HISTORIA MUNDIAL CON  el Proyecto Salón Hogar

r

 

Grandes travesías y aventuras

Gengis Khan y Marco Polo

Socrates, Platón y Aristóteles, Jesús Alejandro Magno, Julio Cesar y Augusto
Mahoma y Carlo Magno Gengis Khan y Marco Polo
 

Continua>>>>>

Jarrón adornado con flores, de la dinastía Song del Norte (960 -1279 d.C).

Durante el siglo XII y XIII, la Europa medieval estaba inmersa en una empresa tan arriesgada como lo eran las Cruzadas. Las luchas entre cristianismo e islam mantenían ocupados a los caballeros feudales, quienes comenzaban arriesgadas expediciones hacia Tierra Santa. Más allá de los límites usualmente explorados, grupos de tribus nómadas poblaban Asia Central. Los clanes mongoles se debatían en continuas batallas con pueblos invasores, como los chinos y los tártaros. No estaban unificados bajo un mismo mando y respondían a la lógica de los clanes. En ese entonces ni siquiera sospechaban el poderío que alcanzarían bajo el mando de Gengis Khan, el soberano universal que haría de Mongolia un imperio.

En este mismo contexto, las Cruzadas posibilitaron la apertura de nuevas rutas comerciales entre Oriente y Occidente. Los puertos del Mediterráneo ya peleaban por la hegemonía y ciudades como Venecia y Génova se posicionaban dentro de los principales. Osados viajeros y mercaderes recorrían vastos territorios en busca de productos exóticos. Marco Polo fue uno de esos espíritus aventureros que dio a conocer un Oriente exótico, mágico y encantado.

Gengis Khan, el emperador mongol

1167 d.C. 1227 d.C.

Fue el conquistador mongol más importante de la historia, cuya crueldad y violencia hizo temblar a pueblos enteros. Logró unificar las tribus nómadas de Mongolia y fundó un imperio que abarcó casi toda Asia.

"Dios me ha entregado, de Oriente a Occidente, el Imperio de la Tierra. Quienes se resistan serán degollados con sus esposas y sus hijos..." (Gengis Khan)

Datos biográficos

Temujin, conocido más tarde como Gengis Khan, nació en el año 1167, en un lugar cercano al lago Baikal, en la actual Rusia. Pasó su infancia recorriendo la estepa asiática, viviendo en tiendas llamadas yurtas, viendo cómo los hombres se preocupaban de la caza y de la guerra, mientras que las mujeres realizaban trabajos domésticos. A los nueve años, su padre fue envenenado por un grupo de tártaros. El clan se dividió, dejando abandonados a la viuda Oelun y a sus hijos. Temujin y su familia tuvieron grandes dificultades para sobrevivir. Sin embargo, la valentía de su madre y hermanos lo ayudaría a salir adelante.

Unificación de los mongoles

Años después, un joven Temujin ya destacaba por su atractiva personalidad. Demostrando una gran capacidad de mando, se dedicó a la reunificación del reino de su padre. Se alió con la tribu de los keirat, comandada por Toghril, y con Jamuka, un amigo de la infancia, con los que formó un poderoso ejército. Juntos derrotaron a los merkit (tribu del norte de Mongolia) mediante una simple estrategia: no dejar a sus espaldas ningún enemigo que pudiera atacarlos. Luego de esta victoria, Temujin se sintió seguro de sus fuerzas y atacó a los tártaros. Sin duda, el valor y la astucia eran sus mayores armas para conseguir un difícil objetivo: reunir bajo un mismo mando a todas las tribus mongolas que habitaban Asia.

El poder demostrado hasta entonces por Temujin era insignificante en comparación con lo que vendría. Sin embargo, fue suficiente para que Toghril y Jamuka sintieran envidia. Cada vez eran más los nobles que aclamaban a Temujin como jefe, por lo que la ruptura con sus aliados se precipitó. Primero rompió el pacto con Toghril, dispersando a los kerait entre las diferentes tribus mongolas y utilizándolos como siervos y soldados. La suerte de Jamuka no fue muy diferente. El antiguo amigo de infancia de Temujin era ambicioso y, al romper la coalición, conformó alianzas para apoderarse de las tribus. El mundo mongol se dividió y se sucedieron batallas entre los dos bandos, resultando Temujin siempre ganador.

