ESGUINCE Y DESGARRE
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Enfríe el área lesionada. Es posible controlar el sangrado interno y
reducir el dolor en un esguince o desgarro manteniendo fría el área
lesionada. El frío constriñe los vasos sanguíneos, limitando la cantidad de
sangre y líquidos que se filtran hacia afuera y también reduce los espasmos
musculares y adormece las terminaciones nerviosas. El hielo debe aplicarse
a la lesión periódicamente durante las primeras 24 horas o hasta que
desaparezca la inflamación.
Después aplique el calor. El calor acelera las reacciones químicas
necesarias para reparar el tejido. Los glóbulos blancos se movilizan para
eliminar las infecciones del cuerpo y otras células empiezan el proceso de
reparación. Todo esto contribuye a la cicatrización adecuada de la lesión.
Siempre que no este seguro sobre si aplicar frío o calor, aplique frío
hasta consultar a su médico.
Inmovilice la lesión de brazos o piernas con vendaje elástico.
Remita la víctima a un centro asistencial, aunque la lesión parezca
leve.
FRACTURA DE MANDIBULA
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Pídale a la víctima que cierre la boca, para que los dientes superiores
e inferiores hagan contacto.
Coloque un vendaje por debajo del mentón y amárrelo en la parte
superior de la cabeza pasándola por delante de las orejas.

Atención a fracturas espécificas
cráneo, columna vertebral, costillas, calambres, medidas preventivas.