas de cavernas, compuestos por túneles, bóvedas y cuevas. Aunque los cambios en el terreno y el clima causaron la extinción de la fauna y la flora originales, con el tiempo nuevas especies de algas, peces y reptiles poblaron la isla y sus alrededores. Luego, llegaron aves y pequeños mamíferos que poblaron las islas del territorio de Puerto Rico.

El archipiélago de Puerto Rico

Según los geólogos, las islas que rodean a la isla grande eran, en el pasado, parte de ésta. Sin embargo, estas islitas quedaron separadas de la isla principal por causa de movimientos en la corteza terrestre. Incluye al noreste de Puerto Rico, la Cordillera, integrada por los islotes de las Cucarachas, los Farallones y los cayos Icacos, Ratones, Lobos, la Blanquilla y Diablos, así como las islas Palominos y Palominitos. Al este encontramos la isla Piñeros y los cayos Piñerito y Cabeza de Perro. Al sur están los cayos Caribes, Puerca, de Pájaros, Morrillo, Ratones, Caracoles, Berbería, Fríos, Río, Palomas, Parguera, María Larga, Caña Gorda, Don Luis, Terremoto, Enrique y otros. Al norte están, por sólo mencionar algunos, los cayos Negritos, Tres Hermanas, las isletas de Garza y la isla de las Palomas. Rodeando a Culebra se encuentran, entre otros, los cayos Lobo, Yerba, Ratón del Agua, de Luis Peña, Norte, Ballena, Tiburón, Geniquí, Sombrerito y Botella y las islas Culebrita y Pelá. Alrededor de Vieques están los cayos Real, de Tierra, Chiva, Jalova y otros.

Las islas municipio de Vieques y Culebra, por ejemplo, también son de origen volcánico. Los estudios geológicos demuestran que éstas son realmente extensiones de cadenas montañosas de la isla grande, que se sumergen en la costa y emergen nuevamente en forma de islas. En el caso de Vieques, sabemos que es parte de una gran masa de granito conocida como el Batolito de San Lorenzo, ubicada entre San Lorenzo, Las Piedras y Humacao. Culebra, por su parte, es una extensión de nuestra Cordillera Central.

Al otro lado de la Isla, en el noroeste de Puerto Rico, una sierra conocida como la Cadena de San Francisco se sumerge en las costas de Añasco y Rincón, y luego emerge a unas millas de distancia como la isla de Desecheo. En la costa sur, la isla de Caja de Muertos surgió hace millones de años a partir del levantamiento de un bloque de la corteza terrestre.

Sin embargo, a diferencia de sus hermanas volcánicas, las islas de Mona y Monito son de origen sedimentario. Éstas se componen del antiguo suelo marino o roca caliza, que emergió del fondo del mar millones de años atrás.

El Planeta Tierra

Las capas de la Tierra

Las capas de la Tierra

Si hacemos un corte que atraviese la Tierra por el centro encontraremos que, bajo la corteza, hay diversas capas cuya estructura y composición varía mucho. La Tierra es uno de los planetas sólidos o, al menos, de corteza sólida, ya que no todas las capas lo son.

Por encima tenemos la atmósfera, una capa de gases a los que llamamos aire, formada a su vez por una serie de capas, que funciona como escudo protector del planeta, mantiene la temperatura y permite la vida. En las hendiduras y zonas bajas de la corteza, agua, mucha agua líquida y, en los polos, helada. Por debajo de la corteza, una serie de capas en estado pastoso, muy calientes, y con una densidad creciente hasta llegar al núcleo de la Tierra, de nuevo, sólido, metálico, denso, ...

 Capa interna   Espesor aproximado   Estado físico 
 Corteza   7-70 km   Sólido 
 Manto superior   650-670 km   Plástico 
 Manto inferior   2.230 km   Sólido 
 Núcleo externo   2.220 km   Líquido 
 Núcleo interno   1250 km   Sólido 

 

La corteza terrestre

La corteza terrestre tiene un grosor variable que alcanza un máximo de 75 km bajo la cordillera del Himalaya y se reduce a menos de 7 km en la mayor parte de las zonas profundas de los océanos. La corteza continental es distinta de la oceánica.