Las múltiples victorias confirmaron en el mando a Temujin, quien poco a poco logró apoderarse de casi todas las tribus mongolas. Fue en el año 1206, junto al río Onon, cuando una asamblea de príncipes lo nombró Gengis Khan o “soberano universal”. Lograda la unificación y teniendo ya un ejército consolidado, el nuevo soberano emprendió su empresa más ambiciosa: la conquista del mundo.

Conquistador sanguinario

Seguro de sus fuerzas, se planteó el primer objetivo de su campaña. Con la excusa de buscar pasto para sus caballos, se dirigió a los fértiles campos chinos. Aseguró el oeste de China derrotando al reino tangut, que habitaba la cuenca del Río Amarillo, aseguró algunos puntos de apoyo al interior de la muralla China y luego se dirigió al noreste. Según algunos relatos, las matanzas que llevaban a cabo las tropas de Gengis Khan eran tan grandes, que la tierra quedaba cubierta por osamentas durante años. A su paso arrasaba con todo. Sedas, oro, ganado, mujeres y niños pasaban a ser de su propiedad.

En 1213, se adentró en los territorios dominados por la dinastía Chin y, dos años después, cayó sobre la ciudad de Pekín. Los mongoles arrasaron con todo; quemaron y saquearon el palacio imperial. Fue entonces cuando Gengis Khan tomó la decisión de asignar al general Mukali la responsabilidad de asegurar la conquista del norte de China. Él iría en busca de otros territorios. Se lanzaría ahora en contra de Occidente, para saciar sus ansias de poder y conquista.

Acompañado por las hordas mongoles, sometió a las tribus habitantes del Turkestán. Su ejército ascendía ya a los 200 mil hombres. Gengis Khan se acercaba a paso firme al mundo musulmán y a la rica civilización árabe. Entre 1219 y 1221, se apoderó de las ciudades de Bujara, Samarkanda y Urgench. Su avance respondía al de un pueblo conquistador; sin embargo, la crudeza de los asesinatos y la ferocidad de algunos de sus actos le otorgaron la fama de sanguinario.

Túnica mongol del siglo XIII. En aquel tiempo, las cortesanas comenzaron a fabricar túnicas con ricas telas de seda y brocado de manufactura china.

Muerte de un conquistador

Su influencia continuó en la zona que hoy en día ocupan la India y Pakistán, conquistando las ciudades de Peshawar y Lahore, así como sus territorios próximos. A través del contacto de Gengis con culturas más avanzadas que la mongola, el soberano valoró a las ciudades como fuentes de riquezas. Además, percibió la importancia del lenguaje escrito y utilizó a los campesinos y artesanos apresados como productores de bienes.

Una vez controlada Asia Central, los ojos de Gengis Khan se volvieron hacia el Cáucaso. Los mongoles entraron en los territorios que hoy ocupa Rusia, con 20 mil jinetes. En 1222, derrotaron al ejército ucraniano y saquearon la región que se extendía entre los ríos Volga y Dniéper y desde el Golfo Pérsico hasta casi el océano Ártico. Las tropas iniciaron el regreso a Mongolia. A su paso habían vencido a persas, caucasianos y rusos.

En 1227, el soberano ya preparaba una nueva expedición de ataque hacia el reino de Tangut. Pero la muerte lo sorprendió el 18 de agosto de ese mismo año, a consecuencia de las lesiones que sufrió en una caída a caballo. El vasto imperio que había conseguido Gengis Khan se repartió entre sus cuatro hijos, pero fue comandado por el tercero de ellos, Ogadai.

Si bien su fama de cruel y despiadado en ocasiones opacó su capacidad militar, Gengis Khan fue un soberano hábil e inteligente, que impuso la paz y el orden en sus territorios. Logró la unificación de Mongolia, acabó con las rivalidades tribales, creó vías de comunicación y, por sobre todo, fue dueño de uno de los imperios más extensos, abarcando la mayoría de la franja central de Asia, desde el Océano Pacífico al mar Caspio.

Asesinatos y crueldad
Entre las historias que rodean las expediciones de Gengis Khan hay una quecuenta que, para vengarse de la codicia de un jefe árabe, mandó que le echaran plata fundida en los ojos y en las orejas. Otro relato afirma que, en la toma de Bamiyán, los mongoles arrasaron con todo ser viviente, hombres y animales. La orden era no dejar rastro de lo que antes allí existía; todo debía ser destruido. La ciudad recibió el nombre de “Villa Maldita”.
El ejército mongol
Quienes integraban el ejército mongol tenían que ser hombres dotados de una gran resistencia física. Debían cargar arcos y flechas que pesaban unos 75 kilos (más que un hombre mongol de ese tiempo), y con un mínimo de comida cabalgaban durante días. Cuando no había más alimentos, recurrían a beber la sangre de sus caballos. Para ello, abrían una de las venas del caballo, chupaban la sangre y volvían a coser la vena con cuidado. Cada integrante tenía un mínimo de tres caballos, para no forzar la capacidad de los animales.

