| A lo largo de la historia 
                                              han ido adoptándose unos hábitos 
                                              alimentarios, que, en general, estaban 
                                              bien adaptados a las características 
                                              de cada sociedad.  El desarrollo de la 
                                              capacidad de comunicación entre 
                                              las personas, que hoy día es prácticamente 
                                              universal, hace que costumbres de 
                                              unas sociedades sean adoptadas por 
                                              otras a veces con perjuicio para 
                                              la salud.  Pongamos como ejemplo 
                                              el caso de la dieta mediterránea, 
                                              considerada una de las más sanas 
                                              del mundo a juzgar por la larga 
                                              vida media que poseen los habitantes 
                                              de los países en los que se sigue. 
                                             
                                             El desayuno tradicional 
                                              de pan con aceite de oliva se sustituye 
                                              por mantequilla o margarina, (más 
                                              dañinas y menos nutritivas). Las 
                                              legumbres que se cambian por pasta 
                                              (menos fibra y minerales). Las carnes 
                                              tradicionales son sustituidas por 
                                              hamburguesas o salchichas (más grasa, 
                                              más colesterol). O el olvido de 
                                              las ensaladas (vitaminas y fibra) 
                                              y el cambio de la fruta por los 
                                              dulces en los postres (menos fibra 
                                              y vitaminas, más caries y más colesterol). 
                                             Por otra parte, existen 
                                              costumbres que no favorecen, o dañan, 
                                              la función del aparato digestivo. 
                                              Una de ellas es el consumo de 
                                              alcohol, droga que crea la más 
                                              fuerte de todas las dependencias 
                                              y causa graves trastornos. O la 
                                              ingestión de aditivos peligrosos 
                                              porque mejoran el aspecto (sólo 
                                              el aspecto. No el sabor o el valor 
                                              nutritivo) de ciertas comidas.  Hay aspectos higiénicos 
                                              muy importantes relacionados con 
                                              la salud del aparato digestivo. 
                                              Uno de ellos es la necesidad de 
                                              lavarse las manos antes de comer 
                                              o de preparar comidas, para evitar 
                                              la ingestión de microbios que puedan 
                                              causar enfermedades.  
                                             Otro es la repugnante 
                                              costumbre de escupir en el suelo, 
                                              propia de la vida en el campo, pero 
                                              extraordinariamente antihigiénica 
                                              en las ciudades, dónde los gérmenes 
                                              presentes en la saliva o el mucus 
                                              pueden infectar a otras personas. 
                                             Pero aunque se extremen 
                                              las medidas de prevención, siempre 
                                              se desarrollarán enfermedades 
                                              cuyo origen está en la propia naturaleza. 
                                              Unas debidas a infecciones: Anginas, 
                                              hepatitis, gastroenteritis, úlcera 
                                              gástrica (Helicobacter pilori), 
                                              lombrices, solitaria. Otras degenerativas, 
                                              como los tumores que pueden 
                                            desarrollarse 
                                              en los diferentes órganos del aparato 
                                              digestivo: estómago, colon, recto, 
                                              hígado, páncreas, etc. o la cirrosis 
                                              hepática. También son frecuentes 
                                              enfermedades de origen metabólico, 
                                              como las intoxicaciones, diabetes, 
                                              gases, colon irritable o los cálculos 
                                              biliares o renales, distintos tipos 
                                              de úlceras, etc. O constitutivas, 
                                              como la hernia de hiato o las hemorroides. 
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