La capa superficial está formada por un conjunto de rocas sedimentarias, con un grosor máximo de 20-25 km, que se forma en el fondo del mar en distintas etapas de la historia geológica. La edad más antigua de estas rocas es de hasta 3 800 millones de años. Por debajo existen rocas del tipo del granito, formadas por enfriamiento de magma. Se calcula que, bajo los sistemas montañosos, el grosor de esta capa es de más de 30 km. La tercera capa rocosa está formada por basaltos y teniene un grosor 15-20 km, con incrementos de hasta 40 km.

A diferencia de la corteza continental, la oceánica es geológicamente joven en su totalidad, con una edad máxima de 180 millones de años. Aquí también encontramos tres capas de rocas: la dedimentaria, de anchura variable, formada por las acumulaciones constantes de fragmentos de roca y organismos en los océanos; la del basalto de 1.5 a 2 km de grosor, mezclada con sedimentos y con rocas de la capa inferior y una tercera capa constituida por rocas del tipo del gabro, semejante al basalto en composición, pero de origen profundo, que tiene unos 5 kilómetros de grosor. Parece que la corteza oceánica se debe al enfriamiento de magma proveniente del manto superior.
 

El manto y el nucleo

Ondas sísmicasLa corteza terrestre es una fina capa si la comparamos con el resto del planeta. Esta formada por placas más o menos rígidas que se apoyan o flotan sobre un material viscoso a alta temperatura que, a veces, sale a la superficie a través de volcanes y que contínuamente fluye en las dorsales oceánicas para formar nueva corteza.

A unos 3.000 km de profundidad se encuentra el núcleo de la Tierra, una zona donde predominan los metales y que, lejos de resultarnos indiferente, influye sobre la vida en la Tierra ya que se le considera el responsable de la mayoria de fenómenos magnéticos y eléctricos que caracterizan nuestro planeta.

El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa.


El manto terrestre
El manto es una capa de 2.900 km de grosor, constituida por rocas más densas, donde predominan los silicatos. A unos 650-670 km de profundidad se produce una especial aceleración de las ondas sísmicas, lo que ha permitido definir un límite entre el manto superior y el inferior. Este fenómeno de debe a un cambio de estructura, que pasa de un medio plástico a otro rígido, donde es posible que se conserve la composición química en general.

La corteza continental creció por una diferenciación química del manto superior que se inició hace unos 3.800 millones de años. En la base del manto superior la densidad es de unos 5.5. En la zona superior se producen corrientes de convección, semejantes al agua que hierve en una olla, desplazándose de la porción inferior, más caliente, a la superior, más fría. Estas corrientes de convección son el motor que mueve las placas litosféricas.


El núcleo de la Tierra
El núcleo de nuestro planeta es una gigantesca esfera metálica que tiene un radio de 3.485 km, es decir, un tamaño semejante al planeta Marte. La densidad varía, de cerca de 9 en el borde exterior a 12 en la parte interna. Está formado principalmente por hierro y níquel, con agregados de cobre, oxígeno y azufre.

El núcleo externo es líquido, con un radio de 2.300 km. La diferencia con el núcleo interno se manifiesta por un aumento brusco en la velocidad de las ondas p a una profundidad entre 5.000 y 5.200 km

El núcleo interno tiene un radio de 1.220 km. Se cree que es sólido y tiene una temperatura entre 4.000 y 5.000° C. Es posible que el núcleo interno sea resultado de la cristalización de lo que fue una masa líquida de mayor magnitud y que continúe este proceso de crecimiento. Su energía calorífica influye en el manto, en particular en las corrientes de convección. Actualmente se considera que el núcleo interno posee un movimiento de rotación y es posible que se encuentre en crecimiento a costa del externo que se reduce.

Muchos científicos creen que hace 4.000 millones de años la Tierra ya tenía un campo magnético causado por un un núcleo metálico. Su formación marcó la frontera entre el proceso de consolidación y el enfriamiento de la superficie.