Ver más sobre Gengis Khan>>>>>

Marco Polo, viajero y explorador

 

"No he contado ni la mitad de lo que vi, porque nadie me habría creído." (Marco Polo)

1254 d.C. 1324 d.C.

Reconocido como uno de los primeros exploradores del Lejano Oriente, Marco Polo fue capaz de revelar y detallar a fondo costumbres y mundos desconocidos hasta entonces. A pesar de que muchos no le creyeron, demostró a través de sus historias que el mundo era más “ancho y ajeno” de lo que se conocía hasta entonces.

Datos biográficos

Mientras en Europa se comenzaban a explorar las primeras rutas comerciales hacia Oriente (gracias a las Cruzadas) y ciudades como Venecia y Génova se instalaban como los principales puertos del Mediterráneo, un joven de tan solo 17 años iniciaba un viaje que duraría más de veinte años por el Lejano Oriente. Una travesía que se extendió hasta China y que mostró tesoros inimaginables al joven mercader. Su nombre era Marco Polo y los relatos sobre su viaje sirvieron para describir zonas inexploradas por los occidentales.

Hijo de una ilustre familia de comerciantes, Marco Polo nació en el año 1254 en la ciudad de Korcula, entonces dependiente de Venecia. Al poco tiempo de nacer fue abandonado por su padre, quien emprendió un viaje hacia el Lejano Oriente. Marco se quedó en Venecia en compañía de su madre, a la espera de la llegada de su padre, Niccolo, y su tío Maffeo. La travesía sería la base de la aventura posterior que iniciaría Marco.

Los inicios de la expedición

Luego de su travesía por Oriente, los hermanos Polo llegaron a la capital del imperio mongol, donde establecieron relaciones comerciales con el emperador Kublai Khan, nieto de Gengis Khan. Sorprendido por la visita de extranjeros, Kublai les pidió que le contaran todo sobre su cultura y sus costumbres. Al poco tiempo, los nombró embajadores, encomendándoles la misión de hablar con el papa en su nombre, para que este le enviara sabios y sacerdotes a su imperio.

Niccolo y Maffeo retornaron a Venecia en el año 1269. A su llegada los esperaba un joven Marco Polo, quien quedó impresionado con los relatos de su tío y su padre. Sin dudarlo, apenas iniciaran el retorno hacia las tierras de Kublai Khan, él los acompañaría. Tras hablar con el papa Gregorio X, se autorizó el envío de dos monjes dominicos como embajadores de la Iglesia. Cumplida la misión de hablar con el papa, Niccolo, Maffeo, Marco y los dos monjes partirían en el año 1271 hacia Oriente.

Pasaporte mongol. Cada vez que Marco Polo salía como embajador, Kublai Khan le entregaba un pasaporte, ya que los peligros eran múltiples cuando llegaba a algún lugar.

 

La llegada a la Corte. En 1275, Marco Polo, acompañado de su padre y su tío, se presentó ante el Gran Kublai Khan. Pintura del siglo XIII, con cánones occidentales.

En la corte de Kublai Khan

Los Polo tuvieron que resistir un arriesgado viaje. A pesar de portar pasaportes emitidos por el papa y el Khan, los peligros fueron múltiples y las condiciones se volvían cada vez más difíciles. En Armenia, asustados por los ataques de vándalos, los monjes rehusaron continuar. En definitiva, tardaron casi cuatro años en llegar a la corte del emperador mongol.

En 1275, Kublai Khan los recibió en Cathay (la actual China), donde Marco Polo logró una gran empatía con el emperador. Pronto aprendió la lengua tártara y se adaptó a las costumbres de la zona. Admiró el lujo con que vivía el soberano Kublai y, poco a poco, se ganó la confianza del Khan, quien lo designó parte de su equipo diplomático. En tanto, su padre y su tío estuvieron al servicio del monarca como consejeros militares.

Como diplomático, Marco Polo realizó varias misiones de reconocimiento en China, en los mares cercanos a la India, Ceylán (actual Sri Lanka) y en Cochinchina (territorio comprendido entre Vietnam y Camboya). Entre 1277 y 1280 fue designado gobernador de la ciudad de Yang-Techen. El emperador gozaba de su compañía y de los relatos que seguían a las diferentes expediciones que realizaba Marco Polo. Esta fue una de las razones por las que el emperador Kublai Khan se opuso con tenacidad al regreso de los venecianos a su país natal.

