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 LAS POSTURAS Las malas posturas se adquieren durante la edad
  infantil y es muy difícil reeducar al organismo. Los niños y los
  adolescentes pasan muchas horas sentados. Es importante aprender a sentarse
  bien para que no aparezca en el futuro un dolor de espalda. También es
  necesario utilizar un mobiliario que se ajuste a nuestras características
  físicas. Por ejemplo, un chico con una altura de 1,80m no puede utilizar una
  mesa que tenga una altura de 60cm, ya que tendría las piernas demasiado
  flexionadas y la espalda muy curvada. Este mobiliario utilizado de forma
  continuada provocaría una postura que con el tiempo generaría una
  contractura muscular en la espalda.
                                     
                                      Un
  niño de 6 años, con una altura de 1,10m no debería utilizar sillas con una
  altura superior a 50cm, ya que los pies no le llegarían al suelo y, al no
  tener apoyo, le generaría un gran cansancio. Tanto el dolor
  como el cansancio influyen en nuestras relaciones, en la atención que
  prestamos, en el estado de ánimo y, por tanto, en nuestra salud.
                                     LAS MALAS POSTURAS   
                                      
                                        | Las malas posturas pueden ser generadas también por elementos 
  que nosotros elegimos. Como ejemplos, vamos a destacar dos:
   En ocasiones, para ir a clase hay que cargar con gran cantidad 
  de libros y otros materiales. Si se utilizan carteras o mochilas que hay que 
  llevar a la espalda debemos pensar que ese peso adicional provoca que nuestra 
  espalda adquiera una curva incorrecta, que es una mala postura que, con el 
  tiempo producirá dolor. |  |  |  
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                                         |  | Al elegir un zapato, observamos el color, la forma, el tacón,
  el precio, los accesorios, y si está de moda o no, pero no pensamos si está
  diseñado para favorecer el movimiento del pie. El pie debe mantener el
  equilibrio, el peso del cuerpo, la estabilidad y producir la movilidad. Si se
  utiliza un calzado inadecuado aparecerá el dolor. Éste impedirá realizar
  las funciones del pie correctamente, creará problemas, como callos y
  juanetes. En los casos más graves, puede afectar a los tobillos, las rodillas
  y la columna vertebral. |     
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