 

El retorno

Finalmente, en 1292, Marco, su padre y su tío obtuvieron el permiso del Gran Khan para retornar a su país. Pero antes debían cumplir una misión: acompañar el viaje de una princesa china que se iba a casar con el rey de los tártaros en Persia. Con una gran número de cortesanos zarparon desde el puerto de Quanzhou, en una lujosa flota de naves imperiales. Recorrieron Sumatra, el sur de la India, el océano Índico y el Golfo Pérsico, hasta el estrecho de Ormuz, donde entregaron a la princesa. A continuación navegaron por el Mar Negro, para llegar a la ciudad de Constantinopla.

Luego de tres años de viaje, arribaron a Venecia. Ningún habitante los reconoció. Sus vestimentas ya no eran las mismas; habían casi olvidado su lengua materna y ni siquiera sus familiares los identificaban. Sin embargo, deslumbraron a todos con las riquezas que traían desde Oriente. Sedas, especias y joyas estaban entre los productos, así como también la desconocida pólvora y la porcelana.

La vida de los Polo volvió a la normalidad. Las riquezas traídas desde Oriente les aseguraban un futuro estable. Sin embargo, en el año 1296, las repúblicas de Génova y Venecia se declararon la guerra. Marco Polo se embarcó y capitaneó una galera veneciana. En medio de la batalla de Curzola (mar Adriático), el aventurero fue capturado y apresado en una mazmorra genovesa. Su compañero de celda fue Rusticiano de Pisa, un escritor de novelas caballerescas. Su importancia fue vital para que el mundo entero conociera las aventuras de Marco Polo.

El Libro de las Maravillas

Libro de las Maravillas de Marco Polo (publicado en el siglo XIV), conocido posteriormente con el título de Il Milione, alcanzó cierta notoriedad, debido a que sus relatos se convirtieron en un punto de referencia para todo lo concerniente a Asia.

En el encierro, Marco Polo fue relatando todas sus aventuras a Rusticiano. En un comienzo, este no creía las historias y mundos fantásticos que recreaba el viajero. Incluso pensó que Polo estaba loco. Sin embargo, poco a poco los recuerdos parecían tan fabulosos que Rusticiano comenzó a escribirlos. Tres años de encierro (tras los cuales ambos fueron liberados) bastaron para que surgiera “El libro de Marco Polo, ciudadano de Venecia, llamado Il Milione, en el que se narran las maravillas del mundo”, publicado a principios del siglo XIV.

El libro, que tuvo una primera y gran difusión en Francia, sirvió para que la Europa Medieval conociera el lejano Oriente y se percatara de que, más allá de lo conocido, existía una cultura tan avanzada como la de ellos, en la que utilizaban el papel moneda y un calendario solar. Sin duda, los relatos de Marco Polo sirvieron para conocer territorios inexplorados (como Siam y Java, entre otros) y se utilizaron como modelo para elaborar los primeros mapas confiables de Asia que se hicieron en Europa.

Marco Polo murió en Venecia el 8 de enero de 1324, a la edad de 70 años. Su nombre quedó inscrito en la historia como el viajero que reveló los misterios de Asia. Si bien hasta el día de hoy es cuestionado por la veracidad de sus historias, se destaca su capacidad de observar y memorizar tantos lugares y tantas historias, detallando fielmente el Lejano Oriente.

¿Realidad o leyenda?
Muchas historias que componen el libro de Marco Polo son consideradas irreales o inexactas. La imaginación exagerada del explorador lo llevó a relatar, por ejemplo, que en la ciudad china de Kinsai era posible encontrar 12.000 puentes de piedra, bajo la mayoría de los cuales podría pasar una gran embarcación. También, al referirse a las naves de los tártaros, decía que las más pequeñas medían más de 300 pies de largo, unos 91 metros.

Costumbres novedosas
La organización administrativa del imperio de Kublai Khan sorprendió a Marco Polo. En sus relatos destaca el sistema de correos utilizado, la construcción de maravillosas obras públicas, el trabajo artesanal de la seda y el uso del papel moneda. Además, reveló costumbres que provocaron gran revuelo en Europa, como la poligamia y la incineración.
 

Ver mas sobre Marco Polo>>>>>

Continua>>>>

Fundación Educativa Héctor A. García